Ayer terminé, por este curso, mis intervenciones en el Programa de la Experiencia de la Universidad de Burgos con una clase sobre la irrupción de Lope de Vega en los corrales de comedia españoles a finales del siglo XVI: les hablé de un joven sediento de triunfo literario, con una capacidad innata para conectar con un público amplio. También les hablé de la España de la época y de cómo el local teatral condiciona la obra que vemos en él como espectadores.
El proyecto, más conocido como la Universidad de la Experiencia, merece todos los elogios. Los mayores de 55 años pueden matricularse y seguir, de forma regulada, unos estudios de contenidos variados que les conducen a una graduación final con una formación amplia. Para algunos de los alumnos supone la primera experiencia universitaria, para otros el regreso a las aulas tras muchos años de vida profesional. No todos están jubilados, pero la mayoría de ellos ya no está en el mundo laboral. Iba a decir que no están activos, pero he corregido inmediatamente la palabra: estos alumnos del Programa de la Experiencia son los alumnos más activos que he tenido nunca (y soy profesor desde los años ochenta). He tenido la suerte desde hace años de participar en el Programa como profesor de Literatura en materias obligatorias y optativas y puedo asegurar que nunca he necesitado motivarlos. Se encuentran en el aula sin la urgencia de obtener un título para encontrar un trabajo: van porque quieren aprender, porque quieren conocer más, porque quieren replantearse lo que ya estudiaron hace décadas. También porque quieren conocer personas diferentes, participar en las excursiones, leer lo que los profesores les recomendamos y acudir a las exposiciones que les comentamos. El Programa, como tantas cosas en España, ha sufrido los recortes y ahora recae en el pago de las matrículas la mayor parte de la financiación. Y allí están. Han retraído de las pensiones -o de los sueldos en los casos en los que aún están trabajando- el dinero para matricularse: seguro que alguno de ellos se ha privado de los cafés en los bares de sus barrios para tomárselos en las cafeterías universitarias -más baratas- o se ha privado de los pocos caprichos que podían permitirse para acudir a las aulas universitarias. Y no faltan a clase y no protestan cuando el profesor se pasa de la hora y sigue explicando para terminar el tema. Durante estos años he visto a muchos de ellos crecer tanto intelectualmente que lamento que en sus tiempos no hubieran tenido la oportunidad que ahora les brinda la vida. Además, a mí, por lo menos, me hacen mejorar cada día como profesor solo con mirar sus caras cuando les hablo en clase.
20 comentarios:
Te aseguro que si yo tuviese la oportunidad de poder asistir a tus clases no lo dudaría,seria una alumna aventajada...solamente por todo lo que tú eres capaz de enseñar Pedro.
Suscribo al comentario de mi antecesora.
Besos a ella y a ti
De hecho hay clases tuyas que no me pierdo por nada del mundo desde El Quijote en adelante, aunque sean virtuales (Bendito sea el virtualismo presencial bloguístico)
esas iniciativas deberían multiplicarse en todos los campos y en todas las universidades del mundo
bien por tu experiencia y los experimentados
besos
No sabes lo identificada que me siento, con esta entrada tuya. Aquí en la Universidad de Alcalá, también existen cursos para los mayores de cincuenta y cinco, pero lo llaman Universidad de Mayores, que por lo que explicas es más o menos lo mismo. El curso pasado terminamos los tres, que componen los estudios de Humanidades, para mí era la primera vez que pisaba la Universidad, y disfruté como una enana. La literatura me gusta mucho y los profesores sobre todo el último fueron estupendos, no me habría importado, que alguna clase la dieras tú, me gusta cuando el profesor se le ve que vive, que ama lo que dice y enseña.
Esta etapa de mi vida ha sido un bello regalo. Me supongo que todo lo que digo te será muy familiar, porque te llegarán las opiniones, y habrás visto las caras de satisfacción de los alumnos "mayores". Me alegra saber que esto se hace en muchas Universidades, y que gente como yo, con ansias de aprender tienen una oportunidad.
Mi agradecimiento a mis profesores lo hago extensible a ti.
(Aquí también se han notado los recortes).
Besos.
Buenas noches, profesor Ojeda:
Ilusiona lo que cuenta, de la Universidad de la Experiencia.
“Además, a mí, por lo menos, me hacen mejorar cada día como profesor solo con mirar sus caras cuando les hablo en clase.”
También, me consta, que algunos de los que le seguimos en el Blog nos consideramos sus alumnos, y aprovechamos la oportunidad que ahora nos brinda la vida.
En un libro precioso de poemas, su autor jubilado y profesor de Literatura, en la dedicatoria escribía:
“...Acaso la tarde es la mejor atalaya de la vida”
Un abrazo
Los mejores alumnos, un regalo para un buen profesor.
Como muestra un botón, nuestro Paco.
Besos, cuídate.
Pienso como Gelu. En cierta manera, este blog forma parte también de la Universidad de la Experiencia, para los que vamos haciéndonos mayores.
Un abrazo
Es un honor acudir virtualmente a tu clase cada mañana -a veces en silencio, otras, opinando -, con la intención de aprender. Puedo asegurarte, que lo consigo.
Un abrazo
No hay atajo sin trabajo -dice el refrán- aun con subida, el costo todavía es asumible afortunadamente, a costa de unos vinos o cafés, pero asumible. Antes nunca hubo oportunidad de contar con formación de tal categoría.
Gracias.
Una abrazo
Haver-te trobat ha estat genial.
Abraçades, profe!
/Codecola
Seguro que asistir a tus clases es una gozada, querido profe :) Besotes experimentados, M.
DE coração, te felicito pelo excelente professor que , indubitavelmente, és!
E te fico muito,mas muito, grata por esse teu apreço pelas pessoas que , não sendo jovens, se inscrevem ne Universidade.
A minha segunda licenciatura iniciei-a na Universidade Clássica de Lisboa aos quarenta anos como trabalhadora-estudante...e foi uma magnífica experiência!
Um abraço muito apertado, querido amigo mio.
Bem hajas, Pedro!
Es un privilegio tener a ese alumnado lleno de ganas de aprender. Lástima que en Catalunya no haya esa oportunidad de seguir clases en un universidades para la experiencia que tengan en cuenta a los que tenemos el castellano como lengua mental y amorosa.
Mi querido profesor, mis queridos/@s amigas, que aquí comentaís vuestras impresiones y elogios a nuestro amable y queridísimo Pedro.Soy alumna de 2º del programa de la experiencia que dirige nuestra directora Doña. Carmen Palmero, he de deciros que aún continúo en el mundo laboral,trabajo a turnos, soy sanitaria, y, a pesar del sueño o cansancio que los turnos acarrean en el organismo del ser humano más
sano, he procurado siempre acudir a las diferentes clases, tanto obligatorias como optativas. Este trimestre descubrí a Pedro, profesor de literatura, asignatura obligatoria, ¡¡¡ impresionada me dejó su forma de transmitir sus conocimientos literarios, cómo lo vive, cómo lo explica, gracias a este programa, puedo decir que yo también fui a la universidad.Doy las gracias de todo corazón a todas las personas que hacen posible que los mayores de 55 años, podamos asistir a estas clases. Un abrazo.
¡Qué suerte han tenido los mayores de 55 años! para poder acudir a esos programas de la universidad de la experiencia habiéndote tenido a tí como profesor, no me hubiera importado haberme añadido unos cuantos años más para haber podido asistir a las clases y escuchar tus enseñanzas sobre Lope de Vega, o de la España de aquella época, o todo lo que les enseñaste.
Es maravilloso que personas de esa edad quieran aprender para conocer más, o que participen en excursiones, la pena es que también este programa haya recibido recortes, nos están quedando sin lo bueno que teníamos, y lo más penoso es que tengan que recortar en educación y cultura.
Tienes que sentirte dichoso al ver sus caras que te miran con tantas ganas de conocer más.
Felicitaciones, Pedro.
Mi admiración.
Un beso.
Como me ha gustado la última frase del post, y como me gustaría poder asistir a tus clases.
Un abrazo.
Rita.
Yo soy uno de esos alumnos que el martes pasado difruto con tu clase en nuestro corazón llevamos esa poesía y esos comentarios de nuestros maravillosos literatos para siempre que tú nos has hecho amar un poco más si es posible. Te hecharemos de menos en clase, gracias don Pedro
Publicar un comentario