Una de las cosas más llamativas del Quijote es el manejo por Cervantes del tiempo y la recepción que causa en los lectores. Frente a la medida de tiempo mítico de las novelas caballerescas parodiadas (con algunas excepciones tan notables como Tirante el Blanco), Cervantes marca cuidadosamente el tiempo de su relato: en él amanece, oscurece o llega la hora de comer de forma natural, tan natural como la contemporaneidad de la historia relatada. Incluso se dan datos aproximados de cuántas semanas pudieron transcurrir entre la decisión del hidalgo de hacerse don Quijote y su regreso al final de la Primera parte. Tal realismo, a veces, se utiliza como recurso para indicar lo que aparta la historia del Quijote del género parodiado, como cuando don Quiiote se extraña de que Sancho pudiera ir y venir desde la sierra hasta el Toboso para entregar la carta de amor a Dulcinea.
Sin embargo, Cervantes juega con el tiempo a su manera. De hecho, la ironía que contiene la historia del hidalgo, le lleva a afirmar, en contra de la rotunda contemporaneidad de los acontecimientos, que ha encontrado todo en crónicas y leyendas y especialmente en el manuscrito de un historiador árabe, Cide Hamete. Estaríamos pues ante un relato contemporáneo que se ha escrito hace tiempo. Ya vimos cómo todo esto le servía para dinamitar la figura tradicional del narrador, componente muy relacionado con el uso del tiempo en el relato.
Al inicio de la Segunda parte se nos cuenta que ha trascurrido un mes desde que el cura y el barbero dejaron en casa a don Quijote hasta que deciden hablar con él para constatar si sigue loco. Ya hemos resaltado que con ello consigue que el lector -especialmente el que lea las dos partes después de 1615- anule o ignore los diez años trascurridos entre la publicación de la Primera parte y de la Segunda. Y todo ello se consigue con una naturalidad sorprendente. Tan sorprendente es la eficaz sencillez con la que arma todo el andamiaje que consigue que el lector no caiga en la cuenta de que si la Primera parte trascurre en verano y la Segunda parte se inicia, como veremos, en primavera, se nos han escamoteado los meses de invierno.
Cervantes, que ha reflexionado sobre la nueva fórmula narrativa que creó el Lazarillo y a la que se adhiere con tanta fuerza en el Quijote que consigue su triunfo definitivo para la modernidad, jugará con todo ello con la primera aparición del personaje de Sansón Carrasco. Sin duda alguna, mucho de lo que nos llama la atención en este aspecto del manejo del tiempo narrativo se debe a la solución más simple: un error de Cervantes inducido, sin duda, por la premura con la que entregó el manuscrito de la Primera parte y los muchos cambios estructurales que introdujo en las últimas fases de redacción. Pero las cuestiones generales se deben a una elección consciente, que lo separa del uso premoderno del tiempo en la narrativa. Es un elemento más de su apuesta por el realismo.
Sin embargo, Cervantes juega con el tiempo a su manera. De hecho, la ironía que contiene la historia del hidalgo, le lleva a afirmar, en contra de la rotunda contemporaneidad de los acontecimientos, que ha encontrado todo en crónicas y leyendas y especialmente en el manuscrito de un historiador árabe, Cide Hamete. Estaríamos pues ante un relato contemporáneo que se ha escrito hace tiempo. Ya vimos cómo todo esto le servía para dinamitar la figura tradicional del narrador, componente muy relacionado con el uso del tiempo en el relato.
Al inicio de la Segunda parte se nos cuenta que ha trascurrido un mes desde que el cura y el barbero dejaron en casa a don Quijote hasta que deciden hablar con él para constatar si sigue loco. Ya hemos resaltado que con ello consigue que el lector -especialmente el que lea las dos partes después de 1615- anule o ignore los diez años trascurridos entre la publicación de la Primera parte y de la Segunda. Y todo ello se consigue con una naturalidad sorprendente. Tan sorprendente es la eficaz sencillez con la que arma todo el andamiaje que consigue que el lector no caiga en la cuenta de que si la Primera parte trascurre en verano y la Segunda parte se inicia, como veremos, en primavera, se nos han escamoteado los meses de invierno.
Cervantes, que ha reflexionado sobre la nueva fórmula narrativa que creó el Lazarillo y a la que se adhiere con tanta fuerza en el Quijote que consigue su triunfo definitivo para la modernidad, jugará con todo ello con la primera aparición del personaje de Sansón Carrasco. Sin duda alguna, mucho de lo que nos llama la atención en este aspecto del manejo del tiempo narrativo se debe a la solución más simple: un error de Cervantes inducido, sin duda, por la premura con la que entregó el manuscrito de la Primera parte y los muchos cambios estructurales que introdujo en las últimas fases de redacción. Pero las cuestiones generales se deben a una elección consciente, que lo separa del uso premoderno del tiempo en la narrativa. Es un elemento más de su apuesta por el realismo.
Retrato quijotesco de Aldabra
Aldabra me envió, hace semanas, su retrato quijotesco en el que, como veis, oculta y desvela.: está ella y está su ambiente y un espejo por el que podríamos descubrir otros espacios. Como sabéis, es una antigua comentarista de La Acequia y autora de un blog lleno de literatura y emoción que os invito a descubrir: Congo y yo. ¡Gracias, Aldabra!
Os animo a mandarme imágenes que reflejen la iconografía cervantino-quijotesca o a que las publiquéis en vuestros blogs, para acumular toda la información posible sobre Cervantes y el Quijote. Sobre todo me gustaría publicar imágenes no usuales, aquellas de pequeños lugares.
También os pido que me remitáis autorretratos quijotescos. Recordad que debéis estar con un ejemplar del libro o en actitud quijotesca.
Noticias de nuestro Quijote
Manuel escribe un acertado comentario sobre la locura-cordura de don Quijote en este capítulo y sus consecuencias como arranque de la continuación del relato. Pasa después al ámbito histórico en el que ha aportado muchas y buenas cosas a esta lectura. En este caso, analiza la referencia cervantina a los ataques del turco. No os perdáis las dos ilustraciones.
Pancho centra su comentario sobre el primer capítulo en dos elementos: la locura y la Iglesia, enfocándolo todo a partir de la indagación sobre la locura del hidalgo.
Jan Puerta, en su entrada, da con una de las ironías de partida de la continuación: son aquellos que quieren evitarla, los que provocan la nueva salida de don Quijote. No os perdáis el recuerdo cervantino-chileno de su imagen.
Desplazados nos cuenta una desgracia, que no le librará de seguir leyendo el Quijote: Cervantes pasado por agua.
Abejita inicia el comentario del capítulo de esta semana con unas imágenes muy apropiadas, a la par que veraniegas... y no os perdáis su desarrollo, acertado, como siempre. Continúa el comentario, ilustrando el chiste de locos del capítulo con una buena imagen. Por cierto, algunos se han atrevido a contar allí otros chistes de locos, quizá queráis ampliar la colección...
Antonio Aguilera celebra, como se debe, que Cide Hamete ponga las cosas en el verdadero camino, en contra de Avellaneda. No os perdáis tampoco la fotografía de Óscar que faltaba: Sancho, nuestro fiel acompañante del hidalgo.
Enlace con el índice de nuestra lectura, elaborado por Raúl Urbina, aquí.
Enlace con el blog construido por Manuel Tuccitano expresamente para esta lectura y que puede considerarse un agregador con los enlaces de todos los blogs participantes de forma regular, aquí.
Enlace con el grupo en Facebook, aquí. (Este grupo no sustituye a la lectura en este blog y no estáis obligados a uniros: lo usamos sólo como complemento, para informarnos, preguntar y debatir.)
Enlace con la entrada en la que encontraréis sugerencias si os incorporáis con la lectura ya iniciada, aquí.
Si me he olvidado de alguien, hacédmelo saber y lo subsanaré. Recordad enlazar vuestras entradas con La Acequia, para poder encontrarlas.
Vale.
21 comentarios:
Amigo Pedro...que los chistes en casa de la arañita...aunque no niego que chistoso el amigo Antonio lo es...un abrazo; luego vuelvo
El primer párrafo del capítulo debería ser de obligado estudio para todo aquel que quiera dedicarse a escribir. También para los aficionados lectores, que con la lectura nos vamos atreviendo a dejar algo que ejercita la destreza de la escritura.
En unas cuantas líneas es capaz de establecer el espacio, el tiempo, punto de vista narrativo, presentar a los personajes, tanto protagonistas como secundarios, antecedentes de la historia y aun es capaz de dar consejos sobre el malestar de DQ con un ingenioso juego de significados: “acordaron de no tocarle en ningún punto de la andante caballería, por no ponerse a peligro de descoser los de la herida, que tan tiernos estaban”.
Gran lección de algo muy teórico, que haces accesible para que lo entendamos.
Retrato que no retrata, que nos deja cara de libro a los que no nos queda más alternativa que desvelar misterios.
Con algo de prisa entraba para decirte que los chistes estan en el blog de Abejita; observo que Manolo ya vino a decirlo.
Yo sè pocos chistes jajaja.
Espero volver luegoooooooooooo
Aldabra tiene MUY bonitas manos... Muy simpática la foto.
Pues sí, nuestro Cervan era un genio en NO comerse el coco en hacer minuciosos malabarismos descriptivos y explicativos del tiempo ni de que si era verano, otoño, primavera o invierno. El iba al grano. A continuar su historia y punto. Y los lectores ¡le seguimos maravillosamente bien! Yo me di cuenta que había pasado mucho tiempo (y si YO me doy cuenta, entonces cualquiera...). Besotes, M.
MANUEL: corregido. ¡Si es que, desde que ha venido el calor, no doy una!
PANCHO: lo es. Toda una lección de escritura, sin duda. Cuánto sugiere esa foto.
ANTONIO: Corregido. Menos mal que el enlace, por lo menos estaba bien. Jo. Espero tu regreso.
MERECHE: en efecto, las tiene. Al grano, pero jugando jugando. Besos.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Soberbio análisis, profesor. Sigo entusiasmado.
Una interesante entrada amigo Pedro!
El canciller cambiô el ritmo y el rumbo en la locura del hidalgo hasta devolverlo a la cordura.
Excelente post.
Sin duda en esto del tiempo es un maestro Cervantes...no sería que el no asumía el paso del tiempo???...sería esta la cuestión por la cual 10 años los convierte en meses saltándose solo cronológicamnete una estación....???
Amigo Pedro... tus equivocaciones..no son tales, moviéndome en este mundo de la educación... las fechas en las que nos encntramos... el montón de referencias quijoteras, tus post casi diarios..las visitas a otros blogs...es que no somos máquinas...saludos
No me había dado cuenta del detalle de las estaciones.Me voy a la caza de la primavera.
Los chistes, en mi blog,ya sabéis.
¡Bien por Aldabra!
Abrazos a todos.
El uso consciente del tiempo de un modo rompedor, realista, extemadamente cuidado sugiere esa impresión de naturalidad que siempre nos permite convivir con los personajes. Delicioso.
Besitos.
Señor Ojeda, si releo el primer capítulo, no se me ocurre el interés que pudo tener Cervantes en ofrecer 'un mes' únicamente, entre la llegada al pueblo en carro prisionero y la introducida visita del cura y el barbero. De hecho podía haber obviado la mención del mismo y haberlo sustituido por 'estuvieron un tiempo sin verle' con similar efecto de continuidad y sin caer en estacionales errores.
Yo que estoy convencido, que durante la escritura del prólogo y reescritura del primer capítulo tenía la obra apócrifa en su mesa. Debía ser muy consciente de los constantes detalles temporales y estacionales, que ofrece Avellaneda, donde entre larga recuperación pitos y flautas, mucho mejor descritas y contadas, se hace verano de nuevo y pleno agosto, pasando un año.
Así, que mi lógica solo compensa este dato del Quijote, escribiendo un mes, si pensase que a Cervantes le importaba muy poco (quizás no recordaba) la estación en la que acabó la primera parte, y sin embargo, si tenía un esquema escrito con la tercera salida desde hacía diez años, puesto que muestra iguales maneras y coherencia narrativa de la que hizo alarde en la segunda, siendo ligeros los cambios y los modos, para mayor coherencia en el razonamiento de sus personajes, así aumenta de 15 a 30 días el reposo, pues estaba más cansado, y esta vez se abstienen barbero y el cura de visitarle.
Yo recordaría el texto antes de la segunda salida QI,capVII: "Es, pues, el caso que él estuvo quince días en casa muy sosegado, sin dar muestras de querer segundar sus primeros devaneos, en los cuales días pasó graciosísimos cuentos con sus dos compadres el cura y el barbero, sobre que él decía que la cosa de que más necesidad tenía el mundo era de caballeros andantes y de que en él se resucitase la caballería andantesca. El cura algunas veces le contradecía y otras concedía, porque si no guardaba este artificio, no había poder averiguarse con él."
Suyo, Z+-----
Muchísimas grcias Pedro por cederme un rinconcito en tu espacio. Es todo un placer, al igual que la lectura, tus enseñanzas y las de los comentaristas. Estoy aprendiendo y disfrutando un montón.
Biquiños para ti y para todos los que participan en esta lectura colectiva.
MIGUEL: Gracias, amigo.
CARLA: me alegro de que te guste.
EVA: veremos, veremos. Gracias.
MANUEL: ay, qué ganas de que se pasen estas semanas...
ABEJITA: trátala con mimo.
ELENA: un maestro en esto, Cervantes.
SR. DE LA VEGA: estoy por el hecho de que Cervantes no comprobara el tiempo interno de su primera parte, en efecto. Pero, como sabe, luego hará del defecto virtud, cosa que sólo se le permite a unos pocos... Es muy correcto el cotejo que hace en sus comentarios con Avellaneda, porque la aparición del apócrifo muy posiblemente le obligara a reescribir buena parte del manuscrito de la Segunda parte propia y quizá no con la suficiente calma como para comprobar estas quisicosas.
ALDABRA. gracias a ti por mandar el retrato y seguir la lectura. Un beso.
Saludos Pedro
Es de suma alegría, encontrar tu blog.
Creo que tus lectores y vos, me van a ayudar bastante a abrir los ojos y entender cosas del Quijote que no sé.
Un abrazo.
Ayer noche leí Tu Post, los enlaces y comentarios.. y.. no dejé mi pequeña huella...últimamente estoy muy despistada, pero presente...
Sé que eres comprensivo...
Llevo leído ya el capítulo II, para compensar...;-)
Un beso, Pedro.
Ay Aldabra tramposilla...
Pues diríase que en vez de retratos de El Quijote, son del Zorro Enmascarado, y para mí, con ten points y matrícula de honor, el de Javier, que por lo menos enseñó los muslos... (sí ya sé que era un juego de espejos con mensaje...)
Es un detalle que no había pensado, el paso del verano a la primavera. Quizás tuvo en cuenta, que en Andalucía el invierno es más cálido (por lo que el final de la primera parte se prolonga en una estación veraniega que ya no corresponde), que el invierno duro es el mes de la convalecencia, para pasar a la segunda parte en una primavera anticipada. Podría ser ¿no? :D
MUGGET: espero que todos aprendamos cosas en esta lectura.
SELMA: no te preocupes, querida amiga, dentro de poco llegan las vacaciones... Un beso.
BIPOLAR: ¿para cuándo tu (autor)retrato?
Esta iniciativa debería recibir un premio de la REd de la blogosfera. ES magnífica. un abrazo.
Sí, BIPO, ¿para cuándo? Besotes, M.
Hola Pedro.
Yo estoy con Cervantes, nada como el sol y el buen tiempo para correr aventuras.
En mi blog he puesto mi entrada de este primer episodio. Estos días estoy un tanto desconectado por que a mi ordenador le ha dado por perder el juicio (más bien la memoria).
Un abrazo.
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