El viaje, en realidad, no tiene meta. Ni siquiera hay trayecto: los raíles solo existen porque los hemos fijado con el recuerdo. A pesar de su absurdo, nos empeñamos en darle una coherencia, un sentido y un tiempo. Da igual. El viaje tiene sus propias normas.
26 comentarios:
Sólo son necesarias las ganas de viajar y emprender el viaje sin más,descubriendo y disfrutando de todos y cada uno de sus momentos.
Besos Pedro.
El viaje pide reventar los rieles.
A nosotros nos toca hacer de guardagujas.
Besos
Hay un andén escondido, agazapado, en el pensamiento, en cada pensamiento. Los railes son los surcos por los que trascurre nuestro propio viaje.
Besos
el viaje es como espiritual tambien..quizas viajamos con la mente o el espiritu...pero el cuerpo sigue sentado en la silla...algunos viajan por el recuerdo...
besines pedro.
y que tengas un lindo domingo...
:)
Poca gente valora el camino.
Buenos días
Gemma
Efectiviwonder. Besotes viajeros, M.
Y por esos railes, sin meta fija, recorremos lo andado, y lo que anduvimos en un sin fin de trayectos sin rumbo fijo.
Besos, Pedro.
Desde luego...allí donde la tenemos..la encontramos...
A veces, incluso, no implica movimiento alguno..
Los raíles marcan el destino. Pero ¿podemos desviarnos sin salir heridos?
Incluso puede ser imaginario...
La meta somos nosotros mismos... el autodescubrimiento que nos lleve a la armonía.
Los raíles son nuestras convicciones, que han de ser flexibles o rígidas según ante qué...
La coherencia en la acción y el sentido de la marcha no dan igual... el tiempo es más relativo...
El viaje tiene sus propias normas... después de algunos pasos, la experiencia (acción-reacción) nos enseñará a manejar esas reglas de una u otra forma pudiendo anticipar resultados si decidimos lo uno o lo otro...
Es importante saber dónde queremos ir... no es lo mismo tomar un tren en dirección al norte que en dirección al sur... pues aunque las circunstancias tienen sus propias, y a veces inexplicables, conjunciones nuestras decisiones tienen que ver en el asunto...
... alguien dijo: "si o sabes a dónde vas acabarás en otra parte"... aunque tal vez esa otra parte termine por ser mejor que ningún otro lugar... pero la vida consciente exige propósitos y estos siempre han de ser activos, y para serlo de forma más eficaz han de tener claro el dónde, el qué y el cómo... ¿para qué hacer caminos hacia ninguna parte pudiéndolos hacer hacia donde queremos ir?
Un abrazo.
Coincido, como en la entrada anterior, en el viaje hacia ninguna parte (o, al menos, hacia lo deconocido, lo indeterminado...).
El único viaje que importa es el que hacemos a nuestro interior: pero para ello necesitamos recluirnos en un castillo, como hiciera Montaigne.
Buen viaje para los que inicien esa aventura
El mejor viaje,es hacia nosotros mismos.Mientras mas largo y con nada de equipaje... mejor. Lindo domingo. Besos.
Podemos escapar de lo que nos rodea, pero nunca de nosotros mísmos. Isabel.
"si no sabes..." quise escribir.
Totalmente de acuerdo.
Incluso hay personas que se han enterado de su viajar justo cuando llegaron al final del recorrido.
Abrazo y buena semana, Maese Pedro
Dogma y minimalista.
Besitos, me gustó, como siempre.
y cuando veas un camino imagina como hago yo que un día hubieron raíles que fueron desmantelados.
La meta de la vida es la muerte, y los raíles son los días, el tiempo que pasa, cada vez más corto, cada vez nos falta menos para llegar a esa meta que nadie quiere llegar.
Un beso.
Fantástico el video de ese tránsito que se ex-tiende.
Este bucle tan bien consegido es hipnótico y no viaja, es estático.
Es como volver a empezar, cada día...
Es un viaje hacia el punto de origen...
Es hasta una marcha atrás...
Es empezar de cero...
Es avanzar, a veces retrocediendo...
Lo importante, no parar...
uno siempre sabe de dónde sale peronunca hasta dónde será capaz de llegar.
biquiños,
¡Guauuu!!, es genial.
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