sábado, 18 de febrero de 2012

Estilización y realidad y noticias de nuestras lecturas


En la Sonata de invierno retrata Valle, más aun que en las otras, un mundo que termina. Es lógico: el protagonista se hace mayor y no ha conseguido salvar ni su mundo personal ni el de la tradición que acoge. Por otra parte, se ambienta en la tercera guerra carlista y en ella todos tienen la sensación de guerra testimonial: una guerra que hay que hacer y que nadie piensa, de verdad, en poder ganar. Ni siquiera el propio rey carlista. Por eso juega Valle, con finura, entre el contraste en lo que se dice sobre la corte de Estella, la forma ritual que tienen de relacionarse los que en ella participan, la variedad de los exagerados uniformes, etc., y la realidad. Si prestamos atención a esto, apreciaremos la inteligencia de Valle y un rasgo de estilo que le acompañará siempre en sus producción: estiliza la realidad hasta hacerla contrastar con su punto de partida -bien por embellecimiento, bien por degradación-. La maestría de Valle -como vimos que hacía también con el carácter del protagonista- es que nos arrastra en esa estilización de tal manera que no vemos el núcleo de partida, que no nos esconde en absoluto sino que nos lo muestra ante los ojos. Somos nosotros los que nos engañamos. Aquí, todo parece hermosa y soñadoramente romántico en esa corte carlista pero Valle no nos ha ocultado el punto de partida, que es mediocre, envejecido y feo. Pocos autores han conseguido esto.

Esta entrada debió publicarse el pasado jueves, 
pero algunas circunstancias lo hicieron imposible. 
Os pido disculpas a los que seguís el club de lectura.

Noticias de las Sonatas

Mª Ángeles Merino, que ve en las páginas de las Sonatas un duelo entre el bien y el mal, resume, ilustre y comenta el final de la Sonata de primavera. Tiene razón en lo del orgullo de Bradomín, sin duda.

Excelente comentario del de Pancho para arrancar con la Sonata de invierno. Sobre todo en lo que hace a la forma de enfrentar el reto técnico de Valle.

No os perdáis la entrada de Paco Cuesta para comprender cómo Valle maneja las palabras para componer los paisajes como si fuera un retratista de lo vivo.

Gelu continúa con su acertada selección de frases de la Sonata de primavera. En esta entrada la temática es variada y aporta perspectivas, como la del humor, que se nos venía escapando.

9 comentarios:

José María Souza Costa dijo...

Cá, no Brazil, é Carnanaval. Festa popular. vim lhe desejar um carnaval harmonioso.
Felicidades

Myriam dijo...

Felicito a mis laboriosos compañeros de lectura que han escrito sus elaborados comentarios, porque yo la verdad ando con ataque de vagancia netamente valleinclaica senescente para escribir trabajos sobre la cuarta sonata. ((Se aceptan sugenrencias)). Leerla, me la lei completita una vez y ya voy por la segunda. Además me estudié la historia de la guerras carlistas y todo ese rollo de mundo decandente y románticamente estilizado. Patético me pareció Bradomín desde el cap. 14 en adelante, a quien podría haberse demandado por estupro, aunque el polvo estelar del 9 fué muy reluciente en esa invernal Navarra.

Con respecto a tu atraso de la entrada, no hay nada que disculpar, antes, agradezco tu generosa dedicación.

Abrazos a ti y a los compañeros.

lichazul dijo...

hoy solo dejo besos y alegrìas
BESOS pEDRO

Merche Pallarés dijo...

A ver si me lanzo a esta Sonata invernal... pero si va de guerras, no sé, no sé... Besotes pacifistas, M.

Paco Cuesta dijo...

Caleidoscopio literario en el cada uno apreciará tonalidades diferentes.

pancho dijo...

Valle nos convoca con sus palabras. Construye una trama sobre los escombros del guerra civilismo cainita tradicional del país. El romanticismo arcaico y mermado de raciocinio del Carlismo le sirve para expresar su visión literaria de la historia de España. Hacer Literatura de la realidad es como arar en el mar o sembrar en los arenales.

¿Qué tiene que ver la realidad con la Literatura? La realidad es para vivirla, la Literatura sirve para hacernos soñar, para nutrir la inteligencia o sumergirnos en el Everest de las ilusiones.

Valle-Inclán nos sorprende a cada paso de sus historias. En la Sonata de Invierno; apenas ha terminado de glosar el valor sereno de los lanceros castellanos, el coraje de los catalanes o la acometida de los navarros, nos traslada al caserón de Estella de una bella bailarina gitana, con mayordomo de pata de palo que despierta los ecos del caserón al andar y antiguo picador de corridas de toros. Y sucede el enredo de una típica comedia costumbrista de la época… No sigo relatando porque el desenlace merece lectura propia y disfrute detenido.

Gracias a ti por este fin de semana de Acequia que parece viernes por la mañana o jueves después de las once.

lichazul dijo...

saber velar el fondo en la forma es un signo como bien dices de inteligencia, y felices los que procuran estos giros en sus creaciones, porque la lectura entre lìneas se hace mucho màs sabrosa

BEsitos y feliz semana Pedro
hoy vine a leerte;)

Abejita de la Vega dijo...

Esta sonata huele a rancio,a cartón piedra, a causa imposible, a desengaño, a vejez. Sin embargo, nos arrastra esa estilización, el engaño al que nos somete Valle Inclán, sin engañarnos. Compruebo que es como dices.

Me quedé exhausta al acabar la de primavera. Esta de invierno quiero atacarla de otra manera, no me siento capaz de comentarla en línea recta. Creo que la abordaré por temas, comenzando por el de la vejez, el de la primera línea.

Reparadores, o todo lo contrario, son los días de Carnaval.

Besos

Estrella dijo...

Le están amputando un brazo y su única preocupación es cómo aparecer atractivo ante las mujeres. No sé qué es si más cómico o más patético. Eso sí, es literatura pura. Cómo alucina el don Juan :-)

Saludos