El regreso de los protagonistas -forzado y no voluntario- al palacio de los Duques vuelve a poner de relieve que estos, además del calificativo moral que, en cada época, merezcan a los lectores, son lectores a la antigua. En efecto, la burla basada en la falsa muerte de Altisidora retoma, sin más, las que sufrieron los protagonistas en el camino de ida, con motivo de la primera estancia. La burla es del mismo tenor, las víctimas ya no.
Como ya ocurriera en aquellos momentos, los Duques siguen sin comprender que ni Don Quijote ni Sancho son los mismos personajes que ellos pudieron leer en la Primera parte: ni siquiera tenerlos alojados durante mucho tiempo les ha cambiado de opinión. Los Duques no están capacitados para observar esos cambios, como un lector no abierto a las novedades era incapaz de comprender lo que aportaba el Quijote. Sucede en todas las épocas: muchos receptores, formados en la estética anterior, desprecian por gusto o por no comprenderlas, las novedades artísticas.
Por eso mismo, si Don Quijote y Sancho nos parecieron, ya en el primer momento, superiores moralmente a los Duques, en esta, claramente consiguen -a través del humor- romper con la burla. Los protagonistas han evolucionado por las experiencias del camino y, entre ellas, se encuentran las que les acontecieron en su estancia anterior en el palacio: no volverán a caer en las nuevas porque, en realidad, no son nuevas, sino las mismas. Tan sólo la consideración a la posición de los Duques y el temor inicial al desconocer lo que pasaba, les hace obedecer.
Esta habilidad de Cervantes para ponernos delante dos formas de entender la narración y de leerla sin recurrir expresamente a una lección de narratología es una más de las razones por la que esta novela es una obra maestra no superada.
Noticias de nuestra lectura
Lola continúa con su Diario quijotesco, en este caso a partir de los capítulos 6 y 7 de la Primera parte. No os perdáis sus conclusiones.
Jan Puerta manifiesta su sorpresa por el desenlace del capítulo semanal y desentraña la psicología de los personajes, especialmente la de Sancho. Es excelente la foto quijotesca de su entrada.
Pancho, acierta hasta en el título de su comentario del capítulo de esta semana y, en especial, en la caracterización de los personajes de esta escena nocturna. No os perdáis la ilustración en la que se muestra a Sancho disfrazado.
Cornelivus se centra en los falsos dioses del submundo para encabezar su entrada y subrayar la magistral forma que tiene Cervantes de crear el ambiente y darnos los caracteres de todos los que participan en la burla.
Antonio Aguilera enfoca su comentario a partir del pobre Sancho, a cuyas carnes tanto gusto le han cogido los Duques como forma de desencantar doncellas. No se le escapa que lo evidente de la broma provoca risas en las víctimas.
Sólo Myriam sería capaz de juntar así temas tan diferentes para recalar, con la suavidad de la prosa cotidiana, en la angustia que compartimos todos ante el final de esta aventura.
Manuel de la Rosa, Tuccitano, comenta el capítulo a partir de su desorientación por el trato cruel de Cervantes a sus personajes. También dedica entrada a la iniciativa de la Real Academia de abrir un canal en Youtube dedicado a una lectura del Quijote y que ha causado opiniones dispares.
Kety versifica la humillación de Sancho y lo hace con graciosa naturalidad: como si el Quijote no hubiera estado escrito en prosa y Cervantes hubiera adoptado el verso desde el inicio.
Merche Pallarés se reencuentra con sus odiados Duques en el comentario del capítulo semanal en el que no deja de reseñar los principales incidentes y la actitud de los protagonistas ante las burlas.
Abejita de la Vega, en su comentario al capítulo muestra agudeza desde la inversión del orden de los protagonistas. No os perdáis todos los juegos de sus ilustraciones. Después publica la nota del Sanchico -gracias a Ele Bergón-, en el que el muchacho está que trina con todos: ha descubierto que el mundo es mentira. Lo que no sé es qué tiene contra Abejita...
Paco Cuesta ve preguntas sin respuestas en el capítulo: una entrada perspicaz que os pido que leáis con calma porque pone de relieve el estilo cervantino.
11 comentarios:
Buen texto... creo que lo dice todo, dejo saludos.
¡ja! lectores a la antigua... Y Cervantes -para no perder comba-, haciendo de alcahuete con Altisidora que ha desbancado a Dulcinea y a Quijote le importan un bledo cualquiera de las dos.
Debería haber finalizado El Quijote en la playa de Barcelona. Incluso se permite un capítulo más para las últimas voluntades y echar el cerrojo definitivo a los párpados del protagonista.
Este trajín tan manido de vuelta a casa pasa factura literaria
Que no Bipo, que la gente está expectante a ver qué sucede...
Revulsivamente
DQ y S: dos personajes que evolucionan a través de la experiencia: ¡Qué lección de vida nos da Cervantes!.
Se ha argumentado sobre la crueldad de Cervantes para con sus personajes. Cierto, es cruel, pero no más que la vida misma. A la vida nacemos por el dolor del parto, el dolor nos hace crecer y al trascenderlo, nos humanizamos.
Un beso a tí y abrazos al grupo.
Profesor,lamento no estar a la altura, para poder comentar. Esta Verano he vuelto a empezar el libro tal como le dije, pero el final me queda muy lejos todavía. Me hubiera gustado acompañarles a todos los blogueros, en la celebración que segun noticias prepara Vd, por su tierra, con tal motivo.
Saludos cordiales.
Lectores a la antigua que leen al mismo personaje desde la primera a la última página. Vemos la evolución del personaje, la tenemos en cuenta y la aceptamos. No seamos antiguos.
Se me ocurre pnsar en un personaje bastante menos antiguo que don Quijote: "Madame Bovary". Emma es una especie de quijote femenino que siempre es la misma idiota, con perdón. Los lectores del XIX todavía eran antiguos, al parecer.
Hablé con Sanchico para decirle que se fije en esas manos que portan el alfiler contra su padre. Son masculinas...
Un abrazo, Pedro.
Los duques saben del renombre que la pareja de caminantes aventureros está tomando y pretenden que con su cercanía se les pegue algo, pero Cervantes no se dignó ni nombrarlos. Algo de ganas le tenían a Sancho por haber abandonado la ínsula antes de que lo echaran, por eso las burlas van a él dirigidas primordialmente. También es verdad que DQ no les hubiera aguantado ni un asalto, de lo abatido que estaba. Además ya no puede defenderse al ir desarmado.
Al lector le cuesta amoldar sus gustos a las nuevas tendencias, es difícil rechazar algo en lo que has creído.
No creo que estos capítulos de la vuelta sean de menor calidad, hay momentos de mucha altura y variedad. No hay página que no cuente con alguna sorpresa, algo difícil después de más de mil páginas. Cervantes no da lecciones teóricas de narración, todo el Quijote es una lección de cómo hacer las cosas sin aspavientos, de forma natural.
Gracias por tus palabras sobre el comentario capitular propio, hacemos lo que podemos. El Santo Oficio no tenía nada de santo si para ajusticiar a los obstinados los vestían como ese Sancho que citas.
Afortunadamente nuestros protagonistas no son ya los mismos personajes de la primera parte. La evolución ha sido para bien. Como se suele decir: la experiencia es un grado, y ellos tienen experiencia para dar y regalar.
Estos duques, además de malvados, son un poco lerdos, cortos de entendederas.
Besos
hola pedro,
la verdad que estos versos son unicos....no se de donde mi imaginacion hizo aparecer una musica de salon de orquesta para leer estos versos uniucos ....
me encanto tu puesta hoy....
besines y que estes bien....
:)SAUVIGNONA
Ahí reside la magia del Quijote.
Cervantes refleja la vida -nace, se desarrolla y muere- con la ingenuidad del niño, los batacazos de la juventud y la experiencia de la vejez.
Pasen los siglos que pasen, será igual, sólo que cambiará el escenario en si.
Al menos es lo que a mi corto entender, comprendí cuando lo leí por primera vez.
Al acercarnos al fin de la obra nos percatamos del cambio operado en los protagonistas.
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