Sorprender a alguien asomado a una ventana sin que nos perciba es como andar de puntillas en sus pensamientos. De entre todas las formas de asomarse hay una que sobresale: aquella en la que quien se asoma lo hace hacia dentro de sí mismo. El primer impulso pudo deberse a fumar de manera que no moleste a quien esté dentro, tomar el aire, o curiosidad sobre lo que pasa fuera o mera necesidad de paisaje, quizá mostrarse a quien pasa la calle. Cada forma de asomarse configura un gesto diferente. Cuando alguien se asoma para ensoñarse, el cuerpo se entrega a un silencio que no logra romper ningún ruido de este día de agosto en el que la ciudad parece abandonada por todos sus habitantes. El que mira lo guarda también, agradecido por el regalo más alto: la confianza de dejarse ver en ese momento justo en el que lo que se lleva dentro se hace frontera con el alféizar del cuerpo. La única forma aceptable de corresponder es acercarse para abrazar por la cintura a quien se asoma y compartir su silencio mientras en el horizonte se declina la tarde.
32 comentarios:
Aqui me asomo a tu ventana...
¡Mi niña, está castigada?
Besitos
¿Acaso puede haber mejor regalo que descubrir en el balcón a quien se levanto antes que uno?
Un abrazo Pedro
Y como te asomaste, te doy un abrazo.
Es una persona muy querida para ti, es una foto hecha con mucho cariño. Es una ventana sin ventana.
Besos
esperando ese abrazo es que a veces uno de tanto asomarse ya es punto fijo jajaja
besos y abrazos
¿Te cuento un secreto, Pedro?
Me encantan esos abrazos.
Compartilho o encanto de Campurriana.
E a foto me trouxe à memória o estupendo quadro de Dali.
Desta minha ventana te abraço, querido amigo mio.
Dicen que los abrazos son terapéuticos.
Aquí dejo el mío ;-)
Antón.
Hoy me ha gustado especialmente tu entrada. Un beso
Querido Maestro, esa mirada interna de asomarnos a nosotros mismo es un verdadero éxtasis!!
...asomarse para que me vean...y me abracen!!
si, eso me encantó!
besos,
Ali
Um texto encantador, pleno de um carinho envolvente.
Beijo.
Asomarnos sabiéndonos protegidos por un abrazo, es un dulce riesgo.
Besos, Pedro.
Aquel que observa a quien se asoma, también se asoma.
Besitos asomados a la mar lluviosa.
Un asomarse a la paz del silencio que ofrece el momento. Precioso...
Un abrazo
Me gusta asomarme, me gusta fotografiar modelos de espaldas y abrazar de espaldas. Esto es lo mejor.
Saludos
Soy más de asomarme, pues desde lo alto la ciudad se ve mover como un hormiguero, además, al pasar por debajo, uno corre el peligro de quedar uncido con la ceniza del tabaco.
Sabes, como nadie, sacar partido a una fotografía y hacernos reflexionar.
biquiños,
Intrsopección, abir el interior, dejar que bajen las defensas...
besos
Tu texto es tan bello como mi pintura favorita de Dalí, precisamente porque pones en palabras todo eso que yo veo e imagino en ella. Se transmite aquí mucho amor por la persona asomada a la ventana y hacia dentro de sí, que ha logrado que tú también te asomaras a tu interior y desde allí reflexionaras con el corazón.
¡Un beso y celebro tu dicha!
Me asomo a esta ventana donde la belleza es el arte de tu literatura hecha poesía, hoy tu entrada me sabe a paz, paisaje, a regalo de letras, a belleza, y acercarme aquí a tu rincón es sentir ese abrazo por la cintura entre silencios compartidos.
Mi aplauso y admiración.
Un beso.
Bonito encuentro de ensoñaciones.
Asomarse al otro mientras el otro está mirando a su alrededor...interesante estrategia para mirar sin ser observado.
=)
El gesto alternativo de las piernas, el resplandor azul que bien podría ser de un cielo claro, todo ese espacio que esperar tu llegada...cuanta intensidad sin ruido, y qué sangre fría para detenerse y capturarla.
Lástima que no se vea la ventana si no, la foto se hubiera parecido al retrato daliniano de su hermana asomada a una ventana :)) Besotes curiosones, M.
asomarse a la ventana, es como asomarse a la vida que pasa por delante. I esta perspectiva es siempre cambiante. Te relaja, o te excita o te mata directamente. Claro que con un abrazo a tiempo puede salvarte de cualquier contingencia. Yo me apunto al abrazo.
saludos muy cordiales, mi profesor.
Buenas noches, profesor Ojeda:
¡Qué bien lo explica XUAN RATA!
Por ese motivo obtener la fotografía tiene un doble mérito.
Y coincido con con Merche Pallarés.
Un abrazo
otras veces, es oportuno, asomarse a verse uno mismo
saludos
ten un precioso fin de semana querido Pedro
abrazobeso pa'llá
:D
Un agradable descubrimiento tu blog, te encontré y tengo intención de quedarme.
Estaré atenta a Septiembre para empezar con el club de lectura, ¡estoy deseando!.
Gracias por tu atención.
Rita.
El abrazo incrementará la mirada interior.
Me gustó mucho el partido que le has sacado a un acto tan aparentemente sencillo como asomarse.
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