En gran medida, muchas de las decisiones tomadas en España a partir de la reforma del sistema universitario para adaptarlo al Espacio Europeo de Educación Superior, que tanto hemos debatido aquí, buscaban la adecuación a un nuevo perfil de estudios en los que se reducía el número de alumnos en cada aula en aplicación de las estadísticas de los últimos cursos. Se pretendía una atención personalizada y un seguimiento constate basado en los principios de la evaluación continua. Se tomó la decisión, también, de suprimir estudios universitarios que no parecían muy demandados. Y de iniciar un proceso de prejubilación masiva de los profesores universitarios para adecuar su número y preparación a las nuevas necesidades.
La grave crisis económica de los últimos meses ha coincidido con la implantación de la reforma universitaria y ha tenido un efecto curioso, al menos en España. Ha aumentado considerablemente la matrícula de alumnos en todas las universidades españolas y en casi todas las titulaciones, incluso en las que parecían haber perdido prestigio social. De hecho, hay demanda de titulaciones que se han decidido suprimir.
Muchas personas que antes tenían un fácil acceso al mercado laboral ahora no lo tienen y buscan adquirir una formación más amplia de la que tenían completando estudios universitarios o cursando una segunda carrera con perfiles profesionales más adecuados para el presente. O, simplemente, deciden sacar un rendimiento académico al tiempo que tarden en encontrar trabajo.
A la Universidad española le ha sorprendido con el pie cambiado este aumento del número de alumnos en un momento de cambio estructural y de graves problemas económicos: la situación de déficit presupuestario de casi todas las universidades públicas hará muy difícil la toma de decisiones rápidas y eficaces, aunque se han aprobado ya interesantes ayudas para los desempleados que se matriculen en programas de máster (es una excelente medida que cabe ampliar). Algunas titulaciones han doblado o triplicado el número de matrículas. En algunos casos, las cifras son preocupantes porque dificultarán una docencia de calidad puesto que todo estaba preparado para otro número de matriculados.
En todos los casos, este aumento de la matrícula dificulta, cuando no impide en la situación actual, muchos de los aspectos relacionados con la reforma: demasiados alumnos para las nuevas metodologías docentes que se querían implantar; dificultades de espacio y dotaciones, puesto que se pretendía llevar la reforma hacia pequeños grupos de estudiantes -incluso se habían ejecutado obras en los edificios universitarios suprimiendo aulas grandes-; problemas de gestión en las prácticas de calidad, etc. Y pronta saturación del mercado laboral cuando salgan las primeras promociones nacidas al calor de este aumento de matrículas. Es curioso cómo los movimientos de percepción social de una demanda profesional acaban saturando el mercado de titulados en poco tiempo cuando no hay claras políticas públicas (es la labor del Ministerio y las comunidades autonómicas) que sepan conducir estas dinámicas comprensibles pero debidas muchas veces más a la intuición colectiva o percepción errónea de la publicidad institucional que a verdaderas necesidades del mercado laboral.
La grave crisis económica de los últimos meses ha coincidido con la implantación de la reforma universitaria y ha tenido un efecto curioso, al menos en España. Ha aumentado considerablemente la matrícula de alumnos en todas las universidades españolas y en casi todas las titulaciones, incluso en las que parecían haber perdido prestigio social. De hecho, hay demanda de titulaciones que se han decidido suprimir.
Muchas personas que antes tenían un fácil acceso al mercado laboral ahora no lo tienen y buscan adquirir una formación más amplia de la que tenían completando estudios universitarios o cursando una segunda carrera con perfiles profesionales más adecuados para el presente. O, simplemente, deciden sacar un rendimiento académico al tiempo que tarden en encontrar trabajo.
A la Universidad española le ha sorprendido con el pie cambiado este aumento del número de alumnos en un momento de cambio estructural y de graves problemas económicos: la situación de déficit presupuestario de casi todas las universidades públicas hará muy difícil la toma de decisiones rápidas y eficaces, aunque se han aprobado ya interesantes ayudas para los desempleados que se matriculen en programas de máster (es una excelente medida que cabe ampliar). Algunas titulaciones han doblado o triplicado el número de matrículas. En algunos casos, las cifras son preocupantes porque dificultarán una docencia de calidad puesto que todo estaba preparado para otro número de matriculados.
En todos los casos, este aumento de la matrícula dificulta, cuando no impide en la situación actual, muchos de los aspectos relacionados con la reforma: demasiados alumnos para las nuevas metodologías docentes que se querían implantar; dificultades de espacio y dotaciones, puesto que se pretendía llevar la reforma hacia pequeños grupos de estudiantes -incluso se habían ejecutado obras en los edificios universitarios suprimiendo aulas grandes-; problemas de gestión en las prácticas de calidad, etc. Y pronta saturación del mercado laboral cuando salgan las primeras promociones nacidas al calor de este aumento de matrículas. Es curioso cómo los movimientos de percepción social de una demanda profesional acaban saturando el mercado de titulados en poco tiempo cuando no hay claras políticas públicas (es la labor del Ministerio y las comunidades autonómicas) que sepan conducir estas dinámicas comprensibles pero debidas muchas veces más a la intuición colectiva o percepción errónea de la publicidad institucional que a verdaderas necesidades del mercado laboral.
Una realidad a la que las universidades españoles deben buscar remedio urgente cuando todavía hay tiempo. Sería muy triste que se dejaran pasar los meses hasta que la recuperación económica haga abandonar sus estudios a los que ahora se matriculan, con lo que se perdería una base de futuros titulados que podrían reconducir el sistema productivo español hacia un funcionamiento que arregle los problemas estructurales que arrastra desde hace décadas. Alguien debería haberse dado cuenta de que esta demanda de formación puede ser lo que corrija, de hacerse bien, las deficiencias que nos han llevado a la última crisis. Un reto apasionante para los responsables políticos y académicos que, de llevarse a feliz término, mejorará tanto la Universidad como la sociedad españolas.
23 comentarios:
Eres muy optimista. Yo creo que la posesión de un título universitario hace tiempo dejó de ser garantía de nada, salvo de satisfacción personal, si acaso. A la crisis nos ha llevado la falta de amor por las cosas bien hechas, entre otras razones de complejo análisis.
Es cuanto informo según mi leal saber y entender salvo opinión mejor fundada (así finalizo mis informes municipales, je je...)
Un abrazo y buen finde.
Tres preguntas: ¿Cuales son las titulaciones más demandadas? ¿Humanidades? La U. de Burgos ¿es pública? Besotes, M.
Un país sin educación no es nada. Hay que fomentar la Universidad, pero de verdad no con medidas populistas tipo ZP.
un abrazo.
Llevas mucha razón, si en en esta crisis a los jóvenes les cuesta encontrar trabajo...más dificultad la tendrán los que no tenga una formación. Un título simpre adorna una pared... pero deja una impronta en la persona que lo posee que no se borra. Saludos
Vertiginoso crecimiento, debe ser acompañado, con el incremento de los recursos en una misma proporción. Si eso no se ajusta… estarán súper poblados con una calidad deficiente… pero si esto sucediera… pasa en las mejores familias… Profesores y alumnos, deberán poner de su parte para hacer la diferencia y demostrar excelencia. El dinero no sobra… Trabajo no se consigue… la calle es la selva… es por eso la respuesta.Se que muchos querrán tomar mi cuello… pero es lo que hay...Solo un pensamiento en voz alta. Besitos. Silvi.
ADU: en efecto, un título universitario no es garantía de nada. Pero en estos momentos la situación es más delicada en personas sin formación. Hay también un aumento muy significativo de la matrícula en el Bachillerato y en los módulos formativos profesionales no universitarios. Todos sabemos que sólo se puede salir de una situación así con formación personal y variedad de habilidades.
Prefiero ser optimista. Nos jugamos mucho.
MERCHE: depende de cada Universidad. Hay algunas ingenierías y estudios de grado de educación que han crecido en toda España.
Los estudios humanísticos no son los más demandados, pero también ha aumentado en toda España el número de alumnos matriculados.
La Universidad de Burgos, en efecto, es una Universidad pública. Pero ya sabes que tengo un compromiso conmigo mismo de que, como soy profesor de la Universidad de Burgos, de mi institución no hablaré para que no se malinterprete en ningún sentido lo que digo.
Mi entrada es una reflexión sobre una situación general en España y me gustaría mucho saber si tiene algún parecido a lo que sucede en otros países.
FERNANDO: siento decirte que en este caso estás muy equivocado quizá por falta de información al opinar sobre la Universidad. La Universidad pública española es autónoma: cada una es responsable de sus decisiones académicas. Y la primera negociación la establece siempre con los gobernantes de su Comunidad Autónoma, en especial en lo que hace a los presupuestos económicos. Y gran parte de lo que se decide se hace en un Consejo en el que están presentes todos los rectores de la región. Sé que ZP no te gusta, pero tampoco es el demonio causante de todos los males.
MANUEL: la formación es una herramienta básica para salir de la crisis y para corregir gran parte de las deficiencias estructurales de la economía del país, en efecto.
SILVI: lo malo es que todo esto ha sucedido en mitad de una crisis económica y los presupuestos se reducen. Debe haber, como bien dices, un esfuerzo colectivo para solucionar los problemas.
Gracias por vuestras palabras.
Los presupuestos se reducen para todos, sin mirammientos, en esta crisis económica que nos está asfixiando un poquito a todos.
Un beso.
El aumento de alumnos también se ha notado en los niveles más bajos que oferta el sistema: aquellos que no consiguieron obtener el Graduado en Secundaria en los IES. Ésos que nos ponen al país en cabeza del fracaso escolar.
Se produce la paradoja que tenemos que atender a bastantes más alumnos con un recorte del 30% del presupuesto.
Un título universitario al menos sirve para que otro no trabaje en tu lugar. No es poco en los tiempos que corren.
No lo tienen nada fácil los recién titulados. Su formación es la mejor de toda la historia, pero las expectativas no son nada halagüeñas.
La educación y formación de las personas es un bien que con crisis o sin crisis hay que mimar e invertir en ello, con prioridad sobre otras muchas cosas. Besos Isabel.
Te había puesto un mensaje anterior, pero no se qué está pasando con blogger. Cuándo pulse la tecla enviar, Woops! desapareciò en en cyberespacio.
Me aparece un texto que dice que el Certificado de Blogger no està actualizado.
Bien ahora a este tema:
Espero que quienes toman las deciciones y pueden redirigir las polìticas y recursos educacionales para ajustarse a este inesperado efecto, lo hagan y ràpido.
La educaciòn y formaciòn es sòlo beneficiosa y tal como yo lo veo, agregar una otra carrera o màster o algo diferente, hace que la persona que lo completa tenga un valor agregado en esa diferencia a la hora de presentar su curriculum.
En un mundo cambiante como el nuestro, no podemos seguir con modelos tradicionales y lineales.
En lugar de "màs de lo mismo" habrìa que implementar cambios como dirìa Wazslawick, "de segundo orden". tanto a nivel institucional como individual.
Saludos
Me ha sorprendido tú último párrafo, donde dices que toda esta gente que se ha matriculado en nuevas carreras o inician una nueva carrera , pueden ser los que inicien la recuperación económica o los que corrijan las deficiencias que nos han llevado a la última crisis. Para mí sería una inmensa alegría pues siempre he pensado que una sociedad fuerte es aquella, donde sus habitantes que la forman, luchan por una cultura y una especialización y calidad de su puesto de trabajo. Pero creo que entrar en el terreno de lo utópico y para utopías ya tenemos a nuestro Don Quijote y el talante y optimismo de nuestro presidente. Además si Madrid consigue los juegos Olímpicos en España se acaba en unas horas la crisis económica, pero que país más bien "parit".
Asi es, coincido sustancialmente con tu opinion.
Pedro, soy muy escéptico ante el futuro en esta materia. Quieran los dioses que me equivoque.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Complejo tema.
Buen fin de semana
Como apunta Pancho, los centros de Educación de Adultos también están de bote en bote.Efecto de la crisis.
Y de repente, un toro.
Lo que menos le falta al sistema económico español es titulados universitarios... de modo que si por un tiempo esa fábrica de parados llamada universidad española (otro día me meto con la mayoría del profesorado: esa clase burguesa y adocenada, enchufada y poco didáctica) deja de producir parados lo agradeceremos todos profundamente. Just my two cents!!
Un dirigismo por parte de la instituciones hacia las necesidades de licenciados universitarios en determinados campos, cuando éste carece de sentido, conduce irremediablemente al desastre.
Esperemos esa mejora Universitaria que redundará en la mejora social.
Un beso, amigo.
Si no me iquivoco, este año uno de los pocos departamentos que han aumentado el presupuesto es el de Educación y sobre todo en becas. De todas las maneras, la actitud de la gente es comprensible, sobre todo en los jóvenes porque son los que sufren el paro en una mayor proporción y antes que quedarse en casa mirando el techo más vale que intenten aumentar sus conocimientos. Pero no creo que a más titulados universitarios la situación económica y laboral mejore porque en el sector de servicios, la panacea de este país, el nivel de estudios que se requiere no es lo más importante salvo para una minoría. En todo caso, siempre será bueno para la sociedad que sus miembros estén mejor educados en todos los sentidos. Lo malo es que a mayor matriculaciones menor calidad en la educación. ¿Por qué siempre la calidad es nuestro mayor déficit?
Besitos.
Lo he podido constatar, titulaciones de filologia que habían quedado casi missing estos últimos años, estan experimentando un notable renacer.. ¡Y no sabes cuánto me alegro!
Hoy voy con algo de retraso, pero sé que me disculparás ;-)¿Verdad, Pedro?
Besos y te mando un trozo de tarta, con frutas del bosque...
Me temo que tengo el optimismo por los suelos... No veo en el horizonte una estrategia a largo plazo y solo reacciones de la calle para sobrevivir...
Ojala me equivoque...
Dicen que... no hay mal que por bien no venga. Espero que puedan dominar la situación porque realmente hace falta.
A estas alturas, necesitamos gente, hijos, bien preparados y Pedro, el "hambre", espabila y abre la mente. Recordemos que hablabas de conformismo y comodidad... llegó la hora de espabilarse.
Besitos!
Por aqui os cursos procurados são os técnicos profissionalizantes.Mesmo quem tem curso universitário volta e faz o profissionalizante onde tem mais vagas de trabalho.
¿Y no es curioso que haya aumentado el número de alumnos de esta manera? ¿Cómo es posible pagar una carrera universitaria con los tiempos que corren? En nuestra ciudad el despido masivo está a la orden del día.
Me dejas pensando en esta paradoja.
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