Tres años después, he vuelto al lugar en el que comenzó el Proyecto agua, la investigación artística sobre las relaciones del agua con los espacios autobiográficos que me ha ocupado desde entonces y que diera lugar, con la inestimable colaboración y el cariñoso impulso de mi amigo Javier García Riobó, al libro Esguevas y todo el montaje expositivo que lo acompaña. Fue en ese mismo lugar de la fotografía en donde grabé el primer video, Circunvalaciones. No suelo dar explicaciones detalladas de mis textos ni de mis fotografías o videos. No considero importante que se identifiquen los lugares mencionados, por lo que también guardaré el secreto de la localización exacta de esta imagen.
Hace tres años iniciaba yo una de las épocas más convulsas y tristes de mi vida. Los más constantes lectores de La Acequia recordarán todo aquello. Me refugié en la familia, en los amigos y en el arte. No sabía bien lo que buscaba aquel 1º de enero de 2011 pero al llegar a ese lugar tuve la intuición de que solo el agua podría acoger lo que pasaba por mi mente, con el misterio de su profundidad y de su sonido. El proyecto creció como una necesidad y, a la vez, me ayudó a reflexionar sobre aquello que llevaba dentro. Me sirvió también para superarlo porque hay cosas que por mucho que se cuenten en voz alta no hay otra forma de tratarlas que objetivándolas y el arte es una de las mejores maneras de hacerlo.
Cuando Esguevas salió de la imprenta hace casi un año y, sobre todo, cuando Javier y yo comenzamos en Béjar la gira de presentaciones del proyecto expositivo en el que se incluye, algo se había modificado ya dentro de mí. Lo constaté en las presentaciones posteriores. Pero ha sido al regresar al lugar en el que todo comenzó cuando me he dado cuenta de lo que ha cambiado dentro de mí, de cómo he aprendido a conocerme en soledad y a encontrarme entre las personas a las que quiero, que me son cada vez más necesarias. Esguevas sigue su camino y por suerte ha sido bien acogido siempre. Me llegan noticias de los lectores y de cómo muchos se reconocen en mis palabras o en las imágenes de Javier. Espero que a ellos les sirvan como me sirvieron a mí. Dentro de pocas semanas tendrá lugar la presentación en Burgos del libro y es casi seguro que el primer año de su carrera editorial se cierre en tierras andaluzas, con la tirada casi agotada puesto que son ya pocos los ejemplares que quedan.
Al llegar a ese lugar percibí cómo en tres años la vida puede cambiar tanto y darte todas las lecciones y cómo solo aprendiendo de ellas de la manera correcta puedes encontrarte a solas y entre la gente. Y seguir adelante.
12 comentarios:
Eres afortunado. Me identifico contigo hace tres años,tengo que hacer mi transición. Ojalá tenga la suerte de encontrar fuera y en mis tripas sentido a esta vida. Gracias por compartirlo. Estaré en esa presentación. Un abrazo, paseante,escritor y mejor persona. M. P.M.Sancho
bien Pedro
tres o veinte años son nada para la vida cuando nos da tareas ,hemos de aprender sea como sea
besos
Feliz Año Pedro!!! Debe ser un libro precioso, el agua como elemento vital en todos los sentidos. Un beso
En cada paso que damos, en cada libro, en cada árbol plantado hay vida Pedro, y como el agua, fluye...
Que 2014 te cubra de ese agua regeneradora.
Besos.
Buena terapia. ¡Si es que el agua lo lava todo! Hasta las huellas, tristezas... máculas mentales que quizá otros hayan dejado.
A ver ese viaje por Al-Andalus cuándo se va concretando. Primero he de leer el libro: es que soy un desatre.
Que tengas un generoso 2014 (y 15 y 16 ...)
Pd. Favor de borrar el comentario anterior, no me deja.
Ya sabes que tu prosa poética me encantó (al igual que las imágenes de Javier) y el cierre del año editorial del libro por tierras andaluzas es un gran broche, también me alegro de que sea bien recibido porque se lo merece, tanto como tú y Javier que son su creadores.
Besos y brindo por muchos más proyectos.
Nada como viajar a los manantiales de los ríos y observar el discurrir del agua por debajo de los puentes para sentir el temblor de la creación literaria y artística que arropa al náufrago necesitado.
Mañana leo otra vez algunas reflexiones del libro. No he vuelto a él desde el verano.
Un abrazo.
Como Adán al amanecer
Como Adán al amanecer
Salgo del bosque fortalecido por el descanso nocturno,
Miradme cuando paso, escuchad mi voz, acercaos,
Tocadme, poned la palma de vuestra mano
Sobre mi cuerpo cuando paso,
No tengáis miedo de mi cuerpo.
Como dice Whitman, cada día es un nuevo amanecer, a pesar de las frias noches, el tiempo nos cura las heridas.
Me quedo con tu frase, Pedro...este trocito de frase que yo también tengo presente...
...encontrarte a solas y entre la gente...
La soledad deseada. La compañía deseada.
Pedro, te felicito. Eres una persona especial.
Hace ya unos años también tuve una gran crisis y ahora me alegro, pues gracias a ella, me fui encontrando a mi misma, para ello recorrí los campos y fueron también unas lagunas las que poco a poco me fueron indicando el camino.
Aunque tenga los libros, si puedo, sí me gustaría asistir a la presentación de Esguevas. Házmelo saber.
Un abrazo
Luz
(Te sigo viendo feliz en la foto)
Buenas noches, profesor Ojeda:
Dediqué una entrada -en mayo del 2013- a su libro de poesía.
Lo abro por la pág.60 y leo:
“El paseante estuvo horas esperando que surgiera el color del agua.
Buscaba en ella la gama entera del arco iris: provocó, incluso, ondas y buscó mareas. La obsesión no le dejó ver que el color depende siempre de la mirada.”
En esta ocasión ¿será una nueva especie de peces de colores voladores, los que aparecen en la fotografía de Javier García Riobó?.
Abrazos.
P.D.: He ido al inicio del proyecto -¡hace 3 años!- y he visto que habían retirado la canción que se le ocurrió a pancho en su comentario. Dejo otro enlace para recuperar música y letra, con la versión que aparece en CANTAUTORES.
Espero se haya resuelto, lo que deja entrever en este post.
Mucho ánimo y un saludo.
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