Advertencia previa: una versión de esta entrada debió publicarse el pasado jueves día 12, pero los problemas que tuvo Blogger en esa fecha lo hicieron imposible y, además, provocaron la pérdida del borrador previo del texto, por lo que he debido reconstruirla basándome en le memoria en un gesto que, como comprenderán aquellos que conozcan la historia interna de los manuscritos del autor, resulta muy becqueriano. Esto puede afectar, especialmente, a las noticias de las antiguas lecturas, por lo que agradecería que me advirtierais si hay alguna omisión. También he debido replantear el calendario de la lectura de las obras de Bécquer tanto por esta razón como por los problemas personales que me impidieron cerrar en su momento la lectura la trilogía de Óscar Esquivias. Espero que sepáis comprenderlo.
Tras la lectura del Quijote de Miguel de Cervantes y de la trilogía dantesca de Óscar Esquivias, los que participaron en la votación convocada en su día en este mismo espacio, eligieron que nuestros próximos jueves los dediquemos a la obra de Bécquer. El ser producto de una encuesta, ahorraría cualquier tipo de justificación, pero caben algunas cosas que decir que pueden servir de orientación general sobre cómo abordaremos la lectura.
Bécquer, desde la publicación de sus obras, ha sido un autor muy popular: puede decirse, sin temor a equivocarse, que es uno de los autores más conocidos y más leídos de la historia de la literatura en español. Sus poemas se han aprendido de memoria y recitado privada o públicamente desde hace más de un siglo y han ejercido una gran influencia en los autores posteriores hasta el presente. Sin embargo, hay cierto pudor a la hora de confesar que a uno le gusta Bécquer: muchos lectores, pasada la juventud, estiman en su obra un no sé qué pueril y dejan de leerlo. Hay una opinión sobre las rimas del sevillano que parece rechazarlas como lectura propia de adolescentes. Curiosamente, las rimas de este poeta se muestran inasequibles al desaliento y son consumidas año tras año.
Si hacemos la prueba de teclear el primer verso de las rimas de Bécquer más conocidas en los buscadores habituales, tenemos resultados sorprendentes en número. Pero la popularidad, en sí misma, no es razón suficiente: cualquier producto que escribiera alguna de las reinas populares de la telebasura tendría en un solo día más resultados. Podríamos hacer un estudio sociológico de su impacto y su influencia en la cultura, pero no nos llevaría en La Acequia a dedicarle unos cuantos jueves de nuestra vida.
Por otra parte, la recepción de la obra de Bécquer no solo es popular entre lectores aficionados a la poesía más o menos informados, sino que tiene una interesante herencia en algunos de los mejores poetas del siglo XX, desde Rubén Darío hasta Luis García Montero, sin dejar de lado, por citar solo a algunos, a Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez o Claudio Rodríguez. Bécquer está en el origen del lenguaje poético de la modernidad y esto no se consigue solo con poemillas de amor adolescente. ¿Qué esconden, pues, estas rimas tan conocidas y que de tanto leerlas y saberlas parecen no decir nada?
Para explicarlo, debemos en primer lugar comenzar por la historia de una traición. Pero eso lo veremos el próximo jueves, espero que sepáis guardar el secreto de esta traición aquellos que tengáis noticia de ella.
La lectura de las rimas de Bécquer nos ocupará el mes de junio y la de las leyendas y otras obras el mes de julio. Es importante, por lo que veremos la próxima semana, que leáis a Bécquer en buenas ediciones modernas. En la red, como he dicho, hay miles de páginas con sus textos, pero en ellas podéis encontrar errores que os lleven a conclusiones equivocadas. Por eso, os recomiendo la página del Centro Virtual Cervantes y el portal de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes dedicado al autor. También puede ser útil la página de la Asociación de Becquerianistas.
Quiero, desde aquí, disculparme de nuevo con los que habéis seguido esta lectura. Como sabéis, la muerte de mi padre alteró el ritmo normal de las últimas semanas que dedicamos a la obra de Esquivias. También afecto a algunos planes que teníamos, incluido el encuentro a través de un foro electrónico con el autor, al que se había prestado con ilusión. En los próximos días intentaré recomponer mi agenda y planificaremos algo que pueda servir como cierre festivo de esta lectura.
Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, comenta el capítulo doce de Viene la noche, tras lo suscesos famosos de la nochevieja familiar y hasta la trágica muerte del recién nacido. Después, aborda el comentario de los capítulos trece y catorce y ¡sale de nuevo hasta el autor!
Os invito a participar en esta lectura colectiva y virtual de la trilogía dantesca de Óscar Esquivias, continuando la variedad de estilos, propósitos y miradas que nos han enriquecido la lectura del texto cervantino en los dos últimos años.
24 comentarios:
¿Qué tiene Bécquer
que ahora no se tiene
y se añora tanto?
Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso...yo no sé
que te diera por un beso.....
Deseando estoy meterme de lleno entre sus rimas, pero no encuentro en casa más que el libro de leyendas,?????, espero que no sea uno de los que regalé a la biblioteca. Bueno, las páginas que nos dejas están muy bien, de hecho se puede seguir la lectura desde allí perfectamente, pero yo adoro el olor de un libro y mi lectura en la guagua, así que lo seguiré buscando.
Besos Pedro.
los poemas de Bécker son clásicos, el tiempo no les mella
sus rimas son una delicia
besos y buena jornada Pedro
¿Descartamos definitivamente el encuentro con Esquivias?
Con Bécquer nos metemos en poesía, y viene bien un poco de lírica en los tiempos que corren
La poesía es mi fuerte como sabes y en esta me voy a zambullir de lleno... No fallaré a la cita, por algo vote jejejejeje. Buenas noches
Bueno, bueno, bueno. Los jueves vuelven a ser "especiales".
Ahí estaré amigo.
Un abrazo
Hoy la poesía está en la calle
Aunque no participe, te sigo siempre y aprendo mucho.
Gracias, Pedro.
Un abrazo
Como de adolescente no leí a Bécquer, voy a ver si me rejuvenezco un poco ahora. Empecé las rimas hace unos días y ya me están gustando.
Empecé por las leyendas (he leido solo las dos primeras) pero me zambulliré en sus rimas que creo me gustarán más que las leyendas... Nunca he leido a Becquer. Seguro que de tu mano será una experiencia fabulosa. Estoy entusiasmada. También creo que volveré a leer a mi Quijo. Besotes becquerianos y cervantinos, M.
Pus dicho y hecho hoy 20M, y si la Junta Electoral (deberían leer más)me deja, empezaré con las rimas, muchas veces oídas y leídas pero mal comprendidas.
"¡Más lectura,
menos programas basura !"
Las rimas eran muy populares, pero eso no es quitarles mérito. Eran recitaciones de colegio y de jovencitas enamoradas. No creo que ahora lo sean tanto, ni siquiera el de las golondrinas.
Incluso se contaba un chiste: una mujer le dice a su marido "mira, un tal Gustavo Adolfo Béquer te ha copiado los versos que me escribías cuando éramos novios".
Algunas rimas me gustan especialmente, ayer volví a leer algunas, en tus enlaces y en una edición muy viejita de la editorial Kapelusz, muy bien comentada, creo. Veré que se puede hacer.
Porque todavía no he matado a Benjamín Tobes y quiero ir también con Quijo, como dice Merche. Y estamos a fin de curso... Acabaré lo que empecé.
Ayer, me costaba abrir "La acequia". El blogger anda haciendo tonterías, esa nueva configuración le lleva por el camino de la amargura, tal vez.
Besos, Pedro.
un abrazo
Como mucha gente me tocó leer a
Bécquer en la escuela, ahora me gustará hacerlo desde la prespectiva adulta. Pedro, espero poder seguir el ritmo, excitante reto.
!Salve! y un besito.
Voy a ver si me pongo las pilas, que las tengo un poco descargadas.
Aunque aún no he empezado con la lectura el libro ya lo tengo localizado, y por cierto, he visto que está bastante descuajaringado.
Besos
Aqui estaremos. Me apunto.
¿pues a ver qué podemos hacer con Bécquer?
biquiños.
Desde el bachiller y una "pasada superficial" el pasado curso Bécquer ha estado ausente. ¡Es demasiado tiempo!
Pensar que Becquer, desesperado, una vez tirò todos sus manuscritos al fuego.
Y los salvò la mujer.
A mi me gusta.
Un abrazo.
Tienes razón, algunas de las Rimas de Bécquer forman parte de los versos más famosos y sabidos de la Literatura en castellano. A mí, en concreto, me hicieron aprender la de "Del salón en el ángulo oscuro", "Volverán las oscuras..." y la de "Qué es poesía..." en aquel bachillerato antiguo que iba de primero a sexto. Te hacían aprender las poesías de un día para otro y había que espabilar. Casi como ahora... El sistema de aprendizaje no debía ser tan malo porque no se volvieron a olvidar. Cuando se lo cuentas a los alumnos de ahora, te miran raro.
La poesía es mucho más difícil de comentar que la prosa, pero después de tres años de Quijote ¿Quién dijo miedo?
Tengo unas Rimas y Leyendas de Austral comentadas excelentemente por Francisco López Estrada. No creo que se pueda añadir mucho a lo que dice de cada rima.
¡Hola! Con el Quijote os pillé cuando íbais casi acabando, ahora me alegro de poder ir al paso, así podré participar también.
Estas lecturas guiadas y comentadas que hacéis en La Acequia son clases magistrales.
Saludos
Estos días aunque he entrado no he podido dejar comentario, por eso hoy te dejo mis huellas, Pedro.
La verdad, que como te dije en su día, cuando anunciaste esta nueva sección, me parece un gran acierto.
Te felicito por tu tanta riqueza de literatura que nos regalas en tu blog.
Un beso.
Buenas noches, profesor Ojeda:
Antonio Machado, en un escrito de fecha 1–10-1932 dice de Gustavo Adolfo Bécquer.
“Aquel poeta sin retórica, aquel puro lírico...”
Creo que es una buena referencia para la lectura de su obra.
Saludos.
Lo cierto es que no voy a negar jamas lo bien que me sentaron en mi adolescencia sus leyendas.
:-)
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