No es frecuente el humor en la narrativa española, pero tampoco es inexistente como afirman algunos. Más allá del siempre citado Eduardo Mendoza, incluso alguno de los más serios narradores contemporáneos, como Muñoz Molina, han hecho incursiones en el humor. Otra cosa es que el humor sea una constante en la producción de un autor o que el humor se entienda solo como el de brocha gorda y trazo zafio y fácil.
Óscar Esquivias es uno de los narradores actuales españoles que mejor y con mayor constancia introducen el humor en sus narraciones -no en todas, por supuesto-. El de Esquivias es un humor con muchos registros: desde la sátira hasta el trazo más fino, pero nunca molesta puesto que parece emanar con facilidad de lo narrado, abriendo perspectivas interesantes que evitan, en algunos casos, caer en la novela pretenciosa y hueca. Utiliza una amplia gama de recursos: situaciones, giros lingüísticos, caracterización de los personajes, etc. Incluso en los momentos de mayor intensidad dramática suele asomar el humor como recurso del autor. Los efectos conseguidos son sorprendentes por lo variado: de la misma manera se puede afianzar la verosimilitud o disparar hacia la fantasía o caracterizar a un personaje.
En Esquivias hay múltiples formas de humor que no desdicen nunca la situación descrita por muy dramática que sea: es parte necesaria para completar la realidad. Las novelas que integran la trilogía no son obras de humor, pero sin este elemento estarían cojas.
En la trilogía, cada volumen aporta una forma diferente de humor: costumbrista en Inquietud en el Paraíso -lo que sirve para caracterizar a los personajes de la ciudad provinciana de las primeras décadas del siglo XIX y el ambiente moral que en ella reina-; eficazmente disparatado, surrealista o absurdo en La ciudad del Gran Rey; con humana ironía que desentraña mejor que cualquier tragedia la realidad cotidiana de nuestros tiempos en Viene la noche.
Basta con observar lo que ocurre en el Salón rojo en el que se inicia la primera novela: una propuesta disparatada acogida en la sociedad de buen tono de la ciudad; un juego por el que se busca derribar camareros como forma de divertirse; caracterización intencionadamente tópica de algunos personajes que parecen sacados de una mala obra teatral de época; diálogos exageradamente incoherentes en su lógica como el recordado por el protagonista con don Cosme Herrera en la Catedral, etc.
Los lectores harán bien en no perder la perspectiva del humor en su lectura de la trilogía si quieren disfrutarla por entero, pero también harán bien en no abordar estas tres novelas sólo desde ella.
24 comentarios:
A mi me encanta como Oscar Esquivias maneja el humor y la ironía en lo que escribe.
Es uno de los grandes puntos que me están llamando la atención y gustando ampliamente en la lectura de Inquietud en el paraíso.
Me he sorprendido en varias ocasiones riéndome en alto de cómicas situaciones que tan sólo tienen voz en mi interior, transportado al provincianismo que da una vuelta de tuerca a cualquier idea de elegancia y glamour de la alta sociedad.
Por supuesto, me parece que el personaje de Julián es, en mi opinión, el gran eje humorístico desde el momento en que aparece; pero no le quitaría ni un ápice de cada chispa de risa que surge con otros muchos personajes.
Saludos, Pedro.
Precisamente de Eduardo Mendoza me han regalado estas navidades un libro, aunque aun no lo he leído.
Yo no sé si será por el humor o por qué, pero esta novela de Esquivias me está gustando.
Parece que por fin mi librero me permite adentraría en la lectura.....saludos
Gana Bécker Biennnnnnnnnn.
Asun yo le he regalado a mi chico el último libro de Eduardo Mendoza (quiero decir los reyes) igual es el mismo, ya te diré cuando le pille.
Por cierto aún no tengo el libro, pero me habeís mandado un enlace al primer capítulo y podré empezar.
Lo del Quijote... a ver si lo releo, pero esque los días sólo tienen 24 horas y ufffffffff. me he metido en algunos berengenales que me llevan mucho tiempo.
En fín, Pedro, por aquí sigo dando señales de vida de vez en cuando.
Por cierto tengo perfil en facebook pero no creas que lo controlo mucho, intentaré hacer eso que tú me dices.
Besos para tí y para todos.
Hoy saldrá mi aportación al "Paraiso". El humor lo encuentro genial y como JAVIER SANZ, me rio a carcajadas con algunas salidas y algunos personajes. Efectivamente Julián es único y el Sr. Garrús, tronchante. Las contraseñas de los militares también tienen su miga... Aún no he acabado el eterno tercer capítulo... Estoy en ello. Besotes dantescos, M.
Espero tener pronto el libro, Pedro.
Un abrazo.
La utilización del humor por Esquivias es uno de los elementos que hacen más atractivas sus novelas. El efecto desdramatizador que produce es único, me recuerda mucho a La Vaquilla de Berlanga. Se trata de un humor fino con mucha carga ideológica. Incluso los momentos que pudieran parecer más trágicos como el tiroteo de la Casa del Pueblo por los albiñanistas los diluye en ironía y humor con maestría singular. Me encanta la situación de Julián y Román paseando por Burgos con unas bicis sin pedales ni cadena. Incluso en los momentos más tragicos de la historia surge el genio del humor negro español, somos así.
Se nota que el autor es filólogo. A cada paso da muestra de su variedad de registros de lengua tan ricos de expresiones y vocabulario.
Estupenda reseña la del Correo de Burgos. Me entusiasma y motiva el verme reflejado en el grupo..., ir embarcado en esta nave tan bien dirigida por tí, Pedro.
Ya casi voy por la mitad de Inquietud en el paraíso, tomo notas y muchas palabras para buscar en el DRAE. Bueno, poquito a poco espero ultimar el viaje completo. Por lo pronto no puedo publicar en mi blog; pero aquí estoy atento a tus explicaciones, y a las aportaciones de los demás compys.
Estoy totalmente de acuerdo es un humor fino, pero que yo me atrevería a decir bastante Castellano,(en Delibes también asoma este humor) pues muchas expresiones, palabras,giros,situaciones, que el autor escribe, las he oído con mucha frecuencia en castilla, y no así en otras regiones de la península ibérica, lo mismo que el juego de los camareros, he sufrido en mi infancia juegos para mí absurdos hechos por personas mayores.
Lo que no entiendo muy bien es que hacían unos chinos en el año 36 "paseando pol Bulgos" para mí es bastante inverosímil y muy surrealista, en una ciuadad tan cerrada que hubiera unos chinos.
A mí el humor de Esquvias en este libro me recuerda a La fuente de la edad de Luis Mateo Díez
Ya voy por algo mas de la mitad del libro y es verdad que humor que te hace esbozar la sonrisa e incluso alguna vez la risa en voz alta mientras leo, le da una sensacion de frescor a la novela.
Un abrazo
Luz
Un humor sútil y oportuno es el que he descubierto a lo largo de la lectura.
En lo que se refiere a las "bromas" gastadas a los camareros queda patente que Esquivias consigue dejar como grotescos a estos "señoritos", cual ovejas,repitiendo impunemente (cualquiera les tose) y poniendo de moda esta "broma pesada".
Abejita nos hace de documentalista de manera excelente. Y el enlace al diario de Burgos, más que merecida su invitación a participar.
Bravo y CHAPEAU a todos los que, en sus Blogs,participan de esta nueva aventura..
Y CHAPEAU et MERCI a nuestro Maestro: Pedro.
Besos para Él, para tod@s!
El humor de Esquivias quita hierro a lo más duro. Tiene razón Pancho, me recuerda a "La vaquilla". Por ejemplo: la familia de Julián está pasando hambre, ven el pollo que trae Román y Luisa se dirige al gato,el llamado Sebastián, para decirle que se ha salvado de que se lo zampen.
Ya veréis cuando Rodrigo es encargado de llevar a la peluquería a...el Cristo de Burgos.
Humor de sonrisa, no de carcajada. Los chistes groseros quedan en muy mal lugar en esta novela. Uno de los militares cuenta uno de antología, por lo horroroso.
Puse otra entrada para la novela de Esquivias: "Más imágenes y palabras ...". Voy muy despacito, no he salido todavía de "Dante en el Salón Rojo". Cuando haya que pegar el acelerón lo haré.
En cuanto al Quijote, después de dar voz al secundario más principal de toda la Historia de la Literatura, iré con las mozas del partido, para cubrir el 1,2.
Me hizo mucha ilusión el enlace de "El Correo de Burgos" , ya lo ves en mi blog. Me gustaron tus palabras.
Un abrazo
Em Portugal temo Eça de Queirós, que é mestre na ironia , elegante e certeira.
Bom fim de semana, amigo meu.
Ese toque de humor limado en asperezas hace que me sumerja en la lectura con una mayor avidez de seguir indagando en la historia.
El tercer grado al que somete el señor Garrús al capitán Paisán sobre sus verdaderas intenciones para con Dávila, en la cafetería del Salón de Recreo, es un buen referente de estas notas de humor. Me ha encantado esa parte, más que esbozar sonrisa, he reído abiertamente, puesto que me lleva a imaginarme la situación y a los personajes, el momento comprometido por el que se encuentra el capitán Paisán, sin dilucidar muy bien como salir del encierro.
Realmente no pensé me fuese a gustar tanto esta lectura, sin embargo, es un acierto haberla empezado.
Besos.
Después de leer tu entrada y los comentarios de los que conocen a este autor me han entrado deseos de hacerme con esa novela. El humor, tan cicatero y ausente en estos tiempos, es tan necesario como el oxígeno...para vivir.
Gracias por la información.
Saludos, Pedro
Antes me había dejado en el tintero hablar un poco del humor,vamos a llamarlo "humor en catalán" "vulpeja catalana" supongo que habrá alguna entrada,sobre lo catalán dentro de Burgos,sobre el "seny" catalán en unos dirigentes que eran catalanes, que unos días fueron las mayores autoridades en Burgos,y que probablemente eran los más aperturistas.
También demuestra que el autor,ha vivido o tiene conocimientos de lo catalán.
A mi, como a HERNANDO, también me ha llamado la atención de que todos los dirigentes militares fueran catalanes en esa época y ¡en Burgos! Al igual que los chinos... ¿Habría tanto chino en los años 30? ¡Ah! y Eça de Queirós que menciona SÄO, muy cierto. Gran escritor portugués de fina ironía. Me encanta. En próximas lecturas no estaría mal leer algo de él. Besotes de nuevo, M.
ABEJITA, discrepo contigo en que el humor es de sonrisa, no. Es de risa abierta (por lo menos para mi) en muchos pasajes menos, tienes razón, en ese chiste soez del militar. Besotes, M.
He buscado que en Inquietud del Paraíso, "Uno de los más divertidos es cuando llevan el Cristo a la peluquería. La respuesta de O. Esquivias es que había oído a algún guía de la catedral afirmar con absoluta seriedad que a la imagen del Santo Cristo le crecían el cabello, la barba y las uñas, cosa que los turistas escuchaban con aparente credulidad".
Me agrada buscar detalles del libro.
un saludo.
Mi Señor Don Pedro,
Me repito cuando digo que no leo libros, y tampoco los poseo. Por supuesto, no me siento orgulloso de ello, ni lo aconsejo, sin llegar a sentirme avergonzado, que hay ignorancias mayores de las que si lo hago. Si lo expreso ahora, es en mi afán de ser honesto y situar mi tono de sabio en la habilidad de mi personaje para convertir en pomposo lo poco que percibe y sabe, lo escaso que lee y lo pesado que se le hace el intentarlo.
Valga como ejemplar ejemplo de mi infinita ignorancia esta trilogía que ahora el grupo de lectura afronta.
Cuando la propuso usted, hice un pase en diagonal de su entrada mientras abría la boca. Supuse, porque le tengo confianza, que debía ser un texto de gran altura para ser traído hasta su Acequia con tanto entusiasmo, pero también lo hizo con Ágora y no compartí su gusto ni antes ni después de verla.
Hasta hace un par de días, que un lector de la Acequia me comentó en presente sobre Esquivias, pensaba que era un escritor fallecido hace unos años, y que trató en trilogía o tetralogía como Gironella la Guerra Civil desde un tono de ficción histórica. Si además, era Español y de Burgos, el interés decrecía en obtener la obra. Prejuicios tengo, aunque me resista a mantenerlos.
Hete aquí, que leyendo el resumen de la Señora Merche, sobre el primer capítulo de la primera parte, Dante en el Salón Rojo, me quedé impresionado de las frases e ironías que ella con buen tino resaltaba, por graciosas, ingeniosas y profundas; y decidí, buscar en Internet, en libros gratis ‘Inquietud en el Paraíso’.
Claro ¡qué sorpresa!, descubrí en wikipedia, que está vivo y además es más joven que la media de comentaristas de la Acequia, eso sí, medio calvo (en fin, tengo más pelo que él y soy más guapo, algo es algo).
De momento no lo he encontrado, es decir, el texto gratis, solo las primeras cuarenta páginas del primer capítulo, así que tendré que ir a mi biblioteca pública y regalarles mi presencia, y haré ese esfuerzo, porque las primeras páginas leídas son prodigiosas, desbordando inteligencia y sentido del humor, y no paran de girar el plato de la tensión narrativa que invita a imaginarse algo fantástico detrás de cada personaje e intenciones, así consigue, que uno desee seguir compartiendo el tiempo con esa pandilla de extraña fauna burgalesa, tan variada, que es fácil encontrar aquel modo o pensamiento con el que identificarse, aun siendo yo de pensamiento urbanita menos florentino o dantesco.
Bueno, leer lo leído de este calvo, augura un deleite inmarcesible. Y como está vivo, y yo no puedo pedir su dedicatoria, veré si un día, me presta por email su trilogía en PDF, para poder completar mi crítica en su Acequia, algo que seguro que elevaría la obra a una altura nunca vista en mis palabras ;-)
Suyo como siempre, Z+-----
Por fin terminé el primer libro. Dejé de anotar en los márgenes mis risas -la mayoría de las veces, escandalosas-, todo era delirante en una lectura a vista de pájaro...
De lo que más me ha hecho reír ha sido el trajín peluquero del famoso Xto. de la Catedral de Burgos.
Muy cómico.
Un humor muy finamente tejido.
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