Ya hemos comentado cómo el Quijote trata el motivo literario del viaje del héroe: desde su bautismo hasta su muerte. A diferencia de otros héroes, don Quijote sale al mundo voluntariamente con un proyecto vital para aplicarlo en el mundo real, al que trata a partir de la fantasía caballeresca y sólo desaparecerá cuando la voluntad de quien lo crea -don Alonso Quijano-, desfallezca. En el fondo, sólo don Alonso puede crear a don Quijote y sólo don Alonso puede matarlo.
La realidad se le impone a don Alonso, de tal manera que deberá renunciar a su creación. Pero para vencerlo, la realidad debe aceptar el juego creado por el viejo hidalgo y adoptar su propia estrategia fantástica bajo la figura de Sansón Carrasco disfrazado de caballero andante (de hecho, en varias ocasiones la fantasía de don Quijote trasforma y mejora la realidad). Le cuesta a la realidad vencer al héroe, tanto que a veces parece que no lo podrá lograr por muchos golpes y burlas con que le castigue. En la primera parte lo devuelve a casa en dos ocasiones: una tras ser vapuleado, semiconsciente y delirando; otra encerrado en una jaula y en apariencia encantado. En la segunda, tras la definitiva derrota en las playas de Barcelona.
Hay una estética del héroe derrotado, muy cultivada por el arte: curiosamente, pocos son los que optan por la difícil óptica de Cervantes porque don Quijote no es un héroe al uso ni siquiera en sus mejores momentos. Era extravagante en el viaje de ida, pero lo es más aun en el de regreso. Este héroe que regresa a su aldea no vuelve para recuperar un trono arrebatado en su ausencia o para aplicar lo que ha aprendido en su viaje: es más, en el lugar parece que el tiempo ha trascurrido de diferente manera que en el camino. En principio, sólo vuelve para esperar un año, pero un año, incluso ocupado en la ilusión pastoril, es demasiado para lo que realmente hay debajo de don Quijote y que sólo la habilidad narrativa de Cervantes nos ha hecho olvidar: un anciano hidalgo de aldea. Es el ama quien se atreve a decírselo, poniéndole delante el espejo de la realidad de forma definitiva. Pero no nos sorprende: el narrador ya había insistido abundantemente en la fatiga del héroe para prepararnos.
Noticias de nuestro Quijote
Antonio Aguilera se disculpa: sus obligaciones y otras cosillas le impiden esta semana estar al pie del cañón quijotesco.
Cornelivs analiza las claves de un sentimiento que invade al personaje protagonista y a los lectores al final del recorrido: la melancolía.
Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, nos regala otro secundario cuando parecía que ya no podía darnos más: el muchacho que vio la entrada de don Quijote y Sancho en la aldea mientras disputaba un jaula de grillo. No os perdáis la sabia combinación con las ilustraciones de esta entrada. El Sanchico, gracias a Ele Bergón -nuestra querida Luz del Olmo- nos aclara dónde estaba cuando llegaron al pueblo su padre y don Alonso. Como buen hijo, sabe ver la bondad de su padre.
Jan Puerta presta atención, en su entrada, a la cargada simbología del capítulo de la semana pasada y con sabio instinto mira si en la aldea algo ha cambiado desde que salieran nuestros héroes de ella. Su fotografía quijotesca habla por sí misma. También son muy oportunos los grabados que publica.
Merche Pallarés resume y comenta el capítulo de la semana desde las liebres y los grillos del inicio. No se le escapa ni el toque erótico -ya sabéis lo que opina al respecto.
El comentario de Pancho está teñido, oportunamente, de melancolía. La hay desde el título, también en las acertadas imágenes con que la ilustra, pero también en la cita de Unamuno, que es toda una sentencia.
Kety Morales, tras versificar la entrada de los protagonistas en la aldea, nos regala un magnífico poema de don Quijote a Dulcinea, siempre fiel, por supuesto.
Manuel de Rosa, Tuccitano, da en la clave de los sentimientos encontrados que tenemos los que hemos participado en esta lectura: melancolía por el final, alegría por el trabajo bien hecho.
Paco Cuesta resalta el símbolo del final de la aventura en su entrada, que cierra con gran acierto, comentando el signficado de la intervención del ama.
11 comentarios:
Mmmmmmmmmhhhhhhhhhhh...
Muy buen análisis, querido Pedro. Ya falta poco para que nuestro Quijo desaparezca físicamente pero espiritualmente siempre nos acompañará. Esa es la riqueza de esta obra. Besotes nostálgicos, M.
Todo un tratado de Filosofía, para que lo meditemos los lectores de las distintas épocas, por eso entre otras muchas cosas, es una Obra Maestra.
hola pedro,
te dejo mis saludos y cariños....
besines!
:)sauvignona
Ciertamente, la estètica del "anti hèroe", (o Hèroe derrotado), ha inspurdo a cientos de autores.
Es uno de los legados del Quijote.
Un abrazo.
Mi paso por esta tertulia quijotesca es lo más gratificante, por todo lo que me ha aportado.
Recuerdo mi primera entrada en ella, le advertía a Pedro ser una hormiga entre todos, dado el nivel que observé. Y me alegro de haberos seguido.
Aún queda una semana más.
Un abrazo a todos
No fim, Quixote somosm nós!
Fueret abrazo, amigo mio.
Cervantes es duro con el tratamiento de los héroes en la vuelta a su patria. La gente los sigue tratando como dos chiflados que se ausentaron del pueblo en busca de aventuras, a pesar de que DQ entra desarmado y con la apariencia normal que se le supone a un anciano. El mayor castigo lo reciben el burro de Sancho que lo viste de sambenito y Sancho cojitranco de tanto andar desde Barcelona. En todo caso en la línea de derrota del regreso que nos va preparando para la muerte desde las playas. Perfecto lo que dices que a DQ sólo lo pueden derrotar desde dentro de su fantasía de Caballero Andante; eso lo sabía bien el Bachiller que se convierte en el hilo que trama la aventura en su última parte.
Cervantes nos deja la impresión de que las cosas en el pueblo no han cambiado durante la ausencia de sus personajes más renombrados. La cosecha a punto de acarrearse a las eras, al menos nada se nos dice de que la mies estuviera ya allí, su casa ocupada por el ama y sobrina y Teresa y familia esperando la llegada de Sancho, con Sanchico ausente. La vida ha seguido el rumbo normal de las cosas.
Texto que explica perfectamente la esencia de la derrota de DQ. Una nueva reflexión para guardar bajo llave y que no se pierda. Perfectamente adaptada al lenguaje que se entiende.
Un abrazo
El héroe, a lo largo de la novela, ha mostrado ser un tipo fuerte y de sólidas convicciones. Por más trabas y zancadillas que encontraba en su camino, resurgía y seguía hacia adelante. En estos últimos capítulos hemos visto cómo poco a poco ese tesón va perdiendo fuerza y va renunciando a su sueño, hasta que definitivamente es él mismo quien pide que lo dejen descansar.
Se ha levantado tantas veces...Ahora se impone la realidad y el ama se lo dice con toda crudeza. No aguantaría ni el calor,ni el frío , ni los lobos...Pobre héroe derrotado.Su derrota es nuestra derrota, la de todo ser humano.
Nos queda llorar el último capítulo.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Podríamos calificarlo de héroe didáctico.
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