Verás... como fuí antes al enlace de Antonio Muñoz Molina en tu entrada "El Hombre que vivía en las tinieblas" y vi que tenía escrito en el 2009 "La noche de los Tiempos" me vino a la memoria..... La novela de Ciencia ficción del mismo nombre de René Barjabel(1968). YO era muuuuuuuy jovencita y recuerdo haberla leido a escondidas.... (una amiga me la había pasado. Recuerdo haberla disfrutado mucho).
Bien, aquí te me pareces en este retrato, a Coban, pero un Coban que si pudo entrar al refugio. Encapsulado se te ve y bien vestido para los frios ántarticos.
El problema con los botones del ascensor, es que hace que se mueva para arriba o para abajo es decir, dirección Norte-sur....... y no en sentido horizontal, cosa que permitiría un desplazammiento en sentido oeste-este.... tipo funicular, con el que podrías llegar a lugares muy interesantes.
Y como tu ascensor sube y baja, ésto me recuerda otra novela, la de Per Lagerkvist (1924), en la que el personaje principal se encontró bajando en un ascensor que seguía y seguía bajando hasta llegar al mismísimo infierno ..."Hissen som gick i helvetet" ("EL ascensor que fué al infierno")
(Espero que un "cosa" así no te ocurra. Será cuestión de pulsar los botones correctos. Fíjate si ese no tiene uno que hace que se abra un paracaidas y amortigua la caida).
Y como a veces los ascensores se descomponen, me viene una tercera asociación: La de mi hija y yo, y otra hija y su mamá (una persona mayor) en un ascensor en Bruselas en el que, ibamos las 4 como sardinas enlatadas cuando.... ¡PLOPFFFF TRACK PACKKK! se detuvo entre dos pisos....
Como "Noblese Oblige"en estos casos y como también era la única psicóloga a bordo, tuve que dejar mi claustrofobia empaquetada, para atender a las otras 3 personas y lograr salir de allí.
Y no voy a hablar de los ascensores que suben tanto que producen vértigo.... esos los dejo para tu pma entrada sobre el tema...que ésto ya va siendo más letanía que respuesta...
Nooo Pedro que me entra claustrofia jajaja, prefiero los espacios abiertos, no me gusta verme encerrada en un espacio tan estrecho, cuando estoy en un ascensor me siento agobiada, no es por pensar que me vaya a quedar en él, sino porque me parece muy reducido su espacio y siento que me agobio.
Uno de los últimos personajes con los que hable mientras subíamos y bajábamos en el ascensor del cual él era es ascensorista, tenía una mirada un tanto perdida y el alma mareada de tanto subir y bajar, según sus propias palabras. Un par de viajes puede estar bien, pero cuando el botón que uno aprieta es la antesala de la monotonía… Un abrazo
Sí, pulsariamos botones, pero también es verdad que se acaba pronto el repertorio, y además seguiriamos encerrados. Para pulsar botones, prefiero el mando de la TV aunque no sirva para mucho pero al menos estoy encerrada en mi casa que me gusta algo más.
Como dicen muchos de los comentaristas, me es mucho más grato ver el horizonte y sentir la libertada en los campos sin necesidad de pulsar botones.
Seríamos demasiado autómatas, predecibles, aburridos, monótonos, claustrofóbicos, sin horizontes nuevos, más torpes (no habríamos aprendido nada de las equivocaciones), sin emociones fuertes... Nos quejamos de cómo nos trata la vida, de sus malas sorpresas, de su inseguridades. desengaños, decepciones... pero en el fondo, todo éso, también nos hace más humanos. Besos Isabel.
Pedro, parece que subas en el ascensor de Hacienda, y te pare en la planta donde está la caja de recaudación. Un ascensor con botones, es un hotel, dónde descansas de mil aventuras, es un ascensor que te lleva con tú cómplice a la habitación del amor. Siempre que hay un ascensor con botones, hay miles de historias que contar.
Un ascensor acristalado...(el otro me produce claustrobia) mientras subes no te sientes aislado del mundo.. lo único es que eres presa de vértigo mientras subes y subes..
Besos, Pedro y si has de pulsar un botón que sea el del séptimo cielo...
Hola a todos: Esperemos que, de verdad, la vida no sea un ascensor sin botones ni el paisaje una proyección con colorines... Yo, por ahora, busco el botón de alarma y la trampilla de escape. Por si acaso.
La vida es un carrusel plagado de subidas y bajadas en las cuales es cierto, nosotros no pulsamos el botón. siempre es bueno tener un botón que pulsar o acariciar... Saludos!
Pues con esa cara de pocos amigos que tienes no parece que te haga muy feliz estar en el ascensor, pulses o no los botones. El ascensor sólo sabe subir y bajar como si fuese una montaña rusa y la vida está para ir de frente con la cabeza alta y el menor equipaje posible. ¿Para qué sirven entonces los botones? Besitos, ascensorista fantasma.
Hola, Pedro: hace años que subo al tercer y cuarto piso de la escuela por escalera (y luego bajo por el mismo medio). Tonifica los músculos.
Además evito quedar atrapado entre dos pisos. Por algo rezan los carteles: "habiendo escaleras el consorcio no se hace responsable de los accidentes ocasionados por el uso del ascensor" ;-)
Yo me quedé encerrada en un cajero automático, con Curry y todo.Dos horas y media. Me sacaron los bomberos ya que los de la Caja , ni aparecer.Se lo contaré a Rato. El cajero tenía un botón, pero ni caso. Me sentía López Vázquez. La vida tiene botones que , pensando subir, vas al sótano. Besos
Me gustaban mucho más aquellos ascensores de palanca, que venían a ser como un trombón de varas o un contrabajo, que no tiene trastes y las notas se producen por puro oído. Los botones son como los pistones o las teclas; no tienen vuelta de hoja: los pulsas y suena do o la, según, y no digo yo que a golpe de tecla no se pueda tocar el tercer concierto para piano de Rachmaninoff que es la mayor maravilla que ha parido madre, pero los "glissandi" de un solo de trombón de J.J. Johnson tocando "My Funny Valentine" o un buen solo de contrabajo de Ray Brown, como que me sube más, no sé...
Por cierto, esta entrada de Pedro me ha despejado los agujeros respiratorios de la imaginación y se me ocurrido un cuentecillo sobre ascensores que igual lo pongo en mi blog: va de un tío que quiere ir al tercer piso de un edificio que solo tiene diez plantas, y se encuentra con que el ascensor tiene veinte botones:¿Qué hará? ¿le podrá la curiosidad? ¿Quedará atrapado en un hiperespacio arquitectónico? No se lo pierdan.
39 comentarios:
Verás... como fuí antes al enlace de Antonio Muñoz Molina en tu entrada "El Hombre que vivía en las tinieblas" y vi que tenía escrito en el 2009 "La noche de los Tiempos" me vino a la memoria..... La novela de Ciencia ficción del mismo nombre de René Barjabel(1968). YO era muuuuuuuy jovencita y recuerdo haberla leido a escondidas.... (una amiga me la había pasado. Recuerdo haberla disfrutado mucho).
Bien, aquí te me pareces en este retrato, a Coban, pero un Coban que si pudo entrar al refugio. Encapsulado se te ve y bien vestido para los frios ántarticos.
El problema con los botones del ascensor, es que hace que se mueva para arriba o para abajo es decir, dirección Norte-sur....... y no en sentido horizontal, cosa que permitiría un desplazammiento en sentido oeste-este.... tipo funicular, con el que podrías llegar a lugares muy interesantes.
Y como tu ascensor sube y baja, ésto me recuerda otra novela, la de Per Lagerkvist (1924), en la que el personaje principal se encontró bajando en un ascensor que seguía y seguía bajando hasta llegar al mismísimo infierno ..."Hissen som gick i helvetet" ("EL ascensor que fué al infierno")
(Espero que un "cosa" así no te ocurra. Será cuestión de pulsar los botones correctos. Fíjate si ese no tiene uno que hace que se abra un paracaidas y amortigua la caida).
Y como a veces los ascensores se descomponen, me viene una tercera asociación: La de mi hija y yo, y otra hija y su mamá (una persona mayor) en un ascensor en Bruselas en el que, ibamos las 4 como sardinas enlatadas cuando.... ¡PLOPFFFF TRACK PACKKK! se detuvo entre dos pisos....
Como "Noblese Oblige"en estos casos y como también era la única psicóloga a bordo, tuve que dejar mi claustrofobia empaquetada, para atender a las otras 3 personas y lograr salir de allí.
Y no voy a hablar de los ascensores que suben tanto que producen vértigo.... esos los dejo para tu pma entrada sobre el tema...que ésto ya va siendo más letanía que respuesta...
Besos
Nooo Pedro que me entra claustrofia jajaja, prefiero los espacios abiertos, no me gusta verme encerrada en un espacio tan estrecho, cuando estoy en un ascensor me siento agobiada, no es por pensar que me vaya a quedar en él, sino porque me parece muy reducido su espacio y siento que me agobio.
Un beso.
Hce pocos días me quedé encerrada en un ascensor más de dos horas, no perdí la calma pero por más que tocaba los botones...
PD: Léase NOBLESSE OBLIGE. Vale
Si, pero la vida no se deja dirigir, nos sube y nos baja a su antojo ¡y nos deja tantas veces en el piso equivocado!
Buena noche, Pedro.
Un abrazo
Uno de los últimos personajes con los que hable mientras subíamos y bajábamos en el ascensor del cual él era es ascensorista, tenía una mirada un tanto perdida y el alma mareada de tanto subir y bajar, según sus propias palabras.
Un par de viajes puede estar bien, pero cuando el botón que uno aprieta es la antesala de la monotonía…
Un abrazo
Demasiado hediondo y cuadriculado para mi gusto...
-jeje-
Un besote
Me ha gustado la opinión de JAN. ¡Horrible! estar metida en un ascensor; yo necesitaría aire, MUCHO aire. Besotes claustrofóbicos, M.
Al igual que a MERCE, también me ha gustado el comentario de JAN....
Antes de llegar al décimo piso me encuentran tiesa como los pajaritos...
¿Sería más fácil?
Tal vez los botones no funcionarían o no sabríamos para qué sirven...
el ascensor no sube más allá del último piso, en algún momento los botones nos parecerán insuficientes...
... saludos
Parábola de nuestra libertad vigilada.
Un abrazo.
Sí, pulsariamos botones, pero también es verdad que se acaba pronto el repertorio, y además seguiriamos encerrados. Para pulsar botones, prefiero el mando de la TV aunque no sirva para mucho pero al menos estoy encerrada en mi casa que me gusta algo más.
Como dicen muchos de los comentaristas, me es mucho más grato ver el horizonte y sentir la libertada en los campos sin necesidad de pulsar botones.
Un abrazo.
Luz
Seríamos demasiado autómatas, predecibles, aburridos, monótonos, claustrofóbicos, sin horizontes nuevos, más torpes (no habríamos aprendido nada de las equivocaciones), sin emociones fuertes... Nos quejamos de cómo nos trata la vida, de sus malas sorpresas, de su inseguridades. desengaños, decepciones... pero en el fondo, todo éso, también nos hace más humanos. Besos Isabel.
Pedro, parece que subas en el ascensor de Hacienda, y te pare en la planta donde está la caja de recaudación.
Un ascensor con botones, es un hotel, dónde descansas de mil aventuras, es un ascensor que te lleva con tú cómplice a la habitación del amor.
Siempre que hay un ascensor con botones, hay miles de historias que contar.
Ya ves...
No me fui, estoy en el ascensor.
Besos!
¿Decidimos nosotros?
Un abrazo.
Un ascensor acristalado...(el otro me produce claustrobia) mientras subes no te sientes aislado del mundo.. lo único es que eres presa de vértigo mientras subes y subes..
Besos, Pedro y si has de pulsar un botón que sea el del séptimo cielo...
Hola a todos:
Esperemos que, de verdad, la vida no sea un ascensor sin botones ni el paisaje una proyección con colorines...
Yo, por ahora, busco el botón de alarma y la trampilla de escape. Por si acaso.
Umm... todo el rato subiendo y bajando. No sé yo si la estructura aguantaría tanta inestabilidad, aunque no es la peor situación posible.
La vida es un carrusel plagado de subidas y bajadas en las cuales es cierto, nosotros no pulsamos el botón. siempre es bueno tener un botón que pulsar o acariciar...
Saludos!
que cierto!!
pero la verdad es que los botones no sirven si no existe el lugar al cual ordenamos
ni la energía que nos transporte
un ascensor es toda la existencia
todo depende del mantenimiento que le hagamos:=))
besitos de luz Profe
felíz fin de semana
Pedro!!! te veo cara de acojonaillo... que más había en el ascensor??? jejejejeeje
UN FUERTE ABRAZO PROFE!!!
Argh! qué agobio y qué limitación más grande, para manejar la vida se necesitan a los demás y en el espejo del ascensor estás tu solo, agónico.
Pues con esa cara de pocos amigos que tienes no parece que te haga muy feliz estar en el ascensor, pulses o no los botones.
El ascensor sólo sabe subir y bajar como si fuese una montaña rusa y la vida está para ir de frente con la cabeza alta y el menor equipaje posible. ¿Para qué sirven entonces los botones?
Besitos, ascensorista fantasma.
intento subir por la escalera...esa si que la controlo....por ahora...salud
jooo, pero que aburrido no?, pa eso más vale la pena no mandar en nada...
Molts petonets
Encarna
Y subimos y bajamos, como en la vida misma, pero en el ascensor controlamos los botones...
Siempre es una ventaja.
El agobio para mí no es el estar encerrado en sí, si no el estar detenido "entre dos pisos",.
Pero los ascensores acabarían siendo tan desalentadores como los túneles de Ernesto Sábato.
Un abrazo
y escogemos la altura de nuestros sueños.
biquiños,
Para que funcionen los botones hace falta electricidad, eso nos lleva a una factura, eso nos lleva a...
Hola, Pedro: hace años que subo al tercer y cuarto piso de la escuela por escalera (y luego bajo por el mismo medio).
Tonifica los músculos.
Además evito quedar atrapado entre dos pisos. Por algo rezan los carteles: "habiendo escaleras el consorcio no se hace responsable de los accidentes ocasionados por el uso del ascensor" ;-)
Un abrazo.
Antón.
Gran pensamiento.
Me gusta pensar que algún botoncillo si pulsamos en nuestra vida, aunque ciertamente no tengamos tantas variables "a dedo".
Besos Pedro.
Yo me quedé encerrada en un cajero automático, con Curry y todo.Dos horas y media.
Me sacaron los bomberos ya que los de la Caja , ni aparecer.Se lo contaré a Rato.
El cajero tenía un botón, pero ni caso. Me sentía López Vázquez.
La vida tiene botones que , pensando subir, vas al sótano.
Besos
Me gustaban mucho más aquellos ascensores de palanca, que venían a ser como un trombón de varas o un contrabajo, que no tiene trastes y las notas se producen por puro oído. Los botones son como los pistones o las teclas; no tienen vuelta de hoja: los pulsas y suena do o la, según, y no digo yo que a golpe de tecla no se pueda tocar el tercer concierto para piano de Rachmaninoff que es la mayor maravilla que ha parido madre, pero los "glissandi" de un solo de trombón de J.J. Johnson tocando "My Funny Valentine" o un buen solo de contrabajo de Ray Brown, como que me sube más, no sé...
Por cierto, esta entrada de Pedro me ha despejado los agujeros respiratorios de la imaginación y se me ocurrido un cuentecillo sobre ascensores que igual lo pongo en mi blog: va de un tío que quiere ir al tercer piso de un edificio que solo tiene diez plantas, y se encuentra con que el ascensor tiene veinte botones:¿Qué hará? ¿le podrá la curiosidad? ¿Quedará atrapado en un hiperespacio arquitectónico? No se lo pierdan.
Yo no uso el ascensor.
¿Tienen botones?.
decide si subes o bajas, que te estoy esperando en la entreplanta
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