Una de las razones que me llevaron a proponer La estafeta romántica entre las lecturas del presente curso era comprobar cómo se sostenía hoy Galdós. Y no precisamente en los más aventureros episodios, con más acción y dinamismo, que sabía podían sostenerse sobre todo por la actualización del género que lleva a cabo especialmente Arturo Pérez Reverte -supongo que confeso seguidor de don Benito-, sino en uno muy diferente, escrito cuando don Benito miraba ya ceñudo a la burguesía española del siglo XIX, que le había decepcionado.
Siguen impecablemente vigentes las técnicas propias del folletín decimonónico. Esta novela nos lleva a querer leer la anterior y la siguiente, toda la serie, en verdad, precisamente porque nos aproxima a los personajes con sabiduría, a sus preocupaciones y a su tiempo y queremos saber más de ellos. Desde mi punto de vista, también sigue muy vigente la profundización psicológica en los personajes, retratando varios tipos sociales de la época: el romántico, los jóvenes, los adultos, los fanáticos, las mujeres que miran por su familia -estas son la principal razón del libro. El estilo está pegado a estos personajes, sobre todo a los que pertenecen a la burguesía. Con los matices propios del sesgo literario, podemos reconstruir la forma como se trataban en el formato ritualizado de la carta.
Hay algo que llama la atención al lector hoy. Sobre todo si el lector es joven o no está acostumbrado a la literatura epistolar. Con el correo electrónico, los sms y otros medios de mensajería inmediata electrónica, han desaparecido las cartas, aquellas cartas que se escribían de puño y letra. Galdós sabe adaptar el ritmo de la carta manuscrita en su obra: vemos todos los matices de esta escritura (el formato, los cambios de tono, la forma de tratarse, la postdata, etc.) y este ritmo y estos matices son parte esencial de La estafeta romántica desde el propio título. No estoy seguro de que muchos lectores sepan adaptarse a él hoy en día. Una lástima. Quizá vivamos demasiado deprisa.
Noticias de nuestras lecturas
Myriam aborda las relaciones sentimentales tejidas en la novela de Galdós a través de ese peculiar confesonario que son las cartas. Excelentes sus entradas (1 y 2), que recomiendo leer para comprender este punto esencial de La estafeta romántica.
Pancho analiza en su entrada extraordinariamente la variedad de tonos y temas de las cartas que avanzan ya hacia el conflicto central de la obra.
Mª Ángeles Merino escribe a doña Pilar Loaysa y le comenta los pormenores del cruce de historias. Juega con ventaja, pero se pone en la piel de un personaje más que escribe cartas...
Luz del Olmo nos regala un listado de amores galdosianos. Don Benito no para de darnos sorpresas.
Gelu continúa su tarea de seleccionar fragmentos de la novela galdosiana e ilustrarlos, con oportunos enlaces incluidos que merecen visita.
Pancho analiza en su entrada extraordinariamente la variedad de tonos y temas de las cartas que avanzan ya hacia el conflicto central de la obra.
Mª Ángeles Merino escribe a doña Pilar Loaysa y le comenta los pormenores del cruce de historias. Juega con ventaja, pero se pone en la piel de un personaje más que escribe cartas...
Luz del Olmo nos regala un listado de amores galdosianos. Don Benito no para de darnos sorpresas.
Gelu continúa su tarea de seleccionar fragmentos de la novela galdosiana e ilustrarlos, con oportunos enlaces incluidos que merecen visita.
Lectura del mes de diciembre
Comenzamos con la lectura de Todo lo que era sólido, la última obra de Antonio Muñoz Molina, un ensayo sobre lo que ha ocurrido en España en los últimos años. Nos ocupará todos los jueves del mes de diciembre. Una buena oportunidad para reflexionar sobre lo que nos ha ocurrido como sociedad y como país.
10 comentarios:
Bueno, para que no me pille el toro, ya voy releyendo el libro de Muñoz Molina (lo leí hace unos tres meses), espero poder adaptarme al ritmo de los comentarios semanales. Saludos a toda la peña.
¡Yuuuupi! ¡Antonito se despertó!, jajaja bienvenido de regreso, la peña te recibe con los brazos abiertos.
Abrazos
¡Yuuuupi! ¡Antonito se despertó!, jajaja bienvenido de regreso, la peña te recibe con los brazos abiertos.
Abrazos
Tienes mucha razón, Pedro,cuando dices que dan ganas de leer para atrás y para adelante todos Los Episodios Nacionales. Y a decir verdad, me parece que corrimos mucho con "La estafeta...", bien hubiéramos podido quedarnos con ella un par de meses.
Besos
ten un fin de semana precioso Pedro, gracias por tus huellas
besitos
Pérez Reverte la lía los domingos por la tarde en el bar de Lola. Más ahora que se nos ha metido grafitero a lo Bansky hispano.
Uno de los mayores méritos de esta novela es que hace olvidar al lector que está leyendo cartas.
Cuando se leen esos razonamientos tan bien hilados de Galdós sobre cualquier tema, uno se queda con la sensación de que algo hemos perdido con los años, pero también ganado al sacarlo a la luz con su lectura. Muñoz Molina también sigue la tradición de Baroja y Galdós en la manera de hilvanar sus razones.
Mucho me temo que una novela como esta queda para los ámbitos académicos y galdosianos empedernidos, que los hay. La invasión de internet reduce el tiempo que dedicábamos a la lectura de libros.
Un abrazo.
Ese Galdós dinámico no me gustó demasiado, la prueba de ello es que leí Trafalgar, hace tiempo, y no lo recuerdo. Debe ser que la literatura de batallitas no me va, precisamente Pérez Reverte no es santo de mi devoción; sólo recuerdo con agrado una titulada "El pintor de las batallas" que es más estática. Pero, estoy segura, en una lectura colectiva de las tuyas encontraría el punto a Alatriste y compañía.
Este Galdós epistolar necesita una lectura más pausada que una novela del tipo "Fortunata y Jacinta". Hace falta tiempo para acostumbrarse al ritmo,solo al cabo de algunas páginas nos olvidamos que estamos leyendo una carta.
"La estafeta romántica" no es para los escaparates de las librerías, es una joya escondida en lo más alto de sus estanterías. Empecé "Vergara" en Internet", he de leerlo en papel, espero que me esté esperando desde allá arriba.
Tengo una entrada sobre "Intemperie" a medio cocer...todavía. Y para el de Muñoz Molina, tengo algunas ideas, tendré que volverlo a leer porque...me lo zampé hace unos meses, era apetitoso.
Besos, Pedro.
Tras las cartas hay un trasfondo histórico y de personajes que es preciso conocer, de ahí quizá la posible dificultad de comprensión. Si uno no está muy versado se queda con la anécdota (que también es válida).
Gracias por todo Un abrazo
Me ha encantado esta novela de Galdós, como todas las suyas que he leído. Es una delicia leer ese lenguaje, tan respetuoso, tan formal. Y me ha recordado mi niñez, cuando tenía que escribir las cartas que mi madre me dictaba para sus padres y hermanas porque ella sólo sabía leer, más mal que bien, pero no escribir. Me ha traído recuerdos mezclados de tristeza y alegría. Ahora, con el paso de los años, me siento feliz de haber podido hacer aquello por mi madre, de haberle dado aquella alegría.
Un abrazo y gracias siempre, Pedro
Me ha gustado, aunque me ha costado leerla más que otras. Seguramente es una obviedad, pero lo que me gusta de las novelas es que suceden cosas, en esta también aunque el formato lo dificulte, o al menos eso me ha parecido.
Un abrazo
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