En octubre del 2007, con motivo de la presentación del II Simposio Lingüístico de las Universidades de Castilla y León, hice unas declaraciones sobre lo que yo entendía como retraso en la planificación del nuevo sistema universitario español, que fueron recogidas por los medios de comunicación con titulares quizá demasiado llamativos. Me parecía, en aquel momento, que las autoridades políticas y académicas españolas no hacían todo lo que podían para agilizar la adaptación al nuevo Espacio Europeo de Estudios Superiores. Advertí que aún estábamos a tiempo de llegar con eficacia al punto de partida.
Los que hayan seguido esta serie de entradas sobre la Universidad, saben que soy muy crítico con la situación actual de los estudios universitarios en España y que pienso que todas las formas de mejora realizables pasan por la implantación de dicho Espacio Europeo. Pero no a cualquier precio.
Diferentes modificaciones en la estrategia de los Ministerios competentes (con cambio de color político y de titulares de la cartera por el medio), la lentitud desesperante en el desarrollo de toda la normativa adecuada -que aun no está completa- y de todas las agencias que deben velar por su aplicación, el excesivo número de reuniones poco eficaces en la toma de decisiones, los procesos electorales propios de las Universidades, la pasividad generalizada del profesorado y de los estudiantes durante varios años (no ha faltado información: ha faltado implicación), nos han abocado a la situación actual, en la que todo está haciéndose a pocos meses de su aplicación. No hay ningún responsable concreto porque todos lo somos, pero los cargos políticos tenían la misión de impulsar este cambio y planificar los plazos.
En estos momentos, la mayor parte del profesorado español inmerso en los cambios de planes, no sabe cuál será su docencia en el próximo curso; se acumulan en las mesas los planes, los borradores de normativa, los listados de tareas pendientes. No es lícito echar la culpa a los actuales gestores académicos, puesto que han heredado el retraso y la falta de toma de decisiones claras de sus antecesores. En estos momentos, bastante tienen con poder dar curso a toda la burocracia en la que se encuentran inmersos. Me preocupa seriamente que, el tener que ocuparse de lo que se debería haber hecho antes, les reste tiempo y energía para corregir algunas de las situaciones que la adaptación al nuevo Espacio Europeo de Educación Superior implica y que están detrás de la mayor parte de las movilizaciones estudiantiles, de las quejas y temores del profesorado y la desorientación de la sociedad. Si el horizonte, como se sabía desde hace años, era el 2010, deberíamos haber cumplimentado los proyectos de los nuevos grados para que su aplicación se diera a la vez con el suficiente tiempo para su revisión y con las mejores garantías de éxito y nos hubiéramos ahorrado las prisas de última hora. Bien es cierto, que no en todos los lugares se ha obrado de la misma manera y eso distinguirá las Universidades, centros y titulaciones que estén en mejores condiciones al inicio.
El próximo curso, por ejemplo, será posible realizar los mismos estudios según una Licenciatura o una Diplomatura de las de antes y en su adaptación al Grado, en Universidades cercanas. En algunos casos, los alumnos preferirán la versión antigua por considerarla más arraigada en la sociedad, mejor para sus pretensiones profesionales y su formación o más barata al ahorrarse el trámite del máster, lo que perjudicará la aplicación de los nuevos títulos. En otros, será el atractivo de los grados el que atraiga a los alumnos porque su perfil sea mejor o porque ofrecen estudios no recogidos en el sistema anterior, lo que supondrá una competencia no querida por el legislador para las titulaciones según el anterior sistema.
Hay otras cosas que me preocupan en la acumulación de trabajo burocrático actual en la mesa de cualquier profesor universitario y más aún en la de los que tienen responsabilidades de gestión: la falta de tiempo para pensar y aplicar medidas que completen de forma necesaria el nuevo sistema y que pueden perjudicar, de no corregirse, a los alumnos con menos recursos económicos y a la titulaciones menos favorecidas por las modas sociales pero necesarias para hacer Universidad. Sobre todo, en lo que hace a bolsas de empleo para los estudiantes, ofertas de movilidad, negociación con el tejido social y empresarial de la zona, dotación de nuevos servicios, etc. El nuevo sistema requiere todo eso y más: unas plataformas virtuales poderosas en las que se deberá invertir mucho dinero, tiempo y reflexión; campus con buenas bibliotecas con suficientes puestos de lectura y amplio horario de apertura; servicios de cafetería con calidad suficiente y horarios acordes a las nuevas necesidades; medios de trasporte adecuados para que un alumno pueda llegar en poco tiempo a la Facultad desde su domicilio; estructura de la docencia que permita compatibilizar la vida laboral y la vida académica, etc. Algunas de estas cuestiones competen, en exclusiva, a las Universidades pero para casi todas se necesita la colaboración de las instituciones y empresas del área de influencia de cada campus.
Y todo eso, inmersos en una crisis económica, que nunca ha sido el mejor panorama para un cambio de esta envergadura y de una difícil situación presupuestaria de las Universidades públicas españolas, que se refleja en los medios de comunicación con frecuencia y cierto alarmismo.
Dentro de unos años, todo esto no importará, porque se habrá aplicado en su totalidad el Espacio Europeo de Educación Superior, desarrollado los niveles de control y las formas de corregir las implicaciones económicas y la desprotección de determinados estudios abocados a su reducción al máximo en el panorama español al no ser rentables por su número de alumnos. Esto se habrá corregido, porque, no en vano, ya está pensado y solucionado en otros países en los que existe un sistema similar al que nos dirigimos y en ellos estudian alumnos con dificultades económicas y existen potentes estudios en campos no muy demandados socialmente.
Pero aquí, ahora, estamos ocupados aún en rellenar las plantillas de los grados y estudios de postgrado que deberán aplicarse, como muy tarde, en el 2010.
Aun así, en la situación actual no puede contemplarse una pausa en la aplicación: sería peor. Aun hay tiempo, pero se necesita la implicación de todos los sectores. Es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Estoy convencido de que tenemos las mejores opciones para llegar con éxito desde el primer momento, pero sin dejar escapar un solo minuto.
Aprovecho la ocasión para anunciar que, en breve, iniciaré una colaboración quincenal sobre temas universitarios en el periódico La Palabra, en su versión impresa.
31 comentarios:
Que empiece el cambio y que se haga bien...
Si es que siempre pasa igual, siempre hacemos las cosas con prisas y a última hora, "Spain is different" Pedro, eso ya lo sabemos.
Con lo de implicarse en las cosas pasa lo mismo, todos queremos (vamos a meternos todos y que se salve el que pueda) que nos den todo hecho y sin tenernos que molestar mucho.
¡Animo! Porque los cambios que se avecinan son bestiales.
Un besote.
Creo que lo mejor será esperar a ver cómo sale todo, aunque las cosas tendrían que hacerse con más calma¡¡;)
TE DEJO UN BESOOOOOO BIEN GRANDEEEEE GUAPOOO¡¡
Que asi sea, amigo.
Un abrazo.
Uff, se mire adonde se mire,surgen más problemas de los que parece. Debe ser que las cosas no se están haciendo bien. A mí me gustaría que la universidad, sus profesores y alumnos, fueran más visibles y estuvieran más presentes en esta sociedad. Por ejemplo, tu ejemplo vale, Pedro. Un abrazo.
Yo no sé pero las controversias con el Plan Bolonia están ahí y es inexcusable para la administración su estudio detenido de cara a evitar problemas a la comunidad universitaria
Bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua, bua,...
¡¡QUIERO QUE VUELVA IRINA!!
Interesante tu análisis. Os deseo mucha suerte porque veo que la vais a necesitar... Enhorabuena por tu colaboración quincenal en "La Palabra" porque como dice NOME ANDRÉS, profesores y estudiantes deberíais estar más presentes en la sociedad. Besotes, M.
Ojala que la reforma se logre con exito y antes de...
Felicitaciones por la publicacion quincenal en La Palabra, sera interesante seguirte alli tambien.
Un abrazo
Bienvenidos sean los cambios que signifiquen evolución.
Supongo que como en muchas cosas, estas premisas de cambios debieran estar articuladas, dirigidas y consensuadas más allá de la eventual fuerza política en el poder... Pero supongo que eso es soñar...
impresionante...acá es lo mismo
la burocracia es un lastre universal y tedioso que agudiza las barreras elementales:)
muakismuakis PROFE
y felicitaciones por su nueva saga en el Períodico La Palabra
Estimado Pedro, lo que cuentas me suena a chino y no porque tú no te expliques bien sino porque soy profana en la materia y todo me resulta extraño. Soy de las que: hasta que no lo vea, no lo entenderé. Supongo que a medida de que se vayan implantando las novedades me iré enterandomás. Eso espero.
Y enhorabuena por esa colaboración. Espero que nos dejes el enlace para poder seguirte.
bicos,
Seguro que el cambio es para mejor. Desde aquí se agradece el esfuerzo por hacerlo bien.
Como padre de un adolescente granoso y gruñón, agobiado en 2º de Bachillerato y que vive en el limbo bolonio de no enterarse de nada de todos estos asuntos, resultan impagables todas estas entradas tan esclarecedoras sobre la Universidad – de hecho las he recomendado a varios en las mismas circunstancias - . Vamos, que no paramos de darte las gracias por todo lo que haces en el blog.
Ni un pelo de tonto tienen en La Palabra. Mucho nivel en ese equipo bloguero de violentadores de las palabras.
MAFI: esperemos que así sea.
DESPLAZADOS: pues ojalá aquí podamos implicar a la mayoría de la gente. Un beso.
MAMEN: ¡lo hemos hecho con tanta calma que ya lo tenemos encima! Es mejor hacer tranquilos, pero sin pausa... Un beso.
CORNELIVS: esperemos que sí.
NOME ANDRÉS: y que la sociedad estuviera también implicada en la Universidad. Es camino necesario de ida y vuelta. Un abrazo.
BLOGOCHENTA: es hora de hacer todo lo que pueda corregir los lados menos claros de la adaptación, en efecto.
BIPOLAR: y yo. Y yo.
MERCHE: ya sabes que es mi idea desde el principio. Besos.
MYR: esperemos que así sea. Un abrazo.
GABIPROG: es muy difícil, en efecto, tal y como están las cosas.
ELISA: parece que nos ahora. Esperemos vencerla. Besos.
ALDABRA: y esperemos que no te enteres por lo mal, sino por lo bien que lo hayamos hecho. Besos.
BEA: esperemos que así sea.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo.
PANCHO: gracias por tus palabras, porque ya sabes que una de mis intenciones es que todo esto sea útil.
Apreciado Pedro...
En ciertas actitudes siempre veo la idea propuesta como una forma de demostrar a la sociedad la capacidad de raciocinio que pueda tener la persona que la expone.
Cuando esto sucede la idea original es modificada sin tener muy claro si se podrá mejorar lo que hasta la fecha servia. A pesar de los defectos que pudiera tener.
Todos los cambios dicen que son positivos. Pero hay quien aun afirma usando aquel refrán o dicho popular que dice… Virgencita, virgencita, dejarme como antes.
Los esfuerzos por mejorar una materia no siempre van precedidos de un estudio serio y riguroso que de la confianza suficiente a las dos partes para caminar juntos mejorando las asperezas que puedan surgir en su ejecución. Este debería ser el principio básico de todo cambio. Una implicación fiera del logro personal por el bien colectivo. Pero para esto, hace falta una madurez que la propia sociedad aun no tiene. Y cuando se adolece de algo su exigencia es exigua.
Más de uno propone una mejora sin la capacidad de llevarla a cabo. Sin el análisis frío de la realidad que lo envolverá. Y lo que es peor de todo, sin el consenso suficiente para que en lugar de perder el tiempo en discusiones banales, este se dedique a mejorar lo expuesto.
Un abrazo.
Me alegro por esa colaboración quincenal en la Palabra. Y mas me alegro por hacerlo en un medio de papel.
No sé, no estoy muy al día sobre este tema, pero después de leer lo que dices es para preocuparse... pues si no se sabe adónde hay que ir aumentan las posibilidades de acabar en otra parte.
Si la educación, pilar básico de cualquier sociedad, está con esta falta de previsiones y organización, es para abrir signos de interrogación en muchas direcciones.
En fin, ¡Hay gente que cuando el tiempo se echa encima tiene la costumbre de ponerse de espaldas al reloj!
Saludos.
Se supone que si algo se reforma es para mejorarlo. Un abrazo.
Ha querido la casualidad que retomes tu espacio dedicado al EEES con nuestra vuelta al encierro académico, esta vez en Económicas -siento el autobombo, jeje-.
Sabes, porque lo hemos hablado varias veces, tanto aquí como en persona, que no comparto tu entusiasmo, pero sí comparto tu intención de informar -que también es nuestra-.
Ya ves que no nos resignamos aún.
Saludos, Pedro.
P.D: Acabo de ver en nuestra web que también tú has visto la coincidencia.
Ya "hablamos" de nuestra preocupación por el nivel de nuestros alumnos, claro está tu Alumnado es de otro nivel muy superior y tanto tú como ellos os afecta sobremanera y muy directamente... Pero lo que os va llegando un curso trás otro es para desear un cambio amplio y que se pongan todos los medios para remediarlo... En Bachillerato se culpa a la Secundaria, en Secundaria a la Primaria etc.
Ánimos Pedro,voy a por "La palabra".
Un beso...
Las noticias que se deeste tema, las conozco por ti, cosa que te agradezco, pues tengo una hija cercana a estos estudios. Mi humilde opinión es que los cambios siempre suponen un esfuerzo, espero que sean buenos. Por lo que tu comentas parece que es para bien. Aunque soy de la opinión que sin presupuesto, dificilmente se podrá a consolidar como ocurre en la primaria, secundaria y bachillerato, por lo menos a corto plazo. gracias por la información y opinión.
Es curioso que en este país en el que en algunas materias nos apuntamos sin demasiado miramiento a los cambios y los asumimos sin preguntanos demasiado su razón de ser, en cuestiones de educación avanzamos al paso de los caracoles o lo hacemos tan rápido y sin el consenso debido que el conflicto se sirve sin descongelar en plato caliente.
Un espacio común europeo en educación universitaria me parece un paso importantísimo, flecos aparte sobre el ordenamiento y control de las partes implicadas, pero el método (¿metodo?) a la hora de ponerlo en práctica me parece una verdadera chapuza por todo lo que que expones con tanta claridad.
Las prisas de última hora enturbian cualquier proceso y, probablemente, contribuirán a que su asentamiento definitivo se retrase con un primer año que podríamos llamar de transición pero que probablemente sea más de desconcierto, si no de frustración.
En fin, que la burrocracia deje de darnos coces, que ya va siendo hora en esta España tan "modenna" para todo menos para lo fundamental.
Un besazo.
JAN: este cambio tiene dos raíces: el escaso éxito de la universidad española actual y la necesidad de que haya una estructura común para toda Europa. Lo otro ya son añadidos. Y eso es lo que me preocupa. Y mucho. Espero que no nos quedemos con la brocha y sin escalera.
IMPERSONEM: el caso es que el camino estaba claro, pero no ha habido el impulso necesario. Y ahora estamos con el agua al cuello.
FERNANDO: esperemos que así sea.
LUIGI: la información y los puntos sobre las íes. Estamos abocados a una estructura tan nueva que deberíamos haberla pensado desde el principio. Suerte: muchas de las cosas que proponéis son todo un acierto y la participación de los alumnos en el debate, necesaria.
SELMA: estamos en una nueva sociedad, lo que se refleja en estos niveles educativos que mencionas. No podemos quedarnos a medias. Un beso.
MANUEL: es para bien porque será algo común a Europa. Será para mal si no estamos preparados desde el inicio.
ISABEL: todo el proceso ha sido algo chapucero, en efecto. Como si nadie se lo creyera del todo y el horizonte del 2010 fuera tan lejano que pillara a nuestros nietos y no a nosotros. Los primeros años serán duros y conflictivos, porque no se ha pensado bien toda la estructura que complementa a los estudios. Esperemos que me equivoque. Un beso.
Pues no queda otra que esperar a ver que tal sale ahora...
si ya lo dice el refrán las prisas no son buenas;)
Besos guapo!.-
Amigo Pedro: De sobra conoces mi postura en este tema, pero la recalco aquí para general conocimiento y la resumo en dos puntos:
1. Las bolsas de trabajo para estudiantes que a ti te parecen una solución para paliar el encarecimiento de los estudios, lejos de serlo, generarán un conflicto social en el contexto de una crisis económica de largo tiro con un paro galopante que tenderá a hacerse estructural, y acentuará el carácter elitista de la Universidad. No se pueden crear bolsas de trabajo por arte de birli birloque para que un sector concreto de la sociedad pueda llegar a acceder a un estatus de privilegio mientras el resto se come los mocos. Creo que los sindicatos tendrán algo que decir a esto si no están muertos del todo.
y 2. No sé cuántos años tardará España en asimilar el Plan Bolonia y corregir sus defectos, en especial aquellos que atañen a la virtual imposibilidad de las clases más desfavorecidas a acceder a los másteres, al menos tal y como están las cosas. Lo que sí te aseguro es que los que tenemos hijos a los que les va tocar el período de transición y no tenemos dinero, estamos sencillamente aterrorizados y desesperanzados. Como sabes, yo tengo un hijo de 15 años que quisiera ser médico. Y tal como las están pintando me parece que me conformaré si se saca un módulo de F.P. en informática o fontanería. Esta es la obstinada realidad a la que a ti te gusta apelar a veces y la que va a joder viva a una generación de chavales lo mires como lo mires.
TORMENTA: veremos. Besos.
FERNANDO: hay que reconocer -y así lo he dicho siempre- dos cosas. Una, que adaptar todo una nueva estructura en un momento de crisis económica es una cuestión tremendamente complicada. Dos, que en España hemos tomado las deciciones tarde y de manera no muy clara. Sabiendo, como se sabía, cuál era la meta -necesaria puesto que lo actual es insostenible en un mundo globalizado y dentro de la Unión Europea-, no nos lo hemos tomado en serio.
En efecto, las generaciones a las que les pille la transición lo van a pasar muy mal por desorientación, falta de planificación y dificultades económicas.
Esta es la gran culpa de las aministraciones -europea, estatal, autonómica- y de los Consejos sociales de cada Universidad, que deberían haber promovido las correcciónes desde hace un lustro, al menos.
Te comprendo y comparto tu preocupación, por supuesto.
Pedro, no opino sobre este tema por desconocimiento. Por que hay que estar dentro y saber los entresijos para debatir. soy una simple ama de casa. Pero leyendo tu texto y los comentarios de los entendidos me viene una frase que creo que viene al caso:
"Qué poco dura la alegría en la casa del pobre".
Un abrazo
KETY: y tanto que vale... Un abrazo.
A alguien se le debería caer la cara de vergüenza
BIPOLAR: los barrenderos no darían a basto barriendo caras del suelo...
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