Cuando un disparo es certero, rompe el alma y deja el cuerpo como un saco que camina. Son curiosas las marcas que deja en la pared que está detrás del agredido. Habría que aprender de ella.
30 comentarios:
Anónimo
dijo...
Estremecen las marcas de la pared cuando pensamos en lo que se pudiera interponer a ellas. Hay disparos que son de la vida cotidiana que tambien hacen daño...pero ese es otro tema. Un abrazo.
No quiero aprender de las paredes, ni de los muros, ellos ni sienten ni padecen... Si el tiro por mi certero que sea no te mata, aunque te deje hecho una piltrafa, siempre te repondrás, y podrás volver a sentir, a sufrir y a ser feliz... Las paredes,no, las paredes, nunca!! Pilar M. Sancho
En el parque de mi barrio hay un paredón (El paredón de los mártires)en el cual fusilaban a los patriotas durante la colonización, aún se pueden ver loa agujeros dejados por las balas.
Todo tipo de violencia, mediante cualquier clase de arma, destroza no solo el alma sino que rasga hasta las entrañas.
Jamás llegaré a entender por qué se produce tanta violencia, yo creo que, si cada uno nos amáramos a nosotros mismos, si tuviéramos paz en nuestro interior, amaríamos a la vida, a uno mismo, a los demás, a la naturaleza, a todo cuanto nos rodea, y lo acariciaríamos con todo amor, pero lo más trágico es que, hay personas que ellas mismas destrozan su vida porque no les importa lo más mínimo, entonces... ¿cómo les va a importar la vida de los demás?
Me gustaría aprender alguna vez el lenguaje de las aceras y paredes. Aunque quizá me enloquecieran las historias. Porque quizá me viera desnudo en todas ellas.
La verdad es que no entiendo esta entrada. Nos hacemos cada vez más crípticos en la síntesis tratando de expresar lo máximo con menos palabras (con lo hermosas que son!), y no intento ir más adentro de lo que dices para no equivocarme en la interpretación. Un abrazo
Lo que más deja huella es lo que menos se ve. Tapar los agujeros es cubrir las cicatrices de la historia para que no se vean, para que no aprendamos de ella.
Sin agujeros, sin cicatrices que nos recuerden el mundo, es imposible aprender a no cometer los mismos errores.
Las paredes hablan de la angustia y el miedo de los que se pusieron ante ellas y del odio brutal o tal vez también del miedo de los que dispararon... Lo increíble es que esas tapias que guardan tanta historia, esas cárceles reconvertidas en centros culturales cuando fueron complejos de tortura y atrocidad, se muestren ante nosotros sin que oigamos los gritos de los que allí murieron o sufrienon. Forman parte del enigma de la historia. Nada hay por horrible que sea, que no pase, y no hay nada por maravilloso que sea que no se acabe.
Rota el alma, rota la vida. Puede que cada disparo incrustado en cada pared de cada parte del mundo donde las haya,pueda contarnos su historia y hacernos ver que en síntesis fueron la misma, y gritan para que paremos a escuchar en su silencio, pero nosotros seguimos persiguiendo la vida. Besos Pedro, feliz domingo y puente (si lo tienes)
Siempre me provocan escalofríos las huellas de balazos en la piedra de la iglesia mayor de mi pueblo... imagino y no quiero. Pero comprendo que quien niega su historia está abocado a repetirla.
¿Qué podemos aprender de esa pared testigo y acompañante del alma derribada? ¿A mantenernos firmes, a conservar las huellas del pasado, a no olvidar? Esos agujeros siguien haciendo daño... Besos, querido amigo.
Debemos aprender de esas huellas, que nos rompa el alma saber lo que un día la humanidad hizo. No hay otra forma de cambiar mas que aceptando nuestras debilidades. Buena foto y gran reflexión.
30 comentarios:
Estremecen las marcas de la pared cuando pensamos en lo que se pudiera interponer a ellas.
Hay disparos que son de la vida cotidiana que tambien hacen daño...pero ese es otro tema.
Un abrazo.
No quiero aprender de las paredes, ni de los muros, ellos ni sienten ni padecen...
Si el tiro por mi certero que sea no te mata, aunque te deje hecho una piltrafa, siempre te repondrás, y podrás volver a sentir, a sufrir y a ser feliz... Las paredes,no, las paredes, nunca!!
Pilar M. Sancho
Hola, Pedro:
En el parque de mi barrio hay un paredón (El paredón de los mártires)en el cual fusilaban a los patriotas durante la colonización, aún se pueden ver loa agujeros dejados por las balas.
Un abrazo.
Qué verdad y belleza.
Todo tipo de violencia, mediante cualquier clase de arma, destroza no solo el alma sino que rasga hasta las entrañas.
Jamás llegaré a entender por qué se produce tanta violencia, yo creo que, si cada uno nos amáramos a nosotros mismos, si tuviéramos paz en nuestro interior, amaríamos a la vida, a uno mismo, a los demás, a la naturaleza, a todo cuanto nos rodea, y lo acariciaríamos con todo amor, pero lo más trágico es que, hay personas que ellas mismas destrozan su vida porque no les importa lo más mínimo, entonces... ¿cómo les va a importar la vida de los demás?
Un beso, Pedro.
Me gustaría aprender alguna vez el lenguaje de las aceras y paredes. Aunque quizá me enloquecieran las historias. Porque quizá me viera desnudo en todas ellas.
Creo que más se podría aprender de las heridas que esos disparos causan. Sólo haría falta escucharlas.
Un beso
Cierto, las paredes nos enseñan mucho. Ahora bien, un saco sin alma se desinfla así que dudo siquiera que camine...
Besos
La verdad es que no entiendo esta entrada. Nos hacemos cada vez más crípticos en la síntesis tratando de expresar lo máximo con menos palabras (con lo hermosas que son!), y no intento ir más adentro de lo que dices para no equivocarme en la interpretación.
Un abrazo
?Y si tapamos esos agujeros?
Me cautivan tus fotos "reflexionantes".
Besos, Pedro
Esas marcas quedan grabadas de por siempre.
Y en la memoria colectiva se hacen un saco grande.
Ninguno de esos agujeros se debe tapar.
Besos, Pedro.
Lo que más deja huella es lo que menos se ve. Tapar los agujeros es cubrir las cicatrices de la historia para que no se vean, para que no aprendamos de ella.
Sin agujeros, sin cicatrices que nos recuerden el mundo, es imposible aprender a no cometer los mismos errores.
Un abrazo.
Las paredes hablan de la angustia y el miedo de los que se pusieron ante ellas y del odio brutal o tal vez también del miedo de los que dispararon... Lo increíble es que esas tapias que guardan tanta historia, esas cárceles reconvertidas en centros culturales cuando fueron complejos de tortura y atrocidad, se muestren ante nosotros sin que oigamos los gritos de los que allí murieron o sufrienon. Forman parte del enigma de la historia. Nada hay por horrible que sea, que no pase, y no hay nada por maravilloso que sea que no se acabe.
Hya disparos relamente dolorosos y que te pueden dejar prácticamente deshecho.
Un abrazo.
Yo tabién opino que lo mejor es taparlos.
Mis felicitaciones por tú blog.
Saludos
la foto, un dispar certero
Esos agujeros son la metáfora del sufrir humano, el dolor del alma que por un daño sigue recordando, este lo supera pero nunca lo olvida.
¿Deberíamos taparlos?
Rota el alma, rota la vida.
Puede que cada disparo incrustado en cada pared de cada parte del mundo donde las haya,pueda contarnos su historia y hacernos ver que en síntesis fueron la misma, y gritan para que paremos a escuchar en su silencio, pero nosotros seguimos persiguiendo la vida.
Besos Pedro, feliz domingo y puente (si lo tienes)
Siempre me provocan escalofríos las huellas de balazos en la piedra de la iglesia mayor de mi pueblo... imagino y no quiero. Pero comprendo que quien niega su historia está abocado a repetirla.
Un abrazo grande, Maese Pedro, feliz puente
¿Qué podemos aprender de esa pared testigo y acompañante del alma derribada? ¿A mantenernos firmes, a conservar las huellas del pasado, a no olvidar? Esos agujeros siguien haciendo daño... Besos, querido amigo.
Ai, Amigo mio, como tens razão, como tens razão!!
Besos.
Cuando el disparo es certero duele, duele mucho y con frecuencia es difícil muy difícil borrar las marcas.
Un abrazo
Luz
Debemos aprender de esas huellas, que nos rompa el alma saber lo que un día la humanidad hizo. No hay otra forma de cambiar mas que aceptando nuestras debilidades.
Buena foto y gran reflexión.
No me gustan esos agujeros... Besotes pacifistas, M.
Estes disparos, podemos vê-los, o da alma apenas podemos senti-los.
Um prazer ler-te Pedro.
abraço
oa.s
Rompen el alma y las marcas son indelebles.
Como reflexión entiendo, que a pesar de la huellas del horror, la pared sigue en pié.
Un abrazo
Por más que aprendamos de la huella, será difícil evitar el siguiente si también es certero.
analizar la herida para comprenderla y poder llegar a quererla.
biquiños,
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