Ya no pensamos en la muerte. Pero está ahí, nos ha tomado las medidas. Cada vez más de cerca. Y sabe la precisa tersura de nuestra piel y la dimensión de nuestros deseos. Ha tocado a nuestros conocidos, a nuestros amigos, a nuestra gente: tú, tú, tú. Quien no ha oído su voz o sentido su presencia al rozarnos, en realidad, aún no ha comenzado la vida.
23 comentarios:
La muerte va con el metro tomando medidas. Vendrán por todos
Ya sabes que en mi aldaba dio tres golpes...
...qué certera, tu última frase...
Besos
..."la muerte y la esperanza son siamesas a mi espalda..."
besos
Sí, yo ya le vi la sombra... era tan joven que decidió seguir de largo; afortunadamente. Desde ese momento dejé de temerla.
Un abrazo, Maese Pedro.
Yo este año sí que estoy pensando en ella, y bastante, porque desgraciadamente en pocos meses ha tocado a la puerta de dos personas muy cercanas, y las dos de forma inesperada.
Eso me hace pensar que ¿quien me dice que cualquier día no pueda tocar a la mía?
Un beso, Pedro
Un día no muy lejano, me miró a los ojos...
Besos vivos, Pedro.
¿Cuando seremos capaces de empezar a vivir?
Vivimos con la locura de creer que es algo que sólo ocurre a los demás.
Cuando me haya ido (muerta, bien muerta) volveré para hacerte cosquillas en las orejas y soplarte al oído mi nombre y algún secretillo de esos que te gustan, pero no creerás que he venido a saludarte y me echarás como a una mosca inoportuna... ¡Ay de mi!
A morte, única certeza da Humanidade, é algo para que nunca estamos preparados.
A mim não me assusta, o meu pânico relaciona-se com o sofrimento...
A morte é dolorosa sempre, principalmente a partir de uma certa idade, porque começamos a ficar cada vez mais sós: figuras que nos acompanharam durante anos desaparecem para nunca mais.
Querido Pedro, abraço enorme e bom fim de semana
Ese peso íntimo, contrapeso al que no sabemos qué nombre dar, dolor con el que no contábamos.
Un abrazo.
Nos hace falta grabar esa frase en cada momento de nuestra existencia: que no somos eternos y...que la Doña esta siempre espectante.
Un abrazo Pedro.
Se nos lleva a los que más queremos. Eso es lo peor de la muerte.
Y aún no se me figura que me toca
aqueste oficio solamente en vida;
mas con la lengua muerta y fría en la boca
pienso mover la voz a ti debida.
Libre mi alma de su estrecha roca
por el Estigio lago conducida,
celebrándose irá, y aquel sonido
hará parar las aguas del olvido.
Sé que anda por ahí, pero hace tiempo que dejé de temerla, pues como diría Mario Benedetti: "después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida"
Besos, Pedro
Llegará un día en que el humano no morirá y podrá vivir eternamente, cuando la ética y las religiones hayan desaparecido dejando paso a la ciencia bruta.
Ya no pensamos en la muerte y sin embargo está ahí, detrás, acechando.
¡Qué poco nos gusta hablar de la muerte! pero está ahí... nos acompaña y nos sigue, no podemos esquivarla, pero nos dá miedo nombrarla.
Un beso.
El amor, la alegría la amistad también nos acompañan cada día, y en ocasiones no los vemos.
Un abrazo
Hace unos días escribiste un diálogo con ella.
Convivir con la muerte. Parece un contrasentido y, sin embargo, tenemos que hacer del contrasentido el sentido de nuestras vidas. Claro que, a lo mejor, no hay contrasentido, sino que somos nosotros los que lo percibimos así.
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