La exposición Salvador Dalí: Veinte años después, nos sitúa ante la encrucijada entre modernidad y postmodernidad. Ésta, ya lo sabemos, nace como superación de las tensiones que se manifestaban en la primera, pero recoge gran parte de la perspectiva de las vanguardias de principios del siglo XX para interactuar con ellas. En el fondo, para los jóvenes que en los años 50 iniciaron el pensamiento y el arte que constituirán la base de lo postmoderno, los autores de vanguardia eran sus clásicos. Este concepto de clasicismo es una contradicción sustancial con el mismo planteamiento de la vanguardia de los años 20, pero explica gran parte de la mirada de la primera etapa de la postmodernidad y, a la vez, el asentamiento de aquella vanguardia. En efecto, tras las corrientes que conocemos bajo ese nombre, el retorno a la llamada rehumanización del arte y del pensamiento, ya no podía plantear nada en los mismos términos que en el siglo XIX. De hecho, el realismo, en el arte, ya no es el decimonónico: no puede serlo.
Algunos de los autores de vanguardia más importantes estaban en plena producción cuando aparecieron aquellas primeras manifestaciones del postmodernismo. Y jugaron, desde el otro lado, con sus premisas porque muchas de ellas eran reconocibles en su propia obra.
El caso más singular, en este sentido, fue Salvador Dalí. Desde la Guerra Civil y durante la Guerra Mundial, su producción no encontraba el hueco adecuado. Se observa en su obra de estos años una cierta desorientación: el mundo de este período no es propio para la mirada daliniana. Por eso, para él debió resultar extraordinariamente sugerente percibir las primeras manifestaciones de los nuevos tiempos: veía una segunda oportunidad o, mejor, la gran oportunidad de su carrera artística puesto que gran parte de sus compañeros de vanguardia o habían muerto o no tuvieron la frescura suficiente para adaptarse a los tiempos. En contra de los que algunos piensan, Dalí no estaba encerrado en sí mismo, al menos en cuanto a materia artística: conocía muy bien las novedades y había desarrollado un gran instinto para percibir las posibilidades de mercantilización del arte. En esto, por supuesto, intervenía también la personalidad de Gala y la corte de marchantes y secretarios que le rodeaban. No olvidemos que esta mercantilización del arte de vanguardia es una buena parte de lo que nutre la postmodernidad.
En esta exposición, junto a unas pocas muestras de su primera etapa, sobre todo se hallará bien expresada la parte final de su biografía, las tendencias al juego con su propia producción anterior y a la transformación definitiva de la personalidad del artista en marca comercial. A algunos les entusiasmará y a otros les provocará rechazo, pero es una exposición imprescindible. Además, está correctamente montada tanto en su propuesta inicial como en las cuestiones técnicas. Quizá se eche de menos algo más de espacio.
Si alguien quiere comprender cómo Warhol y Dalí se dan la mano, no debe perderse esta exposición.
20 comentarios:
¡Pedro!
Muy pronto visitaremos juntos el modesto "Refugio" de Gala... Creo que te gustará...;-)
Dejando de lado el hombre y sus últimas nefastas declaraciones sobre Federico.. El pintor, es indiscutible que tuvo genialidades...Al Caesar lo que es del Caesar..
Y para mi Profe, un beso!
bien por los que asistan y tengan la oportunidad de disfrutar de tan magna exposición.
saluditos saludosos:=)*
Un genio que supo plasmar su indiscutible locura llena de modernismo¡¡¡;)
UN BESOO GRANDEE GUAPOOO¡¡¡¡
Nunca me gustó Dalí; mejor dicho: me gustó un tiempo, a los 14 años, cuando era un adolescente raro fascinado por todo lo surrealista. Pero me empachó enseguida. Desde entonces, no he pasado de considerarle un aceptable dibujante, un extraordinario "showman" y un fantastico lameculos, dicho así, pegando mucho la eles al paladar como el sabía hacerlo: la-me-cu-los. No creo que vaya a su exposición.
Dalí es uno de esos personajes relacionados con el arte que cuando crees que lo has visto todo de el, aparece una exposición haciéndote ver algún detalle que hasta la fecha se mantenía oculto. Es mucho lo que se ha escrito sobre el. Su obra es muy extensa y no exenta de polémica en su última época. –La firma indiscriminada de papeles en blanco según dicen-
Por mi parte os voy a contar una anécdota de su última etapa, poco antes del accidente donde sufrió graves quemaduras. Como sabréis, Dalí tenía una suite permanente en el hotel Ritz. Siempre que se alojaba había personal de seguridad a su disposición. El caso es que una mañana de domingo a eso de las ocho no se le ocurrió otra cosa que burlar a la seguridad y bajar completamente desnudo hasta el hall a buscar los periódicos que solía leer. La gente con la que se cruzo, creo que aun tienen la boca abierta.
Un abrazo
Hombre de gran talento… un genio. No todo me gusta… tiene cosas muy buenas y otras… como todo. Desde muy joven se intereso por la física y el psicoanálisis. En varios artículos publicados en los años 30; Dalí hace referencia a lo “nuevo” que propone la física cuántica.Un mundo donde no existía el determinismo,donde las partículas podían encontrarse en dos lugares al mismo tiempo,donde la identidad de los objetos se creaba con el mismo acto de observación.Eran conceptos difíciles de entender pero que abrían camino a la imaginación. En su texto "La cabra sanitaria", dice "la física debe formar la nueva geometría del pensamiento, y será precisamente el delirio de la interpretación paranoica".En los años 50, en una entrevista Dalí afirma "Todo pintor pinta la cosmogonía de sí mismo: Rafael pinta la cosmogonía del Renacimiento y Dalí pinta la era atómica y la era freudiana”. La ciencia fue una constante en su vida y su rastro se encuentra incluso en su firma, que esconde una figura científica: la corona daliniana, que utilizó por primera vez en 1938, es la imagen estroboscopia de la gota de leche cayendo que el científico Harold Edgerton consiguió captar.En su manifiesto místico afirma “Mi padre ya no es Freud, es Heisenberg".
“Juan Oró recuerda un curioso episodio ocurrido en 1975. Este bioquímico, que por aquel entonces vivía a caballo entre Barcelona y Estados Unidos, porque trabajaba en la NASA, había encargado a Dalí que pintase un póster para el Simposio Internacional que conmemoraba el 70 aniversario del investigador español Severo Ochoa. Oró va a visitar a Dalí en Barcelona, al hotel donde se encuentra alojado, el Ritz. Oró quiere pedirle una dedicatoria para el libro de este simposium. Dalí aparece ante él con su habitual traje de rallas y con un bastón en la mano. Tiene prisa, pero responde a la petición de Oró: “Vaya apuntando lo que le digo”. Oró saca papel y bolígrafo, y Dalí empieza a dictar directamente, sin leer de ningún lugar. Habla muy rápido y el científico tiene que pedirle que vaya más despacio .Cuando acaba, Oró levanta el bolígrafo boquiabierto: “En cuestión de minutos, Dalí había creado una maravillosa reflexión en torno al avance científico de las ciencias del ADN que tan sólo podría pensar un genio, con un conocimiento científico y un sentimiento artístico muy profundo”, explica el bioquímico. Este es el texto que tanto le impresionó: Dios no juega a los dados, escribió Albert Einstein mucho antes del descubrimiento de la escala del ADN en los escalones de la cual viajan los ángeles en el sueño de Jacob que tuve la noche antes de pintar aquella escalera para Severo Ochoa, y que simbolizan los mensajeros genéticos de moléculas de nucleótidos sintetizados por primera vez en el laboratorio de Severo Ochoa. Aunque no sea científico debo confesar que los acontecimientos científicos son los únicos que guían mi imaginación, al mismo tiempo que ilustran las intuiciones poéticas de los filósofos tradicionales hasta el punto de conseguir una belleza deslumbrante de determinadas estructuras matemáticas y de aquellos momentos sublimes de abstracción que vistos a través de un microscopio electrónico aparecen como virus de forma poliédrica, confirmando lo que Platón dijo: “Dios siempre hace geometría” Lo cierto es que dos obsesiones guiaron la vida de Dalí: su mujer Gala y la ciencia. Pedro,es una lastima que este tan lejos,mi pequeño aporte… Besitos. Silvi.
Estoy totalmente de acuerdo con Fernando Portillo, una obra de arte tiene que conmover, gustar,sacarte unos sentimientos de dentro, emocionar..etc.
Dalí como mucho es divertimento, hizo bien el grupo surrealista de mandarle al infierno. Un monárquico-fascista no podía estar en el grupo.
Fue un genio, con sus excentricidades y todo, pero un genio.
Un besote Pedro y que disfrutes la exposición, muacksss.
Me ha gustado cuando has apuntado que Dali no era en absoluto, un hombre encerrado en sí mismo. Creo que detras de su escaparate se escondí un observador infatigable de lo que le rodeaba.
Yo sé que Dalí era un artista innovador y hay algunas obras suyas que así lo demuestran. Pero su afán de notoriedad, su extravagancia calculada, su rendición ante la dictadura a la que servía de manera indigna y de la que logró una publicidad desmesurada en tanto se obviaban las creaciones de artistas que no eran del régimen, han empequeñecido sus logros. ¿Que no fue él quién se plegó al marqueting y al servilismo político? ¿Que le empujaron Gala y otros colaboradores? Es igual, sigue siendo un artista adulterado en mi modesta opinión.
Estoy ideando un plan de hurto para apropiarme del rinoceronte que está a la entrada. Me fascina.
Lo más interesante de esta exposición: sus fotografías, son muy impactantes, plásticas y coloridas.
Difiero esta vez con Portillo y con Hernando, para mí Dalí es uno de los referentes del arte del siglo XX y eso será más patente en el siglo XXII, muy por encima de las anécdotas que jalonan su existencia genial y a la vez tremendamente humana. Quiero recomendar la conferencia sobre Dalí que ofrecerá el próximo día 12 en Caja de Burgos Agustín Sánchez Vidal, estoy seguro de que quienes asistan disfrutarán mucho con sus palabras.
Pues gracias por la información. Intentaré llegar hasta allí y disfrutarla. Recuerdo como mis hijas pequeñas disfrutaron su Museo de Figueras y un poco me sigo sintiendo así ante la obra de Dalí, la siento sin más y me gusta micho.
Bella explicaciónn la tuya, como bello es el arte de Dalí. Exposición más que atractiva. Besitos.
La verdad es que estas entradas se agradecen, yo alucinaría si pudiese visitarla, Warhol y Dalí en un mano a mano, debe ser interesantísimo. Saludos.
muy buena exposición desde luego
Con la entrada de Pedro y los comentarios posteriores se ha alcanzado un nivel extraordinario. Se demuestra que esa visión de personaje medio loco tan propia de la época parece que ha quedado atrás.
Pedro: buenos descansos dominicales.
Pues habrá que grabarla entonces...
Gracias por la información.
Me gusta bastante el arte de Dalí.
Abrazos.
Buenos días, Sr. Profesor:
¡Qué sorpresas te da la vida!. Nunca pensé que a nuestro querido Fernando Portillo, no le gustara Dalí.
A mí me gusta todo lo que pintó, no lo que aparece con su firma, sino lo suyo de verdad. Lo que lleva su sello propio, de lo concéntrico y lo excéntrico.
Su vida personal, fue puro teatro. Al final, convertida en drama.
Saludos. Gelu
Publicar un comentario