Volvamos al tiempo del café sin prisas: sobremesa prolongada, tarde llena de palabras. Hablemos, hablemos de las cosas que nos importan y de las que no nos importan. Que se llenen las cafeterías de gente con ganas de hablar mirándose a los ojos, amigos de hace tiempo, compañeros de trabajo, amantes, bohemios de estilográfica y cuaderno de notas. Que se prolonguen los ruidos de la comida en las casas. Que no consigan aislarnos. La jerarquía del tiempo es nuestro poder para subvertir el estado de las cosas. El fecundo tiempo improductivo.
30 comentarios:
No hay mejor tiempo fecundo improductivo que ese...
Mi Señor Ojeda,
Mire Usted, que dando esos consejos, a la mínima el Mifistro Gallardon en su afán de retorno al pasado nos recupera la Gandula (Ley de Vagos y Maleantes); que aplicada, entre otros, a rufianes sin oficio conocido y nescafetas, nos situaría las tertulias de sobremesa en el talego.
Pero con todo y siendo como soy personaje de riesgo, acepto la propuesta y la extiendo a cualquier hora, que para tratar los temas importantes de la vida y del más allá, solo hace falta buena disposición y mejor compañía.
Suyo, Z+-----
el café es bebida gratificante en todos los sentidos aparte de sus propiedades puede prevenir enfermedades neurodegenerativas, ayudar como protector frente a la diabetes tipo 2, retrasar el desarrollo del mal de Parkinson y ayudar a reducir el riesgo de Alzheimer
así que bien por ese café ojalá en grano
besitos y feliz fin de semana
pd... y para equilibrar: el TÉ igualmente posee muchas propiedades benéficas para nuestro cuerpo
Fizeste-me lembrar o poema de Fernando Pessoa sobre o prazer de não fazer nada...
Conta comigo nessa tua tertúlia , saboreando o café e a conversa!
Querido Pedro, bons sonhos.
¡Sí!,!Sí¡ me apunto... tarde de café y tertulia, de conversar, de pasarse las horas, pero muy a gusto, olvidarse del tiempo , empalmar comida con cena.... café y café, risas y palabras.
Rita.
Una utopía. ¡Ojalá! fuera posible hoy en día pero mucho me temo que la vida que llevamos de prisas y angustias no es la más idónea para esas largas sobremesas y tertulias de antaño... Besotes apenados, M.
Venga ese café y sigamos felizmente improductivos.
Besito.
Suelen ser el tiempo y el lugar más propios. Incluso a veces hay comidas que solo son pretexto para una suculenta sobremesa.
¡Arriba las tertulias de los cafés!
Malo, cuando no vayamos ni a los cafés.
Quiero hacer un observación; las tardes en los cafés, más a la hora de la merienda, están colonizados por grupos de mujeres. Dicen que a veces, son tan eficaces como un visita al psicólogo, que son su propia terapia cuando se juntan para cualquier actividad.
Y se puede hablar de todo.
Me apunto a la sobremesa desde ya!
Momentos cálidos que nos reconcilian con los otros.
Besos
qué grandes momentos los del café. Después de comer, o al atardecer en un café de renombre tal vez?
Quedaré en el Gijón para tomar un café, con un amigo escritor. qué gran café!
Un abrazo y felices días.
Estamos en sintonía, Pedro. Yo también anhelo tiempos más lentos y reflexiono sobre el asunto un poco más extensamente, como es mi mala costumbre, en mi último post.
Te invitaría a un cafecito, como le llamamos aquí los porteños, para el cual parece escasear el tiempo también en Buenos Aires.
Un saludo.
Volvamos.
Que se mueran la soledad y el olvido
Yo también me apunto a esas sobremesas prolongadas, sea con un café, un té, una cervecita, o lo que sea, eso es lo de menos.
Besos
Vengo de una de esas sobremesas improductivas. QUe corta!
El café y la conversación ¡Qué buenos aromas!
Saludos, Pedro :-)
Todo tiene su tiempo,el del cafe tiene que ser el justo.
Cuando se alargan los tiempos se pierde intensidad,la vida esta hecha de momentos,el cafe es uno de ellos.
Vivan los cafes,compartidos!
Los cafes como los viajes no importa el lugar,pero si es importante la compañia.
Sobremesa prolongada. La verdad que es añorante ese momentazo sin prisas, sin diálogos hechos de antemano; solo lo que surge tras el aroma del café y una silla caliente de horas de buen uso.
Un saludiño,
Rosa María Milleiro
http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/
En general nuestra sociedad no mira con buenos ojos el tiempo improductivo, y el del café, y por extensión el tiempo dedicado a hablar por hablar, a pasar el rato de manera agradable, es uno de ellos. Pero no debemos ceder, demasiadas veces cedemos a causa de los demás, así que disfrutemos de lo único que no vuelve, el tiempo.
Un abrazo
Que vuelvan: voy a encender una velita para que se cumplan aquellos momentos de conversación y contemplación delante de una taza de café y, en invierno detras de las cristaleras las puestas de Sol...
Un abrazo.
Los cafés con amigos, son fabulosos, reconozco que debería acudir con mas frecuencia.
Echo de menos esas sobremesas con mis hijos, contando cada uno sus avatares ¡Qué tiempos!
Besos
El café no es la bebida sino el lugar, la tertulia, la conspiración, la crítica y la autocrítica, el intercambio de opiniones, las relaciones, el ágora de invierno, las ideas, el registro público de los pensamientos, las protestas civilizadas, las utopías, la palabra, los sueños compartidos, los proyectos, las soluciones, el tiempo recuperado, la exhibición, la escucha y todo lo contrario al silencio.
El tiempo de la conversación amigable en torno a un café, jamás es un tiempo perdido,ni puede considerarse improductivo.¿que mejor recompensa,para un amigo que el reencuentro y la conversación de una persona querida en una pausa?.
Para mi,estos son los mejores
momentos del dia. Sin duda.
Saludos. profesor.
Cierto, ese tiempo improductivo en lo laboral, puede ser productivo social y anímicamente. En cualquier caso, nos puede deparar más satisfacciones, afecto y bienestar que todo lo que nos están esquilmando. Bien merece la pena, como dices, reunirnos y unirnos. Besos, querido amigo.
Volvamos a mirarnos a los ojos, a tocarnos...
Me ha encantado, Pedro.
un café..cómo me gusta eso!
Ahí has dado con la clave: el tiempo. No hablo del tiempo de trabajo, sino del ocio. Cuando lo consumimos por los caminos que otros nos crean, estamos cediendo lo más valioso de nosotros, nuestra mayor potencialidad.
yo también reivindico las sobremesas... y las palabras, en general.
el fecundo tiempo improductivo... frase hermosa y sabia.
biquiños,
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