sábado, 22 de marzo de 2014

El eterno femenino. Retratos entre dos siglos


Este es un ejemplo de cómo se puede hacer una mala exposición con magníficas obras y una buena idea. La comisaria de El eterno femenino. Retratos entre dos siglos (tras su paso por Zaragoza, ahora en la Sala Municipal de Exposiciones del Museo de la Pasión de Valladolid, hasta el 4 de mayo), Dolores Durán ha insistido en presentarla como una reflexión sobre la presencia de la mujer en la obra artística del último siglo. Para ello, ha estructurado la muestra en cuatro secciones -temáticas y cronológicas, salvo la injustificable inclusión de la obra de Manolo Valdés en la segunda- que son: Ángel o mujer fatal, Musas y creadoras, Del informalismo a los mass media y La reivindicación del cuerpo. Leídos con atención el folleto, los paneles y la nota de prensa, el espectador puede asegurar que muy poco de lo dicho en todos ellos corresponde a lo visto. No basta con pretender montar una exposición sobre el necesario debate de género correspondiente al tratamiento de la mujer en el arte del último siglo, hay que hacerlo. No basta con abordar este tratamiento desde una perspectiva de género en las palabras, hay que mostrarlo en las obras. Está muy bien aludir al tratamiento convencional sobre la figura femenina y su evolución a lo largo del siglo XX, así como a la reivindicación de la presencia de la mujer en las exposiciones, pero hay que evidenciarlo en lo que se da al público. Y si las piezas disponibles no lo permiten, se debe montar la obra desde otra perspectiva, menos pretenciosa, porque va en perjuicio de la propia exposición.  A estas alturas, no se puede prometer algo que no se da. Y, en efecto, en lo mostrado no se ve esa perspectiva de género salvo en alguna obra y forzando el gesto en las demás. Y todo ello es más frustrante porque se trata de un tema esencial en la historia artística y social del siglo XX: lo femenino, el feminismo y las teorías de género en la historia y el arte.

Aún así, recomiendo la exposición. Todas y cada una -todas y cada, repito- de las piezas mostradas (pinturas, esculturas y fotografías) son magníficas y se deben a autores imprescindibles del arte desde finales del siglo XIX: Pablo Picasso, José Gutiérrez Solana, María Blanchard, Maruja Mallo, Julio González, Joaquín Sorolla, Miquel Barceló, Fernando Botero, Ignacio Zuloaga, Equipo Crónica, Julio Romero de Torres, etc. El espectador saldrá de la sala de exposiciones con una buena muestra de retratos femeninos y podrá sacar sus propias conclusiones del tratamiento de la mujer por las diferentes etapas artísticas del último siglo, aunque con evidentes lagunas en cuanto a movimientos, perspectivas y países.

8 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Excelente crónica!
=)

sociedaddediletantes.blogspot.com.es dijo...

Gracias. Espero verlo y confirmar tus impresiones. Excelente crónica, comi dice Mónica

pancho dijo...

Con la relación de artistas tan extraordinaria debe ser difícil no hacer algo sobresaliente.

Myriam dijo...

Qué pena, con lo interesante que es este tema y todo lo que podría dar se si...

andandos dijo...

La vi en Zaragoza y sí, estoy de acuerdo contigo.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

l
No hay duda de que los autores son muy buenos, otra cosa debe ser su forma de tratar este tema de la mujer en el arte

Un abrazo

Paco Cuesta dijo...

Tendremos que cambiar de residencia. Da envidia.
Un abrazo

Myriam dijo...

Parece ser ésta una constante en las exposiciones comisariadas por Dolores Duran...