Con la publicación de este tercer volumen se suscitó cierto debate sobre si Esquivias cumplía o no con lo requerido en una trilogía. Vuelvo a insistir en algo que no debería ser necesario aclarar, pero que el peso de lo fácil en el mundo editorial español obliga a plantear: una trilogía no tiene por qué ser, sin más, la continuación de una trama argumental. El lector, acostumbrado a un tipo de narración fácilmente digerible basada más en el desarrollo argumental que en la escritura, en el planteamiento temático, etc., busca los mismos personajes que dejó en el volumen anterior y la continuación de las tramas. Por eso mismo, alabo más la opción de Esquivias de no seguir el camino fácil pero hacerlo, curiosamente, de una forma que permite leer las tres novelas como seres independientes -so pena, claro, de perderse la fuerte unidad temática y estructural que hay en ellas y, por lo tanto, el planteamiento del autor.
Del primer al segundo volumen el lector descubre que está en un terreno diferente que le traslada del realismo costumbrista a la narración fantástica. Si quiere ajustar el segundo al primero debe pensar que todo es producto de la enajenación de los personajes, de una especie de locura colectiva. No es mala opción, aunque no sea la única: corresponde a la materia tratada y encaja estilo y tema.
Sin embargo, el salto al tercero aumenta su perplejidad: hasta que no se menciona el origen de uno de los personajes protagonistas y la adquisición de las dos primeras novelas de la trilogía -un guiño cervantino de alto calibre-, nada le recuerda el argumento leído hasta el momento. Por otra parte, vuelve a observar el cambio de modalidad genérica: está en una novela realista de hechos contemporáneos tratada con estilo propio de la postmodernidad. Aunque es realista, no es del mismo corte que el estilo de la primera novela, lo que refuerza la imagen de la trilogía como un presupuesto de escritura adaptado a una evolución del género a lo largo del siglo XX, entre otras cosas.
Sin embargo, hay más continuación argumental de lo que parece en una primera lectura. Pero para ello, el lector debe fijarse en otras pistas: en primer lugar, en el cuidadoso trabajo estilístico; en segundo lugar, en el simbolismo de las vidas de los personajes y su relación con el espacio en el que viven y su época histórica, además, por supuesto, de su propia carga biográfica. De todo esto, hablaremos en próximas entradas.
Myriam analiza acertadamente la psicología de Benjamín Tobes, personaje de Viene la noche, en relación con la lectura y sus ideas sobre lo que le rodea.
Antonio Aguilera, nuestro querido revulsivo que nos da la alegría de publicar siguiendo la lectura a pesar del apocamiento, ofrece, además del testimonio de lectura de La ciudad del Gran Rey, una de sus habituales entradas con análisis de la sexualidad en las obras que leemos.
Antonio Aguilera, nuestro querido revulsivo que nos da la alegría de publicar siguiendo la lectura a pesar del apocamiento, ofrece, además del testimonio de lectura de La ciudad del Gran Rey, una de sus habituales entradas con análisis de la sexualidad en las obras que leemos.
Manuel del Rosa, Tuccitano, analiza con certeza -desde su distancia con el estilo- el final de La ciudad del Gran Rey y el triunfo de los secundarios.
Paco Cuesta da vueltas al tema de la trilogía y los nexos de unión: da tantas pistas que solo hay que ponerlas una detrás de otra.
Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, inicia el comentario de Viene la noche dirigiéndose a Sara, el personaje de la novela, ilustrándolo pormenorizadamente.
Merche Pallarés constata, en su diccionario de personajes, la ruptura del tercer volumen de la trilogía con respecto a los anteriores.
Aldabra continúa con su útil y entretenido diccionario de palabras y referencias de la trilogía. Toca ahora el capítulo tercero de La ciudad del Gran Rey.
Pancho inicia su comentario de Viene la noche prestando atención a los nuevos personajes... y sus paréntesis.
Os invito a participar en esta lectura colectiva y virtual de la trilogía dantesca de Óscar Esquivias, continuando la variedad de estilos, propósitos y miradas que nos han enriquecido la lectura del texto cervantino en los dos últimos años.
Si me olvido de alguien, hacédmelo saber para corregir la omisión
19 comentarios:
ya voy a entrar en él, y sin haber leído nada me gusta esa estructura que creo que he visto como de diario o fecha de los hechos, o eso me pareció, igualmente es el que más voya coger con agrado ya que los dos anteriores han sido de bolsillo y este es una edición más grandota con letra también más gruesa.
Una obra de arte que creó confusión en los lectores de las dos anteriores por su cambio de registro.
Con lo que llevo leído, estoy sorprendida de que sí que le vea un sentido a la trilogía que va de menos a más en varios puntos, o al menos eso creo, aunque supongo que no he descubierto la sopa de ajo.
El primer volúmen era pintoresco, simpático y costumbrista, una ciudad de cartón piedra que vivía de espaldas a una realidad más triste, un falso paraíso. El segundo era absurdo y onírico con unos personajes que no entienden lo que les ha tocado vivir, estan en el purgatorio. Y este tercero es el más duro de todos, la realidad pura y dura de un suburbio, la droga, la depresión, la vejez abandonada, las secuelas de atentados... quizá sea cierto aquello de que el infierno está en la tierra.
Un beso, Pedro
Gemma
"Viene la noche", es una novela realista, al autor le gusta el realismo decimonónico, con el realismo-naturalismo francés y el ruso (carta a Putin), todo realismo saca los trapos sucios, miserias, sueños,y es lo que hace Esquivias.
También veo y está dedicada a Almudena Grandes un hilo conductor y narrativo al estilo de Almudena Grandes, "Atlas de geografía humana" "Aires difíciles" "Caballo de cartón"..etc
Pero para mí no concuerda el tiempo narrado con el que nos indica el autor. Tanto el tema,personajes, como el realismo social me parece que se corresponde más a los años
de la transición española, que al principio del siglo XXI, tal vez lo único real de ese tiempo sea el atentado del integrismo árabe y la inmigración representada en el quilombo, donde se bebe, se escucha música y otras cosas.
Será porque leí el Quijote de tu mano, pudiendo apreciar su riqueza, que me gusta tanto precisamente como Esquivias enlaza las tres novelas, y especialmente ésta con las otras dos.
Oscar Esquivias es un excelente ejemplo de cómo la calidad literaria no está reñida con la facilidad de lectura y el éxito editorial. Es como los buenos cantantes, que dignifican cualquier género que cantan.
Los mejores momentos de Viene la noche tienen que ver con la metaliteratura: Literatura hablando de Literatura, a través del diálogo entre unos personajes de fuertes convicciones que le dan fuerza a los mismos, que dan la impresión de tratarse de sucesos autobiográficos en muchas anécdotas.
Cuando leí Viene la noche, recuerdo que me entusiasmó. Ahora la vuelvo a leer con mucho más detenimiento y después de casi tres años de Quijote y todo lo que hemos aprendido de Literatura en La Acequia, que es bastante. Posteriormente leí las otras de la trilogía y Suelo Bendito. A mi juicio se pueden tomar como novelas independientes sin que tenga que perderse nada del trabajo de autor.
Gracias por la referencia. Un abrazo.
No he leido esta obra.
Pero adhiero a la idea que una trilogìa, debe poder leerse como tres obras separadas.
Asimov, era un maestro, en eso.
Un abrazo.
Feliz fin de semana, querido Pedro.
Abrazos.
En este tercer tomo veo muchos personajes paralelos a los de los dos primeros: por ejemplo, Jaime = Gorostiza; Benjamín = Dr. Garrachana; Teresa = Beatriz; El Puertas = Padre Talín; Ruth = la bella del principio de "Inquietud..." (de cuyo nombre ahora no me acuerdo porque no me traje los libros a Ibiza). A Sara aún no he encontrado a quién se parece... No sigo porque el comentario se me va alargar demasiado. Besotes nocturnos, M.
Ahora que releo mi comentario creo que me he equivocado con los nombres de los libros anteriores... El único que he acertado es el de Gorostiza... Mi memoria no es la que era... Ainss... Besotes, M.
Es posible que se puedan leer como novelas independientes, pero creo que como más se pueden llegar a disfrutar es leyendo la trilogía completa, porque es alucinante la manera que tiene Esquivias de relacionarlas siendo tres ambiente tan distintos.
Besos
Yo también esperaba una continuación argumental por eso de la Trilogía y me sorprendí al no encontrarla hasta que llegué a los libros y entonces ya lo comprendí todo. Porque desde luego resulta muy divertido el protagonismo que adquiere el propio Óscar en la novela.
Este libro me está resultando muy divertido. De hecho con el pasaje de la celebración de la Nochevieja me reí a carcajadas. Genial. ¡Que acertado has estado en la elección de estas novelas, Pedro! Tengo que darte las gracias porque hace tiempo que no disfrutaba tanto.
Biquiños.
P.d.: he visto en el blog de Merche que le preguntas: ¿Te has fijado en el nombre de los personajes? ¿Qué tienen de especial? ¿Vas a contárnoslo? No he notado nada peculiar en ellos.
Una trilogía no tiene porque seguir linealmente un argumento, de acuerdo. Y los tres de Esquivias, en mi opinión, van tan unidos que no concibo leer el segundo sin el primero. Menuda cara se le quedaría al lector que empezara por las notas del capitán Paisán en el blocao. Como dicen ahora, alucinaría en colorines.
Tampoco tendría sentido leer el tercero sin haber leído el primero y el segundo, sobre todo el primero. No entendería la indignación de Benjamín, al leer los dos libros que le han regalado.
Lo que se dice y cómo se dice, el buen lector ha de fijarse en lo uno y en lo otro. Pero es inseparable porque un argumento mal escrito, sin gracia, se cae por su peso, no hay quien lo aguante.
Y, además, si alguien sólo está atento a la línea argumental...en su derecho está, lector soberano. Cervantes ya tuvo en cuenta eso al escribir el Quijote y le fue bien.
El personaje de Sara me gusta mucho, aunque no sé establecer paralelismos con los de "Inquietud..." o con los de "La ciudad del Gran Rey", de momento.
Merche: estoy de acuerdo en que Gorostiza se parece mucho a Jaime. Enamorado, aunque no...Amante de la música y persona dotada de gran sensibilidad.
Un abrazo
pPor los nombres a mí me suena que Benjamín, es un nombre judío, y normalmente se le pone al que se piensa que va a ser el último de la familia, de los hijos dentro de un matrimonio, Sara, Jaime..etc supongo aunque yo no estoy muy versado en la biblia son nombres que tienen su significado.
No quiero olvidar algo que me parece importante de la argumentación de Pedro: es recomendable salir del concepto de trilogía comercial y seguir otras pistas utilizando el simbolismo.
<es mas difícil pero...
Hace un rato que he concluido la lectura del La ciudad del Gran Rey.
Destaco el depurado estilo de Esquivias, que aplica tanto a la novela realista con a la de ficción: aunque mi particular "apocamiento" no me hiciera cercano la fabulación de este segundo libro.
Según va uno cumpliendo años, va perdiendo la inocencia, y también la capacidad de absorción e interpretación. Por ello, a lo largo de su lectura, he tenido la sensación de haber perdido el tiempo: con una obra muy bien escrita, pero con un argumento que no conseguía atrapar. Me resitía a pensar que sólo fuera ficción por ficción (aunque esta opción es muy válida), con los cientos de ejemplares que me esperan en el cuarto de los libros (y ácaros y telarañas..),con desesperanza, por leer.
Espero "aprender" más con "Viene la noche" y encontrar claves para desentrañar la ciudad del Gran Rey.
Errata: La fabulación es cercana, no cercano, claro.
Empiezo a escribir algo en mi revulsivo....(aunque también algo "repulsivo", que por error calificaste en tu entrada.
ANTONIO: siento la errata. ¿Me modificó la escritura el corrector automático prefiriendo repulsivo a revulsivo o fue mi inconsciente?
No tiene importancia. Unos días se levanta uno más repulsivo que revulsivo jajaja un abrazo
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