Cervantes, supo, en vida, que pasaría a la posteridad por el Quijote: la popularidad de su caballero loco era tal que no le podía caber ninguna duda. También sus contemporáneos, como manifiesta el poema escrito por Francisco de Urbina como epitafio:
Caminante, el peregrino
Cervantes aquí se encierra;
su cuerpo cubre la tierra,
no su nombre, que es divino.
En fin, hizo su camino;
pero su fama no es muerta,
ni sus obras, prenda cierta
de que pudo a la partida
desde ésta a la eterna vida,
ir la cara descubierta.
Lo que Cervantes no tenía seguro era cómo sería considerada su faceta de escritor por la fama póstuma: tenía aprecio por su novela sobre el hidalgo manchego y era consciente de todo lo que contenía, pero también de que no quería pasar a la historia literaria como escritor de una única novela por muy buena y popular que fuera y aprovechó su éxito para que éste permitiera la publicación de otras obras, por lo que aceleró, tras la primera parte del Quijote, la impresión de mucho de lo que tenía ya escrito y cuyas correcciones y últimos borradores le ocuparon desde 1605 hasta unas horas antes de su muerte.
Es impresionante el listado de obras maestras que se hubieran perdido sin el éxito del Quijote: Novelas ejemplares (1613), Viaje del Parnaso (1614) y Ocho comedias y ocho entremeses nuevos (1615). Hay que sumar la escritura y edición de la Segunda parte del Quijote (1615), poemas sueltos, el trabajo sobre obras reiteradamente prometidas pero que no se llegaron a imprimir y cuyos borradores, de existir, se han perdido (la comedia El engaño a los ojos, la novela El famoso Bernardo, la colección de relatos Las semanas del jardín y la segunda parte de La Galatea). Tal y como se ha mostrado el trabajo cervantino en su taller, es casi seguro que estos últimos títulos eran algo más que vagas ideas. Y, por supuesto, la recuperación de un viejo proyecto suyo al que pondrá punto final tan solo cuatro días antes de su muerte: Los trabajos de Persiles y Sigismunda (que aparecería póstumo en enero de 1617).
Es significativo que su último esfuerzo lo dedicara a la preparación del Persiles después de haber meditado y redactado el Quijote: parecería contradecirse a sí mismo, como insisten los críticos cervantinos según dijimos en la última entrada. Sin embargo, estos suelen olvidar algo que está en toda la producción narrativa cervantina: el juego con todos los géneros para medirse con ellos y modificar sus estructuras desde dentro (algo muy del gusto barroco, por otra parte).
Esto último explica las Novelas ejemplares y el Quijote -tanto en su vertiente de novela de caballerías como en la de muestrario de modalidades narrativas de la época- y también explica el Persiles. Pertenece éste al género de la novela griega que había sido puesta de moda en España tras la traducción de Heliodoro y Tacio. Se olvidan muchos críticos, también, de que este género, aunque contenga una visión idealizadora del mundo y, en especial, del amor y la aventura que causa la lucha por mantenerlo y recuperarlo (a la manera de alguna de las historias amorosas que hemos visto en el Quijote) siempre están presididas por la verosimilitud y cierto realismo en en la psicología de los personajes. Corresponden a lo que Aristóteles llamaba lo posible extraordinario. Y, bien leído, el Persiles contiene suficientes indicios para pensar que Cervantes introduce el germen del Quijote en el relato bizantino como había introducido a éste en algunas de las aventuras que le salen al paso al hidalgo manchego. Bien es cierto que el estilo debe ser más retórico que el del Quijote tanto por convención de género como por el decoro de los personajes: pero los diálogos delatan al mismo escritor. El estilo y el prestigio del género al que pertenecía esta novela hizo que los eruditos prefirieran el Persiles al Quijote. La posteridad les quitó la razón.
Pero nos interesa otra cosa: Cervantes se dedica fervorosamente a escribir en los últimos años. Todo lo que redacta, revisa y publica da para varias vidas y él lo hace en unos pocos años, cuando ya es anciano y nadie espera nada extraordinario y novedoso de él. Y ese fervor lo mantiene vivo hasta terminar la dedicatoria al conde de Lemos con la que da fin a la redacción del Persiles tras haber recibido la Extrema Unción dado su grave estado de salud a causa de la severa diabetes que sufría: Ayer me dieron la Estremaunción y hoy escribo ésta. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir. A esto alude la última frase el prólogo de la obra (una ficción que muchos han creído también verdad): ¡Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!.
Esa constancia en la escritura a pesar de todo es la gran lección de vida de Cervantes: y también de profesión literaria, porque para ser escritor hay que escribir y no decir que se escribe.
Murió el viernes 22 de abril de 1616, que no el 23 como dice la fecha consagrada: ésta fue la de su entierro.
17 comentarios:
Murió casi con el cálamo en la mano. Sabía lo que dejaba, murió feliz.
Un abrazo, Pedro, hasta el sábado.
se superó a sí mismo, más real que personaje incluso en la muerte.
Se fue el genio...
¡Hasta mañana...!
Un abrazo.
Terminò su misiòn en este mundo.
Que làstima.
Un abrazo.
Habrá que leer el "Persiles"... Nos vemos. Besotes cervantinos, M.
Los críticos siempre exageran un poco, después de la extremaunción, pocas fuerzas le podían quedar, para coger la pluma de ave y escribir, lo lógico es que "bendecido y reconfortado estuviera llegando al calor del santo padre" pero antes de todo esto y en estado consciente pudo despedirse de sus amigos. Que engañado me tenían creía que había muerto el mismo día que Shakespeare, el 23 de abril, para posteriormente conmemorar el Sant Jordi, regalando un libro.
Su vida misma es otra obra literaria.
mucho de que aprender de un ser con un ingenio fuera de lo común
besitos Profe
escribir , escribir hasta que los dedos se crispen
feliz viernes:)
Con tanto que escribió Cervantes, es verdad que nadie recuerda sus Novelas Ejemplares, Galatea o Viaje al Parmaso. O tenemos mala memoria o con el inmortal Quijote el de la triste figura, no se pudo jamás igualar ni superar.
Querido Profesor, nunca te comenté en las entradas de El Quijote, me da corte. Ahora lo hago para agradecerte tu felicitación y desearte un buen fin de semana. Besos.
[Pedro Ojeda Escudero] Mi Señor Don Pedro y compañeros,
Dolor de mi panza y corazón, no poder compartir con ustedes las viandas, pero le diré en relación a su comentario en mi cueva, que como Jesús de la Vega, no soy anónimo, que bien público es ya mi personaje, después de más de tres años en un ruedo sin horario ni fronteras; anónimo es El Zorro, pero nunca ocultó mi alterego en su cueva, nada de su ser y solo su rostro, poca cosa, para tanto desnudado sentimiento.
Ambos, yo y Zorro, fuimos invitados a la comida mañana con compañeros y lectores de su Acequia, y así lamentamos nuestra esencia de personajes y no ser personas más allá de este medio.
El que escribe, no es público y con ello ni siquiera se pronuncia.
Poco de lo público sabemos de Don Miguel por ejemplo, aunque intuimos su presencia al leer su obra y entre los renglones de la misma, fueron públicos y no anónimos su Don Quijote, su Sancho Panza, su personaje Cervantes como narrador y escritor y tantos otros, y a través de ellos el diálogo se acota a lo leído, por desgracia, porque nos dejaron hace cuatro siglos.
No acotaré yo el mío, y espero dialogar largo y tendido con la extensión de la palabra y la ayuda del tiempo con cada uno de los compañeros de la Acequia y seguir comentando y escribiendo hasta mi último suspiro, para ir aprendiendo.
Abrazos y besos para tod@s, disfruten de esa olla, yo brindaré por el que y con el, vino.
Suyo Z+-----
Se te nota el enfado con todos los que no saben valorar en su justa medida el valor añadido de las dificultades que tuvo que sortear Cervantes para escribir. Sé de alguno que no escribiría una línea si tuviera que afrontar sólo una mínima parte de los inconvenientes del Manco de la mano izquierda de más renombre de la literatura. Hasta la fecha de su muerte y entierro a cara descubierta, como mueren las personas de la calle, es un pleno de simetrías numéricas: 22/4/1616.
En el caso de don Miguel de Cervantes no se acabó la ficción antes que la vida, le quedaban aún muchas ficciones por inventar cuando todo se le terminó.
Mañana brindaremos por Cervantes que nos une, en nombre de los presentes y de los ausentes que no pueden acudir al homenaje, si los controladores de los vientos nos son favorables, que nunca se sabe.
"para ser escritor hay que escribir y no decir que se escribe" Genial....
Pedro haz fotos y las muestras luego para disfrutar con mis ojos lo que me voy a perder. Un besazo y disfrutad del momento... Un brindis por Don Quijote
Buenas tardes, de nuevo, profesor Ojeda:
Me uno al brindis por Don Quijote, y por su creador, escritor incansable y genial.
D. Miguel de Cervantes, falleció a los 68 años, el día 22 de abril, y el día 23 fue la fecha de su entierro.
El día 2 del mismo mes había ingresado en la Orden Tercera de San Francisco, y con ese hábito -con la cara descubierta- fue amortajado y enterrado, "de pobre", sin pompas ni ceremonias, y llevado de la calle León al convento de las Trinitarias, por los hermanos franciscanos.
Conmueve comprobar su vida de penurias económicas y la riqueza que ha generado su obra en el transcurso del tiempo.
El contenido de su pensamiento, y las experiencias de su vida plagada de experiencias, supo y quiso escribirlos de forma incansable. Con esta lectura guiada hemos podido disfrutar de este regalo maravilloso.
El resto de su obra, es un tesoro que podemos seguir descubriendo. Todo es generoso en su legado como lo fue él en su biografía.
Saludos. Gelu
P.D.: En Burgos, el símbolo de la Orden franciscana, -el cordón que acompaña al hábito- en piedra, preside la portada de la Casa de los Condestables.
Seguiré su ejemplo: éste de estar activa hasta el final de mis dias.
Empezó tarde pero le cundió bien el tiempo, buena muestra de que nunca es tarde.
Ha sido toda una sorpresa que a estas alturas me descubras que la fecha de su fallecimiento no fue la que siempre nos han dicho. Toda una vida engañada, y lo que es pero, engañando a mis alumnos. Tendré que corregirme a partir de ahora.
Siempre me ha sorprendido ese conocimiento de inmortalidad que poseía Cervantes y su naturaleza para introducirse dentro de las estructuras literarias existentes y modificarlas a su gusto.
En cierta forma comprendo esa angustia y necesidad por vivir más años para transmitir más cosas y es increíble que fuera capaz de distribuir el tiempo para publicar en el intermedio entre primera y segunda parte de EQ. Denota muchísima frialdad o a mí me lo sugiere.
Por otro lado Aristóteles me cae bien: "lo posible extraordinario"
Sorprendente Cervantes.
Publicar un comentario