Repaso Beltenebros (1983), de Antonio Muñoz Molina. El narrador es un hombre fatigado, sometido a un destino trágico que le hace vivir un tiempo cíclico, lo que le ha hecho abandonar las ideas de su juventud y ejercer de forma mecánica y sin convencimiento su condición de agente de la organización a la que pertenece (aunque no se cite, se trata de una vinculada al Partido Comunista): con la madurez ha sabido construirse una doble vida en la que se halla más cómodo que en la suya propia. De ella le saca un encargo: matar a un traidor que se parece demasiado a otro al que mató años atrás. El inicio es soberbio y un buen ejemplo del uso del género negro en las novelas de los años ochenta:
Vine a Madrid para matar a un hombre a quien no había visto nunca. Me dijeron su nombre, el auténtico, y también algunos de los nombres falsos que había usado a lo largo de su vida secreta, nombres en general irreales, como de novela, de cualquiera de esas novelas sentimentales que leía para matar el tiempo en aquella especie de helado almacén, una torre de ladrillo próxima a los raíles de la estación de Atocha donde pasó algunos días esperándome, porque yo era el hombre que le dijeron que vendría, y al principio me esperó disciplinadamente, muerto de frío, supongo, y de aburrimiento y tal vez de terror, sospechando con certidumbre creciente que algo se estaba tramando contra él, desvelado en la noche, bajo la única manta que yo encontré luego en la cama, húmeda y áspera, como la que usaría en la celda para envolverse después de los interrogatorios, oyendo hasta medianoche el eco de los altavoces bajo la bóveda de la estación y el estrépito de los expresos que empezaban a llegar a Madrid antes del amanecer.
Todo está ya dicho en esas primeras líneas. El protagonista, Darman, vive su propia tragedia interior, que le ha destruido: es un ser sin identidad que no puede asumir su propia biografía y necesita de la ficción para seguir adelante. Sin embargo, nos es más grato, sentimos su fatiga más cercana que la de aquel a quien persigue, el Beltenebros del título, que vive en la oscuridad y en la angustia fruto de su traición. Como sabemos, en el Libro II del Amadís de Gaula el protagonista toma ese nombre para hacer penitencia.
Beltenebros es una gran novela en la que la mirada postmoderna destapa cómo las grandes ideologías hacen infelices a los seres humanos en cuanto descubren la trampa argumental en la que se sostienen. Leída hoy, un cuarto de siglo después, nos aporta una sensación de angustia: tampoco el ser humano ha sido feliz sin ellas.
Quizá no nos quede más que sabernos supervivientes de todos los naufragios y asumir esa terrible angustia, la amargura y las tinieblas en las que vivimos: por eso el ermitaño de Peña Pobre le puso ese nombre, Beltenebrós (bello tenebroso), al caballero Amadís. Toda una definición del ser humano.
30 comentarios:
Pues habrá que leerla, Pedro ;), disipar la niebla y seguir sobreviviendo.
Besos y buenas noches!!
Gracias por recomendárnosla, no conocía dicha novela, la tendré en cuenta aunque ... no sé yo como me sentará porque si produce angustia y amargura...
Un beso.
Estamos condenados a serlo...siempre.
Un abrazo.
No es lo que tiene Muñoz Molina aunque bien.
Buenas noches, profesor Ojeda:
Yo no la leeré.
Saludos. Gelu
Viendo las noticias de las últimas semanas, y con el libro en la mesita de noche, no parece que haya pasado un cuarto de siglo. Es muy curiosa nuestra vida. Siempre estamos sobreviviendo a todo. Nuestro entorno así nos lo hace saber a diario.
Pilar Miro se enfrentó con la novela y con el guion. Consiguió un Ondas al mejor director, tres Goyas de los llamados secundarios en nuestro país, (fotografía, montaje y efectos especiales) y en la Berlinale, el oso de plata al montaje.
Un abrazo
cuando llegue por estas latitudes trataré de leerla o en su defecto encontrar un apunte :=)
besitos de luz profe
felicidades
Hace siglos que leí la novela, cuando aún podía leer con soltura. Me gustaría volverla a leer para re-aprender cosas que son vitales si uno quiere estar en forma.
Uff, otoño y angustia: mezcla explosiva.
Yo, por ahora, paso palabra...
Pedro, un besito.
Ese es un libro de Muñoz Molina que tengo pendiente aunque no creo que la trama me apasione. Me ha gustado mucho tu reseña, eso sí. Besotes, M.
La leí hace muchos años. Pese al contenido la sentí muy cercana, el escritor es de mi tierra y entonces vivía cerca de Atocha.
Es sorprendente la concordancia con con la que el ermitaño llamó a Amadis.
Sí, Pedro, últimamente vivir es sobrevivir.
Un abrazo.
Pienso la cantidad de gente, que ante estas grandes ideologías, han sufrido la decepción, demasiada gente ha vivido en tinieblas, mucha gente ha vivido engañada con unas ideologías utópicas, que desde un principio se sabía que eran un fracaso. Están ahí, comunismo, anarquismo, liberalismo.etc...Creo que la mejor ideología es la de uno mismo, la individual y aún así intentan contaminarla.
De Muñoz Molina, me gusta leer sus artículos en "El País", he leído varias cosas de él, "El Jinete polaco" "Plenilunio" y sobre todo ésta última no terminó de cuajar en mí.
No hay ideología que dé soporte a una vida, no hay religión que acalle todas las preguntas, ni meta que justifique el camino completo.
Sobrevivir con dignidad es una tarea compleja que nos obliga a readaptarnos de forma continua, siempre mutando para mantenernos razonablemente fieles a nosotros mismos. En fin "que cada palo debe aguantar su vela" nadie, ni nada puede hacer esta labor por nosotros.
Da idea de lo que uno puede disfrutar mientras lee esta novela. Un abrazo.
Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salv@.
Romanos 10.
en mis manos tengo "la noche de los tiempos"...regalo de mi capricho...espero que no se quede en un mero relato parcial de la guerra civil...es un gran autor y encima mi paisano....
No lo conocía. Trasmite muy bien el temor y esa amargura del ser desdichado q vive una vida gris. Estupenda tu elección de la foto Pedro. Acompaña perfecto.
Saludos argentinos.
Voy a hacer caso a tu anónimo... confieso.. pero confieso avergonzada que no leí la novela.. y el extracto que nos ofreces, Pedro, me provoca una cierta desazón al leerlo...Quizás más adelante me atreva...
Un beso, Profe... mañana nos "vemos" , toca Quijote! ;-)
Quiero saber quién es el de asesino de Kennedy y enterarme de qué tal ha ido la conferencia, Pedrito :)
Volveré después de rezar el rosario. Amen
Digo... Besos!!
En los libros de literatura, o al menos cuando yo iba al colegio estudiamos fragmentos de la soberbia novela de Antonio Muñoz Molina. Muy buena entrada, sí señor.
¡Qué maravilla de texto, Pedro!
Me considero una admiradora fiel de la literatura del Gran Muñoz Molina.
Gracias por traerlo.
Un abrazo
Alambrada de luz.
Um post que nos faz reflectir acerca da condição humana, este.
Será que a felicidade existe mesmo ou pura e simplesmente a complexidade do (se ) ser humano nos condena , como bem dizes, a sermos tão só sobreviventes de sonhos irrealizados?
Un abrazo, estimado amigo mio.
Las vidas luminosas y, aparentemente plagadas de éxitos, muchas más veces de las que nos creemos guardan una condición oculta oscura y sórdida
La tengo en lista de espera como docenas de otros libros,leí "El jinete polaco" y me gustó tanto que compré seis o siete novelas suyas,recuerdo "Beatus Ille","El invierno en Lisboa""En ausencia de Blanca","Ventanas de Manhattan" y tengo a la espera "Sefarad","Plenilunio" y "Beltenebros",es un escritor extraordinario,lo descubrí hace tres o cuatro años,¡ah!,había olvidado "El viento de la Luna" que me trajo al presente recuerdos vividos en la infancia. ¿Leemos para reencontrarnos? Un abrazo.
El nombre es fantástico, con ese punto de paradoja que se te queda grabado en la mente. Precisamente estaba pensando leer algo de Muñoz Molina, al que tengo algo abandonado desde "Ventanas de Manhattan".
Un abrazo
Lo leí cuando se publicó y me encantó. Fue la primera novela de Muñoz Molina que leí y no he dejado de leerle a lo largo de los años. Me gusta los temas que toca, cómo trata el interior del ser humano, cómo utiliza las palabras, su precisión y su capacidad de mostrarnos las dos caras del mundo en el que vivimos.
Ese primer párrafo me puso los pelos de punta cuando lo leí por primera vez. Me han entrado ganas de volver a leer esa novela.
Un beso súper, querido amigo (y no digas esas cosas tan bonitas de mí que me da vergüenza) :)
Me ha gustado tu descripción o estudio sobre Beltenebros, es una novela que nunca he llegado a leer o se me pasó leer de Muñóz MOlina. Pero en siu inicio ya se desvela su estilo agrio y brillante a la vez; un escritor realmente genial.
Un abrazo!
Vislumbrando grandes horizontes los tropiezos son frecuentes, aunque mirar siempre al suelo suele resultar peor.
Ha sacado nueva novela y por lo que ha comentado de ella esta mañana en la radio...tiene buena pinta.
Abrazos
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