Daré cuenta aquí de las primeras noticias de la primavera cuando las ramas de los almendros apunten yemas voceadoras de azahar. Que ya va haciendo falta que se adelante y embellezca tanta fealdad y le dé horizonte.
21 comentarios:
Anónimo
dijo...
Las mejores primaveras llegan tras un gran invierno, con sus lluvias, sus nieves, sus heladas. Hemos de tener paciencia para que la primavera pueda florecer y disfrutar lo que podamos de este triste invierno. ¡Lo que ha de llegar llegara!
...ese muro y esas alambradas me dejan un sabor amargo candados, rejas, obstáculos, y cortafuego, todo un encierro a la libertad la primavera llegará entre esta grisácea melancolía... nada servirá para detenerla ella no tardará será el milagro en los meses que acá el sol se despide de mí
Yo que estoy inmerso en uno de los veranos más raros que he vivido en estas latitudes, añoro la llegada del invierno por aquello de las sopas, el crepitar de la leña en la chimenea y las tardes cortas leyendo un buen libro. Aunque siempre pienso en una primavera perpetua... Un abrazo
Hola Pedro. Hacía tiempo que no me pasaba por tu acequia. Te visitaré más a menudo. Esos almendros estarán floridos en menos que canta un mirlo. Para mí, el florecimiento de los almendros es una de las sensaciones del año, junto con el canto del mirlo, que no tardará. Un abrazo y un saludo a tus lectores. Enrique
Ya hay almendros floridos en las montañas de más al sur(http://jancarti.blogspot.com.es/2013/01/montana-en-flor.html), pero no dan para tapar la fealdad que nos envuelve.
El suelo mullido y verde, agradeciendo lluvias y nieve. Junto al árbol, contemplándolo en todas las estaciones del año, su amiga de siempre, la vieja pared, abrigándolo ahora de fríos e inclemencias. Algunas de las ramas del árbol se inclinan ante los corazones enfilados, mientras otras, curiosas, se alzan para mirar lo surgido de tanto ruido trás la tapia.
Después del invierno, siempre llega esa primavera que todos añoramos en estos momentos. Aunque, si lo pensamos bien, hay inviernos eternos... En ese caso, hay que fabricarse una primavera a la medida con lo que tengamos más a mano, que bien pueden ser esas primeras mimosas que no tienen más remedio y florecen muy a su pesar antes de tiempo (en el fondo lo hacen adrede y para alegrarnos la vida)!
Esperaremos esos primeros brotes de esperanza llamada primavera!
Y yo abriré las ventanas al mejor estilo checo ¡Plin, plan, plung! -el "defenestratis praguense"- porque a los aires primaverales de renovación y cambio, hay que darles... un empujoncito... :-)
21 comentarios:
Las mejores primaveras llegan tras un gran invierno, con sus lluvias, sus nieves, sus heladas. Hemos de tener paciencia para que la primavera pueda florecer y disfrutar lo que podamos de este triste invierno. ¡Lo que ha de llegar llegara!
...ese muro y esas alambradas me dejan un sabor amargo
candados, rejas, obstáculos, y cortafuego, todo un encierro a la libertad
la primavera llegará entre esta grisácea melancolía... nada servirá para detenerla
ella no tardará será el milagro en los meses que acá el sol se despide de mí
abrazos
Recién llegada de una primavera mexicana....pues.. ¡como que tenia ganas de un poquito de invierno!..la vida es un puro contraste.
Não percamos a esperança da chegada da beleza após tanta fealdade, meu querido amigo.
Te abraço.
Yo que estoy inmerso en uno de los veranos más raros que he vivido en estas latitudes, añoro la llegada del invierno por aquello de las sopas, el crepitar de la leña en la chimenea y las tardes cortas leyendo un buen libro.
Aunque siempre pienso en una primavera perpetua...
Un abrazo
Por estas tierras no florecen nunca tan pronto y...hay tanta fealdad que tapar.
Besos
Reguemos nuestra propia primavera por dentro, florecerá, eso espero. Besito.
Suspirar por el futuro, pero vivir el presente, no hay más remedio.
Un abrazo
espero impaciente el anuncio.
biquiños,
Hola Pedro. Hacía tiempo que no me pasaba por tu acequia. Te visitaré más a menudo. Esos almendros estarán floridos en menos que canta un mirlo. Para mí, el florecimiento de los almendros es una de las sensaciones del año, junto con el canto del mirlo, que no tardará. Un abrazo y un saludo a tus lectores.
Enrique
Ya hay almendros floridos en las montañas de más al sur(http://jancarti.blogspot.com.es/2013/01/montana-en-flor.html), pero no dan para tapar la fealdad que nos envuelve.
Aún falta mes y medio para que explote la primavera en todo su esplendor... Besotes invernales, M.
Buenos días, profesor Ojeda:
El suelo mullido y verde, agradeciendo lluvias y nieve.
Junto al árbol, contemplándolo en todas las estaciones del año, su amiga de siempre, la vieja pared, abrigándolo ahora de fríos e inclemencias.
Algunas de las ramas del árbol se inclinan ante los corazones enfilados, mientras otras, curiosas, se alzan para mirar lo surgido de tanto ruido trás la tapia.
Un abrazo
Después del invierno, siempre llega esa primavera que todos añoramos en estos momentos.
Aunque, si lo pensamos bien, hay inviernos eternos...
En ese caso, hay que fabricarse una primavera a la medida con lo que tengamos más a mano, que bien pueden ser esas primeras mimosas que no tienen más remedio y florecen muy a su pesar antes de tiempo (en el fondo lo hacen adrede y para alegrarnos la vida)!
Esperaremos esos primeros brotes de esperanza llamada primavera!
Besos!
;)
Estos días de invierno, el sol, paradójicamente, tiene una luz fuerte y deslumbrante. El ciclo biológico nos empuja.
Te tomamos la palabra, Pedro, y la imagen, que ya desde ahora mismo empezamos a poblar con flores blancas.
Al menos de ese árbol cuelgan corazones.
Besos
Y yo abriré las ventanas al mejor estilo checo ¡Plin, plan, plung! -el "defenestratis praguense"- porque a los aires primaverales de renovación y cambio, hay que darles... un empujoncito... :-)
La primavera con su fuerza tapará tanta fealdad.
Feliz fin de semana :)
Buscaremos nuestra propia primavera, tal vez no haya otra.
Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa quiero que llegue....
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