Desde que el 1º de enero de 2011 naciera el Proyecto agua todo en él ha tenido la fuerza de un sortilegio. La vida se teje de tristezas y alegrías, pérdidas y encuentros y las puntadas que unen estas emociones son nuestra biografía. Aquel día tuve el acierto de recurrir al agua para salvarme de la desolación, de acercarme abrumado de tristeza al hilo humilde del río Esgueva en sus últimos quilómetros, antes de que se rinda al Pisuerga. Encontré en la Esgueva un viaje hacia dentro que me descubrió mis propias esguevas, las más peligrosas, aquellas en las que nacen los peores monsturos, pero también las que dan fruto a las lágrimas consoladoras y a la feracidad del tiempo. El fruto final de aquella investigación sobre la presencia del agua en los espacios autobiográficos a la que se sumó Javier García Riobó con la constancia que a mí me faltaba y su innato sentido de la amistad -contrafuerte de un muro que se derribaba- nació este año: el proyecto expositivo en el que se reúne una videoinstalación (con videos de Javier y míos) y una presentación de fotografías (obra de Javier) que presentamos en Béjar y después en Valladolid y que hoy hemos mostrado en la Librería Bayo de Aranda de Duero junto al libro que lo soporta, Esguevas, con mis textos y las fotografías de Javier.
Todo tiene su sentido. Tinín nos buscó por la petición de una cliente. Luego comprendí por qué teníamos que acudir a Aranda. Tinín y su mujer, Marisa, llevan la bondad en los ojos; se afanan poque su negocio siga como referencia de la ciudad frente a un mundo que quiere arrasar las librerías y las papelerías en las que la relación humana está por encima del vértigo del consumo. Lo comprendí en cuanto vi el saludo de Tinín al vernos, cuando aprecié el escaparate de su librería, el celo con el que había organizado la presentación hasta en los más mínimos detalles.
La Librería Bayo se llenó, como se han llenado todos los locales en los que hemos presentado el Proyecto agua y Esguevas. Y desde el primer momento comprendí las otras razones por las que debía estar en Aranda. Bastaba con mirar los ojos de los que allí estaban, la atención que prestaron y el cariño con el que acogieron nuestra presencia. Entre ellos, algunos recordados del pasado; otros compañeros ciertos del presente -¡gracias, gracias, Paco, Begoña!-; la mayoría nuevos amigos con los que hacer más agradable la travesía de los futuros inviernos.
Hubo también una certera guía por las bodegas que recorren el subsuelo de Aranda. En alguna de ellas quise detener el tiempo para buscar el corazón que pareció habérseme parado hace tiempo, cuando hasta los duraznos enloquecían. Al ascender a la superficie todo me pareció más claro, más evidente, más limpio. Las antiguas bodegas de estas tierras tienen el poder sanador de los laberintos cuyos enigmas son descifrados.
Contribuyó mucho el grupo de amigos que reunió Tinín para agasajarnos, a los que agradezco el tiempo que nos dedicaron de forma tan cariñosa, y su invitación a comer en Casa Florencio, lechazo asado y ensalada en buena compañía. El tiempo trascurre así de una forma en la que todo adquiere el ritmo humano del que este mundo quiere despojarnos a mordiscos.
12 comentarios:
Me da mucho leer lo bien que les fue a ambos y lo bien recibidos que fueron.
Abrazos x 2
Gusto, eso es lo que me da y mucho.
¿Bodegas? Me has convencido para que ponga a Aranda del Duero en mi lista de futuros destinos... jajaja
Y ahora me voy antes de que me eches.
Pedro, me alegro mucho el que disfrutaras y fueras tan bien acogido en mi tierra.
La librería Bayo la recuerdo de cuando era pequeña, hace ya muchos años, e iba con mi padre a Aranda desde Pardilla.
Tan bien he tenido la suerte de conocer al librero que la regenta y comprobar la ilusión que pone en todo. Cuando hablé con él, estaba un poco preocupado por si no asistían muchas personas a la presentación, pero ya veo que ha sido todo un éxito.
La semana que viene iré por allí y supongo que no te habrás olvidado de firmarnos a Mª Ángeles y a mi los libros.
Conozco bien más de una bodega. Los arandinos están orgullosos del laberinto subterráneo que tienen a su pies.
Felicidades y gracias por traernos a los de la Ribera del Duerto tu libro Esguevas. ¡Cuánto me hubiera gustado haber compartido contigo la presentación, pero no puedo ser! A veces a lo importante coincide en el tiempo
Un gran abrazo
Luz
Fico feliz por tua alegria e por tudo correr assim tão bem.
Como se pode adquirir esse teu livro?
Um bom domingo e que essa tua merecida felicidade prossiga!
Abrazo fuerte, querido amigo mio.
Enhorabuena por el resultado!!
besos
hola pedro te dejo mis saludos
besines
sau
Me alegra tu entusiasmo.
De Aranda tengo una gran amiga (que vive por aquí) y aún no he ido, a pesar de sus reiteradas invitaciones.
Besos
Hace poco descubrí Aranda, un pueblo que siempre me había parecido un anodino lugar de paso.
Merece la pena pasear por la parte de la Plaza Mayor, contemplar el gótico tardío de la iglesia de Santa María, asombrarse de los kilómetros de sus bodegas...El año que viene, harán la Edades del Hombre.
Me alegro del éxito de la presentación, estoy deseando leer el libro, con tu firma...lo que te dice Luz.
Besos, Pedro.
De Aranda es una de mis mejores amigas.
Y no sabes cuánto me alegro de que todo fuera mejor de lo que se pudiese soñar.
Besos, Pedro.
Gracias a vosotros: Marisa, Tinin, Javier y Pedro, disfrutar de buenísima compañía no siempre es posible.
Ocho abrazos
que bonito lo cuentas, con cuanto cariño... describes muy bien la calidez que recibísteis.
biquiños, y felicidades por éxito tan merecido.
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