miércoles, 7 de abril de 2010

Metropolitano


El metropolitano no ha recibido la misma atención de la literatura que el tren, excepto en algunas obras de género popular. No así en el cine, en el que abunda. Como si los escritores descartaran como espacio el vagón de un tren subterráneo. No hay paisaje exterior: las miradas y los olores se cruzan porque en el metro no hay espacio para la intimidad. Nadie habla más que con quien ya era compañero de viaje antes de entrar en la boca del metro: ahora ni eso porque se entra en el metro con la propia música encima. El gesto o la palabra amable de un vagón de tren pueden interpretarse como amenaza en el metro y todo el mundo quiere llegar a su estación lo antes posible: no conozco a nadie que desee que el viaje bajo tierre dure un minuto más de lo previsto, no vaya a ser verdad la leyenda urbana de túneles de metro que terminan en el mismo infierno. Sin embargo, no hay nada que defina más la sociedad moderna que el metro. Incluso la literatura según la quieren los editores parece ajustar a él su ritmo y dimensiones. No digo ya las relaciones personales.

38 comentarios:

María dijo...

Me molesta mucho cuando el metro está lleno de gente, el tener que ir pegados unos a otros, oliendo los olores de todos, me molesta que no haya espacio suficiente, parece como si a mi sombra le pisaran y le molestara el tener que estar tan pegada a la gente que no conozco, necesito espacio, y libertad, me hace sentirme como si tuviera barrotes que no me dejaran en libertad.

Un beso.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

el primer "thriller" de juventud ...que leí sobre la temática fue "Phelhan, 1,2,3 secuestrado... como bien , apuntas yo bajo tierra...ni cuando me muera...un abrazo

Randle dijo...

¿Seguro que no? A lo mejor cuando se ha detenido en medio del túnel con las luces apagadas.

Quizás me lo invente, tienes razón.

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Viajo en metro desde que tengo uso de razón... ¿7 años?? jajaja no sé, el caso, que es mi transporte habitual y sin embargo hay un sueño que se repite en mis noches, al menos dos veces por semana. No consigo llegar nunca al destino, me pierdo, no existe la estación donde quiero llegar, es terrible.
Una desolación intensa se apodera de mí cuando tengo estos enigmáticos sueños.


Un abrazo

Silvia_D dijo...

Y yo sin metro y sin semáforos... ¿Jamás encontraré el camino a ese infierno? es igual, ya tengo otros y son al aire libre.
Besos, besos!!

Luis Antonio dijo...

Salvo en las horas puntas es mi transporte favorito

Montserrat Sala dijo...

El metro, no es romántico. Es impersonal, y para las películas de acción, un lugar inhóspito por el que se fugan todos los malos. Solo el metro de Mocú se salva, con sus plazas i pasadizos que son arte. Un saludo cordial.

Rubén dijo...

Comparto la idea de la impersonalidad del metro. Al menos el tren puede recorrer paisajes románticos o suburbios industriales, pero el metro sólo pasa por túneles. Únicamente parece apto para historias de ficción.
Saludos.

impersonem dijo...

Tiene sus ventajas y tiene sus inconvenientes... tiene sus horas buenas y sus horas malas... tiene sus líneas buenas y sus líneas malas... en él viajan las rutinas cotidianas, a contrareloj, de miles de personas que de vez en cuando cruzan algunas miradas pero raramente cruzan palabras... ¡tan sólo desconocidos que viajan en el mismo sentido de la marcha! Tienes razón: "no hay nada que defina más la sociedad moderna que el metro".

Abrazos.

blogochentaburgos dijo...

...incluso algunos autores imaginan y auguran civilizaciones subterraneas dada la imposibilidad de vivir en superficie.

Teresa dijo...

Ferrocarril
camino llano
por el vapor
se va mi hermano

Se va mi hermano
se va mi amor
se va la aprenda
que adoro yo
que adoro yo

Unknown dijo...

Este tipo de transportes proliferan en todas las capitales y ciudades importantes. Los veo como estrellas fugaces. Todo sucede demasiado deprisa. A veces tengo la sensación que antes de partir ya se piensa en la llegada.
Sin duda, a pesar de moverse sobre clásicos raíles, han perdido la ensoñación de antaño. Esos diálogos con la persona que el azar o el infortunio te ponían delante hoy son caras soñolientas a cualquier hora del día, con unos audífonos en las orejas y ausentes de todo lo que alrededor sucede.
Qué tiempos aquellos amigo. Que tiempos.
Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

Donde esté un buen autobús... Besotes subterráneos, M.

Hernando dijo...

La reflexión es genial, pero creo que el metro es una ciudad dentro de la ciudad con paisaje y vida propia, esos pasillos con los músicos, el mismo mendigo de siempre, que cuando falta, ese día ya es distinto, esa pareja de enamorados que esperan entre beso y beso, y otras veces esa espera tan larga por que un individuo ha puesto fin a su vida, ese calor humano en invierno, y esa olor humano en verano........en fin todo un mundo, que daría para muchas novelas.

Hernando dijo...

Se ma ha olvidado, decirle a Carmensabes, que ese sueño yo también lo tengo no tan seguido, pues el mío suele ser 3 o 4 veces al año y preguntado a un psicólogo la respuesta es que es el "síndrome del emigrante".

Pilar dijo...

Se me taponan los oídos,
me falta el aire,
pero, me gusta mirar
me gusta ver
al que entra
y al que sale.
Recuerdo
un viaje en el metro de París
allí coincidimos
con una española
Hay estaciones sucias
las hay modernas
Ir y venir
entrar y salir

No sé si no hay escritores
pero sí hay música
Me falta el aire
prefiero salir...

Marian Raméntol dijo...

Pues no me lo había planteado nunca, pero tienes toda la razón....

Abrazos
Marian

José Núñez de Cela dijo...

Dos cosas llamaron la atención al niño que fui en mi primera visita a Madrid: Las escaleras del Corte Inglés y el Metro.
Luego de "joven" viviendo en Madrid, fui un asiduo al metro (que me digan un transporte más rápido y barato) y todavia me queda alguna querencia romántica hacia el metro, pero los olores y los agobios desvanecen el romanticismo que pueda quedar
un saludo

Anónimo dijo...

no se que puedo decirte ...aqui donde yo vivo no hay metro porque con los colectivos alcanzan pero en bs as si hay ...porsupuesto que he viajado en metro pero me acuerdo que viajar en metro me recordaba a una pelicula de terror..

besines pedro!

:) sauvignona

marga dijo...

La claustrofóbica sensación que el metro produce, me obliga a mirar al vecino. Así pues entretengo mi tiempo en imaginar historias a mis compañeros de tránsito: ese pobre chico que viene de un éxamen de oposición, lo he conseguido, dos años metido en casa pero ya soy JUEZ. Cuando las puertas se abren les despido para siempre y miro como sus alas vuelan hacia las escaleras mecánicas.

Ismael serrano sitúa una canción preciosa, llamada" recuerdo", en un vagón de metro una somnolienta mañana.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

El Metro da para miles de historias. Si Larra hubiese tenido la oportunidad de ver el Metro nos habría dejado varios artículos sublimes. un abrazo.

Silvi (reikijai) dijo...

El problema,son la horas picos;se viaja como ganado,es casi una misón imposible subir.Los que vivimos en la Capital(Buenos Aires,Argentina)sabemos que es
el medio de transporte más rápido y directo,por frecuencia y amplio recorrido.De romantico nada,o si¿??
...te deja a las puertas de buenos espectaculos(cines,teatros o paseo de compras).Que buena foto. Besitos Silvi.

Myriam dijo...

A mi los viajes en Metro siempre me han resultado muy pintorescos. Me gusta observar a la gente o perderme en mis pensamientos.

Tengo una anécdota en el metro de Paris: iba sentada comodamente charlando en sueco a toda velocidad con una amiga mia israelí que conocí en Suecia. Charlábamos, nos reiamos y nos poníamos al día. Las dos somos medio voladas. Ella es pintora y yo acuariana. Lo chistoso era que enfrente nuestro estaba sentada una señora sueca, que nos miraba fijo y con la boca abierta. Tanto que ambas nos percatamos.

Luego no podíamos para de reir al ver la escena:
(Los suecos ni por asomo hablan con un desconocido, asi que ella no nos preguntó nada) Y ahí estabamos las dos, en el metro de PARIS, hablando sueco fluidamente mi amiga con acento israelí y yo con acento argentino.... La Señora Svensson, no lo podía creer...

Sólo faltó que JAN, JAVIER o que tú nos sacaran la foto.

Myriam dijo...

Otra anécdota esta vez en el metro Sueco y las mismas dos, esta amiga israelí y yo:

Ambas cada una por su lado tomó el metro en La Estación Central, ambas sin saber la una de la otra nos sentamos una al lado de la otra. Sólo nos dimos cuenta de que estabamos sentadas en el mismo asiento doble cuando ambas nos levantamos para bajarnos en la misma estación y nos chocamos.
(creo que eso nos despertó)

Myriam dijo...

PD Tu foto tiene una perspectiva excelente. Me gusta mucho y más aún la limpieza que veo en el Metro de Madrid.

(Asun se fue solita hoy a Jerusalem, por eso puedo hablar tanto, pero ya, ya me callo)

virgi dijo...

Buena reflexión.
Me has hecho recordar una bella, misteriosa, triste, historia de amor, El tren, de G. Simenon.

Un abrazo

São dijo...

Interessantissima , esta tua abordagem!
Engraçado, eu sou claustrofóbica, mas nunca me incomodou viajar de Metro!!
Abrazos.

sociedaddediletantes.blogspot.com.es dijo...

Sara Herrera Peralta: "De ida y vuelta" (Difácil, 2009)

lichazul dijo...

acá el metro es una lata de sardinas a la hora que sea

besitos profe

El Deme dijo...

Viajo en metro todos los días y, la verdad, estoy metido tanto en la lectura de mi libro que no me fijo en la sonrisa de la gente, las miradas, los gestos, las palabras. Siempre de pie, en un rinconcito, apoyado en la pared. No sé, supongo que no me gustan las multitudes ,me asustan, me dan miedo: procuro aislarme en mi burbuja de cristal para estar a salvo.
Creo que la foto es de la estación Bilbao (Madrid). Y es una foto idílica, como de la una de la madrugada de un día de diario...

Nieves LM dijo...

Es verdad, siempre me llamó la atención eso, que en el metro la gente no se habla, digo con el extraño que te toca al lao. En cambio en el autobús es muy fácil pegar la hebra con el desconocido. Un abrazo.

elena clásica dijo...

Qué visión más espeluznante: el metro que termina en el infierno.
Ciertamente ha sido relegado del romanticismo literario, esa invasión e la intimidad, del espacio vital...
Besazos.

Paco Cuesta dijo...

El ascensor es un metro vertical.

Spaghetti dijo...

Hay un metro diferente, el metro de Roma. Solo tiene dos lineas A y B, que es ridículo para una ciudad de cerca de los 3 millones de habitantes. cada vez que se ha intentado construir una nueva linea bajo tierra, aparecen unas termas romanas o un foro y si se desvían mas abajo aparecen restos etruscos. Entonces tapa tapa, que ya tenemos bastante historia. Y es que la historia de Roma, está bajo tierra como el metro. No es cierto que no haya paisaje exterior, lo que pasa es que no podemos verlo.

jg riobò dijo...

Foto espectacular; como montar en metro

CarmenS dijo...

Una amiga mía tiene dos o tres relatos ambientados en el metro de Madrid. A mí me parece que en el metro es un espectáculo diario para quien busca inspiración literaria

matrioska_verde dijo...

entiendo que es cómodo y moderno pero no termina de gustarme.

biquiños,

Asun dijo...

El metro, por lo menos para mí, que en mi ciudad no lo tengo, no deja de ser un continuo espectáculo. Puedo parecer un `poco aldeana, pero cuando viajo en metro no dejo de observar a las gentes tan variopintas que le dan vida.