jueves, 3 de octubre de 2013

La nacionalización de una forma narrativa: Intemperie, de Jesús Carrasco. Y noticias de nuestras lecturas.


Intemperie, de Jesús Carrasco, se convirtió en un éxito de crítica y público nada más salir de la imprenta a principios del presente año. Los críticos la recibieron con tanto entusiasmo unánime que levantó entre los lectores la lógica expectativa, que aún no se ha extinguido. La novela, sin duda, lo merece y hay que felicitar la labor del editor, que supo valorar lo que tenía entre manos y difundirla entre los críticos adecuados de los suplementos culturales del país para que salieran casi al mismo tiempo y cinco minutos antes de que los lectores pudieran verla en las librerías del país. Intemperie no ha sido el caso de una novela que ha necesitado tiempo para ser valorada ni el boca a boca para ser vendida desde sus primeros días en las librerías. No sé si esto pesará a la larga sobre la valoración de esta novela puesto que en España, más aún en el cainismo de los círculos literarios, no se suele perdonar un éxito de este tipo, cuya rapidez se debe, inicialmente, a la excelente labor editorial y después a la propia obra -hablo de su cronología no de razones de calidad-. Es de desear que no se convierta en una losa sobre Carrasco puesto que un éxito así en una primera obra suele trabar muchas carreras.

Una de las cosas que más ha llamado mi atención sobre esta novela que nos ocupará los jueves del mes de octubre hace relación a su filiación. Muchos críticos han sacado a colación la posible influencia de Miguel Delibes (Las ratas o Los santos inocentes) o de Camilo José Cela (La familia de Pascual Duarte). Me parece curioso -bueno, no porque en España hasta los críticos leen demasiado deprisa y tienen poca memoria- la ausencia, al menos, de otro nombre: Ignacio Aldecoa. El autor se ha apresurado a negar estas influencias. Ha declarado que esta literatura le lleva a una España que no le interesa nada y busca más engancharse a la narrativa norteamericana: Raymond Carver, Richard Ford, John Updike, John Cheever o Cormac McCarthy. En la lista mencionada por el autor es muy significativo este último nombre: en Intemperie hay demasiados vestigios de su novela The Road. Carrasco niega la influencia en Intemperie de una tradición narrativa española que lleva directamente hasta ese campo desolado en el que trascurren los hechos de su obra. Tiene todo el derecho a hacerlo pero el lector tiene también todo el derecho a descubrir los hilos que a ella remiten. En efecto, en Intemperie también están Cela, Delibes y Aldecoa y muy bien aprovechados, con toda la legitimidad de un narrador con el pulso que ha demostrado Carrasco.

Ahora bien, instalarse como ha hecho voluntariamente en esta linea norteamericana nos lleva a un viejo concepto de la historiografía literaria: si es así, Carrasco ha llevado a cabo una nacionalización de un tipo de narración anglosajona. Es decir, ha escrito en español algo que lleva circulando un tiempo en otro idioma. Valorada así, ha conseguido un pleno acierto pero corre un serio riesgo. Se incorpora a una tendencia narrativa que ya comienza a saturar el gusto, como bien ha puesto en evidencia Antonio Muñoz Molina en un excelente y oportuno artículo publicado en Babelia que, sin hablar de Intemperie, a ella puede remitirse directamente. Se trata de un tipo de narrativa -que antes que en la narración tuvo su recorrido teatral puesto que el pulso latente es el de la tragedia griega actualizada en el siglo XX y también cinematográfico reconocido por el mismo autor- en el que todo está dominado por la dureza desnuda y simbólica -el tiempo, el espacio, las relaciones personales-. Un neonaturalismo al que se le han podado las hojas que sobran pero sin renunciar al impacto de la temática más dura en el lector. De hecho, se busca este impacto quizá por considerar al receptor tan saturado de violencia por su presencia constante en el arte contemporáneo que debe dejársela sola en la escena, sin posibilidad de evadirse de ella. En un paisaje apocalíptico alguien debe emprender una marcha que es, a la vez, un camino de purificación -como todos los caminos simbólicos-. Ya veremos alguna de las claves las próximas semanas.

Jesús Carrasco ha escrito una excelente novela, que merece el éxito que ha tenido y que ha sorprendido porque pertenece a una tendencia abandonada en la literatura española en los años cincuenta (con la excepción de Delibes y alguno de sus varios continuadores últimos que han novelado el abandono de los pueblos españoles) y llevada a su máximo rigor en la literatura anglosajona de la última década, sobre todo en lo que hace al extremo de desnudez y dureza. Una novela llena de deudas -alguna de las cuales ha negado- pero con una certera forma -no exenta de algún defecto- en la que ha contado una historia que interesa y que puede atrapar al lector desde un punto de vista simbólico, social o emotivo. Pero se trata de una novela cuyo trazado no puede seguir en una segunda novela.


Noticias de nuestras lecturas



En primer lugar, quiero recordar aquí nuestra lectura colectiva del Quijote, la primera que lancé en este blog y que nos unió durante tanto tiempo. Una experiencia pionera en la lectura de la novela cervantina utilizando los recursos de la web 2.0 que todavía sigue abierta para quien desee sumarse en este enlace. Cervantes nos seguirá reclamando. En el 2015 deberemos recordar nuestra experiencia por razones obvias. Por ahora, este año se conmemora el cuarto centenario de la publicación de las Novelas ejemplares, cuya Tasa se fecha el 12 de agosto de 1613, por lo que a estas alturas del año, iniciado ya el otoño, podemos imaginar a Cervantes ilusionado y nervioso en las primeras semanas de circulación de los ejemplares de unos textos que venían ocupándolo durante años de trabajo intenso y constante. El libro se tasó en 286 maravedís y así salió de la imprenta por obra y gracia de Juan de la Cuesta, con privilegio de Castilla y de los Reinos de la Corona de Aragón.

Al hilo de este recuerdo, os informo de que Mª Ángeles Merino recopila las entradas que escribió para aquella lectura en un mismo espacio: Leemos el Quijote.

En este camino también nos sale al paso una curiosa historia sobre el Quijote que nos trae Ele Bergón.

Y si queréis hallar una deliciosa y quijotesca entrada, os recomiendo que leáis esta parte de la crónica de su viaje a China escrita por Luis Antonio.

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Mª Ángeles Merino comienza su lectura de Intemperie documentándose ampliamente sobre las opiniones del autor e indagando con éxito en el espacio y el tiempo en el que suceden los hechos novelados. Y sobre la sed, un símbolo permanente en la narración.

Pancho comienza con un excelente análisis de todas las claves de abstracción y contextualización que nos permitan disfrutar de la lectura de esta novela. Un juego inteligentemente buscado por el autor. Y, como siempre en Pancho, un título esclarecedor del motor inicial del protagonista.

Luz del Olmo señala la búsqueda de la esencialidad en esta novela y su efecto.

14 comentarios:

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Encontré 36 páginas de 'Intemperie' en PDF en la Red y no pude dejar de leerlas.
Leeré el libro en navidades. Ahora me guiaré con sus entradas, las de los compañeros de La acequia y los comentarios de todos.
Felicitemos a su autor, Jesús Carrasco, por el reconocimiento de los lectores, y por el éxito de ventas.

Saludos.

Paco Cuesta dijo...

Resulta interesante comprobar como el éxito de crítica y público de Intemperie acarrea abundancia de "paternidades".
Un abrazo

M.V. dijo...

me dice
Muchas gracias. ¿Conoces a gente en Valladolid?

Un abrazo

Dietmar

play loud! tiene el placer de anunciar que el documental Los Colonos del Caudillo

ha sido seleccionado por la Semana Internacional de Cine de Valladolid – Seminci

dentro de la sección Tiempo de Historia.

1º pase: miércoles 23 de Octubre a las 11.30h, Cines Broadway 5

2º pase y presentación oficial: viernes 25 de Octubre a las 19h, Cines Broadway 5

Tras el segundo pase los espectadores tendrán ocasión de hablar con los autores del film,

así como con algunos de sus protagonistas

Abejita de la Vega dijo...

Mucha poda tiene "Intemperie", para mi gusto demasiada. Mas si esto es lo que se lleva ahora...nos pondermos al día.
El niño de Intemperie puede recordar al Nini de "Las ratas" de Delibes. Los dos son niños sabios pero del Nini sabemos mucho más, lo vemos en su relación con la gente del pueblo, con nombre y apodo cada uno de ellos.

Me gusta el retorno cervantino, aunque sea con las novelas ejemplares que no son mi debilidad. Gracias por incluir en tu entrada mi blog "Leemos el Quijote", una recopilación muy enriquecedora, me ayuda a recordar y a redescubrir pasajes olvidados. Y, de paso, me leo a mí misma y aprecio la evolución de mis escritos, en "La acequia" he aprendido lo que en ningún libro hubiera aprendido.

Un abrazo

pancho dijo...

La prosa es ritmo, como nos has repetido en bastantes ocasiones. Y ritmo es uno de los elementos primordiales de esta novela. Es difícil encontrar alguna palabra o expresión que desentone dentro del conjunto de la obra, tomada como una sinfonía. El autor tiene más mérito - si cabe - al introducir sin complejos vocablos del habla popular – muchos de ellos de carácter estrictamente rural- o dialectal del oeste del país porque se trata de palabras que rara vez se ven escritas en ningún sitio. Los hablantes las conocen por usarlas solamente en el lenguaje oral. Otra característica que he observado es la intensidad de muchos párrafos, que a menudo invitan a la relectura. La novela es corta, pero vale más que otras de muchas más páginas a las que les sobra la mitad.
Leí el artículo de Muñoz Molina y también pensé que podía referirse a esta novela ( y no lo digo a toro pasado aunque lo parezca) . Como uno no lee tanto como debería, me queda mucho aún para saturarme, para agotar esta vía.
Se agradece que nos pongas al día de las corrientes por las que circula la creación literaria actual.

Luis Antonio dijo...

Un amigo mío, profesor y escritor, también escribe sobre esta novela. Vale la pena dedicarle unos minutos. Aquí:

http://bernardinas.blogspot.com.es/2013/02/ensayo-de-literatura-campestre-1.html

Gracias, Pedro, por conceder a una modesta entrada el honor de figurar en este espacio.

São dijo...

Parece impossível como os dois países ibéricos continuam sem uma real interacção cultural que permita um maior enriquecimento tanto de Espanha como de Portugal.

Quando vou a Espanha e como leio castelhano, galego e catalão costumo comprar livros, mas guiando-me só pela intuição e contracapa...o que é muito pouco.

Um abraço grande, querido Pedro.

omar enletrasarte dijo...

la procuré, está en mis manos, comienzo a leerla,
.
perdón por no estar al día, trabajo, hijas, nietos, la vejez.....
.
abrazo

lichazul dijo...

completo post Pedro
buen fin de semana
besos

MIMOSA dijo...

Tras leer la entrada de Abejita de la Vega y la de Paco Cuesta ya no pude evitar el gusanillo de mandarla a pedir, y el culmen, como no podía ser de otra forma, es tu entrada para que la curiosidad me mate...
Ahora he de esperar que algún amigo se pase a buscarla por mi librería (que yo estoy escayolada, je,je,je)

Espero que me llegue a tiempo y poder ir al paso, si no, me la leeré igualmente...La verdad es que este tiempo de sosiego me hacía falta, por algo ocurren las cosas...

Besos

Myriam dijo...

Ya leí los dos primeros capítulos. También leí el artículo de AMM que enlazaste. Desentono habitualmente con modas y tendencias, suelo ir más bien a mi aire evaluando obras de arte de cualquier tipo y literatura y creo que ésta vez no será muy distinto. Fuera de Paul Auster, Walt Whitman y Ernest Heminway, te soy sincera, no suelo leer literatura estadounidense, así que no conozco a estos autores de los que ha bebido JC, pero desde ya, no le encuentro la gracia a eso de importar modelos y nacionalizarlos cuando hay tanto propio de valor. Y otra cosa, el minimalismo ese llamado "poda" de por si no me agrada, cuando termine de leer Intemperie, te diré si he cambiado de opinión.

Besos

andandos dijo...

He leído todos vuestros comentarios y reseñas y estoy intrigado, así que comienzo con la novela. La alternaré con el Quijote, del que me falta un capítulo para terminar la primera parte.

Un abrazo

Edurne dijo...

De momento tengo leído el libro tiempo ha ya.. y la aportación de Mª Ángeles, seguiré con las otras dentro de un rato...
Me va gustando la forma y el modo de trabajar y ver una historia, así, desmenuzándola, porque cada lector se convierte en un especialista en desmenuzar lo periférico o lo de las entrañas...

Besos.
;)

Unknown dijo...

A mí me ocurrió como a Abejita de la Vega que al instante pensé en LAS RATAS de Delibes,salvando las distancias,claro.

A los amigos que andan por aquí les pido perdón por desaparecer sin decir adiós,no me gusta despedirme,asuntos propios me alejan de las redes.