De regreso a la ciudad de interior, aunque aun quede verano, el cuerpo y la mente se resisten a dejar la playa. Hemos construido un ritmo de vida en el que hay poco tiempo para un acto que todos recordamos que sucedía en nuestra juventud: sentados los amigos en silencio, mientras los minutos pasan sin más. Hay quien corre como si el tiempo se le acabara y no comprenderá nunca que siempre hay tiempo: del verdadero, del que ocurre a ritmo lento y empapa por dentro. Quien corre como si fuera a morir mañana, en efecto, se muere. Conozco a gente tan desesperada por el mañana que echa por la borda el presente. Suele ocurrir que ese mañana que deseperadamente ansía ni siquiera es para grandes cosas, sino para lo que ya tiene uno hoy pero no puede ver al vivir en la ensoñación de lo que quiere. Por si acaso, la última cerveza contemplando el mar nocturno de este verano, en silencio, por si mañana no pudiéramos tomarla.
36 comentarios:
Vengo a compartirla contigo, así, frente al mar.
sí tal vez mañana, no podamos.
Besos, Pedro.
He leído: "De regreso a la ciudad interior...". Y sólo al cabo de un rato he detectado el error. Dices: "...a la ciudad de interior..." Sin embargo, tenía sentido como yo lo había leído. Regresas a la ciudad del interior pero hablas de la ciudad interior, donde cabe la playa, el verano, los bancos y las aceras, los amigos, la mirada lenta, la cerveza degustada,... En la ciudad interior no pasa el tiempo, no existe el tiempo, hay sólo la arquitectura de los afectos.
La playa la podremos llevar con nosotros todo el tiempo que queramos. La mente tiene un poder inimaginable.
Si lo hacemos siempre encontraremos unos minutos para ese silencio y esa cerveza compartida disfrutando el presente.
Un beso
La magia del mar... sin prisas, bebiéndolo de a sorbos.Emociones que se deslizan de manera sutil y casi silenciosa...La vida.Besos.
Después de pasar unos dias frente al mar y llegado el momento de despedirse ¡ hasta ¿¿¿ !...
queda respirar la brisa de esa última noche y beber a gusto esa cervecita, y pensar que un año más has podido disfrutar de un tiempo fugaz de vacaciones.
Un abrazo.
El mar estará ahí hoy y mañana...
cuando lo miro sueño con la montaña.
Bienvenido Pedro. Hoy estuve con una amiga, son las fiestas en Béjar y se empeñó en tomarse una cerveza con nosotros...eché de menos los silencios preciosos de los que hablas...aunque no fuera frente al mar.
Un besito
Esta vez no es el mar el que me empapa por dentro, sino todos mis familiares y amigos que me quieren bien y están contentos de tenerme con ellos, porque saben que mañana sigo viaje a otro destino.
Me gusta tu mar nocturno, esas aguas tienen una densidad especial que contrasta con las personas que estan en la arena dsifrutando el presente cervezas de por medio.
Besos
Mi Señor Ojeda,
Ni siquiera estéticamente puedo ya compartir las formas de la socialización también hispana, como por ejemplo recurrir a "tomar una cerveza, un refresco, un cafelito" me parece algo lejano, ajeno y hoy por hoy, ya no me dice nada o significa nada.
Hace muchos años que no visito un bar para tomar una cerveza o una caña, o cualquier otra bebida u alterne o simplemente agua.
Ni compro latas por las calles, ni me siento en cafés, ni terrazas; le diré más, en sentarme en una terraza, superaré como mínimo la década y no recuerdo la última vez que socialicé en una, o me senté en grupo, pareja o solo... a beber, tapear o mirar el paseo de otras gentes.
Supongo que podría explicarlo como dejar de fumar, como cuando dejé de hacerlo y todos fumaban incluso en los aviones, al principio es molesto ver como echaban de sus bocas humo, cual si fuesen furiosos dragones, después ni te fijas y cuando hoy los veo que fuman inconscientemente tomo distancia de la nube de gases e ignoro.
Espero que mi abandono de modos, me siga aportando ahorro y beneficios, porque no considero ascetismo prescindir de cervecita o consumiciones en locales de pago, el cigarro directo a mis pulmones o la tapita fuera de mi casa.
Visto con perspectiva, realmente no era placer el recurso casi necesario de un espacio de pago o humo para relacionarme.
Bienregresado y Suyo,
Z+-----
Y qué buena que sabe esa cerveza mirando la negrura del mar sin más sonido que el leve romper de la orilla...
disfrutar, vivir y sufrir el momento presente es la única verdad que conozco, relativa al tiempo
dos abrazos Maese Pedro :)
Ya lo decía Juan Ramón, que sabía mucho de contemplar el mar:
¡No corras, ve despacio,
que adonde tienes que ir es a ti solo!
Me tomo otra cerveza de ciudad de interior. Un saludo.
¿Siempre ibas a la playa de noche? Besotes sin arena, M.
El despedirse de las vacaciones, y dejar la calma y la cervecita, supongo que debe de abrir otros ritmos, pero que no siempre serán los mismos. Pienso que esto dependerá de la edad, y de otros condicionantes.
Te dejo un fuerte abrazo, profe.
Me has hecho recordar esos silencios con los amigos, en un tranco, de cualquier rincón del pueblo, como mucho un carraspeoo, un rascarse levemente la cabeza. No recuerdo lo que pasaría por mi cabeza, supongo que alguna vez pensaría en una playa,
disfrutando del paisaje, de la lentitud del tiempo, de una compañía que compartiese el mar y una cervecita y los silencios.
A mí me costaría mucho vivir en un lugar donde no hubiera mar. Hasta donde me alcanzn los recuerdos siempre fue el mar lo primero que ví al despertar.
Como dice la letra de aquel fandango: Yo estoy tan acostumbrao que cuando salgo de Cái, yo me asfixio como un pescao.
Ahora veo otro mar..,pero algo es algo.
Pero estoy de acuerdo, la vida hay que vivirla a sorbos pequeñitos, didfrutando de los pequeños placeres .
Mira, cuando de pequeña iba de viaje, mi padre de decía: El viaje empieza en el momento que cerramos la puerta de casa, hay que disfrutar del camino, porque el destino estará allí esperrando a que lleguemos, y ya lo disfrutaremos. Y la verdad es que no se si guardo mejores recuerdos del viaje o del destino.
Pero sea en la playa o en interior, verano o invierno,es imporatnte sacar tiempo para chalar con los amigos, tomar una cervecita, un vinito o un cafelito, Y disfrutar por ejemplo de este blog tan interesante y ameno.
Gracias Pedro,porque me haces reflexionar.
Con la espalda aún mojada, nada mejor, o peor, que soñar en la mar.
lentitud... mucha lentitud... para paladear... para atesorar.
biquiños,
Playas, soportales o alamedas...
Memoria, próxima o lejana, pero memoria.
http://reflejosysusurros.blogspot.com/2010/07/cascaras.html
:)
Tu ánimo en esta entrada es del mismo color que la noche que se cierne sobre el mar...
Pero ya sabes que tras la noche siempre hay un alba...
O encantamento do mar.
um abraço
oa.s
cuesta despedirse de la playa y ese momento en el que el tiempo parece unico.... pero la playa sus olas el viento y ese cielo estaras alli cuantas veces uno quiera....solo que en eposas y etapas diferentes...
besines pedro y que tengas un muy buehn dia suerte!!!
:D sau
suele pasar que muchos no ven más allá de su nariz y mucho menos asoman más allá de sus ombligos
Há pessoas que temem o silêncio, sabes? E já reparaste, decerto, nesta coisa incrível que é a proliferação da dita música ambiente.
Acho que existe uma maquiavélica estratégia para nos impedirem o silêncio e assim nos encontrarmos interiormente.
Besos, querido amigo mio.
Saber gozar del placer del instante, disfrutandolo y alargandolo todo lo que se pueda no deja de ser una señal de sabiduria.
Un abrazo.
No hay nada como estar sentado al lado de un amigo contemplando el horizonte sin hablar de nada.
Yo también me apunto a esa cerveza. Frente al mar. Una noche de verano...
Me gusta.
Es una pena no disfrutar del presente por culpa de un futuro incierto.
No me gusta la cerveza sola, así que me apunto pero a una clara (no sé si la cerveza con limonada se llamará así cruzando el Ebro)
Ya ves que pasé agosto en primera línea de trigal, muy lejos del mar azul. Disfruté del mar amarillo y me despedí de él. como los de la foto.
Besos
Vivir solo se conjuga en presente.
El tiempo y el mañana nos persiguen, hemos perdido el disfrute del aburrimiento.
Buenas tardes, profesor Ojeda:
El mar, de frente, cabe en la mirada; y en nuestro interior los sueños futuros, los recuerdos, y el presente vienen y van, como las olas, alternándose libres y sin orden, rítmicamente, como en una prolongación de la playa.
Mientras, absortos, disfrutamos la calma de la noche, y de ese momento especial, que intentaremos revivir en un mañana.
Saludos.
El mañana nunca es como lo imaginamos.Así que ¿para qué perder tiempo en pensarlo?
Besos, Pedro
Disfrutar de esos instantes que más nos agradan, de ese anochecer frente al mar, de esos momentos de calor que nos empapan de instantes maravillosos...
Un beso.
Hace un tiempo descubrí lo importante de ese tiempo, por eso, y aunque uno deje atrás la playa nunca se acaba esa última cerveza que tomar, sea donde sea, hay que dejarse empapar de ese tiempo sin más.
Besos
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