Las épocas conflictivas en la Universidad siempre han anunciado tiempos en los que la sociedad cambia y se hace más participativa.
No sólo en España: recordemos que la movilización universitaria en París en el 68 se ha tomado siempre como referencia de una época. Excesivo, quizá, por injusto con otras manifestaciones de la inquietud social que se dieron a la vez, pero ya sabemos que se necesita un buen nombre comercial para promocionar cualquier producto y los historiadores no suelen tener mucha imaginación para estas cosas.
En los tiempos en los que la Universidad está más callada, se reflejan unas inercias culturales de satisfacción que coinciden con un cierto tono de apatía quizá provocado porque todo funciona razonablemente bien en el mundo o porque el grado de anestesia de la conciencia de los universitarios les impide ver la realidad si tienen su vida más o menos asegurada con dinero de bolsillo y un futuro profesional cómodo, como ha sucedido en las dos últimas décadas en España. He de confesar que la apatía de los estudiantes llegaba a desesperarme en ocasiones.
A veces se han dado casos en los que la sociedad está tensionada por conflictos y la Universidad pasiva. Este desnivel es grave y siempre habla mal del mundo universitario, que se encierra en sí mismo con autosatisfacción: Universidad y sociedad son elementos que deban estar en permanente interacción. Ninguna de las dos puede vivir de espaldas a la otra.
En otras ocasiones, los problemas internos de la Universidad son difícilmente explicables fuera de sus paredes. Es, quizá, lo que pasa ahora con la adaptación al Espacio Europeo de Enseñanza Superior. Además, la contestación no es mayoritaria: no adquiere el grado de otras ocasiones. En algunos países sí porque se ha sumado al descontento con la política general del Gobierno.
Como ya hemos debatido en otras ocasiones sobre esta adaptación, no quiero centrarme en este aspecto, sino en que la movilización universitaria de estos meses merece una aproximación que vaya más allá de lo académico y lo profesional.
Estos días, los estudiantes han vuelto a la protesta, la movilización y los encierros. Aunque no llevan la razón en todo tampoco les falta en algunas cuestiones, como ya he comentado en varias ocasiones. Sí la tienen en algo fundamental: muchas de sus criticas señalan, con acierto, los defectos de aplicación del nuevo sistema (desde mi punto de vista, no el sistema en sí) y que crearán graves problemas en los próximos años que deberían haber estado solventados desde hace meses para evitar toda inquietud a los que se incorporen en los próximos cursos a la Universidad y a sus familias. Aunque estos problemas aparecen en otros países, en España se perciben con más fuerza porque el cambio diseñado supone la modificación radical de la concepción de la Universidad tal y como la concebimos desde el final de la guerra civil (curiosamente se parece mucho a ciertas tendencias anteriores y proyectos republicanos). Y un cambio tan radical debería haberse preparado bien. Tiempo e información ha habido. Y los que se vean perjudicados los próximos cursos por el retraso en las soluciones y la improvisación de algunas medidas, deberían reclamar a los políticos y los gestores universitarios.
Es buena la inquietud en las aulas universitarias: indica que los implicados perciben la trasformación de nuestra sociedad y quieren intervenir en ella. Del debate entre todos los sectores saldrán las mejoras y aquellos que están participando en la protesta, aunque no tengan razón en todo, adquieren una perspectiva de las cosas que les será muy útil para su futuro.
Sucede que, en estos momentos, no existe conciencia en la sociedad de todo esto, a pesar de la profundidad de la trasformación. Porque ahora es la sociedad la que ya no piensa que la Universidad sea lo que fue. Ya no le otorga esa misión y esperanza que tenía hasta ahora y por eso no tiene interés en saber lo que está pasando en los campus. Por culpa de la Universidad, por supuesto, pero porque también nuestra sociedad ha cambiado. España ya no es lo que decimos que es con cuatro tópicos. Convendría pensar sobre esto.
27 comentarios:
Pues es verdad, tienes razón, España, ya no es la que era, siempre están con los mismos tópicos, así que me parece genial este post, y hombre ya! que se entere todo el mundo, que se entera españa entera, como decía el canales jajaja;)
Besos Pedro!.
Soy la primeraaaaaaaaaaaaaaa!yupiiiiiiii jajaj besos!.
¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
Albert Einstein
Espero que despertemos del éxtasis y espabilemos a nuestros hijos a la cruda realidad de lo que se les avecina por dormirnos todos en los laureles.
Me alegro de que ya podamos tirar la pandereta y la bailaora a la basura, están llenas de polvo :)
Besos y más besos, niño
Si algo llega que sea para bien, y para crecer cómo buenos profesionales y mejores personas¡¡¡;)
UN BESOO RECIEN HECHOOO¡¡¡
No sé si estás viendo la televisión estos días y los programas especiales sobre el EEES que TVE está emitiendo en todos sus informativos. Pues bien. Parece ser que el descontento y las protestas contra Bolonia no están surgiendo sólo en España y a nivel de tropa. ¡Deberías ver cómo se despacha el rector de la Sorbona acerca del plan, y que dicen sus homólogos ingleses e italianos! Desde luego en Europa ven las cosas más claras que nosotros y a ellos no se les puede acusar precisamente de chapuza y precipitación. Y saben de sobra porque ya lo están padeciendo y lo denuncian bien alto que Bolonia está suponiendo ya en toda Europa una progresiva disminución de recursos públicos para la formación superior y una galopante privatización de la Universidad en manos de sectores cada vez más ultraconservadores. No es casual que en España los sectores católicos y conservadores estén callados como putas y frotándose las manos porque la adaptación al EEES va a suponer para ellos el chollo del siglo.
Me sigue poniendo los pelos de punta ver cómo —mientras aquí nuestro Director General (o como se llame, un señor de gafas) de Universidades— da saltos de gozo ante la perspectiva de Bolonia, el Rector de la Sorbona (que no es ningún chicilicuatre) reconoce que Bolonia nació en los despachos de los políticos y que el EEES "sólo oculta, en realidad, el espíritu del neoliberalismo más atroz" (sic).
Y luego hay que escuchar lo que dicen los estudiantes franceses y alemanes que ya llevan tiempo estudiando según el "metodo Bolonia", y cómo desde los diecisiete años están inmersos en un estrés constante y en un estado de ansiedad ("no tengo que estudiar para los exámenes finales, pero tengo siete prácticas semanales y además trabajo; eso no hay quien lo aguante", dice un chico)que llevará a muchos a tirar la toalla. Lo siento pero yo no quiero eso para mis hijos. Dice la Biblia que hay un momento para nacer y un momento para morir. Y un momento para sentarse en un banco a comer pipas. Repasa tu entrada anterior.
No sé, Pedro: igual hay que replantearse la vida de otra manera como hizo Jan Puerta (¡gran sabio!) Igual hay que mandarlo todo a la mierda y que su Universidad a boloñesa se la coman ellos, porque a mí empieza a darme empacho sólo el verla.
Uuuuuu.... ¡Menudo lio! Me ha encantado tu entrada y el comentario de FERNANDO PORTILLO. Os deseo suerte a todos, profesores y alumnos. Besotes, M.
Os estudantes sempre foram o motor, sim.
Mas tal como dizes, a Universidade , até ela, perdeu a força de enfrentar a vida.
Bueno dia, Pedro.
TORMENTA: pues eso. Besos.
CARMENSABES: los prejuicios nos acompañan.
DIANNA: los próximos tiempos van a ser duros para estos hijos. En cuanto a tirar la pandereta, dejémosla para los beneficios del sector turístico... Besos.
MAMEN: esperemos.
FERNANDO: excelente comentario, querido amigo.
Ahora bien, conozco a la perfección la situación universitaria de Francia e Italia, países que señalas. En ambas hay un elemento común: la contestación contra sus gobiernos, más allá de la contestación a Bolonia.
Y en ambas hay otro elemento común: la aplicación de medidas neoliberales a ultranza en el sistema universitario público, aprovechando Bolonia.
Estas medidas, no nos engañemos, serían aplicadas, en estos momentos, con o sin Bolonia. Todo lo que se señala como males de Bolonia (entrada del mundo empresarial en la Universidad, mediciones basadas en lo económico, fortalecimiento del sector privado frente al público, etc.) son cosas que vienen dándose desde hace años en la Universidad por varias razones.
La primera es que los gobiernos europeos, desde los años noventa, empezaron a mirar con preocupación las cifras económicas de la Universidad pública, que había sido hinchada despropocionadamente en las décadas anteriores y, tal y como estaba, era insostenible económicamente (véanse los déficits de todas las Universidades públicas).
La segunda es que, en un mundo globalizado, la Universidad pública a la antigua no era competitiva (salvo excepciones) ni en la formación de profesionales, ni en resultados académicos o de investigación, frente a otros sistemas más parecidos a la reforma que ahora se ha iniciado.
En el caso francés, además, se junta otro elemento: la Universidad francesa, como la cultura francesa, ha perdido, significativamente, presencia en el mundo. La prevalencia ahora del sistema universitario y las referencias culturales anglosajonas, ha provocado una reacción muy fuerte por esta razón histórica.
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De todas las formas, tu comentario no me hace matizar mi reflexión, sino insistir en ella: Bolonia sí, pero no a cualquier precio. Este precio es el que están poniendo las decisiones políticas encima de la mesa.
A río revuelto, ganacia de pesacadores, decía un refrán antiguo. En efecto, querido amigo: ante la excelente oportunidad de dinamizar las Universidades europeas, dotarlas de una estructura común, permitir la movilidad real de los universitarios, fomentar un europeísmo de buena estirpe, dotar a las Universidades públicas de la capacidad de competir académicamente y con resultados de investigación con las Universidades anglosajonas, etc., los políticos franceses e italianos, han aprovechado para meter cuchilla a la Universidad.
En España, ni eso. Dejamos pasar el tiempo, para que las cosas caigan por sí mismas.
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Hagamos otra reflexión: si se conociera el funcionamiento interno real de las Universidades públicas españolas, el de día a día, los mismos que ahora salen a la calle contra Bolonia, me temo que pedirían que nos echaran a la calle: a unos por culpables y a otros por permitirlo.
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Como he dicho en varias entradas, Bolonia debe ir sostenida con una serie de medidas, previstas y ensayadas en otros lugares, que por aquí aun ni asoman. Si no se corrige, ése será su fracaso y el perjuicio para los próxiimos universitarios.
Es ahí donde deberíamos estar incidiendo. Y veo que aun, tanto los partidarios de Bolonia como sus detractores, están repensando un sistema que ya está aquí y que, en el caso español, comienza el próximo curso a implantarse.
Podemos seguir con estas disquisiciones o pedir a los políticos y a los gestores universitarios que implanten ya todas esas medidas que refuerzan lo positivo de Bolonia. Si no lo hacen, o son "inflitrados" contra el EEES que aparentan gestionarlo o gestores torpes de lo público o privatizadores encubiertos.
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Es decir, querido Fernando, ni los contrarios a Bolonia serían partidarios de mantener lo que hay porque lo que hay es insostenible ni los partidarios están haciendo todo lo que deben para que tenga éxito.
A medio camino, todos los fracasos son posibles. Espero equivocarme.
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En cuanto a optar por la vida de Jan, me apunto, con o sin Bolonia. Eso sí, vayamos donde vayamos, ya estará instalada, aunque allí no se llame con el nombre de la bella ciudad italiana.
MERCHE: mucha suerte necesitamos, mucha. Besos.
SAO: estos jóvenes son lo mejor que tenemos.
no sólo españa ha cambiado y sus gentes sino en todos lados:)
los cambios siempre son buenos...aunque a veces cueste aceptarlos, sobre todo cuando los pilares se han anquilosado:)
muakismuakis
A mi también me ha hecho mucha ilusión ver las protestas en las universidades, las frases de los jóvenes cuando dicen, "yo paso de política" o "para lo que vamos a conseguiir", siempre me han dolido mucho, hasta en mi etapa universitaria. Son el futuro y se tiene que preocupar por la sociedad que les ha tocado vivir y sacar adelante.
Es evidente una gran fractura social entre la Universidad y la ciudadanía, algo que no viene bien ni a una ni a otra. La Universidad ha de ser una fuente que continuamente impregne de saber su ámbito de influencia y la sociedad debe garantizar que esa fuente mane. Para eso hay que buscar todo tipo de recursos, pero se debe procurar que la necesidad no genere negocio, porque ahí entramos en la rueda que favorece sólo a los pudientes. Por filosofía de base estoy en contra de la educación privada, así que muchas de estas reformas me ponen nervioso, pero puestos ante lo inevitable hay que encaminar los objetivos a procurar que los estudios universitarios no vuelvan a ser artículo de lujo para posibles cerebros sin posibles.
Gran parte de la sociedad vive ajena a casi todo. Y ese comportamiento suele la causa de los despropósitos. El caso no tendría mucha importancia si la iniciativa fuese para gastar menos energía cambiando las viejas y obsoletas bombillas por las nuevas que a parte de durar mas, gastan menos. Se habla de encontrar el camino adecuado para que la educación de los hijos sea productiva y no un lastre social. Pero me temo que alguien terminara colgando una medallita en el pecho depilado del ministro de turno.
Tanto despropósito termina en desencanto. Y lo que podría ser una opción de asentar unas buenas bases termina siendo el argumento ideal para que la mayoría de los padres terminen pasando de todo lo que concierne a la educación de sus hijos. Si esta mayoría silenciosa ya pasa en condiciones normales que no hará cuando el río esta revuelto y se debe de pensar, aunar esfuerzos y tomar cartas en el asunto.
Al final los padres, cansados de serlo, optan por la cervecita y la gamba mientras el futuro de sus hijos sigue estando en la cuerda floja de la irracionalidad.
La paradoja de este asunto radica en que quien debe dar ejemplo con la enseñanza o la manera de aplicar la misma a la sociedad se dedique a defender con uñas y dientes cualquier opción sin ahondar en sus cualidades o deficiencias. Ciertas actitudes me recuerdan a las peleas de gallos, perros o demás seres irracionales olvidando que su actitud es el reflejo donde la sociedad sin valores pretende reflejarse.
En cuanto a la forma de vivir mi presente, hay un refrán que dice que donde comen dos, lo hacen tres, así que ser bienvenidos a mi humilde morada.
Ahora os dejo que voy a poner dos puñados más de arroz al cocido por si se os ocurre aparecer sin avisar.
Un fuerte abrazo
Un compañero del comité de empresa me dijo que poca lucha obrera puede haber cuando hasta el más pintado está pensando en su hipoteca de casa adosada... ¿Habrá estudiantes pensando en como conseguir crédito con su primer BMW?
¿Desencanto? ¿Puro materialismo?
Me gustaría que no fuera así desde luego... El futuro siempre tiene un embrión y un parto, y la universidad debiera ser un buen ginecólogo.
No puedo hablar puntualmente del caso español, porque me encuentra lejos.
Yo tengo la sensación, que la universidad y la sociedad, hace largo rato que se mantienen en letargo.
De vez en cuando, un grupo puntual, levanta la voz, se agita y el resto de la sociedad, los intelectuales incluídos, reciben los ruidos muellemente, sin desentrañarlos.
Ojalá, la universidad, vuelva a ser sitio de debate, de cambio, de efervescencia y crecimiento.
Saludos
Ser joven es igual a protestar por todo se tenga o no razón, qué envidia esa energía!!!!
Ay, Pedro, que no sé porqué empiezo con un "ay".
Tal vez, me duela la universidad. Y bueno, no me voy a creer tan importante para sentirme dolida. Pero es verdad, me duele.
Como bien sabes formo parte de un sector de la universidad, y a mi modo y manera conozco un poco (muy poco) Bolonia. De esto no atrevo a hablar porque doctores tiene la iglesia.
Simplemente, que me duele.
Yo pensaba, antes de conocer de cerca la universidad, que ésta estaba llena de intelectuales, de personas abiertas, etc...
Y pienso, y eso no me lo quita nadie, que lo más importante son los ALUMNOS, y es de ellos de quienes mayoritariamente nos olvidamos.
Ellos son el origen y son el fin.
Y sin embargo, es tal la política, las estrategias, las peleas, los intereses, el "que hay de lo mío"...y hay tantos incompetentes...que al final sólo puedo decir que me duele.
Siento parecer tan negativa, Pedro
"España ya no es lo que decimos que es..." ¿pero que es España? ¿Qué clase de organización burocrática dentro de una supuesta organización democrática es España? "Convendría pensar sobre ello"... y hablar y abolir la "abdicracia" a la hora de implicarse en la exigencia de las soluciones y... y algunas cosas más a percibir en el paisaje que va desde los derechos reales a los ilusorios, de los servicios reales a los ilusorios (efectividad y eficacia no son lo mismo), de lo que es a lo que debiera ser (esa es la gran metáfora social del Quijote, tal como dijo León Felipe).
No sé Pedro, estoy opinando con la temeridad del ignorante, y todo es relativo, pero el ánalisis puntual y comprometido de las causas y las concausas puede llevar al encauzamiento cabal de los efectos. En todo es igual...
Estoy de acuerdo con lo que dices en tu entrada, el compromiso de todos es lo que asienta de forma definitiva las estructuras, en este caso educativas.
Perdón por mi ignorante temeridad y además extensa.
Saludos.
Con los años nos alejamos del deseo de cambiar la sociedad, somos conscientes que no cambiará.
La Universidad es una experiencia que todo joven debería pasar, se aprenden muchas cosas y, sobre todo, se conocen gentes estupendas que luego pueden ser amigos para toda la vida. Y si se tiene admiración por los profesores y te seduce que te cuenten cosas, ése es el sitio ideal.
Mi estimado amigo.
He leido atentamente tu entrada, el comentario de Fernando Portillo y tu contestación a éste. Y, sinceramente, no se con cual de los dos quedarme, pues ambas posturas las veo coherentes y bien fundamentadas.
En todo caso, quiero incidir sobre un aspecto de la cuestión, lo que Fernando llama "galopante privatización de la Universidad en manos de sectores cada vez más ultraconservadores", y tu como "medidas neoliberales a ultranza", que, en tu opinion, vienen dándose desde hace años en la Universidad por varias razones.
Me produce VERDADERO PANICO esta cuestión. Me produce panico que la decapitación del principio de la libre enseñanza y del librepensamiento. Me produce terror una posible y eventual involución del pensamiento.
Me alarma lo anterior. Y yo tampoco quiero eso para mis hijos.
Si es un fenomeno que se viene produciendo desde hace varios años...esperemos que con Bolonia no se acelere ese -en mi opinion- deplorable fenómeno. Porque yo voto por una universidad publica, si; una universidad de calidad, si; y una universidad donde los clasicos y eternos principios, como el del librepensameinto, no desaparezcan jamas, por muchas Bolonias que vengan.
No te oculto, estimado Pedro, mi alarma por esta cuestión.
Un abrazo.
P.D. Publicado hoy en mi blog una entrada sobre el Quijote, para el grupo de lectura.- - -
Apasionante Post y no menos los comentarios y tus respuestas a ellos...
Esta sociedad nuestra en su gran mayoria poco interés tiene `por una cultura digna... basta ver la caja tonta... se reflejan en las clases...y supongo que en las casas...
En fín no hagas caso, estoy algo desanimada...Acabamos pronto el segundo trimestre...y... eso..
Me parece que nos vamos a juntar unos cuantos a casa de Jan...
Un beso, Pedro.
Haces bien en estar aterrado por la decapitación del librepensamiento, Cornelivs, porque eso es exactamente lo que YA está sucediendo. Y si confias en que Bolonia nos lleve a lo contrario, vas apañado.
Para Pedro:
Dices, amigo, que "en Europa se están aplicando medidas neoliberales a ultranza en el sistema universitario público aprovechando Bolonia". Pues como hoy es jueves, me pongo sanchopancesco y te digo: Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. No cras que aquí van a andarse con mása sutilezas.
Y aprovechando que el Pisuerga etc, etc, usurpo tu blog y le digo a Pablo Miguel Simón que no hay nada irremediable, y que en democracia todo se puede negociar y echar atrás. Y que Bolonia nació en el 98 como un plan voluntario que al final nos lo están metiendo con sonda. Y parafraseando y retorciendo una frase tuya, Miguel, diré que no hay por qué cambiar una cosa que no funciona por otra que probablemente funcionará peor. Busquemos una tercera, joder. ¿O es que tiene que ser o Bolonia o el Diluvio?
Desde la L.R.U. No había habido movilización de ningún tipo en la universidad, eran tiempos convulsos política y socialmente:
-Estudiantes políticamente comprometidos en el desarrollo y modernización de la sociedad.
-Partidos y sindicatos implicados en los procesos de cambio.
-Trabajadores con conciencia de serlo.
-………
Eran otros tiempos, ni mejores ni peores, otros. Ahora somos una sociedad de pequeños burgueses y lo pagamos, lo pagamos caro. El individualismo es la “madre de todas las batallas”…
No me voy a enrollar más, sabes de lo que hablo…
Un abrazo.
La sociedad se ha alejado de la Universidad porque ésta se creer la niña bonita y consentida del sistema. No hay crítica, no hay movimiento, no hay interés en perder el estatus social. Dentro coexiste un panel de zánganas con muy pocas obreras y así es imposible. La imagen que proyecta al exterior de hombres ociosos que sientan cátedra es enviada por la mayoría y es lógico.
"Es bueno ser Rey".
Estoy de acuerdo con algunos comentarios, interesa privatizar la educación para que los titulados no sean los más capacitados sino los más adinerados. División y polarización de clases.
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