Decía Gustavo Adolfo Bécquer que no importaba el deseo de la amada. Él, como casi todos los poetas hasta el siglo XX, buscaban la acción del que desea en el yo poético y no importaba la acción del que es deseado, porque así veían el impulso de la poesía: un camino hacia la creación que pocas veces llegaba con bien a término y, cuando lo hacía, era imposible de expresar.
En realidad, cuando hablaban de deseo o de amor, por mucho argumento sentimental que pusieran al asunto, reflexionaban sobre la creación poética y el poema: lo inasible de aquella y lo imperfecto de éste. En algunos, como el mismo Bécquer, Rubén Darío o Juan Ramón Jiménez, esta imperfección se convirtió en obsesión y reescribían esa reflexión en uno y otro poema, en casi todos sus poemarios. Es una de las líneas esenciales de la poesía.
Como debían expresarlo con historias -la abstracción comenzó a trabajarla Juan Ramón y facilitó a los poetas la posibilidad de hablar de la creación poética sin la metáfora amorosa que desviaba la lectura de muchos hacia la anécdota sentimental- muchos releen ahora sus poemas y los critican por no ser ideológicamente correctos para nuestro presente. Es cierto, pero esta carencia está más en el que lee que en el leído: es decir, en el deseo del lector presente de que todo se ajuste a sus principios ideológicos, lo que le frustra el placer de la recepción. Suele pasarnos en casi todos los aspectos de la vida si vamos con el deseo como dogma y prejuicio.
Ahora bien, dicen los psicólogos que solemos adoptar esos roles en el deseo: deseante y deseado. Aunque tendemos más a uno que a otro, a lo largo de la vida, cambiamos o deberíamos cambiar. Suele pasar que, cuando un deseante recalcitrante se encuentra con un no menos recalcitrante deseado, la pareja funciona para siempre, sea o no sano para ellos y para los que los rodean.
Lo malo (o lo bueno) es cuando la costumbre o la comodidad nos impiden el cambio y sólo uno de los dos evoluciona. Y, por ejemplo, el deseante se cansa de su rol, se lo quita, como se quita una chaqueta, y espera convertirse en deseado. Es como si se hubiera roto un contrato: tú estás obligado a ser deseante siempre, se le recrimina, ya no me quieres como antes. Ese día se vuelve hacia lo que tanto deseaba y lo ve pasivo. Quizá, entonces, debe cambiar de estética: pasar del neoplatonismo a la poesía de la experiencia o la conversacional, que le permiten tratar las cosas a pie de calle y con un distanciamiento irónico.
Entonces, donde vio un hermoso desmayo ve sólo comodidad y flojera. También puede suceder al contrario: el deseado se quita su hábito inmóvil y estira sus músculos. No te reconozco, me descolocas, ya no eres la misma persona, no me dejas quererte. Todo eso parte del dogmatismo y prejuicio con el que miramos, casi siempre, al otro, al que hemos etiquetado para aceptarlo. Es difícil encontrarse en el mismo nivel de deseo porque solemos afrontarlo con inmadurez, como casi todo lo de puertas a dentro.
Hablo de poesía, por supuesto.
Hablo de poesía, por supuesto.
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[A todo esto, la foto está tomada en un escaparate con la imagen promocional del perfume Jasmin Noir. Lo más gracioso es que la imagen original es en blanco y negro y a mí me salió en azul: el color no fue buscado, el reflejo que lo atenúa, sí. Será cosa del deseo.]
44 comentarios:
¡¡¡No me lo puedo creer, soy la primera!!!!!
Lo que has comentado, no sólo se puede aplicar en la poesía, también para todo lo demás en la vida, y es que siempre solemos etiquetar a las personas de una manera y cuando ya no los vemos igual, porque actúan de otra forma distinta, nuestros pensamientos se van por otro cauce siempre de manera negativa como pensar de la persona que era lanzado: -ya no me quieres igual que antes-, o, por el contrario, de la persona que antes era pasiva: -ya no te reconozco tú no eras tan lanzada-.
Todas las personas solemos sacar conclusiones precipitadamente juzgando antes de tiempo a los demás, y eso es un error que debemos intentar corregir.
Me parece muy buena tu reflexión y estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que comentas, yo lo encuentro de total inmadurez.
Un beso y feliz comienzo de semana.
PD.- ¿Qué mismo da el color de la imagen si es bonita igualmente?
Ya pensaba que alguien se me iba a adelantar después del rollo que he metido jajaja.
Llevo un rato releyendo y he echado un ojo a los enlaces (que pienso leer más a fondo), no tenía ni idea de todo este tema referente a la poesía, es muy interesante y con respecto a los psicólogos, quién soy yo para llevarles la contraria?
Los roles se adoptan inconscientemente, tenemos clara tendencia a ellos, es una manera de ver y vivir nuestra realidad y a veces cuesta dios y ayuda cambiar de tercio.
Esto del deseo es muy extraño y difícil de entender para mi que simplemente "siento" y no lo racionalizo.
Hablo de poesía, por supuesto.
;))
La foto es preciosa, será tu aura la que le dio el tono azulado?
Besos,muchos y buenas noches que me muero de sueño, niño.
Felices sueños y deseos
Son entonces nuestros prejuicios y expectativas las que eligen a nuestros poetas favoritos...
:-)
La entrada me parece muy inteligente, pero el toque supremo está al final: "Hablo de poesía, por supuesto".
Un abrazo.
Antón.
A ver qué te digo. Me ha gustado mucho tu análisis más de la poesía que de el deseo en sí, tambien la foto te ha salido muy curiosa con ese tono azulado. Esto del deseo es MUY complicado entre deseante y deseado, lo maravilloso es cuando los dos coinciden y se convierten en deseantes. Y eso de "ya no me quieres" es muy pueril y jamás se debería decir, aunque sea verdad. Hay momentos en la vida dónde uno/a puede desear más que el otro/a pero eso no significa que "no te quiera" simplemente son etapas de la vida que hay que saber capear. Es curioso que los hombres rara vez lo mencionan. Buen post. Besotes, M.
Ese distanciamiento irónico, tan necesario, casa mal con el deseo al que tenemos un tanto idealizado, vestido de ropajes románticos por miedo a que el deseo desnudo nos revele demasiado o demasiado poco. Tal vez demasiada literatura, pero me temo que sea imposible desprenderse de ella. A lo sumo, cambiar ligeramente de argumento.
El oscuro objeto de deseo, cuando se esclarece se pierde parte del mismo... del misterio, del morbo... el deseo como bien dices es fruto de una contribución cómplice entre deseante y deseado...saludos y buena semana....
deseo
universo de ideas
quimeras galopantes
sin duda allí están las materias primas de todo letrado lírico
el amor
ese se divierte con nosotros
y nos desestructura todo el mundito creado
muakismuakis profe
felíz martes
Desear dejar de ser deseado para ser deseante y el deseante está cansado y quiere ser deseado... en la poesía será bonito en la realidad utópico... sigo pensando que el deseo es caduco, dura lo que dura un instante, en cambio el amor... ¡oh l'amour!
Deseas un plato de camarones (me encantan)te los zampas y no los vuelves a desear hasta pasado un tiempo porque te has hartado... ¿no es poético? :)
¿Te he dicho alguna vez que tus posts del deseo me parecen muy buenos? Bueno, pues aprovecho esta ocasión y queda dicho.
Y, naturalmente, hablamos de poesía... ¿de qué si no?
Besos azules
El poeta a su amada
Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.
En esta noche clara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.
Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.
Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.
En este puente de la constitución, que uno no ha salido por ahí, como muchos han hecho, colocando una estantería me topé con un librito de poemas de Cesar Vallejo, que ni sabía ni que tenía. La verdad es que el poeta peruano me sonaba, de nombre. Como había leído que era uno de los poetas que habían influido en LFC, me pudo la curiosidad y me lo leí de un tirón. No sé mucho de poesía, pero lo que leí me pareció muy bueno. Este soneto es sólo una muestra, que creo que “pega” con la entrada del deseo de hoy. Para que luego digan que los blogs sólo sirven para perder el tiempo. pancho
Una deseo..una ilusión..eso es el amor..deseo..deseossss
Un café??
"Hablo de poesía, por supuesto".
Lo suponía ... ¿O no?
Jasmin noir...me llega su olor, es penetrante.
Un beso, Pedro
El deseo cambia los colores de la pasión.
Hola Pedro, todo bién contigo?
Saludos.
Sill
lo roles del deseo:
que lindo post me vengo a encontrar..
pues me pasa eso que estoy con un de los roles del deseo en estas vacaciones....y me cuesta manejralo...porquye deseo tantas cosas.....de todo-!
pronto volvere..
te dejo un besi y espero que me sigas hermoso como siemnpre
adios!
:)
p/d: la foto de la lluvia del domingo me encanto esta bella.
Yo siempre estoy deseándolo...y él o no me desea o lo disimula muy bien jaja un rollo cuando una se cansa siempre de ser la primera en hacerlo todo, que como tú dices, se quita la chaqueta del deseo y la guarda bajo llave...hasta que viene cualquier desalmado y se la lleva por delante ante los ojos atónitos del marido xdd
pues buscada o no, la foto te quedó genial.
y lo que hablas respecto de "la poesía"... eso... pues que llevas razón...
y creo que es una de las causas de rupturas importantes de la pareja... se empieza un camino juntos y en un momento dado uno de los dos deja de evolucionar, evoluciona hacia otro lado, cambia de sentido y busca otra cosa que el otro no busca... y claro, pasa lo que pasa... de hecho me pasó a mí cuando me separé... en unos de los momentos de la crisis -la primera, la única y la última de nuestro matrimonio- le dije a mi ex que necesitaba que nuestra relación cambiase y él me dijo que no quería que nada cambiase que él estaba bien como estaba, para él todo estaba bien... claro, llevaba la parte mejor (desde mi punto de vista porque seguro que él diría otra cosa)...
en fin... seguir más o menos el mismo camino durante muchos años es difícil... para que nos vamos a engañar... pero hay que seguir intentándolo.
biquiños,
Canción otoñal para la eterna primavera en azul.
Me parece que entre tu y yo tenemos un puñado de retratos, rostros de papel, tal vez es hora de juntarlos y hacer una exposición espectacular.
Siempre he admirado a una buena poesía, Pedro.
Un abrazo.
¡Muchas gracias por la lección de literatura, Pedro! Los enlaces me los he leído de pe a pa. Uno es de ciencias y la verdad es que es un campo, la literatura, el que desconozco por completo.
¿Sobre el deseo? En mi opinión, los extremos (deseante-deseado) son dos caras de una misma moneda. El término medio siempre me ha gustado más. En el que se puede ser a veces un poco deseante, a veces un poco deseado. Pero bueno, no deja de ser ley de vida, digo yo.
¡Ah! Estaba hablando de poesía, por supuesto.
Saludos!!!
¿Qué sería la vida sin deseo?
aludos.
MARÍA: no es lo malo sacar conclusiones precipitadas, lo malo es no querer cambiarlas: poner la etiqueta en la frente y no aceptar sus cambios. Me alegro de que hayas podido ser la primera. Besos.
DIANNA: esto del deseo es tan extraño que, después de tantas entradas que he dedicado a esta serie, aun tengo la idea de estar comenzando a abordarlo...
Besos.
GABIPROG: es una excelente forma de llevar al extremo mi texto. Me temo que he de darte la razón.
ANTÓN: por si acaso. Un abrazo.
MERCHE: ay, cuando los dos son deseantes quizá ni se encuentren. Ya sabes que somos así de pueriles. Qué difíciles son las relaciones humanas. Bueno, pues ya has visto que hay al menos un hombre que sí lo menciona. Besos.
XUANRATA: estamos cargados de literatura y de cine que nos dice cómo debemos amar y desear: educación sentimental que, muchas veces, nos traiciona. A veces un ligero cambio de argumento nos lleva de la comedia a la tragedia. O al revés.
MANUEL: esa complicidad puede ser buena o mala... Saludos.
LICHAZUL: el amor y el deseo, sólo a veces sinónimos... Besos.
MAFI: ¿el amor es más duradero y menos tramposo? No sé. Un plato de camarones siempre es muy poético.
BRUJAROJA: sigamos con ellos, pues. Con la poesía, digo. Besos.
PANCHO: descubrir un libro de César Vallejo es descubrir las claves de un secreto. Con él en la mano uno tiene solucionados todos los fines de semana de invierno. LFC es sabio, además de buen poeta.
INKILINA: deseemos.
SELMA: entraré en la perfumería del escaparate a olerlo y acordarme de tus palabras. Un beso.
SILL: lo cambia todo. Regular. Saludos.
SAUVIGNONA: pues ata el rol bien corto, para que no se desmande. Besos.
SOLEDAD: hay mucho desalmado suelto.
ALDABRA: creo que es la causa de la ruptura más común, en efecto. Casi nunca se evoluciona igual. Yo también. Besos.
JAVIER: entre tú y yo tenemos carpetas llenas. Tendremos que sentarnos, amigo.
CORNELIVS: es un buen objeto para dedicarle nuestra admiración. Un abrazo.
ÓLIVER: ay, qué pocas veces estamos en el medio. Ley de vida, en efecto. Saludos.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
NACHO: me temo que un bostezo.
No se muy bien donde está el punto de inflexión para saber lo que es correcto. Me resulta difícil entender los análisis en ese sentido. Al respecto un amigo mío, cuando me hablaba de unos poemas en concreto escritos en una etapa llena de desengaños insinuaba que cuanto mas sufría, mejor escribía.
Grandes creadores han pasado por ello. ¿Nos tocara sufrir en exceso para continuar nuestra obra y que esta no adolezca de una falta de calidad hoy en día?
Pero tampoco puedo olvidar las palabras de otro amigo que me cia que para escribir, necesitaba no pensar en nada que le fastidiase el alma.
Que complejos somos los humanos. No crees?
Un abrazo amigo.
JAN: Buena reflexión. En efecto, el sufrimiento nos ha robado más textos literarios de los que nos ha dado. Menos mal que, superado, uno siempre podrá acordarse. Como de aquellos amores...
¿Quién es LFC? Pancho y tu me habeis dejado intrigada... Y, ¿quién es el hombre que pregunta "¿ya no me quieres?" no lo he visto por ninguna parte. Es verdad que, a veces, dos deseantes no se encuentran...¡si lo sabré yo! Ahora, creo que vuestra generación dais muchas vueltas a esto del deseo. En el fondo es un sentimiento y necesidad muy animal de apareamiento y punto. Besotes, M.
Amigo Pedro, absolutamente interesante lo que planteas en torno a "Los roles del deseo". Yo, si me lo permites, me gustaría diferenciar entre los roles, por un lado, y la composición poética, por otro. Los primeros son dificilmente intercambiables sin que haya cierto desmoronamiento del status quo y, por lo tanto, sí exige cambiar de estética. Pero si hablamos de poesía, veo "transitables" tanto a mi amigo Antonio Carvajal cuando leo "Una canción más clara" como a Fernando de Villena (quizá esta afirmación sea más atrevida, que me perdone Fernando) en su "Antología poética", desde el Neoplatonismo a la poesía de la experiencia, sin los problemas psicológicos derivados del cambio de rol.
Ahí mi humilde opinión, por si sirve.
Un abrazo.
¿Qué es mejor, desear o ser deseado?. Cada cosa tiene su punto, pero lo primero te llena la vida más que lo segundo, vamos, creo yo. ¿Será caro el Jasmin Noir?. No hay mejor perfume que el sudor limpio (la respiración del otro, el corazón que late...¿por mí?).
Uuufff, esta reflexión tiene su miga, jejejejeee;)).. Pero si te soy sincera, pienso que lo importante no es quien desea ó quien es el deseado, opíno que es una cosa de dos porque si nó, vaya porquería de relación¡¡¡;)).. Yo es que en las cosas del amor soy muy pasional, jajajajaaaa;))
Un besoooteeeeee¡¡¡
... y también ahora la última jaja.
Un beso.
Pues no, la última soy yo que llego tarde...
No sé, tengo dudas, no porque esté en desacuerdo sino porque sé que hay mucha gente que practica los dos roles: desea y desea ser deseado, igual que conozco gente que pasa de lo uno y de lo otro. O hay veces que sólo deseas y otras que sólo quieres que te deseen... Me parece que todo es más complejo, que la cuestión del deseo es tan extensa y variada como extensos y variados somos cada ser humano.
En todo caso, desear y ser deseado es bello cuando se satisface.
De los poetas uno no se puede fiar: nadie sabe con exactitud lo que detrás de cada poema se esconde, sólo somos intérpretes y nos quedamos casi siempre con aquello que creemos habla de nosotros.
Besitos grandes.
¿Quién le quitó la piel a tu corazón? De los poetas digo...
Besos Isabel.
Precisamente pienso que la poesía parte del deseo, que sin él no puede darse. El fondo poemático es tautológico, solamente la forma y la química conceptual son capaces de aportar matices al hecho poético. Sin embargo, el deseo tiene una facultad extremadamente cambiante mientras se está produciendo y mucho más si se alcanza lo deseado. Por eso los amoríos basados sólo en el deseo están condenados al fracaso en el tiempo, el amor sólo es duradero si la pureza del deseo se ancla a otros muchos valores cotidianos.
La poesía es un cauce de expresión para algo tan indefinible como es el deseo, el que sólo es movido por la pasión o el que llega a convertirse en amor. Los románticos saben mucho del primer caso, poetas como Juan Ramón o Guillén mucho del segundo.
Hola Pedro, vengo aqui de la mano de Miguel Vivanco, generoso, efectivamente.
Me gusta tu blog. Yo habría añadido al final a dos poetas con una obra marcada por el deseo: Salinas y Cernuda.
Desear o ser deseado?, pasivo o activo. Complicado. Te felicito por el blog.
MERCHE: LFC : Luis Felipe Comendador. En lo otro, aquí tienes uno. Creo que las vueltas al deseo es común a todas las generaciones, lo que pasa es que aquí me ha dado por reflexionar por extenso. y lo que queda... Besos.
CONSUELO: tránsitos entre un lugar y otro, siempre ha habido. En la poesía, es más frecuente desde mediados del siglo XX... estamos en otra estética. Buenos ejemplos los que citas.
DEME: no sé, hay deseados que se sienten felices con su rol. Somos así de complejos. El olor del otro es el mejor perfume, estoy de acuerto contigo.
MAMEN: en efecto, son necesarios los dos (o más...), pero casi siempre se reparten los roles. Seamos pasionales. Un beso.
MARÍA: pues no. Un beso.
ISABEL HUETE: pues tampoco eres la última. No sé si los dos roles pueden darse al mismo tiempo. ¿Pueden? Somos muy complejos, en efecto. Y, a veces, tan poco sinceros en estos temas que confudimos y nos confundimos. La pega, es ese si de "si se satisface". A veces, un condicional nos lleva vivos.
De acuerdo contigo: nunca nos fiemos de los poetas. Sólo leamos sus poemas. Besos.
ISABEL: la piel me la quitaron a tirones. A tirones poéticos, claro. Besos.
PABLO: ah, has desviado el tema hacia el cariño. Pero la dificultad de esta serie es que es sobre el deseo. La emoción, el afecto, nos pueden llevar por otros derroteros. Quizá merezcan otra serie...
CHIQUI: pues aquí tienes La Acequia, para que vengas siempre que lo desees. Más si has llegado desde tan buen guía. Gracias.
El deseo…
Ya que mencionas a Juan Ramón Jiménez, tengo pensado algo sobre él para más hacia delante ponerlo en mi blog.
Preciosa la foto.
Un abrazo.
creo que todos teníamos que tener algo de deseante y algo de deseado para que la relación funcionara perfectamente... besitos
TEJEDORA: estaré al tanto. Gracias. Un abrazo.
ESHTER: y coincidir con el rol del otro para ajustarse, claro. Un beso.
Me gusta mucho. Y la poesía de Béquer más aún ;P.
Tengo cierto temor, que se convierte en rechazo, a los roles. Estoy convencido de que existe la relación deseante-deseado en las relaciones, y eso es precisamente lo que me hace rechazarla.
He sido ambos y creo que no he sabido ser ninguno.
:P
Un saludete!
LEO: el problema de los roles, además, es que el que adoptamos ha de encajar con el del otro/a. Por lo tanto, el fallo, no siempre es exclusivo de uno. Saludos.
Cierto, por supuesto.
El problema radica en cierto modo cuando eres consciente de ello (de los 'papeles del deseo') y no te sientes realizado en ninguno de los dos roles... (qué dramático). Aunque, quizás ésto también se debe, como señalas, a una... llamemoslo 'descoordinación rolera' con el otro ;).
Saludos!
LEO: la consciencia de no encajar en ninguno de los roles (o de pasar de uno a otro) es signo de madurez, más que el aceptar uno o el otro. Ahora, sólo falta lo más difícil: que el otro/a también sea maduro. Saludos.
Magistral, Pedro, ¡gracias por tanto!
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