Ni Benjamín Tobes, protagonista de Viene la noche, ni su amigo Cebrianitos tienen miedo al Infierno. Aquel, una de las veces que hace mención a él lo asocia con la Guerra civil. Para éste consiste en un sueño amable (hay que ver lo que exageraon los paúles de Tardajos) y se lo imagina como entrar en un hotel vetusto pero confortable. Su falta de pavor ante la posibilidad del Infierno próximo se debe, precisamente, a que han vivido cada etapa de la vida como se debe y han llegado a la vejez en su momento justo. La noche próxima, por lo tanto, es una consecuencia lógica del día y se llega a ella con resgnación -no exenta de ironía- al comprender que se han perdido las ganas de futuro:
-Sé lo que me digo. Esto se acaba para mí, Cebrianitos. Ya no me quedan esperanzas, ni alegría, ni fuerzas, ni nada. Lo de la sangre ha sido un signo: la vida se me va, Cebrianitos, se me va. Ya todo me da igual.
Como sucedía con el Paraíso -retratado en su última etapa, la de la inquietud que hace querer mirar más allá de los límites del vergel-, con el Purgatorio -el laberinto de la vida al que nos empeñamos en poner normas-, ocurre ahora con el Infierno: en el fondo, los personajes -nosotros mismos- ya lo llevamos dentro antes de que venga la noche.
Paco Cuesta vuelve al blog tras una pequeña ausencia obligada y lo hace comentando la trilogía a partir de un género de gran raigambre periodístico: la entrevista inventada. Excelente.
Manuel de la Rosa, Tuccitano, cierra su lectura de Viene la noche con un balance de la simbología de la trilogía. Me gusta mucho su visión final del personaje protagonista.
Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, comenta el capítulo segundo de Viene la noche, como si fuera un diario melancólico. No os perdáis las ilustraciones. Después aborda el tercero, con el mismo esfuerzo de reescritura ilustrada, tan preciso.
Merche Pallarés comenta entusiasmada y con acierto la carta que Benjamín escribe al autor, indignado por la visión que da de los hechos.
Cecilia continúa con su comentario ilustrado sobre los lugares reales de Madrid citados en Viene la noche. Esta perspectiva urbana, que ya vimos en el caso de Burgos, es otro de los hilos de continuidad de la trilogía.
Pancho analiza lo que ocurre en Viene la noche del 27 al 30 de diciembre, con el momento clave de la carta que el protagonista escribe al autor. Después comenta los pasajes fechados del 31 de diciembre al 8 de enero. En su comentario hay claves de comprensión: la noche, las relaciones familiares, la tristeza... No os perdáis las ilustraciones. Tampoco la de los días de enero que comenta en su siguiente entrada, que agrupa bajo el sifnificativo título de "desorientado" para aludir a la situación de Bejamín.
J. G.vuelve a dar un ejemplo de estilo personal en su análisis de la novela. Tiene razón, viene la noche o la muerte, pero se ha disfrazado de rutina diaria en la urbe.
Euphorbia da su visión de la trilogía a partir de la idea de la felicidad como la capacidad de tener proyectos. Su propuesta de lectura es muy sugerente y os invito a seguirla.
Os invito a participar en esta lectura colectiva y virtual de la trilogía dantesca de Óscar Esquivias, continuando la variedad de estilos, propósitos y miradas que nos han enriquecido la lectura del texto cervantino en los dos últimos años.
Si me olvido de alguien, hacédmelo saber para corregir la omisión
10 comentarios:
Me divertí..sinceramente...aunque he de decir que descontextualizadas las obras no tiene significado. Reconozco que me equivoqué, pero los artistas son así...se entienden ellos y la madre que los parió...nosotros los humildes lectores-críticos, aprendemos con el tiempo...un saludo
Pd:Creo que en la siguiente lectura, no participaré, aunque si os leeré, a mi personalmente no me atrae...ya sabes...sobre gustos nada escrito.
Al final, la que más me gustó fue la locura de la "Ciudad...". Besotes literarios, M.
Los personajes finales, Benjamín, Sara, Jaime, Cebrianitos..etc......... de Viene la noche, son consecuencia de los de Inquietud en el Paraiso, y La ciudad del gran Rey, ha habido un crecimiento en ellos, desde 1936 hasta la actualidad.
Cuando empezamos Las leyendas de Bécquer?
Benjamín no le teme al futuro porque ya vivió su infierno particular durante la Guerra Civil y la posguerra. Cree que nada puede ser peor que aquello. Todo cambio será a mejor, por eso ni se plantea arrepentirse de nada de lo que ha hecho a lo largo de su vida.
Contempla el fin del trayecto como algo natural y muere como murió Don Quijote. Ambos ya han vivido el futuro. Se van sin molestar a los que le rodean.
Un abrazo.
Eu creiomuma Entidade Superior e na existência do Mal, mas acho que é aqui que reslovemos as coisas através do karma.
Um feliz final de semana, Pedrinho.
Benjamín ha exprimido la vida al máximo y ha pasado también su propio infierno, así que lo único que le queda es espera que le llegue el momento.
Besos
En las edades del hombre...¿dónde hay un Paraíso?
En la primera etapa de nuestra vida nos pierde esa inquietud por asomarnos "más allá de los límites del vergel", como tú dices. Y las pasamos canutas y nos declaramos en guerra contra los que no piensan como nosotros.
En la segunda vivimos cada uno nuestro Purgatorio, lo que deseamos se nos tuerce, se nos hace incomprensible, no hay quien ponga normas en nuestro particular laberinto. Sufrimos indefensos , moviéndonos por una ciudad caótica...
En la tercera parte, el sol va cayendo, nuestro cuerpo y nuestra mente nos juegan malas pasadas, sabemos que vendrá la noche.
Bueno, a mí me gusta fotografiar atardeceres, a pesar de la amarga reflexión que los acompaña...
Un abrazo
Fué tan diviertido que se me hizo corto el proyecto.
Saludos a todos.
Perder la ilusión de vivir es la forma más triste de morir. Benjamín, morirá pronto, seguro, ya nada le retiene a este mundo. Demasiadas incertezas y desilusiones. Biquiños,
la vida (y vuelvo al tópico) no es más que un tránsito hacia la muerte; es un proyecto, un esbozo, que culmina cuando "doblamos la uña" (nunca se la miré a un muerto)
Benjamín es una persona corriente y moliente con sus alegrías y tristezas. Con su señora esposa y con su "querida" Clarita. Lo pasó bien el hombre mientras pudo....y ahora "VIENE LA NOCHE", anunciada por la orina sanguinolenta.
Me recordó el poema de Ruben Darío "Lo Fatal": "Dichoso el árbol que es apenas sensitivo...."
A la hora que es, y con la espalda dolorida, poco voy a poder aportar sobre el sexo en esta novela.
Intentaré dedicarle una -h-oreja (como hacen con el toro), que son 60 minutejos.
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