En toda infancia hay una poza: un lugar en el que el agua del río se detiene entre peñas y sombras y no se distingue el fondo, de un verde intenso casi negro. En toda infancia hay un verano en el que, de pronto, el contraste entre la piel quemada por el sol y el fresco murmullo del agua oscura hace tiritar el cuerpo. En toda infancia hay un momento en el que todo el futuro se juega en la decisión de arrojarse a la sima entre los gritos de la pandilla, ya adolescente.
31 comentarios:
Preciosos esos rincones donde puedes escuchar el sonido del agua corriente, sin ruidos que te perturben.
se labra en la infancia...se recoge en la adolescencia...todo depende del cuidado del labrador...saludos
En mi infancia no hubo pozas, mis veranos eran de piscina. Las pozas las descubrí bastante después. Tal vez es por eso que nunca he sido demasiado amiga de los ríos para bañarme.
Un beso.
En mi infancia siempre hubo poza, solía ir mucho al río con mi familia, nos gustaba ir en verano a pasar los domingos o festivos al aire libre rodeados de árboles, naturaleza y familia, la verdad es que tengo muy gratos recuerdos de aquellas épocas, me hubiera gustado que mi hija la hubiera conocido, tan distinta a la de ahora, y por cierto ¡qué limpias estaban las aguas de los ríos!
Un beso.
O un pantano.
Como este del rio más caudaloso de España que nace más acá de esas montañas nevadas.
En Fontibre (del latín, Fontes Hiberis o fuentes del Ebro), manantial situado a 880 m de altitud
Y no solo en la infancia.
Son muchas las pozas que atraviesan nuestra vidas y nos encuentran sin decisión al salto y sin pandilla que anime a arrojarnos.
El grito del silencio, Señor Ojeda,
Suyo, Z+------
Me haces retroceder en el tiempo ... y se me dibuja una sonrisa. Recuerdo un veraneo (pre-adolescente),en las sierras de Córdoba.En el río había un tronco de orilla a orilla; no tuve la mejor idea de querer tomar sol arriba del mismo; por hacerme la equilibrista .. me di un flor golpe (mi hermano dijo: "por hacerse la linda") por ridícula, termine empapada,tiritando de miedo, bronca,frío y con un yeso en mi pierna derecha. Besos.
Amo la literalidad, la fuente del abuelo, menos de tres años, entre Montornés del Vallés y Vilanova de la Roca (Barcelona)
En toda infancia llega el momento de lidiar con ese tránsito, una decisión difícil e insegura, arrojarse a la sima.
Un abrazo Pedro.
cuantos recuerdos despertó con esta entrada Profe, en mi niez nos ibamos al campo y allí existía un lugar parecido llamado el tinajón, y sí era tal cual, oscuro el fondo, pero valía la pena lanzarse unos seudo clavados
besitos y buena semana Pedro
erratas
niez ...niñez
No recuerdo pozas en mi infancia, sí lagos inmensos y ríos salvajes, caudalosos, de aguas cristalinas. Besotes mojados, M.
He recordado por un momento nuestras visitas los domingos con mis padres y hermanos al puente de la Sierra... Sandía puesta al fresquito en el agua y yo perdiendome por alli para encontrar mi soledad, mi madre tenía que llamarme porque se mi iba el santo al cielo. Un besito
En todo tránsito hay un vacío que se salva con un salto, ese vacío que solo se salva una vez porque la segunda vez ya no es lo mismo.
Estoy redescubriendo lo importante que es para mi el agua y la memoria del agua.
Son las muescas de la vida que como arañazos profundos va dejando en la piel. Es el miedo al vacío que se
empoza en el alma.
En torno a la poza los menos osados sufrían las burlas de la pandilla al no arrojarse desde lo alto de la piedra.
Los recuerdos del agua y la infancia va muchas veces unidos, de la mísma forma que el atrevimiento incosciente a la adolescencia o la estupidez a la edad adulta. Besos Pedro. Isabel
Bienaventurado aquel que fue feliz en su infancia
De chavales nos bañábamos en algunos pozos del río Guadalope. Hoy sigo contemplándolos con añoranza y con dolor cuando observo que no queda rastro de alguno de ellos...
Te estoy trayendo a los dos cabreros que aparecieron por la Candera de Merche, que buena falta les hace un chapuzón, seguro que jugarán como dos crios.
ah, y yo de chapuzones en pozas, niente va el diente, sin embargo tengo varios recuerdos acuáticos. Quizàs algún dìa te los cuente.
Mi infancia -y toda mi vida realmente- está ligada al mar y muy pocas veces a ríos y pozas pero sí que estuve en una magnífica llamada "Charco de las mozas" (mira la foto) a donde íbamos de excursión... jamás me tiré desde las rocas altas y nunca nunca de cabeza, pelín cobarde que es una :)
abrazo de domingo lluvioso
La única vez que me he bañado en un río...¡qué maravilla!...fue en Fontelos del Monte, en una poza fría y transparente.
Besitos
Somos agua y es tan profunda como en las pozas.
y con trampolín
En mi infancia se llamaba tercer recodo. El río se ha secado por la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Es el fin de una época.
¿Son esos saltos obligatorios?
¿Y cuándo los saltos se convierten en caídas?...
en mi infancia no hubo poza quizá porque soy de mar... pero entiendo lo que dices.
biquiños,
Recuerdo unas pozas salmantinas "los Lagaretones"...me llenan de nostalgia, ¡divina adolescencia !.
Y de ese río yo ya tengo un agua sin retorno ;)
Besos, Pedro.
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