Hubo un tiempo en el que la presión de lo ideológico resultó tan insoportable que sólo pudo combatirse por la utopía de un mundo sin ideología. Es un presupuesto falso en sí mismo pero justificable, en parte, porque para muchos intelectuales resultaba imposible avanzar en un mundo en el que las tablas se resolvían con agresivos aspavientos con los que se mostraban los contendientes tradicionales los arsenales atómicos y la posición geoestratégica en un mapamundi surcado de guerras en las que se enseñaban los dientes unos a otros sin reparar en el número de muertos.
En gran medida, el nacimiento de la postmodernidad a finales de la década de los cincuenta y sus manifestaciones artístico-culturales responde a este planteamiento. Paradójicamente, como ha sucedido en otros momentos históricos, un presupuesto que es falso se convierte en la palanca desde la que se desmoronan los dominantes. La gente acoge, con cierto alivio, una propuesta que se presenta diferente y que muestra una esperanza, quizá el retrato utópico de un mundo mejor, más amable y humano. Lo que aparentamente no tenía ideología propone una que consigue derribar la situación de bloqueo a la que se había llegado. Aunque el inicio de la postmodernidad contiene ya las insuficiencias manifestadas en su final, en el momento en el que apareció sólo podía acogerse como la única superación posible de un mundo enfrentado extremadamente hasta la paranoia fomentada por cada parte en conflicto, que se presenta a sí misma como la única garantía posible frente a la otra.
De aquellos años procede la aparición de la propuesta arquitectónica del grupo ARCHIGRAM constituido por Peter Cook, Warren Chalk, Ron Herron, Dennis Crompton, Michael Webb y David Greene en la Architectural Association de Londres, cuyos más conocidos resultados se ofrecen en la exposición Archigram. Experimental Architecture (1961-74) (Sala de Exposiciones de La Pasión de Valladolid hasta el 2 de mayo).
En apariencia, las propuestas del grupo se descargan de los contenidos sociales con los que se presentaban muchos proyectos de revisión de la arquitectura del momento -tanto en el bloque socialista como en el capitalista- y proyectan un mundo futurista y despreocupado en el que la técnica resuelve los grandes retos de una sociedad postindustrial mediante la aplicación de elementos nuevos, intercambiables, desechables y en continua renovación y experimentación. Para ello, en sus proyectos mezclaban elementos procedentes del cómic, de la cultura pop, de la utopía tecnológica de los años sesenta (de la que proyectaba mundos positivos, no apocalípticos), etc. Muchas de sus propuestas han sido aplicadas por proyectos arquitectónicos más prácticos pero otras son, porque así nacieron, una arquitectura en gran medida imposible porque está pensada para una sociedad que no existe pero que quizá desarrollemos cuando nos establezcamos en la Luna o en otros planetas o en éste si sucediera la hecatombe en la que vuelve a creerse ahora como se creía en los años en los que naciera el grupo. Veáse, por ejemplo, la Walking City.
Visitar esta exposición es, en cierta medida, viajar a un momento del pasado en el que se soñaba con un futuro que no ha llegado pero del que estamos más cerca de lo que parece aunque tenga otras formas. En Archigram veremos por qué la postmodernidad resultó tan atractiva en su inicio pero también lo que la ha condenado ante un mundo diferente a aquel en el que surgió -como, por otra parte, les sucede a todas las grandes épocas culturales-, no sin antes dejar, un legado que debemos aprovechar en la medida que aun nos es rentable.
17 comentarios:
¡Cómo me alegra que hayas retomado esta serie "Pensar el mundo...."!
Ya la estaba extrañando. ¡Enhorabuena!
Qué pena que me pierdo la Expo.; aunque conozco el Georges Pompidou y me parece feísimo... una cañeria de colores, pero todo sea por los deseos de un mundo mejor.
Aprovechemos el legado y leguemos.
Besos
No conocía esta propuesta. Gracias por colgarla, llevo un buen rato de aquí pa'llá leyendo cosas sobre ella.
Un abrazo
Archigram y sus ciudades de horizontes quebrados con mucho color.Arqutectura soñada,cierta utopía consumista desprovista de sustrato crítico.Buena propuesta. Lindo domingo.Besitos.
Walking City se parece al submarino de los Beatles (solo que con patitas)
El castillo ambulante
http://www.blogdecine.com/estrenos/el-castillo-ambulante-de-miyazaki
evasión de la realidad --> supervivencia --> ¿esquizofrenia?
esquizofrenia = evasión de la realidad = supervivencia
Muy interesante post. Un abrazo.
hola querido Pedro
ammmm te gusta el tango?
te he dedicado un tango que me gusta mucho y quizas llegue a gusrate...
besos
SAUVIGNONA
En la obra de ilustradores y dibujantes se muestra mucho de ese pensar.
No me gustaría vivir en esa "Walking City" ¡Qué horror! Como dice BIPO, parece el submarino de los Beatles.
Muy interesante tu post contraponiendo las dos tendencias postmodernas. Los años '60 fueron muy utópicos. Besotes, desafortunadamente, realistas, M.
Mientras sea para una exposición, la arquitectura puede reinventarse todas las veces que lo desee, pero si se hace un proyecto para viviendas, creo que debe primar la funcionalidad, la comodidad de los vecinos, el ahorro energético, etc. He oído protestas de personas que tenían un piso en un edificio supermoderno de esta ciudad, por motivos físicos evidentes.
sigo prefiriendo una casita tipica asturiana en la montaña, me faltaría el aire
seguramente son locuras de un sueño...aún siendo de cuando son... no dejan de ser mas que una rama artística...que a mi no me va...saludos
quienes visualizaron el futuro siempre tienen algo de niños...ayer , hoy o mañana , habrá quienes nos teletransporten en un pestañeo;=)
besitos de luz
felicidades
Pues a mi no me atrae en absoluto este estilo. Seré muy clásica.
Besos
Pues afortunadamente ese futuro no ha llegado aún, porque no me gusta nada de nada...
"cosas así" me reconcilian con mis 42 m2 de vivienda jejeje
buena semana :)
A mi, no me parece un submarino... me parece una cucaracha horrible, pero si me dan piso gratis... no pongo pegas, ni una!!
Besitos en el cuello jajajjajaaja Ñammmmmmmm!!
Ah!esto, para Bip... Me estás llamando loca? eh!
Muackssssss.TQM
este gusto no es el mío... no conocía el Georges Pompidou y me parece muy feo.
bicos,
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