Ya nos tiene acostumbrados Cervantes a estos capítulos que son, aparentemente, de transición entre unos sucesos (el final de las historias de amor cruzadas) y otros (la historia del cautivo) y que, de pronto, se llenan de contenido, pero éste es especialmente rico en asuntos que recoge y comienza sin darnos ninguno en su totalidad: lo que despierta la curiosidad por seguir la lectura.
En primer lugar, se nos dan las reacciones ante el final de la historia de Fernando, Cardenio, Dorotea y Luscinda. Satisfechos todos, por diferentes razones, resalta la de Fernando, aliviado por poder terminar con bien el monumental enredo en el que le había situado su soberbia: donde se hallaba tan a pique de perder el crédito y el alma.
Da concierto a todo el cura y hasta los venteros ven satisfechas sus demandas económicas.
Todos contentos menos, claro está, Sancho, que ve perdida su recompensa y se dirige, airado, contra su amo, al que trata groseramente y del que vuelve a dudar. Don Quijote, que despierta de su sueño reparador -en el que había derrotado al gigante-, se arma completamente para comprobar lo que le dice Sancho sobre lo que ha sucedido mientras dormía y así se presenta ante todos después que le hayan visto medio desnudo.
Al preguntar a Dorotea sobre todo ello, lo hace con la retórica de las novelas de caballerías y ella, que vuelve a encontrar, con el permiso de todos, la facilidad para fingir, miente con la verdad. Si repasamos sus palabras, en ningún momento afirma ser quien no es, pero lo hace de tal manera y con una retórica tan sutil, que deja satisfecho a don Quijote. Engañado más por lo que quiere oír que por lo que oye, éste, arremete contra su criado, insultándolo pero, esta vez, sin pasar a mayores.
El lector puede pensar que, finalmente, se recuperará la línea argumental primera, la de las aventuras de Don Quijote. Sin embargo, Cervantes, vuelve a introducir el inicio de una historia intercalada que dejará suspendida. Aparecen por la puerta de la venta, un cautivo y una mora que pronto, por lo extraño de su vestimenta y de su comportamiento, llaman la atención de todos. Las mujeres se solidarizan con ella y le ofrecen compartir su aposento. Cuando ven el rostro de la bella Zoraida, el narrador no deja de señalar cierta rivalidad entre las tres mujeres: una competición de belleza femenina que nos recuerda que, aunque estamos en una venta en medio de una novela verosímilmente realista, allí se engarzan relatos que proceden de un mundo idealizado. El que ahora comienza pertenece a la literatura morisca, muy cultivada en España desde el siglo XV. Algunos datos nos da el cautivo sobre quiénes son y, especialmente, que Zoraida es mora natural pero cristiana de voluntad (este personaje alude a una leyenda muy extendida en España desde la Edad Media sobre musulmanas que son cristianas en secreto, con algunos casos reales que sirven para darle carta de naturaleza).
La crítica ha señalado, con acierto, el trabajo intertextual de Cervantes con una comedia suya, Los baños de Argel. Tanto en esta obra de teatro como en la narración del cautivo se contienen elementos autobiográficos de Cervantes, a partir de su experiencia como cautivo de los piratas berberiscos hasta su rescate. Volveremos sobre esto.
Todos los lectores saben que esta aparición, aunque se suspenda el relato, anuncia una historia que, antes o después, reaparecerá. Pero Cervantes ya maneja con sabiduría la intensidad de narración y quiere despertar nuestra curiosidad.
Para ello, rompe el relato intercalado con un discurso de Don Quijote, el de las armas y las letras, paralelo en función (prólogo de un acontecimiento posterior y parodia de una forma de discurso retórico al uso en la época) e intención (remansa la acción y sirve para dividir dos acontecimientos que, de no hacerse así, estarían demasiado cercanos) al de la Edad de oro que pronunciara ante los cabreros. Sin embargo, hay un hecho especial a reseñar: en este caso, la mayoría de los que le escuchan pueden entender sus argumentos y apreciarlos como cabe. Esto eleva el rango moral del orador y, además, hace dudar a los allí presentes sobre la locura de un personaje que consigue razonar con tanto tino. Pero para el lector moderno esto no sucede: no puede apreciar lo que le aparta del relato del cautivo, que promete ser interesante.
Tendremos pues, el broche de una historia pero no como en otras ocasiones, puesto que aquí los personajes se quedan en la venta y participarán en buena parte de los capítulos que siguen; la reaparición de Don Quijote; el anuncio de un relato intercalado, el del cautivo; y el inicio de un discurso, el de las armas y las letras.
Como el discurso queda inconcluso, lo valoraremos en el capítulo siguiente, el XXXVIII, que veremos el próximo jueves. Me contentaré con decir que es un discurso sobre un tema muy frecuente desde la Edad Media pero que Cervantes consigue dar un punto de vista original al tratarlo desde su propia experiencia y sin la elevación conceptual de la tradición.
50 comentarios:
Una vez rematadas y resueltas las historias de los personajes “adosados” al grupo de DQ, la historia prosigue para mostrarnos a un S decepcionado al comprobar cómo se le esfuman sus pretensiones de ascenso en la escala social. La venta donde pernoctan continúa de lugar de encuentro, de decorado de la acción; ahora con siete miembros más que se unen a los componentes originales del grupo que se formó en Sierra Morena. Pronto aparece DQ con un discurso muy bien armado, dándole esperanzas a los hambrientos, a los desnudos, a los que duermen en cama dura, en una palabra a todos los desheredados del mundo, porque días vendrán – dice- en que un viento favorable tornará la fortuna. Seguramente pensando en que únicamente un golpe de suerte hará que S forme parte de los afortunados a los que el viento cogerá, pues ya el escudero desconfía seriamente de la palabra que su amo le diera. Entre medias nuevos visitantes, que conociendo al autor como lo vamos conociendo (no da puntada sin hilo), por el interés, extensión y minuciosidad que pone en su descripción, no es mucho adivinar que van a dar juego en la novela.
Entre tanta tropa, - una veintena - surge la figura del cura para templar gaitas: incluso se hace cargo del daño que provenga de los excesos de nuestro hidalgo, que ya empieza a despertar de la convalecencia que le ha tenido postrado en cama. Despierta para escuchar, de boca de su escudero, cómo el desenlace de la historia de Dorotea da al traste con sus aspiraciones sociales, cosa que no le extraña al hidalgo, achacándolo al encantamiento que padece el lugar, acordándose del mismo argumento que exhibió la vez anterior, pero que no convence a S que aún recuerda el molimiento que padeció con el manteo.
A continuación, le pide a S su armadura y armamento – muy poco convencional para un Caballero Andante – y así vestido, como un adefesio, se presenta ante el grupo que ya había acordado seguir con la farsa con el fin de llevarle a casa, distante sólo dos jornadas de la venta. Todos se quedan suspendidos al verle, sin saber qué decir hasta que se dirige a Dorotea para mostrar el disgusto con su padre, pues había dudado de su valía como caballero. DQ le promete, para demostrarle su valor, ponerle a los pies la cabeza de su enemigo al tiempo que “pondré a vos la corona de la vuestra en la cabeza en cosa de pocos días”. Dorotea le replica que nada en ella ha cambiado y le sigue considerando su valedor para derrotar a los enemigos. Propone seguir el camino al alba, para que pueda demostrar ese valor que ha sido puesto en entredicho.
Una vez que ha dejado las cosas claras con Dorotea, se dirige a S, que es quien paga los platos rotos por poner en duda la valía de su amo: S puede transigir en la mutación de la dama – al fin y al cabo su prosperidad depende de ello - pero no puede pasar por el asunto de los cueros y el vino, que ha visto con sus propios ojos. Vemos, pues, la evolución de S, de enfadado a convencido, porque necesita seguir creyendo, para que no se le vengan abajo las expectativas que se había creado con el condado. En fin, se deja convencer por conveniencia.
Emplazados para dejar la venta a la mañana siguiente, ya el sol alargaba las sombras, aparece la figura de Fernando para sustituir al cura en la toma de decisiones y zanjar la discusión entre DQ y S. Sin solución de continuidad, aparecen por la venta un pasajero y una dama a lomos de un burro. El primero tiene pinta de cristiano, recién venido de tierra de moros por su vestimenta, la mujer también con aspecto de mora. Los reciben con curiosidad y con la hospitalidad que se le debe ofrecer al extranjero, máxime si es mujer. Mujer que resulta ser no bautizada y tan bella como Luscinda y Dorotea, en una nueva demostración de que la hermosura femenina es gracia que allana todas las dificultades, aunque sea en países hostiles...
Resumiendo, nos encontramos con un capítulo entretenido y muy diverso que comienza con los lamentos de S que despierta a DQ. Se gana su reprimenda por haber dudado de él. Un S convencido por conveniencia, (única salida que le quedaba a la novela para proseguir en los mismos términos). El grupo se ve aumentado en dos más que llegan. Termina con un discurso de DQ que el autor deja a medias, como ya nos tiene acostumbrados. Discurso bien trabado, sobre dos facetas de las que C algo tiene que contar. Comienza el discurso defendiendo la Orden de Caballería Andante cuando afirma que: “su ejercicio excede a todo lo que los hombres inventaron”. Argumenta que una vez establecido que en el arte de las armas interviene el espíritu; queda por ver cuál de los dos espíritus trabaja más: el del letrado o el del guerrero. Continúa DQ estableciendo que el fin de las letras – dejando a un lado las divinas, cuya misión es la de llevar almas al cielo – es la justicia; es decir, dar a cada uno lo suyo.
Cuando afirma que el fin de las armas es la paz; por consiguiente, iguala las armas con la guerra, los presentes, con mayoría pertenecientes al status de Caballero, van ya totalmente absorbidos y ensimismados por las argumentaciones del loco que dejó de serlo. Remata el discurso - con el auditorio entregado sin reservas – sacando a colación la pobreza del estudiante. Cómo ésta se convierte en riqueza y el hambre en hartazgo, cuando como consecuencia de su esfuerzo y ayuda de los vientos favorables es posible encontrarlos algún día dirigiendo los gobiernos y designios del resto de humanos. pancho
¡Pedrooooo! ¡y yo pensaba que sólo Bush era capaz de leer un libro del revés!
Ahora serenamente voy a leer tu Entrada...
Te dejo una primera tanda de besos...
Yo alucino con esas fotos que cuelgas, jajajajaa¡¡¡;)
BESOOOOOSSSSSSS PEDROOOOOO¡¡¡¡
El pobre Sancho siempre con mala suerte jajaja, qué paciencia tenía
un abrazo.
Simpatica tu foto de hoy! Al respecto de tu comentario en mi blog, yo pense lo mismo que tu, IKEA esta en todas partes!!!!
Esa edición con las paginas al reves debe ser bien cara!
:O
;-)
Tambien me fijé en tu lectura estilo Bush como dice SELMITA...
Bueno, a lo que vamos. Veo que ha aparecido el famoso cautivo... Como entre los excelentes análisis que haceis PANCHO y tu yo no puedo añadir mucho mas excepto buscar tres pies al gato, y siguiendo mis pesquisas de las sexualidades en DQ he entrevisto un ligero conato, muy suave, de una pequeña orgía... "...luego se rindieron todos al deseo de servir y acariciar a la hermosa mora". Me hizo mucha gracia cuando Sancho le está tratando de convencer a DQ de que la cabeza del gigante era "un cuero horadado" y "...la cabeza cortada es la puta que me parió, y llévelo todo Satanás". Y sigue Sancho: "...tengo para mi, aunque simple y pecador, que no hay encantamiento alguno, sino mucho molimiento y mucha mala ventura". (Menos mal que esta vez no fue apaleado).
Voy a grabar esto antes de que se me borre y luego continuo.
Sigo. Cuando sale DQ de sus aposentos, efectivamente como dice PANCHO, hecho un adefesio todos se sorprenden al ver "su rostro de media legua de andadura, seco y amarillo". Cuando DQ habla con Dorotea y ella le convence de que sí es la princesa Micomicona el le dice a Sancho: "Ahora te digo, Sanchuelo, que eres el mayor bellacuelo que hay en España." "...Dime, ladrón, vagamundo..."
Me gustó mucho la descripción que hace DQ sobre la paz y la pobreza de los estudiantes "camino que he pintado, áspero y dificultoso, tropezando aquí, cayendo allí, levantándose acullá, tornando a caer acá, llegan al grado que desean". ¡Genial esta frase!
Sigamos cabalgando. Besotes, M.
Espero tu comentario sobre el siguiente capítulo -uno de mis favoritos- en el que yo encuentro muchos paralelísmos con el archicitado elogio a los Tercios de Calderón. Ese que empieza así:
Oye, y verás donde estas:
Ese ejército que ves,
vago al hielo, y al calor,
la República mejor,
y más política es (…)
y que aparece en "Para vencer el amor, querer cencerle".
Pero no adelantemos acontecimientos ;-)
Esta semana hice los deberes con antelación y también hice los de la semana que viene ya que por no dejar cortado el discurso, leí el capítulo siguiente.
Veo en este capítulo que Sancho se enfada a conciencia y así lo muestran sus palabras, que llaman mi atención: "y la cabeza cortada es la puta que me parió"...
A mi, lejos de incomodarme, me encantan las historias entrecruzadas y ya estoy deseando saber cuales son las odiseas del captivo y la mora... creo que enriquecen la novela.
El discurso se me hace un poquito denso, quizá tenga que volver a leerlo para comprenderlo un poco mejor, tal vez con la explicación tuya de la semana que viene ya lo comprenda en todo su alcance.
Bicos y buen fin de semana.
¡Por fin viernes!
Voy a ver si leo el capítulo :) y se me ocurre algo digno de mención que si no lo hago ahora, el finde, imposible :(
Besos, niño bien peinao^^ :)))
Querido Pedro, tengo que leerme varios capitulos, asi que ire comentandolos a medida que los lea, y tranquilo que te pillaré para ponerme al día.
Una observación: TIENES EL LIBRO AL REVES!!!!! jejejejeje
Esto me ha llamado a reflexión :)
"¿cuál de los vivientes habrá en el mundo que ahora por la puerta deste castillo entrara, y de la suerte que estamos nos viere, que juzgue y crea que nosotros somos quien somos?".
Cómo nos ven los demás, qué percepción tenemos de los otros, a través de las máscaras y caretas con las que diariamente nos disfrazamos... es la vida una auténtica mascarada, diaria, una eterna obra de teatro, en la que cada uno elige un papel?
Las apariencias, engañan...
Cervantes sigue dándonos collejas, capítulo, tras capítulo.
Besoss, profe :)
Estupenda reflexión.
Dices que D. Quijote fue engañado "...más por lo que quiere oír que por lo que oye". Estoy de acuerdo.
No se; pero muchas veces, leyendo la novela, y meditando algunos pasajes, se me ha ocurrido preguntarme: ¿no sera que D. Quijote no estaba tan loco como parecia? Parece como si tuviera en algunas ocasiones más control sobre sus acciones de lo que, aparentemente, se vé.
Un abrazo.
Por aquí me he quedado con el café en mano un buen rato, leí el texto dos veces! y he sonreído al ver lo que echaba de menos a Don Pedro;)
Siento no haber estado mucho por aquí,pero mira hablando del tiempo..ahora es que no tengo!!! un besazo, guapetón!.
Te he quitado la cabecera del blog para hacer una entrada de Quijote, espero que no te moleste... :D
Jajaja ¿y tú puedes leer bien el libro leyéndolo del revés? ¡me encanta lo graciosa que es la imagen! jaja
Ayer en la noche entré a leer el texto, lo que pasa que no te dejé mi huella, si es que, tú aquí lo has dicho todo.
Un beso.
Ya te comenté que mis malas lecturas anteriores fueron para cubri expediente...al leer este capítulo, sobre todo el final caí en la cuenta que el discurso filosófico era preludio de algo más grande y que los nuevos personajes habían tenido poco protagonismo (aunque la mayor parte del mismo esté dedicado a ellos). En fin Don Miguel domina como nadie este tipo de recurso, sin él la obrano tendría en que sostenerse ni en que sosotener a los lectores.... saludos
Pd: ¡con qué habrías acompañado la cena!
¿Se puede ser mora por fuera y cristina por dentro?. Ay, Pedro, qué complicado es el mundo,¿verdad? ¡Cuánto daño ha hecho la religión en la vida de la gente!
Dejando los discursos de Don Quijote, jejejeje, vengo a desearte un buen finde corazón¡¡¡;))
BESOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSS
PANCHO: es verdad, la tropa aumenta... e irá en crecimiento, hasta llenar la venta de todo tipo de gente variopinta que estallará en una acción carnavalesca.
Excelente comentario, querido amigo, con todos los pormenores enfocados de forma sustancial. Tendré en cuenta lo que dices del discurso para la próxima semana.
SELMA: ¿lo sostenía al revés? No me di cuenta...
MAMEN: gracias. Besos.
FERNANDO: bueno, él quería ir a lo suyo, pero...
SERENDIPITY: será el nuevo lugar de rezo...
GABIPROG: y manejable...
MERCHE: la verdad es que tanta belleza junta da para todo lo que señalas. Era muy "cuco" Cervantes, sabía que su público quería leer de caricias. QuQué buenas son todas las frases que señalas: me gusta que te fijes en ellas en tu lectura. Besos.
FRANCISCO: llegaremos, llegaremos...
ALDABRA: Así me gusta, con los deberes hechos. Comprendo lo del discuros leído desde ahora. Besos.
DIANNA: te comento abajo.
ENTE: aquí te esperamos. ¿El libro al revés?
DIANNA: como te he dicho en tu entrada, te has fijado justo en la frase que iba a comentar en las noticias del sábado. Has leído atentamente, sin duda. Besos.
CORNELIVS: salvo en alguna ocasión en las que se excede, siempre da esa impresión el viejo hidalgo. Un abrazo.
TORMENTA: me alegro de tu vuelta. Aquí estaré, para cuando puedas. Un beso.
DIANNA: encantado.
MARÍA: hay que buscarle nuevos ángulos... Me alegra de que dejes la huella hoy. Un beso.
MANUEL: Cervantes sabía cómo disponer la materia para fomentar nuestro interés, sin duda. (Un buen Ribera).
DEME: Complicado, desde hace tiempo. Lo hemos hecho nosotros y ni podemos entenderlo.
MAMEN: buen fin de semna también para ti. Besos.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo.
Hola pedro... ¿cómo estás? me encanta venir x acá a leer un poco contigo!!
Buenísimo y Sancho muy especial, Profe.
Nos vemos. Bsss
Gracias, eres muy generoso conmigo y yo feliz :) con mi aprobado.
De los videos que puse me llamó mucho la atención que los raperos le dedicasen al menos dos canciones al Quijote, es esperanzador, no te parece? yo es que de rap,no entiendo mucho, más bien nada.
Seguro que a nuestra rapera BIPOLAR, le gustará jaajaja
MÓNICA: Me encanta leerte por aquí siempre que puedes acercarte. Un beso.
DIANNA: ¡El Quijote está vivo! Esperemos la opinión de nuestra rapera. Besos.
He estado mirando este libro titulado SPAIN AS IT IS 1895 ( este año 08 han digitalizado muchisimos)y en la primera tapa interior encontré "la etiqueta" Ex-Libris con El Quijote.
Donde pone flip book, pincha. Luego a la derecha en las flechas vas pasando pag.
El Profesor Milton Buchanan del departamento de Español de la Universidad de Toronto,lo regaló a la biblioteca de la Universidad.
La lectura sobre Burgos va desde la pag.256 a la 289
GUÁRDESE: qué maravilla es esto de Internet. Ya lo he grabado para verlo con calma. Muchas gracias, Miguel.
El discurso de Don Quijote sobre las armas y las letras ha sido interpretado de múltiples maneras, prevaleciendo, a mi entender, las menos adecuadas en algunos estudios sobre la obra. Creo que no se debe olvidar el cuidado de Cervantes por ser verosímil: pone en boca de un personaje delirante y ataviado de forma ridícula un razonamiento que puede ser tomado por la generalidad de los oyentes como un ramalazo de cordura, cuando en realidad es un guiño del autor que hace pensar a su personaje. La elección de Don Quijote no podría ser otra que las armas dadas las características del protagonista y, por el hecho de ser suya, esa elección queda impregnada de irracionalidad. Cervantes, que conoce las armas y las letras como pocos hombres de su tiempo, hace un guiño a la diatriba constante sobre este tema, tan de moda desde la aparición del hombre renacentista. Haciendo que el Caballero de la Triste Figura decida en la obra contenta al vulgo, que no entiende otra cosa como más acertada, pero al mismo tiempo distancia la opinión de Don Quijote de su propia opinión.
Referente al comentario de Miguel. Quizá el Prof. Milton Buchanan se acuerda del nombre del profesor que estuvo en "La Barraca" con Lorca y de cuyo nombre no me acuerdo. El que promovió "La Alianza Cultural Hispano-Canadiense". A ver si Miguel o tu que sois unos linces con esto de la investigación en internet, lo podeis averiguar. Es que me da mucha rabia no acordarme... Besotes, M.
PABLO: Cervantes juega sabiamente con la ambigüedad en las palabras que pone en boca de don Quijote. En efecto, hay momentos en los que claramente pone en el personaje (en sus palabras o en sus acciones) lo que quiere criticar, haciéndolo extravagante. En otras ocasiones hace exactamente lo contrario: le hace decir o hacer cosas que, con la cordura, serían peligrosas en la sociedad de su momento. Como no nos aclara nunca del todo su intención, esta ambigüedad ha suscitado muchas interpretaciones. En este caso, por ejemplo, como veremos el próximo jueves, oscila entre lo que él vivió como soldado y lo que él vive como escritor. Seguiremos la próxima semana sobre esto que tan bien has visto.
MERCHE: me apunto tu sugerencia para las próximas vacaciones, para hacerlo con tiempo. Recuérdamelo. Besos.
Un loco pregunta .¿Qué es lo que dices, loco?
En las primeras ediciones, este capítulo se tituló “Que trata donde se prosigue la historia de la famosa infanta Micomicona, con otras graciosas aventuras”.Evidentemente sobran las dos primeras palabras, nos choca la mala redacción, pero entre los impresores y el escritor que no los repasa…No nos debe extrañar, repasemos su biografía más abundante en “saltos de mata” que en tardes plácidas junto al fuego,corrigiendo pruebas.
Aquí toca varios palillos., pero aventuras, lo que se dice aventuras, ni las graciosas ni las de Micomicona. Tal vez le gusta jugar con ese lector ávido de Amadises. Anda, hombre, lee esto que no tiene nada que ver ¿A que es mucho mejor? Olvídate de esas disparatadas historias.
Este capítulo remata el anterior, nos engancha de nuevo con la farsa de Micomicona, nos presenta a los protagonistas de un nuevo relato y remata con un discurso quijotesco como el que dedicó a los boquiabiertos cabreros.
Esta vez es el “afligido” Sancho, el quijotizado Sancho, el que ha visto sus gigantes convertidos en molinos. Su Micomicona, en quien había puesto sus esperanzas, se ha trocado en Dorotea y su gigante en Fernando. No hay color. A su lado, por el contrario, todos tienen un motivo de regocijo, desde el alto noble a la ventera.
Dorotea vuelve al lenguaje de sus novelas caballerescas favoritas, esas que casi no leía, con el beneplácito de Fernando que es ahora su dueño y señor y…dejar el papel a Luscinda, ni hablar. La del bello pie seguirá de actriz principal de esa representación que ha de llevar a don Alonso a su aldea.
Don Quijote despierta muy feliz, ha dormido como un bendito. Cortó la cabeza a un gigante y se enfada con Sancho que habla, a quién se le ocurre, de unos cueros horadados. Esta vez no habrá palos para el pobre escudero sino que la riña no estará exenta de cariño. “Sanchuelo” será “el mayor bellacuelo que hay en España”
¿Qué es lo que dices, loco? ¡Un loco que habla de locos! Pero este loco, tan cuerdo a veces, encuentra enseguida una explicación, de acuerdo con sus coordenadas. No hay que extrañarse, todo es cosa de encantamiento. O tal vez haya sido el “nigromante” padre de Dorotea, temeroso de no recibir la necesaria ayuda. ¡Qué razonamientos los de este loco!
Todos se sorprenden al ver ahora a don Quijote, con un rostro “de media legua de andadura”, menuda hipérbole, vestido y armado de don Quijote, con sus desvencijados pertrechos. Recordemos que le han visto con una camisa demasiado corta por detrás.
Dorotea se mete de lleno en su papel de Micomicona, con su altisonante estilo. Tranquiliza al de la Triste Figura, asegurando ser la misma que era. Le anima a ponerse en camino, al día siguiente, para remediar su principesca desgracia. Fernando, le asegura que “todos acompañaremos al señor don Quijote, porque queremos ser testigos de las valerosas e inauditas hazañas”.Esto no nos lo perdemos…
Pero cuando parecía cerrado el capítulo, todos guardan silencio, entran en la venta los protagonistas de un nuevo relato que ocupará muchas páginas: el cautivo y la mora Zoraida. Preparaos paseantes, que llega el cautivo…no digo más.
Es un pasajero “el cual en su traje mostraba ser cristiano recién venido de tierra de moros”.La casaca, el bonete, los calzones, los borceguíes, el alfanje, el tahalí…posiblemente lo que lleva encima Miguel de Cervantes cuando regresa a España, después de su cautiverio en Argel. La hermosa mujer que le acompaña va “a la morisca vestida, cubierto el rostro con una toca en la cabeza; traía un bonetillo de brocado, y vestida una almalafa, que desde los hombros a los pies la cubría”. ¡Tantas mujeres vio así!
Ante la falta de aposento, las mujeres ofrecen su solidaridad a Zoraida, la mora cristiana que rechaza airadamente su nombre, prefiriendo que la llamen María. Ese “macange”, que quiere decir no, es de las palabras del Quijote que se recuerdan, no sé por qué… ¡Qué raro me resulta este episodio! Eso de la “mora cristiana” más parece un tópico literario que una realidad y Cervantes, qué le van a contar a él, lo sabe.
El ventero pone diligencia en poner una mesa,” como de tinelo”, y “aderezarles de cenar lo mejor que a él le fue posible”. Estos huéspedes tienen trazas de pagar muy bien.
Sientan en la cabecera a don Quijote que pronuncia un discurso paralelo a aquel que dedicó a los cabreros. Con el estómago más lleno que de ordinario, se le suelta la lengua y pronuncia discursos larguísimos como éste, tan largo que no le dará fin dentro del capítulo. Comenzará hablando de la paz. El escritor sabe muy bien lo que es la guerra de verdad, pero esa verdad no se puede contar. Pone en boca de un loco la defensa de una forma de vida que ha sido la suya, la compara con la del letrado, con la del estudiante…Veremos cómo sigue esto.
Un abrazo para Pedro y los paseantes.
ABEJITA: el pobre Cervantes, en los últimos meses de la fase de edición del Quijote no tuvo la oportunidad de trabajar con tranquilidad. No es de extrañar ciertos errores: lo bueno es que los hace parte de la obra.
Buen resumen de un capítulo muy trabado de cosas.
Un abrazo para ti.
En este capítulo que don Quijote recobra algo de cordura, vas tú, y te fotografías con el libro al revés. ¡Hummm! Nos quieres decir algo.
Un abrazo
Felicito a los comentaristas que son estupendos.
En efecto, KETY, a veces hay que leer al revés para comprender las cosas.
Saludos.
¡¡¿¿Dónde estará el SR. DE LA VEGA??!! Su análisis me es IMPRESCINDIBLE... (Genial LA ABEJITA como siempre). Besotes, M.
nada, he venido a parar aqui y lo encuentro interesante. Por cierto, el que el libro de la foto esté al revés es una provocación?
MERCHE: su blog está sin actualizar desde hace unos días. Se le echa de menos, en efecto. Besos.
MENTA FRESCA: Bienvenida a La Acequia, en la que espero encontrarte siempre que lo desees.
Lo tiene: lee el comentario de Kety y mi respuesta. Saludos.
Gracias, Merche, por el piropo. Yo también he echado de menos al tocayo de la Vega.Por cierto, no es familia mía...
Un beso
¡Cuántos gigantes a quien hacer rodar cabezas!
Tendría, este que les escribe el cesto lleno...Si fuera mi Zeta la justicia, pues aunque con retrasos, llegaría a todos.
Exquisita introducción señor Ojeda, y magníficos comentarios que reducen, a Dios gracias, mi prosaicos comentarios a la mitad de infinito.
Nos recuerda el título con redundancia, que no debemos dar por derrocado el reinado de Micomicón, y el narrador, de la anterior escena de desenlace de amoríos, desde los ojos de Sancho que fue espectador (al menos tan agudo como el que escribe), pues también acierta, que si la princesa era Dorotea, debía ser el gigante Don Fernando.
Y el Panzudo, con sus ilusiones por el suelo, intenta desquitarse con su señor, que aumenta solo a sus ojos en título de 'Triste Figura', tocando lo desesperante, al ver la realidad con sus ojos de porquero.
Y hete aquí de nuevo, que la locura y buen ánimo del más descalabrado personaje de todas las historias, permite recuperar lo que necesita cualquier comedia para no caer en trágicas escenas que nos agobien, con neorealismos fellinianos, pues la exagerada caricatura que Cervantes usa, todo lo suaviza, recuperando al protagonista como dibujo animado; sin perder calidad y escapando de los tópicos del capítulo anterior, dejando claro sus dotes de escritor y todopoderoso artista en su magnífico universo creativo.
Ejemplo de ello, es el agudo diálogo del loco con Dorotea, donde, no abandona Don Quijote la influencia del nigromante Rey Tinacrio el Sabidor, a quién considera artífice de la conversión de su hija reina o princesa, en hija doncella... es decir, según premisa lógica, si el padre es el mismo y rey, la esencia de ella ¿bajo que paradoja se cobija?... como no puede ser de otro modo para Don Quijote (muy aristotélico), ella, doña Micomicona, sigue siendo la misma, quizás desheredada, pero la misma... Y eso le da pie a Dorotea vestida de Princesa, para crear una párrafo tan denso y bien perfilado, que sin decir ni una mentira, aclara, para que nadie dudase, si alguno de los presentes lo dudara, de la honra de su padre, pues gracias a su excelente educación paterna, ha sabido seguir siendo y defendiendo, la que era, al ser también 'requetesabidora', manteniendo bien pisada la cabeza del arrogante gigante bajo el pie y granjeándose un futuro noble, objeto de la huida de ambas (Micomicona y Dorotea). Pero además como es discreta y agradecida, bien sabe que sin el encuentro con el caballero don Quijote nada hubiese ocurrido, por eso no le engaña y le es leal, en ambas figuraciones. (Al menos evitando la ironía hacia el loco...que no es poco).
Así que por encima de la supuesta sumisión a la que nos predispone el narrador sobre Dorotea, los diálogos al contrario, nos revelan el verdadero espíritu del personaje y sus múltiples lecturas en el conjunto de la trama.
Pero si la Princesa Micomicona está allí y su sueño fue verdad (a pesar del ventero y Sancho) y parece ser, que Don Quijote todo lo recuerda, como en un párrafo anterior describe: como aquella que fue "la más descomunal y desaforada batalla que pienso tener en todos los días de mi vida", y de hecho venciendo al gigante, quedó liberado de la palabra dada como caballero... ¿Por qué no declina en acompañar a la princesa, y al contrario quiere retomar nuevamente el juego?... y aquí Cervantes en mi opinión, ofrece, no un error de un loco o de revisor en el hilado de argumento, sino a un protagonista profundamente humano y vanidoso, que al sentir el halago y atención de Don Fernando, el primer gran noble que públicamente le reconoce como caballero, no puede evitar abandonar su papel (esta vez sí) de andante justiciero y seguir el rollo... muchas más veces, caerá Don Quijote en este pecado de reconocimiento, en la segunda parte...
Y de pronto, 'si éramos pocos parió la abuela', en el camarote de los hermanos Marx, con la introducción de un nuevo cuento... perooooo Cervantes cambiará de estrategia narrativa nuevamente, desde la Peña Pobre, donde inauguró un cuento donde un soneto nos revela a poco una historia y luego esta nos regurgita a sus protagonistas y cada uno cuenta primero trama y luego se presentan como personajes: Cardenio, Dorotea. Luscinda y Fernando serán ya conocidos; después, con el cuento Micomicano crea un teatro de personajes que en teoría improvisan continuamente, con el eje común de la locura de Don Quijote; en el Curioso Impertinente, nos ejemplariza con una novela a los lectores y aunque los personajes no estén presentes, si se pueden ver paralelismos curiosos. El cautivo es diferente, nos materializa a los personajes y nombres antes de contar la historia, y hábilmente este nuevo recurso nos hincha de curiosidad, pues describe a los recién llegados como la anticipación de un cuento más exótico que las mismas fantasías en las que Don Quijote se haya envuelto, pues al fin y al cabo, todos los presentes parecen leídos en libros de caballerías... pero desconocedores de la realidad de Berbería o de la guerra... y que sin embargo Cervantes ha conocido en primera persona (pronto acrecentará el autor, su presencia en la venta), aunque todo pasado por el filtro ambiguo y polivalente de un texto, que es el entorno donde se cuentan esas realidades, tan fantásticas como libremente interpretables, aderezadas por si fuera poco, (para el desprevenido lector), con un poliglotismo de también multiples sentidos, que nos hace sufrir ignorancia, y además provoca simpatía con la gestual mora, (a los que solo el cristiano comprenden); admirando más con ello al 'cautivo', que todas las lenguas domina. "Macange" será la primera expresión de este nuevo cuento, en turco franco de la época. (A nuestro oído actual, un inglés de viaje, usado por Aznar para hacerse entender por la alemana Merkel en la cumbre de Davos: "Ja, Ja: Jose María; Ansar, noways" - que quiere decir de ningún modo.)
Puede llamar la atención, que Cervantes a través de su "alterego" Dorotea, ofrezca un trato tan exquisito a una embozada y desconocida mora, (antes de saber sus buenas intenciones como cristiana o su belleza como hembra). Contrapunto que interpretado en nuestros días, de 'lucha mediática de civilizaciones' y malos modos al extranjero con velo, casi nos lleva a elevar al grado de activista de ONG al buen Manco de Saavedra.
Algo he leído de las muchas interpretaciones que los estudiosos, críticos y sabelotodos de diferentes épocas, han opinado sobre ese pro-morismo recurrente en toda la obra del cuasi renegado cautivo y cristiano-nuevo, Don Miguel de Cervantes.
Yo ayer, envié un fax a la cadena de televisión Al-Yasira, donde trabaja como analista, el historiador, Cide Hamete Benengeli, y este me confirmó que actualmente Don Miguel, está escondido en sus textos, porque le han jurado 'vendetta' desde la camorra Napolitana por desvelar su origen en la garduña, hay varias 'fetua' dictadas desde los países musulmanes hacia el manco, recurrente blasfemo del profeta y mata-turcos; dice Hamete, que aseguran desde Amnistía Internacional que estuvo retenido en Guantánamo, acusado de Al-Qaedista por Bush y de negrero por Obama. Por supuesto excomulgado por el mismísimo Papa Ratzinger (o si era otro pasado, no se evolucionó demasiado)... de ascético 'fakir' o pobre indio, algunos pakistanís de Cachemira lo consideran malamente, y en Palestina muchos afirman que es sionista converso, por eso su afán de caballero cruzado...
Yo, como de Cide, tampoco me fío, lo interpreto tal cual viene descrito y advertido en el texto, como lujo intemporal de humanidad, frente a una constante e intemporal deshumanización "-No os dé mucha pena, señora mía, la incomodidad de regalo que aquí falta, pues es proprio de ventas no hallarse en ellas; pero, con todo esto, si gustáredes de pasar con nosotras -señalando a Luscinda-, quizá en el discurso de este camino habréis hallado otros no tan buenos acogimientos."
El Discurso en la gran mesa de invitados, con Don Quijote presidiendo y ahorrando bocado en la abundancia, asombra desde el comienzo, con esa retórica pregunta, tan bien puntualizada y desarrollada por DianNa.
Que en mi traducción sería: ¿Quién de los vivientes puede decir, qué son los humanos por su sola apariencia?. Y solo creo, en la burbuja de su obra, un escritor pudo escribir esas cosas en el siglo XVI... pero el discurso, está tan repleto de perlas, que de cada renglón podría yo (ignorante) desarrollar quinientos...
Merche incluso menciona una, que acaba anticipando la aplicación del 'grado' del proceso de Bolonia...
Y debería usarse en mi caso, con estas cosas sugeridas, mejor contención como estudiante, que habrá oportunidad de seguir en el futuro, aunque me quedé con hambre y en miseria, pues ya llegué muy tarde al reparto de clases y hoy jueves se comienza otra.
Suyo, Z+-----
ABEJITA: bien merecido.
SEÑOR DE LA VEGA: ¿Leyeron los hermanos Marx los hechos de la venta? Deberían haberlo hecho y hubieran llenado más el camarote.
Veo que sigues usando el fax. Pobre don Miguel, ni después de tanto le dejarán libres los celosos guardianes del pensamiento único. Haces bien en noviarte.
Cada frase de Cervantes vale libros enteros de otros escritores famosos.
No llegaste tarde: La Acequia abre 24 horas en cualquier dirección del tiempo.
Magnífico comentario. Un placer.
La disertación que hace sobre las letras y las armas tendrá la importancia que merece sobre todo con la frase relativa a que sin guerra no hay paz,
PERO
El diálogo entre Sancho y Quijote es excepcional en este capítulo y uno se lo imagina perfectamente escenificado en un teatro. Delicioso.
(Este hombre es capaz de casar a la morisca con el cura o hacerla hija adoptiva)
BIPOLAR: en efecto, qué bien dialoga Cervantes. Y podría habernos convencido hasta de que el cura era musulmán, si se lo hubiera propuesto.
Hola Pedro.
La fe que profesa Sancho a Don Quijote me hace pensar en el llamado "colchón de votos" que suelen tener los partidos políticos; gente que más que creer, necesitan creer, sin meterse en profundas reflexiones. Quizá Cervantes quiso retratar ese rasgo que debe ser muy de aquí.
Un saludo.
Hola Pedro:
Este capítulo tiene de todo, menos foie gras.... Me encantó. (O quizás la ventera lo sirve en la cena!)
LO que MAS me gustó fue el diálogo entre DQ y S. Cómo Sancho "no con poco dolor en el alma" y "viendo que se le desaparecían e iban en humo las esperanzas de su ditado" trata de hacer entrar en razón a DQ, pero cede en lo de la princesa, puesto que eso le conviene. Un diálogo con mucha fuerza narrativa e interacción entre cordura y locura.
También me gustó la interacción de los otros personajes de "la troupe"
( por ej. el cura y Cardenio que deciden pagar los gastos del desastre que hizo DQ con los cueros o la llegada de los nuevos huéspedes y como Dorotea inquieta pregunta " ¿Esta señora es cristiana o mora? Porque el traje y el silencio nos hace pensar que es lo que no querríamos que fuese" y luego le ofrece ayuda a la embozada, la toma de la mano y la lleva a sentarse junto a sí y que se quite el bozal. Lo mismo Luscinda le ofrece a la extranjera, companía y parte del lugar dónde se acomodaran).
(Yo y dale que dale con Dn Fernando, pero me impresionó su cambio fulminante, que quieres que te diga?!) Dn Fernando se reafirma en su condición Hidalgo con caracter fuerte y decidido (contrariamente al dilentante, aprovechador, etc de los capítulos anteriores ) e imparte órdenes con respecto a que Dorotea "prosiga su invención" Hace callar a DQ y a S que seguían discutiendo y su gente da órdenes para que los Venteros aderecen la mejor cena que sea posible para todos.
La cabecera se la dan a DQ quien también aparece en armadura, si. Pero todo destartalado. Una reafrimación de su Triste Figura de caballero andante.... a punto de dar otro discurso, que comento en el pmo cap.
PD Ni hablo de todos los que tuvieron deseos de acariciar a la mora Zoraida. Da para una entrada en mi blog, continuando con el muestrario de las Ars Amatorias.
Lease: Condición DE hidalgo
Diletante. Vale
JUAN LUIS: y tanto... Saludos.
MYR: no sólo de hidalgo -que es el escalafón menor en la nobleza- sino de Grande de España...
Adelante con la entrada sobre Zoraida.
Perdón, eso, como hijo menor del Duque, Fernando era un Grande de España, que desliz!!!!, espero que no se me haya ofendido porque lo bajé de clase!!!.
MYR: vete a saber, porque según cómo es este chaval, lo mismo quiere seducirte que denunciarte...
“Don Fernando daba gracias al cielo por la merced recebida y haberle sacado de aquel intricado laberinto”. Está claro que en el capítulo anterior ha obrado más por interés que por amor.
Sancho está que se sube por las paredes después de ver cómo su sueño se ha hecho añicos: “…y la cabeza cortada es la puta que me parió, y llévelo todo Satanás”.
jejejeje, veo que sigues las enseñanzas de Cervantes y terminas tu entrada adelantando sin adelantar el interés de lo que en el siguiente capítulo se contará.
Besos y hasta mañana
ASUN: hay que suscitar el interés sin dar muchas pistas... BEsos.
El discurso de las armas y las letras me resulta conmovedor. Como lectora, ya hace tiempo que tengo un vínculo con el hidalgo. Creo que por esto la coexistencia en su plática de eso que parece cordura y el loco ideal (¿no es siempre un poco loco el ideal?), tejidos en armonía, me da ternura. Don Quijote trata de explicar la superioridad de su oficio sobre el de las letras y para ello se vale de un razonamiento muy bien trabado aunque quizá algunas premisas y algunas conclusiones sean discutibles, ambiguas y provocadoras. Me detengo en una de sus razones, por la que liga cada una de las dos actividades con un gran valor al que sirven. Las letras sirven a la justicia (“entender y hacer que las buenas leyes se guarden”). Ninguna mención de que sirvan al entretenimiento, cosa que ya era una realidad más que ostensible en aquella época. Las armas, por su parte, sirven a la paz, y prioriza don Quijote este objetivo al de la justicia: “Prosupuesta, pues, esta verdad, que el fin de la guerra es la paz, y que en esto hace ventaja al fin de las letras”. Primero paz y después justicia. Qué pensarían los lectores de entonces y qué pensaremos los de ahora…
Saludos.
Susana.
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