En un comentario a mi entrada de ayer, Merche se interesaba por un peral que los antiguos lectores de La Acequia recordarán porque fue protagonista de varios textos y motivo central del Discurso sobre las Humanidades que pronuncié con motivo de la graduación de la IX Promoción de la Titulación de Humanidades de la Universidad de Burgos, que os invito a leer a los que no lo conozcáis.
Durante unos años, este peral daba noticias de los ciclos de vida asociados a los ritmos académicos. No es un árbol magnífico, de esos que nos despiertan la admiración y nos detienen el paso, pero el lugar en el que estaba situado y su humilde constancia servía de ejemplo a todos los que pasábamos junto a él para ir a clase.
Pero desde junio de 2009 no había vuelto a traerlo a este espacio. A finales del invierno siguiente, el peral sufrió una agresiva poda que terminó por dañarlo. Desde entonces, no han brotado ramas verdes, ni flores ni frutos. Su tronco sigue firme: es un doloroso testimonio de la fragilidad de la naturaleza ante la acción humana y de la delicada situación en la que ponemos al conocimiento si no lo atendemos y cuidamos. Quizá alguien nos pode como sucedió con este peral y nos asfixien con cemento y asfalto para que no podamos continuar nuestra labor. Dejamos que se le hiciera a este árbol lo que quizá dejamos que nos hagan a nosotros. Quizá nosotros tengamos la esperanza de la próxima primavera. Si permanecemos alerta, claro.
23 comentarios:
¡Qué pena!
Hay mucho jardinero manazas suelto por ahí...
Acaso nosotros somos tan frágiles como ese humilde peral. Lo único que nos puede salvar es que podemos tomar conciencia de ello.
Es hermoso saber que hay miradas que saben descubrir y apreciar la belleza de la sencillez.
¡Tantas veces!, dejamos que nos invadan y hagan de nosotros seres tristes....grises,las circunstancias que nos rodean ,que no somos capaces de apreciar la belleza que está ahí delante de nuestros ojos.
En la sencillez está la belleza y el devenir diario la está destruyendo poco a poco, o más bien, estamos dejandonos ahogar. Solo una observación o pregunta mejor ¿se ve un brote al peral? ¿o es mi imaginación?
Pues me dejas helada, porque ver un árbol -de pie- muerto es lo más triste que podemos contemplar.
He leído el discurso... hoy me acuesto menos ignorante
abrazos
es una pena , él esta sufriendo, lo que le hicieron no fue una poda , sino una TALA y eso es mutilante para cualquier especie viva
ojalá que los encargados de los jardines y áreas verdes de la ciudad supiesen bien la diferencia entre una y otra, se cometen errores que nos afectan encadena tarde o temprano
besos Pedro , y buena semana
¿Cómo un Peral es?
Al final, acabaremos pidiendo peras al olmo ... si es que quedan olmos ... pero en esta lucha a muerte con la naturaleza vemos que nada podemos contra su furia y que un estornudo de la tierra se convierte en un desastre de dimensiones brutales para la humanidad. Así que vamos a disfrutar mientras podamos, comiendo una pera o paseando entre los limoneros perfumados de primavera. Antes que una ola vengativa nos arrastre sin distinciones entre los que cuidan los frutos de la tierra y los que la explotan miserablemente.
¡Pobre peral! Gracias por darnos noticias de él y, sí, esperemos que a nosotros no nos poden ni corten las alas... Besotes peralinos y almendrinos, M.
Ya no quedan olmos para pedirles peras, por la grafiosis. Pero esa fue una desgracia natural. Duele más la muerte del peral porque la hemos provocado nosotros. Nuestro castigo es que ya no alegrará nuestras mañanas con sus flores. Permaneceremos tristes.
Pronto llegarán plantas parásitas, que acabarán con la poca savia que le queda. Lo mismo hacen los bancos parásitos con los individuos que un día sonreían felices con la hipoteca de una vivienda, y hoy no tienen nada, porque la crisis les ha dejado sin trabajo y sin vivienda, y en vez de ayudas reciben hachazos parasitarios.
Esto es la pera,
la pera limonera...
y eso que el que es(pera) deses (pera)
En fin, será mejor hacer juego de palabras y tomarse a risa y con humor aquello que la realidad aplasta con su más cruel dureza.
El ser humano no es consciente; o mejor dicho, no quiere hacerse consciente, porque serlo creo que ya lo es; del poder destructivo que tiene en su mano.
Tristemente ese peral ya no volverá a dar noticias de nada. Así somos.
Besos
País de la chapuza.
La lucha por la supervivencia de este peral humilde, en medio de tanta agresión, es un espejo en el que deberían mirarse las sociedades. El crecimiento sobre bases sólidas y sin prisas, con cimientos bien hondos que aguanten los embates exteriores y no basado en burbujas que se diluyen como un azucarillo ante el mínimo ataque.
Esplendor en la corteza.
Este peral y las capas de la cebolla son la esencia de La Acequia.
Con los años se comprende mejor lo que dices en el discurso, qué poco se sabe cuando sales de la facultad con un título bajo el brazo.
Hoy al despertar no lo sabía, pero necesitaba leer ese discurso.
Leído el Discurso sobre las Humanidades, me he dado cuenta de la importacia de ese peral.
Esta entrada me ha hecho pensar mucho.
Un abrazo
Claro que recuerdo muy bien tu discurso y al generoso y humilde peral. También su poda cruel que me apena.
Esperemos, que la Universidad - de la cual es símbolo - no sea podada como él, tampoco asfixiada en cemento: por nuestro bien y futuro como especie.
LO mejor es que el peral ya nunca morirá. Lo has inmortalizado en tus páginas, además de en tus fotos. Nosotros que te leemos también lo recordaremos. Y así suma y sigue.
A veces nos damos cuenta de todo lo que nos hacemos o nos hacen pero no encontramos el modo o las ganas de oponernos y nos dejamos hacer sin resistir. Somos débiles. Biquiños,
Me gustó mucho el discurso, lleno de esperanza para estas futuras generaciones con la metáfora del peral y en especial cuando dices que " florece, pero no de forma espectacular, a la manera de los almendros o los cerezos sino más bien tímida y a empujones, como pidiendo perdón por esa belleza circunstancial.
Besos, Pedro.
Me gusta pensar que el año próximo, nuestro amigo el peral, se recuperará de los achaques que le han inflingido.
Qué suerte tuvo esa promoción. El peral se recuperará del trabajo de los pseudojardineros. Tengo que verlo. Cuando vaya al Parral, andaré un poquito más.
Besos
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