Una de las claves de interpretación de toda la trilogía es el tratamiento del espacio urbano. Como nota común, las tres novelas se desarrollan en las ciudades de Burgos y Madrid, con alguna escapada a los alrededores, pero que también están vinculados a lo que sucede en la ciudad, que los condiciona. Los espacios urbanos de la trilogía se convierten en lugares asfixiantes independientemente del tamaño de ambas ciudades. Tanto Burgos como Madrid terminan materializando el laberinto interior de los personajes.
Así, la capital provinciana con una vida monótona y previsible en Inquietud en el Paraíso se trasforma, según avanza la narración, en un espacio opresivo para algunos personajes que, por diferentes razones, se acogen a la única salida que tienen de ella, aunque sea tan extravagante como una expedición al purgatorio. En La ciudad del Gran Rey, la ciudad se ha trasformado y es inexplicable, no responde a las normas racionales que regían el mundo que dejaron atrás, aunque la ciudad de destino sea extrañamente similar y, bajo la apariencia extravagante, puedan reconocerse ciertas actitudes y normas.
En Viene la noche hay dos ciudades: por un lado, el Burgos recordado por uno de los protagonistas -que volverá a él en un viaje debido a motivos personales- puesto en confrontación con el narrado en las dos primeras novelas; por otro, Madrid, el espacio predominante. Pero Madrid se les ha hecho extraño a muchos de los personajes, tan incomprensible casi como el Burgos del Purgatorio. De hecho, el mundo de la gran ciudad se les ha achicado tanto en la práctica, que terminan por no salir del barrio en el que viven.
Antonio Aguilera inicia su comentario del final de La ciudad del Gran Rey con la sensación de leer una novela con un trabajo estilístico excelente pero que no le ha atrapado como pensaba. Después, continúa su análisis sobre el sexo en esta novela.
Myriam, en su excelente análisis psicológico de Benjamín Tobes, se centra ahora sobre la percepción que tiene sobre su mundo de relaciones. Imprescindible. También excelente la continuación, en la que subraya los motivos que evolucionan en los personajes y el tratamiento de aspectos no usuales en la literatura para los personajes de edad avanzada.
Myriam, en su excelente análisis psicológico de Benjamín Tobes, se centra ahora sobre la percepción que tiene sobre su mundo de relaciones. Imprescindible. También excelente la continuación, en la que subraya los motivos que evolucionan en los personajes y el tratamiento de aspectos no usuales en la literatura para los personajes de edad avanzada.
Manuel de la Rosa, Tuccitano, a pesar de la perplejidad que manifiesta en su lectura de la trilogía, da muchas de las claves de Viene la noche en su primera entrada sobre este tercer volumen.
Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, continúa el comentario del primer capítulo de Viene la noche, en el que suma acertada síntesis y buen tino para la ilustración. No se olvida ni de Putin.
Merche Pallarés continúa su acertado diccionario de personajes de Viene la noche. Al ser la trilogía una acción coral, estas entradas suyas son muy útiles.
Aldabra prosigue con su diccionario de expresiones y conceptos de La ciudad del Gran Rey. No os perdáis su descubrimiento del Diccionario Lúdico Patafísico. ¡Qué hallazgo!
Pancho analiza con certera mirada sobre el tiempo narrado lo que ocurre en el capítulo fechado el 22 de diciembre.
J. G. une noches y días de Cástulo y Viene la noche: ve claridad final, a pesar del título de la novela. Interesante su punto de vista.
Ele Bergón da voz a Benjamín Tobes para poner los puntos sobre las íes y llamarnos, con toda justicia, juramentados.
Os invito a participar en esta lectura colectiva y virtual de la trilogía dantesca de Óscar Esquivias, continuando la variedad de estilos, propósitos y miradas que nos han enriquecido la lectura del texto cervantino en los dos últimos años.
Si me olvido de alguien, hacédmelo saber para corregir la omisión
Noticias de la lectura del Quijote
Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, comenta el capítulo 5 de la primera parte y da voz a un nuevo secundario: el labrador vecino de don Quijote que lo auxilia tras su doloroso encuentro y delirio romanceril.
16 comentarios:
¿Seré la primera? Qué lujo.
En esta última novela veo mucho desamparo en ambas ciudades, en Madrid la propia de una gran ciudad despersonalizada y en Burgos esa sensación que siente Benjamín de que todo ha cambiado y ya no reconoce el lugar donde pasó su infancia.
Eso le pasó a mi padre con su pueblo y las visitas obligadas a la familia (cada vez más escasa y más vieja) se convertían en un viacrucis de nostalgia.
Me parece un libro muy triste en el que reina la desesperanza por todas partes.
Un beso
Gemma
Esquivias arriesga al elegir como protagonistas a unos personajes tan poco convencionales como unos octogenarios, algunos bastante achacosos, algo normal a esta edad. Tampoco puede ofrecer muchas alegrías en cuanto a la diversidad del espacio en los que se desarrolla la acción, si pretende ser creíble.
Las grandes ciudades se hacen tan inabarcables, que la gente termina quedándose en su parque, su calle o los bares de su barrio para socializar, lo demás es territorio extraño. Como si fuera una ciudad forastera. Máxime para una persona mayor.
Benjamín aprovecha el camino y estancia en Burgos para leer las dos primeras partes de la trilogía. Le molestan que le interrumpan en su lectura, quiere que los demás hagan lo mismo que su hermano Aurelio, descansar.
Gracias por la referencia.
Un abrazo.
Creo que mencionar sus anteriores novelas, para mí es algo anecdótico, y que entra en la ironía de Esquivias, no lo veo ni como metaliteratura, ni como algo importante, es como una pincelada de humor, y como novela para mí es la que menos peso tiene, es decir me quedo, con Inquietud en el Paraíso, y sobretodo con "La ciudad del Gran Rey" "Viene la noche" me resulta bastante realista, pero no (ya lo dije en mi anterior comentario)para el siglo XXI, sino para los años 80 del siglo pasado. El episodio cómico de la cena de fin de año, donde la comida llega hasta el hartazgo, creo en mi humilde opinión que corresponde más a esos años.
Por lo demás tengo que agradecer a este espacio cultural y del buen hacer porque sin él no hubiese llegado a conocer la obra de Oscar Esquivias, de la que sigo devorando por cumplir su función, el deleite.
mmm bueno yo no se de que se trata el libro salvo por las cosas que puedas escibir de el aqui en tu blog...
y aunque yo no sea idonea para la literatura...ni nada de eso.... me gusta como escribes ..no se si se entiende..la forma que le das ..el cuerpo que le pones ,el alam no se como explicarlo..
te dejo un cariño inmenso
que estes bien
:)sau
Para mi ha sido - y es y lo seguirá siendo - un inmenso placer participar de tus lecturas guiadas de La Acequia, con las que aprendo tanto y disfruto como loca al tiempo que voy saldando una deuda personal con La Literatura. Por ello, gracias, siempre.
Quiero agradecer también a Oscar Esquivias su estupendo trabajo literario que me ha brindado la posibilidad de gozarlo a pata suelta y desmenuzarlo para poder paladear hasta su última gota.
Abrazos a ti y a Oscar y saludos a dosdos los compeñeros de lectura y paseantes.
PD. Dice " a todos" los compañeros. Vale.
"de la que sigo devorando por cumplir su función, el deleite".
He querido decir por cumplir una de las funciones de la literatura la de deleitar leyendo. Brrr....cada día escribo peor.
Esas calles un tanto cochambrosas que recorren padre e hijo hasta llegar a Bravo Murillo, en una noche sin luna, son un Madrid visto en un espejo de feria,un poco como aquel Burgos distorsionado de "La ciudad del Gran Rey".
Sigo, que he dado al "publicar" antes de tiempo.
Los personajes parecen convencionales pero no lo son. En mi entrada manifiesto mi perplejidad ante un jubilado burgalés, creyente y lector de "El País". Buscaré a ver si doy con alguno. En el burgalés barrio de los Vadillos, en la zona de la avenida del Cid, es buscar una aguja en un pajar. Mucho loden y mucho ABC...
El tema del libro lo veo bastante claro, en esta ocasión. El paso del tiempo, nuestro infierno. En los otros dos, no me parecía tan evidente. Aquí se hacen alusiones continuas al paso del tiempo. Jaime se siente viejo con treinta y tantos,qué jóvenes le parecen los basureros, Malibú es un adolescente avejentado, etc.
Aunque tengo el libro leído, por segunda vez, con los comentarios voy más lenta. Te agradezco que digas lo de mi"acertada síntesis" porque eso es mi caballo de batalla. Me cuesta prescindir de los detalles, tan significativos...Me pierdo en ellos, como Benjamín, escribiendo a Putin.
Dejaré mi hueco para seguir con el Quijote, aunque en el episodio de la quema de libros no sé qué secundario se me va a presentar. ¿Un libro chamuscado?
Un abrazo, Pedro.
Reconozco no estar siendo una alumna aplicada, je,je,je, dejando la lectura a la caza de mi mente despistada. Pero me asentaré, tras esta intensa luna que brilla y me mira a través de mi ventana.
Sin embargo, no me descuelgo de la misma, en seguida, y con la ayuda de vuestras entradas, estoy segura me pondré rápidamente al día.
Un abrazo Pedro.
Bastante entretenido -y divertido- este libro que sí devoro con facilidad. Ya han caído bajo mis fauces las cien primeras páginas de "Viene la noche".
Continúa Esquivias con su refinado estilo(diáfano casi siempre, en este libro más), fina ironía y buen sentido del humor: eso lo dicen de Borges, llegando a la conclusión de que es un tipo muy inteligente. Piropo que hago extensible a Esquivias.
La sucesión de frases geniales es ininterrumpida. ¡Qué de cuantos adjetivos apropiados encadena en cada exposición! ¡Qué bien escribe este tío! Ya lo dijo don Quijote "el que viaja mucho y lee mucho...." Y este chico se ve que cumple con el dicho de nuestro Sr. don Quijote.
Me pongo a escribir en mi revulsivo, a ver cómo sigue el SEXO
Sí. Me gusta el estilo de Esquivias. Lo único que no me agrada es que sea tan negro en sus planteamientos (veo que es una característica muy castellana, muy de tierra adentro) a pesar de su ironía y excelente sentido del humor. Pero, ¡ay! también muy misógino. No hemos hecho hincapié sobre este tema ninguna de las lectoras pero su descripción de las mujeres nos deja por los suelos, la verdad. Bueno, algun trauma tendrá, pobrecillo... Besotes urbanos, M.
Las ciudades grandes (y las no tan grandes) se acaban convirtiendo en sitios impersonales, donde nos movemos mayoritariamente por el entorno más próximo a nuestra casa. Según va pasando el tiempo, cuando ampliamos nuestro radio de incursión vemos que la ciudad es otra, que no están los comercios que conocíamos, que de repente no existe el edificio que teníamos como referencia. Al final nos sentimos extraños en nuestro hábitat.
Besos
¡Que riqueza de lectura con todas las aportaciones que podemos leer! Biquiños,
¡Qué buena idea la de Merche: ¡¡¡En la próxima novela de Esquivias no daré tregua a sus mujeres!!!
Te recuerdo: para este tercer libro de la trilogía presento este miércoles y jueves la última parte de mi trabajo, en la que comparo al Benjamín TObes de Esquivias con el Walt KOwalski de Clint Eastwood.
Saludos a todos
Doy fe de que el espacio urbano que describe Esquivias es tal como lo pinta. Las calles por las que transita Benjamín son desgarbadas, apretadas, un tanto tristonas pero también bulliciosas y llenas de vida.
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