La segunda mitad de la postmodernidad, la que se aceleró en occidente a partir de la caída del muro de Berlín, generó una corriente consumista como nunca antes se había visto en la historia de la Humanidad. Ese parecía ser el único modelo: ideológicamente, además, se encontraba sin contestación posible. Desaparecidos -por el propio fracaso- los estados comunistas (salvo unas pocas excepciones sin capacidad desde entonces para generar nuevas propuestas de contrapeso), reorientados definitivamente los partidos democráticos de la izquierda tradicional hacia la socialdemocracia y, finalmente, hacia un liberalismo progresista, nada podía ya frenar el triunfo del modelo neoliberal: era cuestión de tiempo. El progreso material hizo el resto: la sociedad occidental abandonó toda conciencia crítica para caer en lo que, en otras ocasiones, he calificado de cultura de parque temático. Todo estaba al alcance de la mano para disfrutar, para obtener bienes materiales con un esfuerzo relativamente pequeño, para vivir continuamente en estado de febril felicidad según las normas de la publicidad. Este tipo de vida festiva en la historia siempre ha generado la misma consecuencia: el egoísmo y la disgregación de lo social.
Ahora que se ha acabado la fiesta, en realidad la apariencia de la fiesta, el trampantojo de una vida de crecimiento continuo con poco esfuerzo, una de las tareas más urgentes es devolver la conciencia social a los que la han perdido. Es difícil tarea. En primer lugar, porque estamos en una especie de estado de pánico y el pánico siempre encoge el espíritu. En segundo lugar, porque muchos todavía recuerdan el estado de consumo que ha generado la crisis como el lugar óptimo al que volver sin darse cuenta de que la fiesta ya se ha terminado. En tercer lugar, porque definitivamente ha aparecido una nueva realidad: la globalización. Al mundo financiero los resultados ya no le salen con las sumas y restas en un país concreto, sino en un mundo global en el que siempre habrá otro lugar en el que vender, otro país que desarrollar con las mismas inercias funestas que han llevado a la situación actual en Europa. Por eso, la conciencia social va a tener más difícil su rearme que en otros tiempos históricos: ya no se trata de tomar la Bastilla o el Palacio de Invierno, porque ya no hay símbolos de este tipo que puedan ser identificados con los nuevos poderes. Mientras tanto, el individuo también tiene su propia tarea de rearme: dejar de pensar solo en sí mismo y en absoluto presente, como parecía ser la solución para todos los males que hallábamos en los libros de autoayuda que han sido la guía espiritual de occidente en estas décadas de ceguera.
28 comentarios:
Totalmente de acuerdo.
Un magnifico resumen del fin de una época.
Saludos.
el pánico es lo peor que la masa puede demostrar, porque siempre terminan alzàndose los salvadores oportunistas y en sus garras caemos una y otra vez...
besos
pd...el no tener y el fácil acceso al tener hizo que las personas desde ya hace mucho tiempo trocaran sus valores (los verdaderos valores de vida han ido de mal en peor hasta casi desaparecer)
hoy poco y nada importa si la persona sabe , si su palabra la cumple, o si es verdaderamente honrado,
importa más bien si es capaz de hacer lo que sea por dinero , por poder, por éxito, por fama
parece que el fin todo lo justifica.
Muy acertado tu análisis, el cambio de conciencia social lo tenemos muy dificil. En lo que discrepo es en el papel de los libros de autoayuda, que si bien son todo un negocio favorecido por ese vacío que provoca este tipo de sociedad, vacía y sin valores, también sirven como un acercamiento al mundo interior, a una reflexión que de otra forma no se hubiera realizado.
En cualquier caso, estamos de acuerdo que de lo individual debemos dar paso a los social, el camino hay que recorrerlo entre todos y todas.
Saludos.
Concuerdo con tu acertado análisis de nuestra posmodernidad. En la Argentina también vivimos una "fiesta" de derroche consumista en los 90 y no sabemos cómo salir de la resaca que nos ha dejado. A eso se suma la situación global y la crisis del individuo, que se siente como flotando a la deriva.
El único autor que ha esclarecido el estado de liquidez en el que estamos inmersos pero sin dar absolutamente ninguna receta de cómo se sale, simplemente un profundo y logrado análisis de esta posmodernidad es Zygmunt Bauman, según quien "La única certeza es la incertidumbre".
Un cordial saludo, Pedro.
Hola Profesor: Llevas unos dias metiendo el dedo en la llaga de nuestra sociedad herida de muerte.
Aciertas con señalar, todos los puntos débiles, y con todas las miserias que salen a la luz,dia sí y otro también.
Un resumen, en definitiva, que dá escalofrios, solo de pensarlo. Aunque muy brillante, eso sí.
saludos.
...muchos todavía recuerdan el estado de consumo que ha generado la crisis como el lugar óptimo al que volver sin darse cuenta de que la fiesta ya se ha terminado.
Me quedo con esta frase tuya, Pedro. Totalmente de acuerdo. Y el otro día, hablando del mismo tema, un amigo añadió...."y no tiene por qué ser peor".
Me dejó pensando...
Muy de acuerdo, Pedro.
Qué frase acertada: "el pánico encoge el espíritu".
Menuda tarea reconstruir la conciencia social.
Abrazo.
Antón.
Querido amigo, acabo de te ler e mais uma vez estou totalmente de acordo contigo.
Até porque o teu excelente texto encaixa perfeitamente no que aconteceu no 1º de Maio em Portugal e que me deixou , além de muito triste, coberta de vergonha!
Fuerte abrazo.
Lo que parece que está en crisis es el sistema español. Es verdad que hay una crisis global que a menudo se usa como pretexto para justificar las políticas salientes y entrantes del estado español, pero si miramos los efectos en otros países, vemos que no son tan alarmantes como en España.
¿cual es la diferencia? por resumir es una diferencia de mentalidad, quizás de mentalidad mediterránea ... por repartir las culpas entre Grecia, Italia y Portugal por proximidad...La mentalidad que se ha ido forjando por políticas de amparo, de sanidad universal, de protección de los desempleados ... todas ellas insostenibles ...Esta mentalidad de derechos regalados más que conquistados unida a la picaresca tradicional del país nos hacía vivir en la inopia, en un mundo feliz en el que caía el maná del cielo con el mínimo esfuerzo.
Los ajustes más dolorosos y difíciles son los ajustes de mentalidad, había que cambiar la mentalidad del trabajo y de la fiesta por la fuerza y es lo que están intentando desde los dos últimos gobiernos.
Es muy duro bajar peldaños en la escalera de la comodidad y el buen vivir, pero es la forma más factible de aproximarnos a la forma de pensar sobre estos temas de los países que soportan la crisis de maneras menos drásticas ...claro que hay otras formas, otras soluciones que, como tú no quiero imaginar ...la Bastilla, el palacio de Invierno y todo eso...
Aquí en USA el paro no ha cruzado la barrera psicológica del 10% pero las condiciones laborales, sanitarias, etc. serían inaceptables en España... de momento...Un trabajo deficiente no se paga y habrá que hacerlo bien para cobrarlo. Los despidos son libres. Las vacaciones, pagas extras, aumentos etc. son beneficios que las empresas conceden o no a los que lo merezcan, no son derechos generales. los sindicatos no existen, ni los liberados. La sanidad es privada, en fín, no quiero poner a USA de ejemplo de nada, solo notar las diferencias de mentalidad.
Dejo este "experimento" publicado por el país" el 15 de Diciembre pasado, donde más importante que el artículo en sí, son los comentarios, testimonios reales de españoles emigrados y su recibimiento en USA.
http://blogs.elpais.com/la-cocina-de-vida-artes/2011/12/hay-un-exodo-a-eeuu.html
Muy bueno el link de SPAGUETTI. He leido las opiniones y son muy ciertas. Si vales, en los USA se triunfa. Ahora, hay que trabajar. Aquí vamos por ese camino pero va a ser muy difícil enderezar el rumbo si malgastamos en educación y no invertimos lo suficiente.
Referente a tu análisis Pedro-- muy bueno--pero la globalización (que recordarás aborrezco y siempre lo dije provocando un debate entre nosotros) nos ha traido estos lodos y bien que lo siento. La Bastilla y el Palacio de invierno de hoy en día son Las Bolsas. Besotes hartos de todo, M.
Un camino duro y escabroso es el que nos espera, solo quiero pensar que la sociedad española no se va a acomodar a todo lo que los Gobernantes vayan inventando.... España no se levantó en un día y no podemos destruirla en cuatro años... espero que no. Besos Pedro
Yo creo que no tenemos ni conciencia, somos como autómatas que como mucho pensamos que ya habrá alguien que se encargará de sacarnos las castañas del fuego.
¡Excelente!. Muy de acuerdo contigo en todo desde la primera a la última línea.
Necesitamos una nueva conciencia social que incluya conciencia política, quiero remarcar.
Cuando lo digo pienso en Suecia, por ejemplo, que era extremadamente pobre en el S. XIX. Salió de la pobreza por medio del trabajo y el ahorro, pero por sobretodo, porque los gobiernos que tuvo a partir de entonces apostaron al Bien Común, con transparencia y rectitud, ergo los políticos no solo diseñaron e implementaron Políticas Sociales, sino que evitaron desviar los Fondos Públicos a los bolsillos de ellos. Apostaron sí: a Industria, Sanidad y Educación. En Suecia, los Ministros viajan en transporte público, como cualquier hijo de vecino, por ejemplo, y todos pagan muy puntualmente sus impuestos.
Besos
Ayer estaba viendo mientras cenaba un programa que nos daba soluciones para sobrevivir...!
Y la fórmula era no gastar más de lo que se puede, arreglar las cosas no tirarlas,no propiedades, etc.Y...que quieres que te diga yo nunca he intentado estirar más el brazo que la manga; y que ahora estos señores me digan a mí que sea austera cuando nunca he sido derrochona me "jode" perdona la palabra.
Y a ellos que fórmula les aplicamos los ciudadnos de a pie.Porque se sobre entiende que quien se ha cargado la economía en el mundo-mundial jejeje.Son los grandes clásicos de la" GESTION Y EMPRESA" junto con sus padrinos los políticos.Y que los bancos aun sigan recibiendo ayuda es que...
Un saludo Pedro.
Creía que era el fracaso del capitalismo. Ahora veo que no e así. Es una transmutación global del capitalismo, ahora participa de todo el mapa sin importarle una nación en concreto. Son las multiempresas las que dirigen esta empanada.
Gracias por tu gran perspectiva.
Saludos!
Un nuevo tiempo nos espera,pero no, no y no. No quiero vivir como en USA, no he creído nunca en ese paraíso y no creeré. Tampoco creí en el que estaba más allá del Telón.
Besos
Hay cambios que deberían de producirse de verdad. No como parte de un proceso donde las apariencias encierran de nuevo el continuismo.
El mundo moderno ha pasado por dos épocas donde el aparente comunismo del capitalismo y el denostado capitalismo del comunismo han agotado su ciclo natural de existencia.
Lo difícil es ser humildes, reconocer aquello que no funciona y levantar de nuevo el equilibrio financiero por un lado, laboral por el otro. La confianza cuando se pierde, se diluye en nuevas promesas que nunca se materializan.
¿Quien le vuelve a poner el cascabel al gato?
Ayer tus preguntas hacías recapacitar. Hoy tu análisis vuelve a golpear la conciencia ciudadana. Sigue... sigamos.
Un abrazo
Buen analisis.
Ha comenzado otra època.
Pero recuerda que todo es cìclico.
Un abrazo.
Se acabó la fiesta y es hora de pensar en el conjunto de la sociedad, esta noción la hemos perdido.
Ante semejante panorama si algo me preocupa y llena mi pensamiento es la preocupación por la generación de nuestros hijos...
Ir de más a menos es muy duro...
Hay que empezar a creer más en los valores internos y menos en los externos ¿seremos capaces?
besos
A finales de los sesenta y ahora:
"Nos hemos cansado de tomar el metro. Tomemos el poder".
Pero cuál es "el lugar del poder". Sí, es difícil encontrar ese lugar, el lugar-símbolo del poder. En este mundo globalizado el poder real, el que mueve el mundo (el que genera y no detiene la crisis) no está en las sedes de los gobiernos ni en las de las jefaturas de los estados. De no ser que sus moradores tengan a su vez el gobierno de las multinacionales. Son manos privadas quienes tienen el poder. Pero ¿cuáles?
La conciencia social, la unión para detener, controlar, tomar (?) ese poder.
De modo pacífico, tenemos el voto, pero el voto, en el mejor de los casos, sólo movería los gobiernos, no el verdadero poder.
Sin embargo, ¿qué hizo Lula? ¿Nacionalizó? Y ahora la imagen es Obama hablando con la presidenta de Brasil. ¿Qué había ocurrido en Brasil? Educación popular, Paolo Freire y sus seguidores.
De modo pacífico, entonces, también la información, la educación por los canales que se pueda. También en los blogs, en las redes sociales. La esperanza, la palabra, la voz y no sólo el problema.
Decir "las migajas del catering". Decir "la fiesta para los poderosos no ha acabado".
Decir "queremos vivir bien".
Interesantísimo análisis el de Ojeda. ¿Y ahora?
Caramba.
Veo tu blog, Pedro.
"La Acequia, blog cultural con las anotaciones de Pedro Ojeda Escudero".
Y tengo la impresión de estar ante un "guerrillero".
Por supuesto que seguro que puedo estar... equivocada.
De cualquier modo, gracias.
"El lugar-símbolo del poder". ¿Las sedes de las bolsas más importantes del planeta?
¿ves Pedro?, te lo decía en la entrada anterior... yo soy de esas del miedo.
no es mi caso, pero para muchos la primavera empezaba en Elcortinglés... y así sucesivamente.
biquiños y que Dios (ese dios que no existe) nos pille confesados.
Hemos repetido tanto que la caída del muro de Berlín significaba el cambio, la libertad, que nos lo hemos acabado creyendo. Pero era mentira. Ha significado el desprecio de las ideologías y el abrazo de los intereses, aunque este abrazo sea el abrazo del oso porque conduce a la degeneración ética colectiva. Trajo las mafias a Rusia, la corrupción desenfrenada y desvergonzada a España, Irak, Afganistán, Guantánamo, la restricción de las libertades, la regulación de la democracia, la tercera vía socialdemócrata, el desenfreno neoliberal,... el modelo único, el pensamiento único, es decir, la ausencia de pensamiento, nuestra entrega a los salvadores, los que saben de qué va esto. La caída del muro de Berlín es un derrota de la utopía. No cayó el muro bajo el mandato de Stalin o Kruschev (mantener vivos los ogros es fundamental para que otros ogros se justifiquen), sino con Gorvachov, cuando la URSS ensayaba un cambio, tal intentaron un día Hungría o Checoslovaquia, en el que fuera posible la convivencia entre igualdad, justicia, libertad y democracia. Cayó el muro de Berlín y a Gorvachov lo sustituyó Yeltsin, un borracho, y a éste, Putin, el jefe de los servicios secretos. La caída del muro de Berlín nos condujo a un mundo único, bueno, en contraposición del malo del otro lado. Y en él estamos. Éste es el mundo bueno, no hay otro, aunque hay otro, claro, hay otros. En este mundo, lo primero ha sido el olvido del hombre. La crisis es el resultado de este mundo. No conviene confundir consecuencias con razones: el paro, la destrucción del "estado del bienestar", el desprecio de la educación y la cultura,... son consecuencias. Y alcanza a todos los países, ésta es la auténtica globalidad. En otros sitios se plasma en hambre, por ejemplo.
Mientras no superemos el trauma de la caída del muro de Berlín y recuperemos la reflexión que ponga al hombre, de un vez por todas, en el centro, estaremos perdiendo el tiempo.
Buena reflexión. La ley de supervivencia ha dejado viva solo a una de las ideologías: la liberal. Y esta nos está imposibilitando para reaccionar. Ya que para hacerlo primero hay que entender. La ideología sirve para comprender el mundo, y si este cumple las condiciones de aquella, no hay por qué protestar.
Y la globalización parece la consecuencia lógica del capitalismo, en busca siempre de recortar costes/maximizar beneficios. Como en el cultivo de rozas de sociedades primitivas, una vez se canse de los países que ahora le convienen, el capitalismo irá abriendo nuevos nichos vírgenes en otros continentes, para explotarlos hasta que el binomio costes/beneficios vuelva a serle insatisfactorio y necesite nuevos horizontes. Esta busca no se acaba nunca, o implota.
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