Toda nación tiene varias circunstancias históricas que la han marcado.
Se convierten de forma natural en ciclos literarios: los autores vuelven
a ellas por varias razones. Todas ellas se pueden resumir en una: las
naciones deben comprenderse en esos momentos claves para poder seguir
adelante. Esto sucede más aun cuando determidas circunstancias
históricas han dejado cicatrices tan profundas que todavía duelen en el
presente.
En contra de lo que muchos dicen, aun caben muchos regresos a la Guerra civil española de 1936-1939, sus momentos previos y sus consecuencias. No es, en absoluto, una materia que se haya agotado. Como ya dijimos al leer Riña de gatos de Eduardo Mendoza, ahora parece que podemos abordar aquellos acontecimientos de otra manera porque, entre otras cosas, los tiempos y las estéticas son diferentes. Aun en una autora tan comprometida como Almudena Grandes, esto es cierto: hay una cierta forma de mirar los hechos como si ya no dolieran en condición de españoles y solo afectaran como una fábula de interés general que puede ser leída sin sentir el odio o la pasión de quien siente unas ideologías determinadas. Es algo que se observa desde hace unos años en la narrativa o en el cine español. Entre otras cosas, porque nunca se escribe para el pasado sino para el presente y, en la actualidad, la mayor parte de la población española ha nacido después de aquellos hechos. Por ello, la aproximación es de otra manera, que trasciende lo puramente nacional para buscar sentimientos universales.
Almudena Grandes, en sus Episodios de una Guerra interminable busca narrar aspectos hasta ahora no tan abordados por la novela española de lo que ocurrió tras el final de la Guerra civil y hacerlo desde miradas menos heroicas de lo habitual. Los protagonistas son personas normales situados en situaciones extraordinarias, como los protagonistas de Inés o la alegría o El lector de Julio Verne. Personas a los que la historia cercena la vida, irrumpiendo en lo cotidiano como un elefante en una cacharrería. A partir de ahí la mirada se agudiza: vivimos desde el lado más humano la tragedia histórica que contienen estas páginas.
Noticias de la lectura
Myriam ha publicado ya seis magníficas entradas con su aportación a la lectura, analizando los aspectos más significativos de ella. En la primera, establece la condición de la voz narradora -fundamental- y las trazas psicológicas de los padres del protagonista, junto a su relación con el entorno. En la segunda, analiza las relaciones emotivas entre los miembros de la familia. En la tercera, salta del núcleo familiar al del círculo de amigos del protagonista, una parte indispensable del crecimiento personal. En la cuarta, estudia la educación recibida por el mucho, tanto la oficial como esa otra que se va encontrando en otros lugares. En la quinta, el juego, otra faceta del aprendizaje humano que contrasta aun más con la tragedia que contiene la historia. Finalmente, en la sexta, trata el momento clave en el que el muchacho pierde la inocencia: la historia se le viene encima y desborda definitivamente su infancia.
Mª Ángeles Merino comienza la lectura con las palabras de presentación de Almudena Grandes -no os perdáis el video de su entrada- y un paseo por la nieve que ayuda a enmarcar la narración de forma simbólica.
Merche Pallarés resume el motor de arranque del libro: la mirada infantil. Esa estrategia narrativa es clave para comprener la estrategia inicial de la autora.
Paco Cuesta vuelve a dar otra lección de pulso lector: hasta la profundidad simbólica del frío.
16 comentarios:
Yo recibí ayer el libro y comencé su lectura. Me ha encantado. Primero porque el protagonista se llama igual que mi marido y después porque me he sentido muy identificada con eso de que "en mi pueblo siempre hace frío" y también con la madre de Nino, siempre cuidando de los suyos y siempre protestando.
Yo escribi sobre Franco (a traves de la vista de mi abuelo, Don Rodriguez Soto, y todavía me putean)
Para mi ustedes no tienen arreglo.
Un abrazo.
Pues sí, definitivamente el arte, en sus variadas expresiones, suele ser el primero en tener visos de algo que ya pasa y tomará ser comprendido o que ya pasó y requiere comprensión a través de la abstracta apropiación.
Acá en Latinoamérica nos pasó con las novelas de dictadura en el boom latinoamericano de entonces. Dos ejemplos, que además de ejemplos, los leí: El otoño del patriarca de García Márquez y La fiesta del Chivo de Vargas Llosa. Algo similar pasa ahora con la novela urbana posterior y como parte del conflicto colombiano. Conozco pocas y las que conozco no me gustaron, así que prefiero no nombrarlas.
Interesante texto. Muchos saludos. F:
Me gusta tu enfoque de que ahora estas historias de la guerra (in)civil son tratadas con más distancia y menos apasionamiento. Ya era hora... Besotes siempre pacíficos, M.
Será interesante leer por qué un padre guardia civil quiere que su hijo aprenda mecanografía. Sobre todo en estos momentos en los que ya parece definitivo que la generación que nos suceda tendrá un retroceso en el nivel de vida con relación a los años de bonanza protagonizados por sus antecesores.
Me ha encantado que Almudena se haya acordado de Ángel González y de su cita-tan celebrada y cervantina- de la historia, la sangre y la morcilla. Y encontrar molinos apartados, "quimera" como ensoñación - segunda acepción del DRAE - que se ha vuelto tan real y de Sabina
La primera página de la novela atrapa, dan ganas de seguir leyendo.
Me dan miedo los excesos de compromiso en cualquier campo. Igual que los "ismos"
Ese lado más humano de seres comunes en situaciones extraordinarias en la gran tragedia que supuso la guerra civil española, está muy bien tratado en este libro de Almudena y para mi ha sido un verdadero placer analizarlo.
Y sí, como dices, es universal, en tanto que puede aplicarse a personas que han pasado otras guerras en otros países y en otras épocas. Quizás por lo mismo, al poner un poco de distancia, al no involucrar tanto los sentimientos, el lector actual pueda observar y tomar conciencia de lo que significa para los niños crecer en estas condiciones de violencia y terror. Los niños siempre son los grandes damnificados de cualquier conflicto bélico. Ningún niño debiera perder la infancia y menos, por decisiones que los adultos han tomado.
Besos
todos los pueblos hemos pasado por períodos belicosos, es parte de la natura humana , ese afán de conquista, competencia y egoísmo pero sobre todo el buscar siempre el modo de someter a quien no está en sintonía con nuestra visión subjetiva
besos
Almudena Grandes, persona comprometida políticamente, nos presenta su libro como un libro de aventuras. Nos deja que descubramos lo que viene después,a la vez que lo hace Nino, en su aventura de hacerse mayor y entender lo que le rodea. Los gritos tras la pared, la ley de fugas, la ropa negra tendida, la supervivencia de mujeres "solas", el baile encima de un cadáver,la verdadera historia del padre de Nino, guardias civiles rojos, quién es Pepe...Iremos destapando.
Un libro que se lee a gusto. Y se relee.
Besos, Pedro, gracias por elegirlo.
Ya era hora ya, y coincido con ello, el tratamiento de la Guerra civil española se está normalizando, para aquellos que no conocimos siquiera el franquismo llegó a hastiar ver tanto odio y revanchismo de unos y otros en la cultura.
A mí me está gustando mucho ver los acontecimientos a través de la mirada limpia de un niño, desde la inocencia que no comprende las atrocidades que ve, atrocidades que le marcan y que le van acercando a los sinsentidos de los adultos.
Besos
Sinto o mesmo que tu relativamente a criaturas que deveriam consultar um psiquiatra em vez de andar a despejar as sua frustações sobre as pessoas e a escrever disparates .
É que eu também não posso ter a opção Anónimo, por causa de situação igual à tua.
Besos, querido Pedro
Estoy disfrutando Pedro, de la lectura del libro y de las distintas exposiciones de los que participan de una manera más directa en sus publicaciones.
Voy leyendo todo, y sigo llenándome de vuestra experiencia que es también la mía.
La novela es muy humana y eso es lo que cuenta.
Un abrazo y muchas gracias
Un libro que me dejó con ganas de mayor profundidad, pero que sin duda alguna ha logrado alcanzar más que otros a un público más extenso, y gracias a ello, a seguir trabajando y difundiendo desde otras ópticas la memoria histórica.
Ya te mandé lo mío.
Un beso, Pedro.
Creo que desde la primera frase, tanto Asun como yo quedamos enganchadas. Como sabrás, al haber pasado juntas estas vacaciones, hemos paseado a Nino por toda la isla.
Escuchar la lectura con otra voz, leerla en alto para otro, hace que saborees diferentes matices que en solitario probablemente se hubieran pasado por alto.
La historia no juega para todos por igual, desgraciadamente.
Besos, Pedro.
PD: Por cierto,tendremos que poner remedio para dejar de ser turista en mi tierra (que te he leído en el blog de Asun), y para navegar en velero también.
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