El aforismo poético se separa del aforismo general por la concepción y la mirada artística sobre el asunto tratado: visto así, el aforismo poético es la parodia del género, al que le busca la frontera para romper la expectativa del receptor; pero es también su culminación porque lo lleva al máximo de su expresividad. En él predomina la individualidad de quien lo ha creado puesto que no busca inicialmente reflejar un consenso sobre ningún tema, es más, puede buscar conscientemente el rechazo de la mayoría o su perplejidad. Pero esto es sólo la definición inicial del género, que tiene modalidades tan abiertas que van desde la repetición irónica de la sentencia pactada por consenso dándole un nuevo significado al descontextualizarla, su ruptura sustituyendo tan sólo una palabra o un signo ortográfico, hasta la creación ingeniosa de un aforismo personal. Lo curioso de la creación de un aforismo poético es que pronto encuentra eco y pasa a ser un bien común, incluso los más personales: tiene una alta tendencia a trasmitirse de forma anónima. También a la falsa atribución. El aforismo puede ser una imagen o el esbozo de un microrrelato.
El aforismo poético se ha cultivado siempre, aunque no en todas las ocasiones ha tenido la suerte de ser editado en volúmenes como género con personalidad propia. En muchas épocas ha sido una antología de frases que se extraían de obras más amplias y se utilizaban como repertorio de citas o hallazgos geniales sobre determinados temas: algunos parecen escribir siempre con un Diccionario de citas a mano para darse aspecto de cultos, cosa que ya criticó Cervantes en el prólogo a la Primera parte del Quijote. Suele acontecer que en sus escritos no hay un solo pensamiento propio: es muy habitual entre los articulistas de prensa, los conferenciantes profesionales y los profesores universitarios.
En otras épocas, el aforismo se ha cultivado como un género en sí mismo, independiente de cualquier otro y válido en sí mismo. En algunos casos se pretendía una colección de lecciones morales o ideológicas que fueran fácilmente retenidas. Así, los Catecismos religiosos o políticos.
En la vanguardia del siglo XX, el aforismo poético cobró nuevas fórmulas. Era lógico: la vanguardia se construía sobre la metáfora y la depuración de elementos, por lo que un aforismo podía entenderse como el núcleo poético que bastaba, lo que quedaba tras la decantación del poema.
Ramón Gómez de la Serna creó su propio género a partir del aforismo: la greguería, que él mismo definió como metáfora más humor. Los movimientos de vanguardia menos racionalistas buscaron descoyuntar la lógica del aforismo y aparecieron los que procedían de la escritura mecánica, el surrealismo y otras técnicas que practicaban la ruptura de la lógica sintáctica y semántica.
En las últimas décadas, el aforismo no sólo no ha desaparecido sino que continúa con una magnífica salud. Por una parte se entiende como ejercicio de estilo, por otra como apuntes de poemas; en muchos casos, son reflexiones condensadas sobre estética o costumbres sociales. Precisamente, su condensación hace que en ellos observemos con más claridad las virtudes del escritor: en algunos casos, en un aforismo hallamos mejor sus rasgos personales.
Este es el caso de Mejores días, de José Luis Morante, magníficamente editado por de la luna libros (Mérida, 2009). Morante es ya un poeta, crítico y editor consolidado al que merece la pena seguir. Y Mejores días es un buen ejemplo de las mejores fórmulas del aforismo actual.
En esta colección de aforismos hallamos, en primer lugar, la densidad de una voz artística: todos los textos nacen desde el mismo yo poético, que adopta tonos íntimos, irónicos, líricos, etc. No siempre ocurre en este género, por lo que leer Mejores días es asistir a un proceso coherente de escritura y sentencia. Por eso, gran parte de los aforismos son reflexiones sobre la misma individualidad del artista y del mundo literario (Los minimalistas dogmáticos pueden confundir el haiku con un cantar de gesta; Los suplementos literarios son mostradores donde se tramitan incidencias culturales). En otras ocasiones, son pequeñas observaciones que describen, a partir de un rasgo, un personaje que adquiere valor de tipo (Afronta el derrumbe para ponerse en pie). No faltan las reflexiones filosóficas, a partir de la experiencia (En cada itinerario hay compañeros que restringen la verdadera senda; invitan a buscar rutas alternativas) y sociales (no exentas de juegos literarios: Los contratos e hipotecas convierten a los notarios en narradores omniscientes), el lirismo (El crepúsculo recoge días que se van sin decir nada) o el humor negro inteligente (El deceso no permite un turno de réplica)
Al final del volumen, el lector encontrará Un modo de respirar, un texto en el que Morante explica su concepción del aforismo a partir de los modelos de Canetti y Lictenberg. Apunta, con todo acierto, la variada temática que puede alcanzar esta modalidad y su atención a lo pequeño.
El problema del aforismo se da cuando un autor sólo es pirotecnica y no tiene nada que decir porque no hay reflexión propia: cansa en la primera página. No le sucede esto a José Luis Morante.
El problema del aforismo se da cuando un autor sólo es pirotecnica y no tiene nada que decir porque no hay reflexión propia: cansa en la primera página. No le sucede esto a José Luis Morante.
18 comentarios:
Has olvidado mencionar al gran maestro del aforismo que fue Enrique Jardiel Poncela; un olvido general que nunca he logrado comprender. Por lo demás el libro tiene muy buena pinta; trataré de echarle un vistazo.
Tengo la inmensa suerte de poseér un ejemplar de "Mejores días", dedicado con unas hermosas palabras de José Luis Morante, que conservo como un pequeño tesoro, enhorabuena por esta magnífica crítica Pedro.
Tomo nota de tu recomendación, lo apunto en mi lista y lo leeré no bien pueda. Gracias y besos.
Está divinamente expuesto...un
matiz dinámico,intenso,como una
pieza de música...Es un placer
visitarte.
Un cordial saludo.
Me díste a conocer a Ramón Gómez de la Serna y sus aforismos... hoy me brindas la ocasión de descubrir a José Luis Morante...
Acabo de leer en el link que nos das, una de sus valoraciones sobre si mismo y sus escritos :" Los temas predominantes son la soledad, las relaciones entre el yo y los otros y una clara conciencia de ser mínima parte de un destino colectivo que hace frecuentes llamamientos a la solidaridad." ... me ha gustado..
Gracias Pedro, por enseñarme.. tengo tanto por aprender..
Un beso.
Como SELMITA, nos haces aprender tanto, querido Pedro. Ese libro me interesa muchísimo porque me encantan los aforismos (el de los notarios ¡es tan cierto!) bueno, todos los que mencionas me han gustado mucho. Leeré a José Luis Morante. Muchos besotes, M.
Cuantas cosas definimos en la vida de forma demasiado apresurada, la vida misma es un aforismo del destino particular de un átomo del universo, de ahí que los aforismos no siempre expresen lo correcto, porque que algo sea consensuado no significa que sea verdad (aunque muchas veces la verdad se basa de puros supuestos). De lo general a lo particular, tantos aforismos entran, que difícil es hacerlos correctamente y que difícil es hablar de ellos, pero tu entrada en primer lugar y el libro en gran lugar lo hacen magníficamente, como siempre es un placer leerte y como siempre tomo nota de tus recomendaciones, me hace falta leer tanto todavía.
Te dejo un fuerte abrazo y coincido con los otros comentaristas, nos haces aprender mucho, pero lo que más valoro es cuanto nos haces pensar y sentir y reflexionar con tus entradas. Espero todo este bien. Buen domingo.
HologramaBlanco
En la Universidad se abusa mucho del aforismo para darse lustre. No puedo tirar esa piedra, yo lo hice. Veleidades de juventud.
Pues sí que hay que seguirlo, me encantan los ejemplos mostrados, todos.
Un abrazo.
Tu parte didáctica del alma (o lo que sea) siempre contribuye a aumentar el conocimiento.
A mí es que todo lo que escribe mi Morante me encanta, y eso a pesar de meterme con él por ser tan purista. Es un magnífico escritor y persona y me alegro un montón que hayas hecho esta reseña sobre su último libro.
Otro besote, gordi.
Fernando Portillo hace mención PONCELA, recordé algo que tengo colgado en mi laboratorio… “La medicina es el arte de acompañar con palabras griegas al sepulcro”. Nada mas cercano a la verdad… Y otra que me gusta,… amo los hombres inteligentes. “De lejos todo parece más pequeño, a excepción del hombre inteligente, que de lejos parece mayor!. José Luis Morante Una reflexión espinosa del hombre sobre la esencia de la que está hecho el ser humano y del misterio que lo rodea. Nombras Mérida… recuerdos… de México; un hermoso lugar de casas blancas, construida sobre ruinas Maya de T’ho, significa "cara al infinito", conocida como la "Ciudad blanca"… Que espero muy pronto regresar… Besitos. Silvi.
desde luego, el que sabe..sabe, menuda lección amigo; si en algo estoy contento al haberte encontrado es eso..en que me haces aprender. Voy a leerme el enlace de Morante. Gracias y un abrazo..
Acabo de llegar de viaje, querido Pedro.
Un cordial saludo...!
No voy a mentir, el otro día lo estuve ojeando en la Casa del libro y al final no lo compré pq iba buscando un poemario. Me arrepiento -mea culpa, mea culpa...-, volveré a por él.
Un lujo haberle conocido (sabes que el joío pensó que yo era una adolescente! jijiji, aysssss, qué tiempos aquellos!)
Un besito Pedro -no he cumplido mi palabra, soy una malqueda...!!-
Desde aquí le mando un beso a J.L. Morante, tendré mi ejemplar, aunque no dedicado, porque me perdí por los claustros y sólo le encontré el último día a última hora. Me miró con mirada inteligente, ¡cómo si no!, pero se quedó con Adu, era mucho más peleona que yo y supongo que él no rechaza nunca una buena pelea (verbal).
Un abrazo para tí Pedro.
Creo que Sancho es uno de los mejores "hacedores" de aforismos, y por extesiòn El Quijote todo.
¿Què son si no los refranes?: contienen toda la sabiduría popular.
Cervantes bien que conocía ese mundo.
La lección de hoy, querido Pedro, para enmarcarla.
Denotas sempre a tua verdadeira paixão pelo ensino.
Bem hajas, querido amigo.
Gracias por la información; me gustan mucho los aforismos, y me ha gustado mucho esta entrada.
Tomo nota y en cuanto lo vea lo compro...y lo leo.
Abrazos.
es todo un reto artícular aforísmos (acá le decimos microtextos, poemas telegráficos, micropoemas )
y tiene toda la razón
tener que decir y causar efecto no es para nada fácil
allí va todo el ingenio del autor!!
besitos profe, gracias por sus ánimos:=)
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