El amor ciega. Alonso regresa a Olmedo, de noche y atravesando un paisaje que se le ha vuelto misterioso a pesar de ser tan conocido, tras haber disfrutado unas horas en Medina del Campo junto a su amada Inés. Oye, a lo lejos, un cantar que le sobresalta en boca de un labrador: contiene presagios que le anuncian su propia muerte:
Que de noche le mataron
al Caballero,
la gala de Medina,
la flor de Olmedo.
Pero los aparta de sí: juzga que es una estratagema de su enamorada para que de la vuelta y regrese a su lado. El amor ciega: ciertamente es un aviso de lo que le aguarda junto a un arroyo. Allí le salen a su encuentro Rodrigo, antiguo pretendiente de Inés, y sus compañeros de Medina, molestos porque un forastero les robe a una de las mejores mozas del lugar. Lo rodean y lo asesinan. La embriaguez del amor le lleva a confundirlo todo. Alonso ve y escucha, pero el amor le ha nublado el entendimiento y desoye la noticia cierta de su propia muerte.
Desde el inicio de El caballero de Olmedo queda clara esta ceguera de amor: Alonso e Inés cuentan la misma historia de su enamoramiento a primera vista y casi con los mismos términos. El flechazo entró por los ojos y, desde entonces, ya no ven otra cosa que el objeto amado y la urgencia por gozarlo. Alonso no puede volverse, sin más, a Olmedo; a Inés ya no puede satisfacerle ningún joven de Medina del Campo. Recurren a una celestina, Fabia: Alonso tiene urgencia por entrar en tratos con aquella mujer que tanto le ha gustado; Inés deja que la vieja entre en su casa a pesar de la conocida reputación de tercerona. Ya nada importa: en realidad, Lope de Vega pinta el proceso de la pasión que nubla el razonamiento como una enfermedad de los sentidos: todos se concentran en un mismo punto y abandonan cualquier otra función. Desde ese mismo momento se han puesto las bases de la tragedia final. ¿Merece la pena ese momento de felicidad en el que los amantes pueden comunicarse con intensidad sus sentimientos? Una vida entera en unas horas.
Dicen que el amor es ciego. Al menos, así lo pintan.
22 comentarios:
Dice una vieja copla popular:
"Dicen que el amor es ciego,
dicen que el amor no ve...
pero nunca he visto a nadie,
besar a una pared".
Que el amor ciega es cierto y esa ceguera puede hacernos daño si no vemos mas alla... pero existe alguien que pueda controlarlo? Hay formula eficaz que nos permita dominarlo? Creo que no..... besos amigo Pedro
Cegados también, pero de odio, estaban los envidiosos que lo mataron.
Myriam yo diría, ciegos de celos, que son más dañinos aun que la envidia,
La gente que no ha nacido en un medio rural, es posible que no pueda entender, que un forastero, o un vecino del pueblo de al lado pueda estar en peligro, por amar y quererse llevar a una lugareña del pueblo que no es el suyo.
Hoy en día en una práctica habitual, pero en los años 60, del siglo pasado, por mi pueblo corrían noticias de peleas entre los mozos de dos pueblos por éste hecho.
El amor, ciega, el amor es fuego, sin amor no se puede vivir, si de verdad se ama a la vida.
He oido esas historias en Ibiza también. Como viniera un mozo de otro pueblo a cortejar a una moza, los del pueblo le mataban directamente. Eran muy salvajes. Besotes trágicos, M.
fui protagonista de un flechazo, y sí existe
es una sensación mágica
lo digo con plena consciencia
el amor te eleva cuando lo reconoces de buenas a primeras
lástima que no ocurre seguido, y somos animales de formas y de protocolos aprendidos
besos
Pasé muchos años de mi juventud veraneando en La Nucía (un pueblecito de Alicante) y era "La forastera".
Le quité el novio a un par de las dueñas del lugar.
Y estábamos en pleno siglo XX...
aunque la mentalidad seguía siendo la misma.
Si el amor es ciego?
Y tuerto, también.
Besos, Pedro.
Creo que en muchos sitios todavía quedan restos de ese tipo de comportamientos.
ANONIMO: No estoy de acuerdo contigo y te explico porqué: la celotipia en extremo es una enfermedad (una patología, mejor dicho), como la de Otelo, "el moro de Venecia"y en todo caso correspondería a uno solo. La envidia es maldad pura y aquí atacan varios que se confabularon para hacerlo con premeditación y alevosía.
Saludos ¿Te conozco?
PD: Fíjate que si una persona mata a otra por un ataque de celos, se puede exculpar jurídicamente alegando que "obró en un momento de ira e intenso dolor por grave e injusta provocación". No hay premeditación, sino locura temporaria.
¿Merece la pena ese momento de felicidad en el que los amantes pueden comunicarse con intensidad sus sentimientos?
"Víveme sin miedo ahora
Que sea una vida o sea una hora
No me dejes libre aquí desnudo
Mi nuevo espacio que ahora es tuyo
Te ruego
Víveme sin más vergüenza
Aunque esté todo el mundo en contra
Deja la apariencia y toma el sentido
Y siente lo que llevo dentro"
Laura Pausini
http://www.youtube.com/watch?v=jKlYf1oArQg&ob=av2e
Por mis tios también he escuchado cosas semejantes, no llegar a matar evidentemente, pero sí de acabar el forastero en el pilón.
Hay cosas que se van perdiendo, por suerte; y con respecto a la pregunta merece la pena si es literatura.
Un saludo.
El amor pasa primero por el circuito emocional, no por el lógico. De ahí la ceguera amorosa.
"El caballero de Olmedo" sería una buena lectura colectiva.
Besos
O amor cega?...Parece-me antes que é a paixão a cegar, rrss
Besos, amigo querido
Si el amor es ciego, no lo sè.
Enrique Jardiel Poncela, (aquel mitico escritor madrileño) dijo que
"Asomarse al amor, es como asomarse a un acantilado"
"(estàs en peligro, y se sirve de diversiòn a quien estè mirando)"
Un abrazo.
No hace mucho vi la obra. Vuelves a recordar estos cuatro versos y se te quedan grabados para siempre.
"Nada sabe de amor quien vuelve vivo". Debe ser verdad que hay amores que matan.
El amor es ciego y al deseo lo aqueja una sordera incontestable.
Un saludo
esa ceguera debería ser delegada a otros sentidos, buena semana santa, laica o como quieras.
Pocas veces en la vida no estamos ciegos.
El amor no mata, el amor acuna, pero confundimos el amor con el deseo y l pasion...
Besos
"En esos momentos" de comunicación una aplastante mayoría: piensa.pensamos, pensáis... que sí merece la pena.
Un abrazo
A emoção, a paixão cega muitas vezes. Há que trabalhar a parte racional para que possamos encontrar equilibrio, como em tudo na vida.
beijos Pedro
cvb
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