El capítulo de esta semana, aparte de la intriga argumental con la sorpresa de que bajo el caballero del Bosque (finalmente de los Espejos, ambos nombres muy significativos temáticamente) y su escudero narigudo se hallen el bachiller Sansón Carrasco y Tomé Cecial, ambos vecinos de nuestros protagonistas, se centra en un juego de identidades que resume parte del conflicto de don Quijote y lo lanza a un nuevo horizonte, mucho más amplio y profundo de lo que hasta ahora habíamos estudiado.
En efecto, la trama se va embrollando. Del coloquio de los escuderos pasamos al de los caballeros. Gracias a él el lector va tomando conciencia del aspecto paródico y burlesco de la nueva aventura. El caballero del Bosque no sólo está enamorado, sino que su dama le ha impuesto trabajos inauditos que advierten de que este caballero o está tan loco como don Quijote o guarda algún secreto: así debe leerse la divertida aventura de la Giralda o la inverosímil de los toros de Guisando. Y, de pronto, la sorpresa va en aumento tanto para el lector como para don Quijote: afirma haber vencido a un caballero llamado don Quijote, del que da tantas señales (de su físico y condición, de su escudero y caballo y de su amada -de quien conoce tanto su nombre de ficción como el real-) que no cabe dudar de lo afirmado.
Observemos que, hasta ahora, don Quijote se había visto necesitado de justificar su identidad sólo como ficción: es decir, el hecho de que un viejo hidalgo de aldea se haya convertido en caballero andante, la invención de una nueva identidad construida literariamente a partir de la real pero sin olvidarla (su casa sigue siendo la misma, así como su familia y su amada se construye a partir de la moza de otra aldea vecina). Pero la nueva realidad que vive don Quijote desde la primera salida es reconocible: el cruce del mundo existente con el de la ficción caballeresca. Pero el salto que se da en el capítulo es profundo y muy moderno, de un cariz muy diferente: se enfrenta al otro, alguien que tiene su misma identidad, pero no es él. O, al menos, no puede serlo.
En primer lugar, el otro es el caballero del Bosque o de los Espejos: es como él, enamorado y loco a partir de una identidad real -la del bachiller quien, como veremos, tiene sus propios motivos para parodiar a quien parodia-. El dominio que tiene Sansón Carrasco de las aventuras de don Quijote a partir de su lectura de la primera parte y las conversaciones mantenidas en los primeros capítulos de la segunda, le permite enfrentar a don Quijote con otra versión del otro, de mucho mayor calado psicológico: el doble.
El caballero del Bosque afirma haber vencido a don Quijote. En su construcción imaginaria -y en el contexto cultural de Cervantes-, la única salida posible para don Quijote es echar mano del socorrido encantador, pero algo queda en el aire, como se verá cuando, más adelante, se tengan noticias de la continuación escrita por Avellaneda. Como don Quijote no sabrá la verdad de lo acontecido en este capítulo, para él siempre habrá un doble suyo, idéntico (con su misma fisonomía, dama, escudero y caballo), por los caminos de La Mancha. Un planteamiento tan radicalmente moderno cuya intensidad, en el siglo XVII, debió dejar pensativos a los lectores más conscientes.
Siempre he tenido la duda sobre cuándo introdujo Cervantes este elemento en la redacción de la novela, si antes o después de que le llegaran las noticias de la difusión del falso Quijote de Avellaneda. Si rehizo el capítulo para anticipar, en un interesante juego argumental, lo que vendrá, la capacidad técnica de Cervantes es maravillosa. Si se escribió antes, la profundidad de pensamiento que conlleva es, sencillamente, una genialidad.
Todo son identidades escondidas en este capítulo a partir de la técnica de la parodia entreverada aquí con burla carnavelesca (objetivada en los disfraces del bachiller y de su escudero): el hidalgo en don Quijote, el bachiller en el caballero del Bosque, Tomé Cecial en su escudero. El único que no finge identidad es Sancho. Por eso tiene mayor importancia su duda final: está tan imbuido de la ficción de su amo, a pesar de saberlo loco, que termina dudando de sus sentidos (mas la aprehensión que en Sancho había hecho lo que su amo dijo, de que los encantadores habían mudado la figura del Caballero de los Espejos en la del bachiller Carrasco, no le dejaba dar crédito a la verdad que con los ojos estaba mirando). El pobre Sancho hace mucho que cruzó la línea de no retorno y duda de su sentido común.
Un capítulo tan complejo en su profundidad como atractivo en su resolución argumental (especialmente en la parodia y burla de la lid entre caballeros) que atrapa de tal manera que estoy convencido de que ninguno de vosotros ha podido resistir la trampa cervantina y ya ha leído el capítulo XV, que comentaremos el jueves de la próxima semana, con las consecuencias de la victoria de don Quijote en la contienda.
En primer lugar, el otro es el caballero del Bosque o de los Espejos: es como él, enamorado y loco a partir de una identidad real -la del bachiller quien, como veremos, tiene sus propios motivos para parodiar a quien parodia-. El dominio que tiene Sansón Carrasco de las aventuras de don Quijote a partir de su lectura de la primera parte y las conversaciones mantenidas en los primeros capítulos de la segunda, le permite enfrentar a don Quijote con otra versión del otro, de mucho mayor calado psicológico: el doble.
El caballero del Bosque afirma haber vencido a don Quijote. En su construcción imaginaria -y en el contexto cultural de Cervantes-, la única salida posible para don Quijote es echar mano del socorrido encantador, pero algo queda en el aire, como se verá cuando, más adelante, se tengan noticias de la continuación escrita por Avellaneda. Como don Quijote no sabrá la verdad de lo acontecido en este capítulo, para él siempre habrá un doble suyo, idéntico (con su misma fisonomía, dama, escudero y caballo), por los caminos de La Mancha. Un planteamiento tan radicalmente moderno cuya intensidad, en el siglo XVII, debió dejar pensativos a los lectores más conscientes.
Siempre he tenido la duda sobre cuándo introdujo Cervantes este elemento en la redacción de la novela, si antes o después de que le llegaran las noticias de la difusión del falso Quijote de Avellaneda. Si rehizo el capítulo para anticipar, en un interesante juego argumental, lo que vendrá, la capacidad técnica de Cervantes es maravillosa. Si se escribió antes, la profundidad de pensamiento que conlleva es, sencillamente, una genialidad.
Todo son identidades escondidas en este capítulo a partir de la técnica de la parodia entreverada aquí con burla carnavelesca (objetivada en los disfraces del bachiller y de su escudero): el hidalgo en don Quijote, el bachiller en el caballero del Bosque, Tomé Cecial en su escudero. El único que no finge identidad es Sancho. Por eso tiene mayor importancia su duda final: está tan imbuido de la ficción de su amo, a pesar de saberlo loco, que termina dudando de sus sentidos (mas la aprehensión que en Sancho había hecho lo que su amo dijo, de que los encantadores habían mudado la figura del Caballero de los Espejos en la del bachiller Carrasco, no le dejaba dar crédito a la verdad que con los ojos estaba mirando). El pobre Sancho hace mucho que cruzó la línea de no retorno y duda de su sentido común.
Un capítulo tan complejo en su profundidad como atractivo en su resolución argumental (especialmente en la parodia y burla de la lid entre caballeros) que atrapa de tal manera que estoy convencido de que ninguno de vosotros ha podido resistir la trampa cervantina y ya ha leído el capítulo XV, que comentaremos el jueves de la próxima semana, con las consecuencias de la victoria de don Quijote en la contienda.
37 comentarios:
este capítulo parece que va a ser muy entretenido... esta noche caerá.
bicos,
CAPÍTULO 2.14
Un “finalmente” pronunciado por el Caballero del Bosque da comienzo a un capítulo largo, pero de los más entretenidos de la novela. Adverbio que sirve de nexo y elemento de cohesión de la narración: repite el mismo vocablo con el que dio por terminado el episodio anterior de los dos escuderos. Como si el autor nos quisiera decir que lo siguiente es sólo el final de lo ocurrido aquella noche – mañana y que todo pertenece a la misma historia, a pesar de estar fragmentada en capítulos.
C nos priva de gran parte del diálogo entre caballeros andantes: “Entre muchas razones que pasaron don Quijote y el Caballero de la Selva, dice la historia...” El Caballero del bosque vive sometido a la crueldad de los antojos de Casildea de Vandalia, que cual “Hércules esforzado” trata de superar las pruebas más feroces y absurdas. La más absurda y comprometida de todas es decir que ha vencido al Caballero de la Triste Figura. Éste se muestra sosegado, pero no resignado a admitir la insinuación de que otro caballero andante le haya derrotado, de modo que esperan al día “para que el Sol vea nuestras buenas obras” y así saldar sus diferencias.
El autor plantea el episodio como dos historias paralelas en sus prolegómenos; por un lado, la pelea ortodoxa de los dos caballeros; por otro, la pretendida a talegazos entre los escuderos. La seriedad de la puesta en escena con un DQ confuso por verse vencido en batalla aún no librada contra la comicidad del enfrentamiento de los dos escuderos con un S a la altura de las circunstancias, mostrándonos la agilidad dialéctica que últimamente le caracteriza. La belleza de los preparativos del combate en contraste con la torpeza y fealdad del escudero narigudo. Esta dualidad de planteamiento tiene una continuación en el párrafo donde nos dibuja la belleza del alba con una prosa de alto nivel, nivel que mantiene para describir la misma madre de todas las fealdades. C se vale de dicha fealdad para cruzar las dos historias de los cuatro personajes que antes había separado por oficios. Es esta fealdad de un “hombre que no se usan en el mundo” la que provoca la entrada en escena de la nobleza del Caballero de los Espejos que no puede atacar a un distraído DQ, ocupado en ayudar a la humanidad de S a subir a un alcornoque. Jugada maestra del narrador, sin duda.
A DQ no le queda otra alternativa que entrar en combate. No tiene más remedio que dirimir diferencias con alguien que incluso ha usurpado su identidad al vencerle en batalla. Se enfrenta entonces a su propio yo. La batalla no puede terminar de otra forma que no sea la victoria de DQ.
“Apenas dio lugar la claridad del día para ver y diferenciar las cosas” que los insomnes amos despiertan a sus resacosos escuderos, mermados por los estragos que el católico vino de Ciudad Real había causado en su entendimiento. De camino al trabajo (ensillar las monturas), S, que cree que el peor acuerdo es mejor que la más rotunda victoria , se muestra esquivo y brillante en los razonamientos que esgrime a cada propuesta de su compañero. Incluso prefiere pagar la multa que le corresponda por incumplimiento de la Ley de Caballería: “bebamos y vivamos nosotros, que el tiempo tiene cuidado de quitarnos las vidas”, en lugar de pelear. Ahora que, él no responde de sus actos en caso de verse acosado y acorralado, sin salida. A S le entran los temblores de la muerte cuando la claridad de la amanecida le permite diferenciar la fealdad de la nariz de su compañero de oficio.
Como el capítulo es de los que se alargan, también lo hacen los resúmenes. Perdonen ustedes la extensión,en el caso poco probable de que hayan llegado leyendo hasta aquí.
Además de la fealdad del Escudero del Bosque, ya comentada, en el desenlace del episodio intervienen los encantadores, la asfixia del caballo del Caballero de los Espejos, la extraña agilidad de Rocinante y la determinación de DQ por aclarar la identidad de alguien que le ha usurpado la suya propia. Todos ellos componen los ingredientes de un desenlace en el que descubrimos cómo la fuerza del encantamiento de DQ absorbe el entendimiento del propio S, que consiente que la visión de Sansón Carrasco y Tomé Cecial sea fruto de los enemigos encantadores que los han mudado.
Como curiosidad y constatación del juego con el lector y su tiempo, siguiendo con el paralelismo de semejanzas y espejos al que nos lleva en este episodio, también juega con las palabras. Ya conocíamos el anagrama casi perfecto de Dulcin(e)a – Lucinda. Ahora recoge la “e” que sobraba y la añade a Casild(e)a de Vandalia.
Yo creo que este capítulo es muy indicativo de lo que Cervantes llevaba escrito antes de la aparición del de Avellaneada; siempre se ha dicho que de no haber salido el apócrifo no habríamos visto la luz de esta segunda parte, así que no resulta extraño pensar que un convaleciente Cervantes no llevara muy avanzada su segunda parte.
Un saludo Pedro
He considerado mucho tu duda, Pedro, y creo que al final estoy con Alatriste: quizas Cervamtes aún no conocia el Qüijote de Avellaneda cuando escribió este capitulo.
Un abrazo.
Aquí nos deja entrever como, Sancho va asimilando lentamente el principio de la cortesía; y que, comienza a formar parte de su personalidad.
".. no seré yo tan descortés ni tan desagradecido, que con quien he comido y he bebido trabe cuestión alguna, por mínima que sea; cuanto más que estando sin cólera y sin enojo, ¿quién diablos se ha de amañar a reñir a secas?" … Besitos. Silvi.,
Sem tempo, só te regalo un beso.
CAPÍTULO XIV
¡Qué capítulo más enrevesado de nuevo! ¡Cómo juega con nosotros Cervan...! Este juego de espejos me ha dejado mareada.
Entre el cabellero del Bosque que por orden de su Casildea de Vandalia ha luchado contra la Giralda, los Toros de Guisando, “me mandó que me precipitase y sumiese en la sima de Cabra” y ¡además! ¡¡luchó y ganó a nuestro mismísimo QUIJO!! Habiéndole dicho que su Casildea era “más hermosa que su Dulcinea” (Ay,ay,ay...)
Aquí Quijo le para los pies. Se muerde la lengua para no decirle que miente como un bellaco. Acuerdan encontrarse por la mañana en un duelo.
Mientras tanto el escudero del Bosque le dice a Sancho que si sus amos luchan, ellos tambien tendrán que hacerlo. Sancho le dice que nanay de la China, que el no quiere quebrarse los huesos. El del Bosque le dice que podrían hacerlo con “dos talegas de lienzo”, bueno si es así, Sancho piensa que por lo menos servirá para “despolvorearnos”. Ah, pero hay que llenarlas con piedras. Por ahí no pasa nuestro Sancho “aunque se llenaran de capullos de seda, sepa, señor mio, que no he de pelear: peleen nuestros amos, y allá se lo hayan, y bebamos y vivamos nosotros” (Qué listo es...)
El del Bosque insiste, que aunque sea tienen que luchar una media hora. Que le dará “tres o cuatro bofetadas...le haré despertar la cólera, aunque esté con más sueño que un lirón”. Sancho, en ese caso, cogerá un garrote y antes de que le despierte la cólera, él le habrá mandado al otro mundo aunque “lo más acertado sería dejar dormir su cólera a cada uno, que no sabe nadie el alma de nadie, y tal suele venir por lana que vuelve trasquilado”.
Se van a dormir. Al alba,“...los pajarillos con sus cantos saludaban a la fresca aurora, los sauces destilaban maná sabroso, reíanse las fuentes, murmuraban los arroyos, alegrábanse las selvas y enriquecíanse los prados con su venida”. Sancho se topa con la nariz de berenjena del escudero del Bosque. Se pega un susto tremendo y “comenzó a herir de pie y de mano, como niño con alferecía”.
Mientras tanto nuestros caballeros (y aquí ya el del Bosque es “el Caballero de los Espejos”... qué lío...). Se preparan para su lid. Sancho decide subirse a un alcornoque para ver mejor. Quijo le ayuda. Entretanto, los rocines, muy achuchados los pobres, frenan en seco. El del Espejo acaba en el suelo; se le caé la celada y es: ¡tachín, tachán! ¡SANSON CARRASCO! El muy cabroncín...
Aunque Quijo, en el fondo, piensa que todo es obra de los “encantadores” que Sansón no es el tal Carrasco sino que le han puesto ahí sus enemigos... Sansón le da la razón.
A todo esto al escudero del Bosque se le caé la nariz postiza que llevaba y resultó ser Tomé Cecial, vecino y compadre de Sancho. Bueno, todo acaba como el rosario de la aurora no sin antes decirle Quijo a Sansón que tiene que ir al Toboso a rendirle pleitesía a su bellísima Dulcinea que “se aventaja en belleza a vuestra Casildea de Vandalia. El caído caballero, no le queda más remedio que confesar “...que vale más el zapato descosido y sucio de la señora Dulcinea del Toboso que las barbas mal peinadas, aunque limpias, de Casildea...”. Promete traerle “...entera y particular cuenta de lo que me pedís”.
(Me sigue alucinando lo misóginos que eran en esa época y la ironía con la que escribían sobre las mujeres. Sin duda alguna, todos eran MUY gays...).
Se despiden y Quijo y Sancho siguen su camino a Zaragoza.
Cabalguemos con el XV. Besotes, M.
¡Lo que me ha costado publicar este comentario! Una media hora por lo menos. Muy buena tu foto haciendo equilibrio con el libro. En esta segunda parte, se ve que Cervantes es un malabarista de la palabra. ¡Qué genio! Besotes, M.
Después de los comentarios anteriores, poco o
nada me queda por comentar, hago hincapié en los nombres de Sansón Carrasco y en Casildea de Vandalia, nombres que Cervantes emplea con mucha intención. Dulcinea del Toboso, el lugar como todos sabemos, geográficamente está bien definido y es muy local, Casildea de Vandalia, supongo que Vandalia es la tierra de los Vándalos, pueblo del norte de Europa, peleón y agresivo. No olvidemos que antes un insulto era vándalo, por que todo lo que pillaban. lo arrasaban y los que hacían una brutalidad o barbaridad se les decía que eran unos vándalos.( Os suena eso de, Suevos, Vándalos y Alanos). Por lo cual Vandalia geográficamente es mucho más grande e internacional que el Toboso.
El nombre de Casildea no me gusta, debaría ser Dalila, (cortesana filistea que conquistó el amor de Sansón a fin de saber y medir el secreto de su fuerza), todas las pruebas que le manda hacer a su Caballero del Bosque (ahora ya sabemos que es el bachiller Sansón Carrasco) van encaminadas a medir la fortaleza de sus fuerzas.
El Quijote, no lo olvidemos es sobretodo un justiciero y como tal se asemeja a los héroes del cómic (Superman, Spiderman.......interesante tesis si ya no está hecha) todo héroe del cómic tienen a un enemigo más malo que los otros, tienen su particular grano en el culo, lo mismo le pasa a nuestro héroe Don Quijote que su grano en el culo va a ser el bachiller Sansón Carrasco, falso amigo, mentiroso, embaucador, ladrón de identidades.
¡Hola! Una cita obligada y me
encanta seguiros...a ti y a todos
los seguidores que participan.
Saludos.
Hola amigos, me alegro de veros.
Creo que dejare un tiempo la pintura y me unire a vuestra lectura; UY! me salió un pareado.
Saludos gemela Calamanda. Es un placer ir los hermanos juntos.
Un abracito
Pedro, escribì un rato esta mañana. En cuento acabe el resto lo mantarè en el revulsivo blog, y hoy toca con fotito.
Dejo de momento lo hecho:
CAP. (2) 14
(De cómo el bachiller Sansón Carrasco fue a por lana y volvió trasquilado)
Le va contando el Caballero del Bosque, Selva o espejos, a nuestro don Quijote, cómo su Sra. De Vandalia por nombre Casilda, que deriva en Casildea, es una chica voluble, caprichosa y “voltaria”, cual Giralda: giganta de Sevilla a la que hubo de vencer junto a las moles de los Toros de Guisando. Trabajos, todos éstos, fruto del capricho –como ha quedado dicho- de la suya tornadiza (gracias Óscar por el adjetivo) señora, paisana de un revulsivo servidor, de deAl.Andalus ( y de ustedes), tierra que fue ocupada un tiempo, al igual que una porción de la morería, por los (no tienen por qué ser) incivilizados vándalos.
Vencidos y humillados la “voltaria” y los “megalitotauros”, le continúa narrando el de la “Jungla”, Selva o Bosque, a don Quijote, que tuvo de descender hasta los mismísimos intestinos del infierno, por un orificio (se ignora si es el superior o el inferior) que hace de puerta, o tal vez, de salida de emergencia del averno mundo: La Sima de cabra.
Les contaré, que la teoría más aceptada geológicamente hablando, es la de que la citada sima sirve (o mejor dicho, servía) de aliviadero o desagüe a las aguas estancadas en el podje de la Sierra de Cabra, más conocido por La Nava de cabra: inmensa, húmeda y ovejuna extensión, que este revulsivo ha recorrido infinidad de veces a causa de sus “hercúleos trabajos” pecurios, consistentes en la “caza y captura” del escurridizo pastor serrano.
Parece ser que la citada sima se ha usado durante tiempo como vertedero, llegando incluso a arrojarse una acuñación completa de dinero que se manufacturó en mal estado.
CONTINUARÀ.......
Imaginemos que nada sabemos de lo que está por venir.
Y de pronto, por arte de birlibirloque aparece ante el lector otro “caballero andante” Ya estábamos acostumbrados a los delirios de DQ, ¿pero otro loco que se cree Napoleón en el mismo espacio? ... es mucha casualidad.
Por si cupiera alguna duda sobre su veracidad, cuando uno lee las hazañas de su “señora” y llega a la conclusión de que describe a una auténtica “boba de baba” no queda otra que rendirse a la evidencia de que alguien está jugando otra vez con DQ y con nosotros.
PENDENCIA ENTRE CABALLERO: usurpada su identidad y obligado a reconocer la beldad de “la boba”, DQ no tiene otra salida que pelear.
PENDENCIA ENTRE ESCUDEROS:
Muy divertido dialogo, Sancho deja claro que no piensa pelear bajo ningún concepto además es imposible reñir “a secas”, peeeero la sola idea de que le den una guantada, le solivianta y ya se ve dando garrotazos ¡si es que son como niñossssss!
Y AMANECE... me parece una maravillosa descripción de la aurora y de pronto ZAS, la visión de ese pedazo de nariz.
Y contra todo pronóstico dejamos a DQ erguido en su caballo con el caballero de los espejos (por fin me he enterado porqué es “de los espejos”) rendido a sus pies.
Por ser fiesta en nuestra comunidad he tenido tiempo y sosiego para leer atentamente tu Post y cada uno de los comentarios. ¡Excelente el conjunto!
Poca cosa me queda por comentar, excepto este bucólico fragmento ...
:"En esto, ya comenzaban a gorjear en los árboles mil suertes de pintados pajarillos, y en sus diversos y alegres cantos parecía que daban la norabuena y saludaban a la fresca aurora, que ya por las puertas y balcones del oriente iba descubriendo la hermosura de su rostro, sacudiendo de sus cabellos un número infinito de líquidas perlas, en cuyo suave licor bañándose las yerbas, parecía asimesmo [que] ellas brotaban y llovían blanco y menudo aljófar; los sauces destilaban maná sabroso, reíanse las fuentes, murmuraban los arroyos, alegrábanse las selvas y enriquecíanse los prados con su venida..." Que precede la aparición del "Cyrano " del Bosque, con su peculiar nariz...
Y también el Pacifismo( que no cobardía) de nuestro Sancho..que prefiere ver los toros desde la barrera (el alcornoque)..
Confieso haber leído el siguiente capítulo..Pero shhhh
¡Qué bien nos conoces, Pedro!
Un beso, bucólico..
He entrado atravesando Puntos de Vista-BÉJAR... ¿qué hacías ahí? pregunto, cual celosa...
Pues eso que, te he visto y no Quise pasar de Saludarte.
Otra cosa: ¿porqué te tapas la boca en la foto? ¿estás sosteniendo el libro... inadvertidamente, para que alaguemos tus dotes circenses?
Y más: he advertido ¿error? que puede no serlo y la errada sea yo.
Pones:
... escudero narigudo se hallen el bachiller...
ese hallen es correcto? o es hayen.
Esperando la respuesta del docto profesor... se despide esta Aprendiz de Mucho y Maestra de Nada... que se entromete en Todo.
Besos. PAQUITA
ALDABRA: ¿cayó? Besos.
PANCHO: qué buen comentario. Me gusta cómo has visto el enlace con el anterior y el esquema de las historias paralelas. Y perdonada la extensión, por supuesto.
ALATRISTE: Según lo que siempre se ha dicho, Cervantes llevaba muy avanzada la redacción de la novela: ya veremos cuándo aparece. Pero siempre me ha llamado la atención la aparición en este capítulo de la historia del doble fabricada por Sansón. ¿Cervantes volvió sobre sus pasos para ir preparando el terreno? Quién sabe. Un saludo.
CORNELIVS: si fue así, aumenta la genialidad de Cervantes al fabricar, sin más, la historia del doble. Interesante pensar las razones.
SILVI: ...aunque aquí sea por miedo a los golpes...
SAO: un beso también para ti.
MERCHE: pues ha merecido la pena el esfuerzo. ¡No se te ha escapado nada! Un malabarista auténtico. Ése era el mensaje de la foto. Besos.
HERNANDO: Vandalia era el nombre latino de Andalucía porque, como sugieres, se creía que era el lugar de asentamiento de este pueblo vándalo. El mismo bachiller aclara que se trata de una andaluza de nombre Casilda. ¿Correrías de estudiante disfrazadas aquí? El bachiller juega con ventaja: él ha leído la Primera parte y sabe todas las debilidades de don Quijote. Bien visto el ángulo de tu comentario. El grano irá en aumento...
CALAMANDA: pues buena visita.
COURBET: Un placer teneros por aquí.
ANTONIO: ¡Qué acierto tu comentario, desde ese título tan explícito! Espero el resto.
MARGA: qué bien has visto el juego de Cervantes con el personaje del nuevo caballero. En cuanto al párrafo del amanecer, en efecto, es un juego retórico muy usado antes y después del Quijote: una descripción idílica rota por el feísmo.
SELMA: La descripción es idílica, en efecto, por eso aumenta la sensación de fealdad de la nariz del escudero: de ahí el juego de contrastes.
Te pillé en delito, entonces...
LOC@: En Béjar tengo muy buenos amigos. Gracias por pasarte.
No me tapo la boca: pongo la mano en la barbilla, pero el ángulo engaña.
Hallar: No hay error.Puedes ver las acepciones y la conjugación del verbo en http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=hallar
Un placer que te entrometas.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo.
Delito confesado... y delito inducido por tí....;-)
Pero perdonado, verdad?
Fe de erratas, cobayas, hamster, conejos (saludos a la mascota de Kety)y otros roedores:
"En cuento acabe el resto lo mantarè"....."En cuanto (no el cuento) acabe el resto lo montaré (no mantaré, ni mantearé)".
Sobre la "acuñación en mal estado" que escribo al final, quiero decir defectuosa o con alguna irregularidad en la acuñación o impresión. En mal estado, si no lo conservamos refrigerado, se pone el pescado en verano: no se debe comer los meses que no tienen "r", como junio etc.
Que bien me lo paso los días que no salgo de viaje, pero creo que la parienta me espía......ssshhhh
Qué bien me lo paso
Oye!!!! esto engancha por lo menos esto que he leído jo, tengo dos o tres quijotes de distintas ediciones. La verdad desde la primera linea se me atravesó, mi padre es maestro y de niña también me regalaba libros por mis cumples entre ellos el cuento del quijote...je..pero es que a mi el castellano antiguo como que no me gusta se me atraviesa, pero vaya tendré que tomármelo en serio porque me ha gustado mucho este argumento.
Yo pienso que todo sucede aun mismo tiempo presente pasado y futuro y puede ser que cervantes pensara también lo mismo.
El Quijote se encontró frente a su pasado, presente o futuro.... a saber tendría que leer el capítulo, para poder opinar.
Me ha encantado.
besos y amor
je
¿Estos malabarismos que haces con el libro, son una alusión a la nueva mascota del Valladolid?
¡Qué hermOSO fichaje! ;-) Me ha gustado, igual me hago seguidora del Club!
Que me disculpe DQ.. pero de haber existido el Football, quien sabe si no hubiera hecho mención de ello en sus aventuras..
Hice la primera lectura del capítulo, antes del estudio con tu clase, que lo haré mañana en el avión.
Acabo de terminar de trabajar y de hacer unas diligencias: Voy a descanzar un rato y luego haré la maleta, que se hace sóla de tanto viaje. ¡¡YA ESTOY DE VACACIONES !!
No lo puedo creer. Igual seguiré conectada.
Saludos a Todos
Besos.
PD Y menos mal que MERCHE aclaró la foto, porque no había entendido bien que hacias con el libro en la nariz.... Por un momento creí que te habias convertido en foca de circo... pero bueno, se entiende, que no ando muy concentrada....
SELMA: yo te perdono.
ANTONIO: tomo nota. Que no se entere la espía.
SEDEMIUSQUE: pues nada, a apuntarse. Siempre es momento de comenzar con el Quijote... Aquí te espero. Besos.
SELMA: ¡qué divertido! Ya me veo en el circo.
Para quien no sepa a lo que se refiere SELMA, os recomiendo una dirección:
http://www.nortecastilla.tv/index.html#frontaleID=F_NORTTV§ionID=S_REALVA&videoID=49357
MYR: pues nada, ni en vacaciones te escapas. Que las disfrutes y un buen descanso. Besos.
AJÁ... Sansón Carrasco estaba detrás de todo esto... voy a leer el capítulo y tu entrada (es que al leer las primeras líneas me he emocionado con mi pleno al quince)
Tengo pendientes dos capítulos... "ER TRABAJO" como se dice por aqui... el sur...
cuando me ponga al día los comento Pedro...
UN ABRAZO!!!
Una entrada tan sabrosa como el capítulo. Creo que sí tenía conocimiento de Avellaneda y así lo reflejó en su obra. Da la impresión de que para él era sencillísimo utilizar así el lenguaje. Una mente maravillosa.
(creo que los lectores no apreciaban el texto con tanta profundidad como el análisis que has planteado)
Tengo la sensación de que a DQ se le han caído los castillos que él mismo había construido y ahora no le queda más remedio que seguir su propio juego, a sabiendas de que es irreal.
Me produce mucha tristeza en el fondo.
CONTINUACIÒN DE LO PUBLICADO AYER:
Les contaré, que la teoría más aceptada geológicamente hablando, es la de que la citada sima sirve (o mejor dicho, servía) de aliviadero o desagüe a las aguas estancadas en el podge de la Sierra de Cabra, más conocido por La Nava de cabra: inmensa, húmeda y ovejuna extensión, que este revulsivo ha recorrido infinidad de veces a causa de sus “hercúleos trabajos” pecuarios, consistentes en la “caza y captura” del escurridizo pastor serrano.
Quizás nuestro hidalgo tuvo algún pariente en Cabra. Además estuvo recaudando impuestos por la zona y residiendo en Castro del Río, ciudad a unos 20 Km de Cabra (otros 25 hay de Cabra a Priego, residencia de este revulsivo) .
Parece ser que la citada sima se ha usado durante tiempo como vertedero, llegando incluso a arrojarse una acuñación completa de dinero que se manufacturó defectuosamente.
Concluye el del Bosque la charla , que le está pegando a don Quijote, asegurándole que él es el más valiente y enamorado caballero del orbe. Y que de lo que más se precia y ufana es de haber vencido al famoso caballero don Quijote de la Mancha, quien tiene por dama de sus pensamientos a una tal Dulcinea del Toboso, más conocida por Aldonza Lorenzo, la número uno en cribar trigo. Porque en vencido este manchego caballero, vencidos están todos los que del mundo son andantes caballeros. Esto conlleva, que su mundial fama y fuerza son transferidas al sin igual Caballero de las Frondosidades o de los Espejos. Pues: “y tanto el vencedor es más honrado, cuanto más el vencido reputado”.
No acepta don Quijote el bulo que le cuenta el del Bosque, a no ser que, el derrotado que cita, estuviese encantado y con su peculiar cara: “y diciendo esto, se levantó en pie y se empuñó la espada”. El caballero de la Verdura, acepta el reto: “el que una vez, señor don Quijote pudo venceros transformado, bien podrá tener esperanza de rendiros en vuestro propio ser”.
Aplazan el duelo hasta que amanezca, pues de noche sólo merodean malhechores; van en busca de sus escuderos, quienes roncan a pierna suelta. Les mandan iniciar el protocolo del enfrentamiento. El escudero del de las “yerbas” dice a Sancho que ellos también han de luchar. Sancho le responde que de ninguna manera él puede pegar a nadie en frío, sin motivos; el de los vegetales añade que no se preocupara por esa menudencia, que él mismo le arrearía un par de guantazos y le haría entrar en calor. Pobre Sancho, ya se ve con los ojos morados.
Finalmente se libra Sancho, milagrosamente, de la contienda con su colega. Y son los dos caballeros los que montan sobre sus respectivos rocines, jumentos éstos que nunca habían dado más de cuatro pasos al galope, y no es por lo que les pesaba el cuerpo, que era bastante liviano, casi diáfano (como las rodajas de salchichón que me pone mi tendero en el bocadillo), sino más bien pareciese que les pesara el alma, ya que por comer poco estaban mayormente metafísicos ( leyendo también a Platón con el ornitorrinco).
De aquel lance, por veleidades del destino, sale don Quijote victorioso. Sancho no baja del alcornoque hasta que no ve al de la Floresta en el suelo, y con inusual ensañamiento le dice a su señor que le meta la espada por la boca. Situación ésta atípica en nuestro escudero, de quien dijera Unamuno: “¡Ah Sancho, Sancho, y cuán bien se aviene tu impiadosa crueldad de ahora con tu cobardía de antes!”.
Como lema de este capítulo podríamos elegir la significativa frase de Unamuno:
“Pues no hay sino hacerse el loco para reducir a cordura a los que lo son de veras” .
sin duda a mi me pareció el capítulo más divertido de cuantos he leido...me llegó a sacar la carcajada sonora...especialmente en la parte en la que intenta justificar porque no se peleará con Tomás...saludos
Pedro: puro malabarismo. Me refiero a la foto.
El capítulo y vuestras conjeturas, geniales-como siempre-.
Antonio: gracias de parte de Lola.
BIPOLAR: me alegro de tu perspicacia. En efecto, una de las cosas que más sorprende es la aparente facilidad cervantina. Y tienes razón en cuanto a Don Quijote.
EL ENTE: pues nada, cuando puedas. Un abrazo.
ANTONIO: Contarnos lo de la cueva y sus misterios ha sido todo un acierto. Mil gracias.
MANUEL: lo es: burlesco. Pero ya sabes, como todas las burlas, contiene elementos de reflexión.
KETY. mil gracias.
Ansiosos estamos por el corto capitulo que se avecina. Amigo...que difícil tentación el no leerlo.
Un abrazo
En el capítulo anterior dialogaban los mozos, en éste razonan los caballeros. Cervantes rompe con la normativa clasista para ajustarse a su esquema: diálogo-acción. Comienza el del Bosque con sus cuitas amorosas. Ay, su Casildea de Vandalia ¡qué hercúleos trabajos le ordena! Someter a la broncínea giganta Giralda para que no soplen sino vientos norte, practicar halterofilia con los pétreos toros de Guisando y zambullirse en la egabrense sima, desvelando sus infernales secretos. Ni por esas se ablanda el corazón helado de Casildea. El boscoso sólo consigue esperanzas muertas y desdenes vivos. Y veamos la última ocurrencia de la caprichosa vándala: que su valiente y enamorado caballero recorra toda España, en busca de otros andantes, para extraerles una trascendental confesión: Casildea es la más hermosa entre todas las mujeres vivas. Afirma haber rendido a muchos que no han osado contradecirle y se muestra orgulloso de haber vencido al supremo vencedor: el tal don Quijote. ¡Y le ha forzado a confesar que Casildea es más bella que Dulcinea! ¡La gloria, la fama y la honra transferidas al forestal caballero!
Pero… ¿qué herejías dice este mentecato? ¿Don Quijote vencido? ¿Don Quijote reconociendo que hay una mujer más bella que Dulcinea? Nuestro caballero es una bomba a punto de explotar. A punto está de gritar el” mentís”, pero se contiene cortésmente. Otros caballeros, tal vez, hayan realizado tan extravagante confesión. El de la Mancha, jamás. Alguien parecido, podría ser…
El del Bosque replica, como un nuevo César, que peleó, venció y rindió a un hombre alto, seco, avellanado, con grandes y lacios bigotes…su escudero Sancho, su rocín Rocinante y su enamorada Dulcinea. Todo coincide y su espada” hará dar crédito a la mesma incredulidad “.
El de la Triste Figura, sosegado, reconoce que las señas son “puntuales y ciertas” y da la explicación en línea con su locura. Un enemigo encantador habrá tomado la figura de ése don Quijote, su mayor amigo, dejándose vencer por privarle de la fama. Y hay uno muy especial, el “que de ordinario le persigue”. ¿Avellaneda? No sabemos si, al escribir estas líneas, Cervantes poseía noticias del Quijote apócrifo.
Al recordar la conversión de Dulcinea en una “aldeana soez”, se acaba la contención del caballero. No se le aparta de la mente la imagen saltarina y pollinesca de aquella labradora. No aguanta más, se presenta como don Quijote y le desafía con la fórmula habitual. El del Bosque, sosegadamente, acepta el reto. Si pudo vencer al doble, podrá derrotar al auténtico. Mas pone dos condiciones que su rival acepta: no han de combatir a oscuras, eso es de rufianes, y el vencido quedará a disposición del vencedor.
El forestal y el manchego van en busca de sus criados que duermen juntitos, en amor y compañía, bajo los efectos del tintorro y la lepórida empanada. Los señoritos espabilan a los roncadores y les mandan a buscar a los cuadrúpedos. Se anuncia una batalla “sangrienta, singular y desigual” y el buen escudero teme por su loco amo.
El criado del forestal hace saber a Sancho que si los amos pelean, los criados han de pelear también. Y Sancho, que todavía luce en su cuerpo las señales de los pasados golpes, muestra un ejemplar pacifismo. Eso para los rufianes, no para escuderos. Su amo se sabe al dedillo todas las ordenanzas y nunca le ha oído decir tal disparate. Y si fuera verdad, no la cumplirá, antes pagará la pena por desobediencia; que le saldrá más barato que las hilas precisas para curar una cabeza partida, cual sandía. Y, además, como no tiene espada…
Sigue
No hace falta espada, su oponente propone una riña a talegazos. Y las talegas con relleno de guijarros. ¡Con lo que duele eso! ¡Ni con relleno de capullos de seda! Bebamos y vivamos mientras los señoritos se lastiman. Ya caeremos del árbol de la vida, como fruta madura.
El del Bosque insiste, venga, por lo menos media horita… Pero Sancho, con muy buen juicio, se niega a pelearse con quien ha comido y bebido. Y, además, sin cólera y sin enojo ¿cómo reñir? ¿reñir a secas? Para que no sea a secas, el colega propone adelantarse con tres o cuatro bofetadas para la dormilona cólera. ¡Bueno es Sancho para dejarse sobar el rostro! En ese caso, replica, contestaría con unos garrotazos que le hagan dormir y no despertar, a no ser en presencia de San Pedro. La violencia de Sancho no pasa de ser verbal, propone que dejen dormir la cólera, que así lo quiere Dios y concluye con una fórmula de aplazamiento usada por escribanos: “que corra por su cuenta todo el mal y daño que de nuestra pendencia resultare”.
Continúa
Un abrazo
“Amanecerá Dios y medraremos” replica el criado boscoso y, en efecto, amanece. Un amanecer muy literario, tal vez parodia de otros textos, quizás tópico, pero me gusta. Gorjeo de pajarillos, aurora, balcón de Oriente, líquidas perlas de rocío, yerbas cuajadas de aljófar, sauces con maná, fuentes reidoras, arroyos murmuradores…se hace la luz y, entre tanta belleza, asoma la narizota del otro escudero: enorme, curva, con verrugas, amoratada. Contraste barroco…Sancho se ríe convulsamente y piensa que a ver quién se atreve con semejante “vestiglo”.
El rival de don Quijote oculta el rostro tras la celada, es membrudo mas no muy alto y, sobre sus armas, lleva una tela con muchos espejuelos en forma de luna. No olvida las plumas verdes, amarillas y blancas. Vistoso, sí señor. Muestra ser de grandes fuerzas, la lanza es enorme y muy gruesa; pero nada de eso intimida a nuestro valiente caballero.
El del Bosque se niega a alzarse la visera y pone un pretexto tonto. Don Quijote le pide que, mientras suben al caballo, manifieste si está ante el mismo don Quijote que fue vencido. Su rival contesta afirmativamente, se le parece como un huevo a otro.
Ambos contendientes toman la distancia necesaria para embestir. Sancho se va detrás de su amo porque no quiere quedarse con el narigudo. Le pide que le ayude a subirse a un alcornoque para ver mejor el encuentro, a lo cual accede que, en lo del miedo al narizotas , no le falta razón a Sancho. El de los Espejos va al encuentro de su enemigo, en un mediano trote, más no sabe; pero viéndole ocupado en aupar a Sancho, se detiene en mitad de la carrera. El caballo agradece este descanso. Uf , el pobre caballejo ya no podía más. El de la Mancha imagina que su enemigo viene volando y, arrimando las espuelas al pobre rocín , le hace correr por primera vez en su vida. Con furia llega donde el de las lunas no consigue que su caballo se mueva un dedo, a pesar de aguijarle a fondo. Don Quijote aprovecha que el de las plumas no acierta a poner la lana en ristre. Lo derriba, haciéndole caer por las ancas. No mueve pies ni manos ¿estará muerto
Un abrazo
Bueno, pues en el capítulo anterior no he dado en la diana pero me he aproximado bastante con lo del bachiller Sansón Carrasco.
Desde luego es un capítulo que mantiene la atención en todo momento, y como los párrafos que había subrayado ya los han puesto otros comentaristas, esta vez me voy a abstener y así ganar tiempo para leer el capítulo XV, que yo NO me he adelantado jjejejejeje
Besos
Buenos días estimado Pedro.
Yo me inclino a pensar que quizá lo reescribió cuando tuvo noticia del de Avellaneda. Ya que se sintió plagiado - y más en esa época donde los autores estaban desprotegidos -, al menos le supo sacar un gran rendimiento. ¡Bien por Cervantes!
Un abrazo
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