Ágora es un producto artístico bien pensado, resuelto y promocionado. Ha logrado, sin duda, un buen éxito tanto en su calidad como en su recepción por parte del público (mal que les pese a los que suelen despreciar el cine español y que ahora se contradicen porque no le perdonan cuando fracasa ni cuando logra un éxito), como demuestra la taquilla en los primeros días posteriores a su estreno.
Ha provocado reacciones de todo tipo en las críticas. Se puede decir que no ha dejado a nadie indiferente: ha llamado la atención y ha suscitado debates de gran interés en radio, televisión, periódicos e internet. La mayor parte de estos debates nacen de una predisposición anterior a la contemplación de la película: hay pre-juicios ideológicos que sitúan a muchos a favor o en contra de Ágora sin haberla visto y que retuercen en uno u otro sentido los documentos históricos que existen sobre Hypatia y la Alejandría de su tiempo, como si no fueran interpretables y sólo pudieran entenderse como defiende cada uno. De tal manera que muchos han sido los que, incluso viéndola, la han mirado exclusivamente para corroborar lo que ya opinaban de ella antes.
Es curiosa esta forma tan frecuente de recepción del arte, tan condicionada y que priva de la emoción de la primera vez. De hecho, en páginas de internet y en otros medios de comunicación se había prevenido contra la película o alentado para verla por criterios ideológicos antes que artísticos, lo que ha redundado, sin lugar a dudas, en su promoción publicitaria.
También existe una porción de críticos a los que no les interesa la estética de Amenábar o su trayectoria anterior, unos porque no encaja en su forma de entender el cine, otros porque no le perdonan el éxito que ha tenido desde su primera película, Tesis. Merecería un análisis sociológico este aspecto de la recepción del arte en España, país tan dado al cainismo.
Sí me parece más interesante el debate sobre la estética de esta película -que muchos han concretado en frialdad y distanciamiento-, pero como ésta es una de las claves en mi propuesta de interpretación, la abordaré en el último artículo.
(Lo que viene a continuación contiene partes del argumento de la obra, aunque no revela el final ni desvela algunos de los trucos argumentales que quieren atrapar al espectador, por lo que aquellos a los que su conocimiento pueda molestar a la hora de ver la película deberían dejar de leer esta entrada en este punto y continuar en la siguiente que dedicaré al tema y volver aquí una vez hayan visto Ágora.)
Ágora trata la historia de Hypatia, filósofa y científica de la Alejandría de finales del siglo IV y principios del siglo V, que murió lapidada por un grupo de fanáticos cristianos. Hypatia dedica su vida a los estudios astronómicos y la enseñanza de sus discípulos en la Biblioteca del Serapeo (que ha tomado el relevo de la famosa Biblioteca de Alejandría, desaparecida con anterioridad), entre los que se encuentran escépticos, paganos, judíos y cristianos. Fomenta entre ellos la hermandad y la igualdad, así como el amor por el conocimiento científico y filosófico. Como contradicción señalada en la película, su familia conserva esclavos según las normas romanas (las relaciones entre Hypatia, su padre y los esclavos es un aspecto muy interesante puesto que alternan entre el paternalismo, la conservación de una estructura social que se derrumba y la contradicción con algunos planteamientos de su filosofía).
Uno de sus discípulos, el escéptico Orestes, se enamora de ella, así como uno de sus esclavos -Davo, que se hará cristiano-. Pero Hypatia ha renunciado al amor y a la sexualidad para consagrarse a la filosofía y la ciencia.
La vida de la ciudad se altera con los trastornos políticos y religiosos que aparecen al final de la época romana (y que llevarán a la definitiva división del Imperio en dos) y sus calles se convierten en un lugar de enfrentamiento entre los restos del antiguo paganismo, la importante comunidad judía de la localidad y el creciente empuje de los grupos cristianos. A la provocación de unos extremistas cristianos, los parabolanos, responden los paganos con gran violencia (no entiendo por qué se afirma que hay una visión idílica del paganismo en esta película, puesto que los paganos que acometen irracionalmente a los cristianos son miembros del Serapeo, la élite intelectual y social de Alejandría y de los que hubiera sido esperable otro comportamiento más sensato): el conflicto se salda con el abandono del Serapeo por los paganos, cuyo edificio será saqueado y convertido en templo por los obispos coptos Teófilo y Cirilo. Hypatia y sus discípulos deben salir del Serapeo salvando unos pocos libros de la destrucción.
Años después, la situación se ha calmado en apariencia. Los paganos han perdido el control de Alejandría definitivamente, aunque alguno de los gobernantes cristianos son paganos convertidos al cristianismo de los que cabe dudar de la sinceridad de su fe. Hypatia continúa con sus estudios, obsesionada con el movimiento de los astros, lo que le llevará a cuestionar el sistema ptolemaico según el cual la Tierra es el centro del universo. Sus discípulos se han dispersado y ocupan puestos de privilegio: Orestes, ya convertido al cristianismo, es el pretor de la ciudad y Sinesio obispo de Ptolemaida. Ambos siguen admirando a su maestra. Davo, al que Hypatia ha liberado, se ha convertido en un parabolano muy activo.
La calma es sólo aparente: pronto estalla un grave conflicto entre el sector más exaltado de los cristianos y los judíos (los parabolanos irrumpen en una celebración festivo-religiosa judía y apedrean a los que en ella participan y los judíos se vengan al no conseguir una respuesta adecuada del gobierno de la ciudad, asesinando a varios parabolanos), que se salda con una matanza de judíos y su expulsión de la ciudad. El resultado es una fuerte tensión por el control del poder político de la ciudad entre el pretor Orestes y el patriarca Cirilo. La influencia de Hypatia sobre Orestes es vista por Cirilo como una amenaza contra sus intereses y un punto débil del pretor. De ahí que la ataque y provoque, con sus acusaciones, el asesinato de Hypatia, que no pueden detener -por debilidad y por intereses de estrategia política- sus antiguos discípulos: esto queda reflejado en una de las mejores escenas de la película.
El viernes continuaremos con el análisis de Ágora: sobre la veracidad histórica. Después abordaré el estudio de los detalles técnicos y la lectura final anunciada en mi entrada de ayer.
Ha provocado reacciones de todo tipo en las críticas. Se puede decir que no ha dejado a nadie indiferente: ha llamado la atención y ha suscitado debates de gran interés en radio, televisión, periódicos e internet. La mayor parte de estos debates nacen de una predisposición anterior a la contemplación de la película: hay pre-juicios ideológicos que sitúan a muchos a favor o en contra de Ágora sin haberla visto y que retuercen en uno u otro sentido los documentos históricos que existen sobre Hypatia y la Alejandría de su tiempo, como si no fueran interpretables y sólo pudieran entenderse como defiende cada uno. De tal manera que muchos han sido los que, incluso viéndola, la han mirado exclusivamente para corroborar lo que ya opinaban de ella antes.
Es curiosa esta forma tan frecuente de recepción del arte, tan condicionada y que priva de la emoción de la primera vez. De hecho, en páginas de internet y en otros medios de comunicación se había prevenido contra la película o alentado para verla por criterios ideológicos antes que artísticos, lo que ha redundado, sin lugar a dudas, en su promoción publicitaria.
También existe una porción de críticos a los que no les interesa la estética de Amenábar o su trayectoria anterior, unos porque no encaja en su forma de entender el cine, otros porque no le perdonan el éxito que ha tenido desde su primera película, Tesis. Merecería un análisis sociológico este aspecto de la recepción del arte en España, país tan dado al cainismo.
Sí me parece más interesante el debate sobre la estética de esta película -que muchos han concretado en frialdad y distanciamiento-, pero como ésta es una de las claves en mi propuesta de interpretación, la abordaré en el último artículo.
(Lo que viene a continuación contiene partes del argumento de la obra, aunque no revela el final ni desvela algunos de los trucos argumentales que quieren atrapar al espectador, por lo que aquellos a los que su conocimiento pueda molestar a la hora de ver la película deberían dejar de leer esta entrada en este punto y continuar en la siguiente que dedicaré al tema y volver aquí una vez hayan visto Ágora.)
Ágora trata la historia de Hypatia, filósofa y científica de la Alejandría de finales del siglo IV y principios del siglo V, que murió lapidada por un grupo de fanáticos cristianos. Hypatia dedica su vida a los estudios astronómicos y la enseñanza de sus discípulos en la Biblioteca del Serapeo (que ha tomado el relevo de la famosa Biblioteca de Alejandría, desaparecida con anterioridad), entre los que se encuentran escépticos, paganos, judíos y cristianos. Fomenta entre ellos la hermandad y la igualdad, así como el amor por el conocimiento científico y filosófico. Como contradicción señalada en la película, su familia conserva esclavos según las normas romanas (las relaciones entre Hypatia, su padre y los esclavos es un aspecto muy interesante puesto que alternan entre el paternalismo, la conservación de una estructura social que se derrumba y la contradicción con algunos planteamientos de su filosofía).
Uno de sus discípulos, el escéptico Orestes, se enamora de ella, así como uno de sus esclavos -Davo, que se hará cristiano-. Pero Hypatia ha renunciado al amor y a la sexualidad para consagrarse a la filosofía y la ciencia.
La vida de la ciudad se altera con los trastornos políticos y religiosos que aparecen al final de la época romana (y que llevarán a la definitiva división del Imperio en dos) y sus calles se convierten en un lugar de enfrentamiento entre los restos del antiguo paganismo, la importante comunidad judía de la localidad y el creciente empuje de los grupos cristianos. A la provocación de unos extremistas cristianos, los parabolanos, responden los paganos con gran violencia (no entiendo por qué se afirma que hay una visión idílica del paganismo en esta película, puesto que los paganos que acometen irracionalmente a los cristianos son miembros del Serapeo, la élite intelectual y social de Alejandría y de los que hubiera sido esperable otro comportamiento más sensato): el conflicto se salda con el abandono del Serapeo por los paganos, cuyo edificio será saqueado y convertido en templo por los obispos coptos Teófilo y Cirilo. Hypatia y sus discípulos deben salir del Serapeo salvando unos pocos libros de la destrucción.
Años después, la situación se ha calmado en apariencia. Los paganos han perdido el control de Alejandría definitivamente, aunque alguno de los gobernantes cristianos son paganos convertidos al cristianismo de los que cabe dudar de la sinceridad de su fe. Hypatia continúa con sus estudios, obsesionada con el movimiento de los astros, lo que le llevará a cuestionar el sistema ptolemaico según el cual la Tierra es el centro del universo. Sus discípulos se han dispersado y ocupan puestos de privilegio: Orestes, ya convertido al cristianismo, es el pretor de la ciudad y Sinesio obispo de Ptolemaida. Ambos siguen admirando a su maestra. Davo, al que Hypatia ha liberado, se ha convertido en un parabolano muy activo.
La calma es sólo aparente: pronto estalla un grave conflicto entre el sector más exaltado de los cristianos y los judíos (los parabolanos irrumpen en una celebración festivo-religiosa judía y apedrean a los que en ella participan y los judíos se vengan al no conseguir una respuesta adecuada del gobierno de la ciudad, asesinando a varios parabolanos), que se salda con una matanza de judíos y su expulsión de la ciudad. El resultado es una fuerte tensión por el control del poder político de la ciudad entre el pretor Orestes y el patriarca Cirilo. La influencia de Hypatia sobre Orestes es vista por Cirilo como una amenaza contra sus intereses y un punto débil del pretor. De ahí que la ataque y provoque, con sus acusaciones, el asesinato de Hypatia, que no pueden detener -por debilidad y por intereses de estrategia política- sus antiguos discípulos: esto queda reflejado en una de las mejores escenas de la película.
El viernes continuaremos con el análisis de Ágora: sobre la veracidad histórica. Después abordaré el estudio de los detalles técnicos y la lectura final anunciada en mi entrada de ayer.
28 comentarios:
Parece muy interesante. En cuanto pueda iré a verla. Isabel.
Te agradezco la reseña porque pienso ir a verla sin ningún prejuicio. No me molesta que me expliquen el argumento porque así puedo disfrutarla mucho más. Hypatia es un personaje fascinante. Y tienes razón los ultras están que trinan.
Un abrazo.
Tengo pensado ir a verla este fin de semana, gracias a tu análisis ya puedo ir al cine bastante informada al respecto.
Un besote, mackkks
pues estaré al pendiente si es que alguna vez llega por estos lados del mapa para ir a verla.
tener dos entradas para un mismo tema , sin duda habla muy bien de sus componentes narrativos y cinematográficos.
besitos profe
Me ha encantado tu comentario sobre la predisposición de tanto público anterior a la contemplación de la película.
Ciertamente le envidia es el pecado nacional por excelencia.
En todo caso contemplemos la figura histórica deliciosa retratada y que cada cual desde el punto de vista artístico opine después.
Un beso.
Cuando salía del cine, me encontré con dos conocidas, me comentaron que (sic, y traducido del catalán)): " M....., no nos ha querido acompañar porque dice que es una película contra los católicos" TEXTUAL!
Girona es un feudo del Opus, con eso está todo dicho...
He revivido con tus palabras esta, para mí, excelente película y espero tus Entradas siguientes con ansía, complementaran e ilustraran lo que me haya ( seguramente) podido pasar por alto, en cuanto a técnicas, veracidad, etc....
Espléndido Post, Pedro.
Un beso.
en este país, hay mucho cainita como bien dices. Tanto de un lado como del otro. Parece que a la gente le gusta "matarse" a garrotazos como el cuadro de Goya
"Agora" es una magnífica película y como tal hay que disfrutarla sin tonterías ni prejuicios de un lado ni de otro.
ES una película inteligente, que da muchos datos para reflexionar y analizar.
Yo cuando la ví en el cine, comprobe que mucha gente no se enteraba mucho, salvo cuando había escenas violentas. Detallo algunos comentarios oídos durante la película por el público:"Anda Alejandría está en Egipto"; "los judíos siempre son los malos", "No hay escenas de sexo", "que es el período", "que es un pagano", etc....
Genial Pedro. Un abrazo.
¿Cainismo?
¿Qué se recuerda de Fernando Fernan Gomez?
Ah sí, un gruñón que mando a la mierda a un tipo que le pedía un autógrafo…
Respecto a la frialdad y el distanciamiento, yo creo que Amenabar tiene criterio propio e incluso una militancia (que no obediencia), plantea los temas pero me parece hábil en huir del panfleto. Ya lo hizo con Mar Adentro, o al menos así lo veo…
¿Proseguimos?
Es mas facil desintegrar un atomo que un prejuicio (Einstein). Hace poco recogi esta frase y otras suyas en un post.
Llevaba razón.
Siguen incrementandose los motivos para ver la pelicula,amigo Pedro; además que el tema me interesa muy vivamente. Es uno mas de la larga cadena de crimenes cometida por las altas esferas religiosas.
Un abrazo.
He seguido tu recomendación y no he leido la reseña. Prefiero hacerlo despues de verla. Amenabar ¡me encanta! encuentro que es un gran director y, hasta ahora, todas sus películas han abordado temas diferentes e interesantes que te hacen pensar y rumiar. Es lo que a mi me gusta de una pelicula. Besotes, M.
Supongo que mucha gente no tiene ni idea de qué va la historia, y querrían ver una película de acción, pero que no la entienda gente con un mínimo de cultura....
Después de leer tu entrada más ganas tengo de verla, de este finde no pasa.
Y Amenábar me encanta, es un chico inteligente, sí señor.
Gracias Pedro.
Hablaré de la película cuando la vea, espero que sea este fin de semana, prometo no leer nada de lo que se publica o se ha publicado para llegar virgen (no contaminado) al análisis que pueda hacer en varios blogs.
Fantástica entrada. Qué bien. Supongo que la veré, aunque mi relación con el cine es muy difícil. Digo con el cine como espacio y eso, claro.
Hasta ahora, lo que más he oído decir de la película es su "anticristianismo". Si van tan acertados como quienes decían que Mar adentro era apología de la eutanasia, cuando era un sobrecogedor canto a la vida, me puedo imaginar...
Me encanta que hayas hecho esta reflexión a propósito de la película de Ágora, aunque puedieras haberlo hecho de cualquier otra porque el hecho es el mismo.
Todavía no he visto la película porque he estado esperando para verla con Congo, iremos juntos este fin de semana.
Me molesta mucho, como a ti, que se censure algo de antemano, porque sí o porque me da la gana, porque es español, porque es de Amenábar o de Pepito Pérez, porque pretende ser taquillera, porque, porque...
Como tú, defiendo la visión de la primera vez, sin habernos dejado antes intoxicar. Tenemos que aprender a ver por nuestros propios ojos y no dejar de ver o hacer algo (sea una exposición, o una lectura...) porque unos señores llamados críticos, o la publicidad, o quien sea lo pongan por los suelos.
Cuando vea la película volveré a leer otra vez tu texto, ahora me salté los párrafos del argumento porque quiero que todo me impacte y sea nuevo para mí.
biquiños,
No quiero leerte hasta que no vaya a verla, porque pienso verla: por Amenábar, por Hepatia, por la historia que relata y porque sí.
Abrazo, Pedro.
Un personaje interesantisimo el de Hypatia. Este tema es apasionante me atrae como un imán.
Pensaba ir a verla este finde, así que cuando la vea termino de leer el resto de tu entrada; gracias por avisar, jejeje.
Un saludo
Hola Pedro, voy a centrar mi comentario en dos frases tuyas que destaco a continuación:
“De tal manera que muchos han sido los que, incluso viéndola, la han mirado exclusivamente para corroborar lo que ya opinaban de ella antes”.
“Es curiosa esta forma tan frecuente de recepción del arte, tan condicionada y que priva de la emoción de la primera vez”.
He reparado especialmente en ellas porque, la primera expresa el “prejuicio” en la mirada, lo que nos impide ver las cosas tal como verdaderamente son, haciendo que las veamos tal y como somos.
Con respecto a la segunda, relacionada con la primera, me parece que, efectivamente, es imposible disfrutar de la frescura de algo si nos acercamos a ello equipados de “ideas previas”.
Bien sabemos que la propia percepción de cada uno, conformada con lo cultural y lo personal, nos condiciona, pero si logramos “despojarnos” lo que podamos de ello, si conseguimos desnudar al máximo la mente, ganaríamos en esa percepción artística.
Soy consciente de que yo también me acerqué a “Ágora “con mi propio “repertorio previo”. No disimulo la empatía que siento hacia la coherencia vital y de pensamiento de esta admirable mujer; quizá eso explique que no haya sentido ese “cainismo” por Amenábar y sí celebre el talento cuando se presenta ante nosotros.
Un saludo
Merce (Filoabpuerto)
Acabo de ver "Agora" y, pasando por encima de las batallitas que me repatean, la he encontrado bellísima. La música, la fotografía, Malta y sus edificios preciosos, los decorados. Hypatia la he encontrado entrañable y un ser excepcional. El fanatismo religioso que describe me ha hecho pensar ¡qué poco hemos evolucionado! Me encantó cuando Sinesio quiere que Hypatia se convierta al cristianismo y ella rehusa. Entonces él le pregunta en qué cree y ella contesta "en la filosofía". Me dió mucha pena cuando destruyen la biblioteca y los pergaminos salen volando... Luego se llena de ovejas y cabras... Resumiendo, me ha parecido una joya de pelicula. Besotes, M.
¡Ah! y me encantó la escena en que todos se ven como cucarachas corriendo de un lado para otro. Besotes de nuevo, M.
La veré en su momento casi seguro, y si viene a cuento diré algo.
Esta película tiene ya mucho ganado por el "etiquetamiento" que ya tiene su director.
ammm bueno por aqui ni asoma esa peli....que estamos atrazados estamos atrazadicimos....
mi pedro querido te dejo besines!
muchos besines!!!
sauvignona :)
Me ha parecido muy sugerente todo el plantemaiento; espero con impaciencia ese enlace de la película con las nuevas propuestas de superación de la posmodernidad. Y una nota periférica, al margen de lo fundamental: no creo que proceda hablar en esa época de Iglesia ortodoxa como iglesia cristiana en oposición o iglesia separada o diferenciada de la Iglesia romana (no sé, hay unas fechas que no me cuadran).
Un abrazo
NOME ANDRÉS: es un buen apunte el tuyo. Aunque las iglesias orientales no se separaron hasta el Concilio de Calcedonia del 451, cuando su doctrina fue condenada por herejía, ya en la época de Hypatia había disensiones graves y luchas entre las diferentes iglesias cristianas. De hecho, es por estos tiempos cuando se consolida el canon romano a partir de debates internos y conflictos teológicos con otras iglesias cristianas -con interesantes componentes políticos-. En mi entrada no he querido manifestar que por entonces hubiera una separación oficial, sino que la iglesia copta tenía divergencias serias con la romana que estallarían tiempo después.
Los que han protestado contra la película desde sectores ultracatólicos difícilmente podrían asumir los dogmas coptos de aquellos tiempos, aunque aun no hubieran sido condenados por herejía.
Quizá redacté demasiado deprisa esa parte de mi entrada: la modifico a partir de tu comentario.
Es muy interesante la historia del cristianismo de ese período.
Bueno, después de haber leído las dos entradas y todos los geniales comentarios, jejeje, creo que la veré algún día, por alguna extraña razón, no me gusta ir al cine.
Besos, besos!!
A pesar de haberte leido, pienso ir a verla pero no sé cuándo podré, así que me quedo sin comentarte porque no quiero opinar sobre ella sin haberla visto. En todo caso me parece muy interesante todo lo que expones.
Besis, Hypatio. :)
Nada Pedro, era un apunte de escasa importancia. Además creo que a los ultraconservadores estas precisiones les pillan demasiado lejos.
Imaginarás lo que me acercó a mi a esta película.....Semanas estuve tragándome repetitivamente el triler que sacaron por TV y temiendo que fueran las mejores imágenes, por eso de engancharte, pero que al fin defraudaría, como es habitual.
Pues no fue así, y lo único que tengo que comentar en contra del film, es el hachazo bestial que le pegaron refiriéndonos al metraje original exhibido en Cannes.
Parece que en un principio la cinta contaba con un plano de dos minutos en el que tan sólo se podía ver el firmamento nocturno cuajado de estrellas aderezado por la banda sonora. Prefirieron cortarlo en aras de peleas, persecuciones y cosas así, que incrementan la taquilla.
Publicar un comentario