Cervantes nos vuelve a sorprender en el comienzo de esta Cuarta parte. Recordad que ya hablamos, en su momento, de las razones de esta partición y de cómo a esta cuarta parte le tocaba la complicación máxima del enredo y la solución verosímil cuando parecía imposible deshacer el nudo. De ello hace gala -con una autosatisfacción irónica-, en las primeras líneas:
los cuentos y episodios della, que, en parte, no son menos agradables y artificiosos y verdaderos que la misma historia; la cual, prosiguiendo su rastrillado, torcido y aspado hilo
Cervantes se dispone a jugar con las expectativas del lector, que espera ansioso la solución de la historia y no su complicación. Es un alarde técnico que busca el interés en la recepción del texto: a partir de ahora ya no es sólo que nos interesen las locas aventuras de don Quijote sino que el libro no se nos puede caer de las manos, tan atrapados como quedaremos en la madeja.
Ya hemos visto este recurso antes en la novela, pero es ahora cuando revienta las costuras de la narración tradicional. Si cambiamos el punto de vista desde el que contamos una historia, la podemos ampliar, revisitar e incluso rehacer. Cervantes decide que puede complicar más la historia amorosa contada por Cardenio y, para ello, juega con las perspectivas dando la voz a diferentes narradores. Por ahora, los privilegiados oyentes son el cura y el barbero. A ellos se les suma el mismo Cardenio, voz anterior que se convierte en público de la historia de su propia desgracia cuando la narra, desde otro ángulo, Dorotea: ella es la labradora seducida por Fernando antes de que le traicione y le arrebate a Luscinda.
Ésta es un personaje muy interesante, construido con elementos propios de la literatura -su gran belleza, el disfraz de varón con evidente carga erótica, el rubio de sus cabellos, el simbolismo sexual de sus pies en el arroyo (dentro del agua, lo que simboliza para el lector avisado que ya no es virgen) y del peinado de su melena, etc.- con otros sacados del contexto social -es hija de un labrador rico de Andalucía, honrado, pero inferior en la escala social y temeroso de la nobleza; mujer acosada por un varón que no tiene frenos ante su desmedido apetito sexual y que usa de todo tipo de artimañas y mentiras.
No es de extrañar que los tres hombres queden impactados por su historia de amores desgraciados. En especial, Cardenio, que ve, en esta mujer, cómo se completan las piezas que él no conocía y que confirman el carácter de Fernando, además de dar noticia de la boda de éste con Luscinda.
Pero Dorotea es más: es la afirmación de un carácter decidido y fuerte frente al indeciso Cardenio, la forma de rehacer la historia: ella ha ido a buscar a quien la afrentó, dispuesta a recuperarlo o vengarse, ha vencido y evitado los intentos de abuso de otros dos hombres. Cervantes avanza en la construcción del personaje femenino moderno. Y, aunque se extraiga de un ambiente pastoril -el disfraz, el paisaje, el estatismo de la historia que se narra y no vemos-, lo matiza hasta negarlo: es una mujer real, firme y que sufre en un mundo de hombres.
¿Podrá complicarse más la historia y podrá salir el autor con bien de tanta intriga? Lo veremos el próximo jueves, en el capítulo XXIX.
42 comentarios:
Más que requetesobada, como queda la atribulada Dorotea por el pícaro Fernando, es la morcilla o “historia dentro de la historia” que nos mete Cervates en el capítulo XXVIII. Trátase de una historia de marcado corte erótico para inspiración de caballeros en la más estricta intimidad, donde la sugestión venérea no está en la trillada historia en sí a la que no falta ningún ingrediente clásico (una doncella virginal, un Duque de Mantua/Tenorio desalmado, una dueña instrumental, un criado que en este caso acompaña a la doncella y un padre deshonrado) sino en la propia presentación y descripción de la protagonista que cuenta sus cuitas. Cervantes vuelve una vez más a abrirnos las mentes y en este caso los gustos de los hombres de su época en materia de féminas para darnos cuenta de que son universales y propios de todos los tiempos. Así, mientras las mujeres, siglo tras siglo, se afanan en cortarse, rizarse, moldearse, cardarse, freírse y teñirse el pelo; en maquillarse y pintarse las uñas de los dedos de los pies y en seguir modas en las ropas interiores y exteriores tan extravagantes y cambiantes que no pocas veces se dan la mano con la ortopedia, los caballeros del siglo XVI ya se veían seducidos como Humbert-Humbert en el XX por una melena rubia que se desploma sobre los hombros de una muchacha, o por el eterno juego de la ambigüedad sexual; un bonito culo embutido en los calzones de un zagal; los blancos pies que el mozo-moza se lava en el río; las finas piernas que quedan al descubierto. Luego se desvela el engaño, pero el juego ha surtido su efecto fascinador, su magia. Es el erotismo más refinado y más viejo contado con un lenguaje encantador.
¡Hete aquí a mi amada Dorotea!, mi ideal de señora, que en sus virtudes no le faltan, gracias a Dios... pecados.
Y es por ende, este capítulo mi preferido, porque ella emerge cargada de valores, embozada en brillos de reina, emergente de las aguas como la Venus más deseada y perfecta, capaz de hacer doblegarse al mismo clero.
¿Y me pregunto, no fue acaso Dorotea la dulcinea de nuestro escritor Cervantes?
Y parece ya desde el inicio, el contrapunto femenino perfecto a nuestro discreto en palabras y razonamientos, el siempre loco Don Quijote, pues siendo ella igualmente discreta, no es menos loca, vista en perspectiva del siglo XVII, en su acciones y en su corazón rasgado también lo sería, aún en nuestros días.
Sobre el resto, estructura y trama, ya desde los Galeotes, está inmerso según mi mirada, Cervantes como personaje, y le servirá Dorotea nacida de una historia donde es sufridora 'Ana' y amante abandonada por un 'Don Juan' Fernando, como burlador de Osuna, para inventar otra, todavía más delirante, fantasiosa y no menos intrigante, donde será futura pareja y princesa para nuestro caballero andante, y entre los dos conseguirán llevar a puerto una nave que navega entre el suspense y el misterio, y que se irá alzando en intrincada y gloriosa narrativa, pues vendrán más orquestas y como en el Don Giovanni de Mozart, cuando se unan todas en el 'Septeto Venite pur avanti', será purlo lujo- Y si leyó Amadeus a Dorotea, estaría de acuerdo en que "la experiencia muestra que la música, compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu"; así el mío se recompone en esta ópera, anterior en 182 años.
Sobre las palabras que Dorotea esgrime, podemos ver a una sociedad estamental, y a sus mujeres encasilladas, y en la inteligente además de diligente y bella hija, la excepción que confirmaba la regla del destino femenino.
La determinación que demuestra, frente a la aceptación de un cruel futuro resentido por ultrajada, que en general la mujer deberá aceptar por siglos, es solo una de las múltiples facetas que se irán descubriendo en Dorotea, como precursora de tiempos modernos para su género.
También sus deseos de amar es huracán, pero nada reprochable a quien descubre después de un voluntario claustro la cara del amor y la pasión en su más embaucadora forma y aquí diré, ¡que tire la primera piedra el que haya andado más listo y precavido!.
En fin y por fin, llegó mi amada y ahí me deleito en leerla, en sofocarme con su entereza y su piel de alabastro, sus cabellos de sol, lengua suelta y voz suave, tan discreta como hermosa.
Un abrazo señor Ojeda, suyo pero inmensamente más de Dorotea, quedo, Z+-----
Cada vez que el amigo Cervantes realiza esos giros volviendo a hacer ovillo de la lana de ya estaba deshilada...es como tu bien dices Pedro que parece que el libro se nos cae de las manos, pero es ahí donde a mi juicio radica el ingenio de Cervantes, mantener ese "sin vivir" haciendo creer que todo se aclarará en breve pero la realidad es que aun está mas liado...jajajja y todos se preguntan ¿Como co...se va a solucionar esto? jajajja UN APLAUSO...!!!!!!
UN ABRAZO PEDRO!!!!
Fotos estupendas. He visto un pelin mas de tu cotidianidad... Un saludo!
Para mi son las dos de la madrugada. A ver si mañana tengo algo mas de lucidez y menos sueño.
Un abrazo
Recuerdo vago el capítulo de Dorotea, sí sé que idealizaba a la mujer andaluza continuando la línea de la obra de Francisco Delicado. Me gusta todo lo que extraes al capítulo y me adelanto esta tarde para leer el 39. Así sacaré más jugo.
Saludos.
¡Qué interesante y, sí, enrevesado este capítulo! Me han gustado mucho las descripciones de la época, las vestimentas, las labores del campo, las costumbres de las féminas "la aguja y la almohadilla y la rueca..." Aunque a Dorotea le gustaba leer "algún libro devoto, o a tocar una harpa..." ¡Por fin! sí sabemos en este capítulo el mensaje que guardaba Luscinda en su pecho... Y, los hombres...¡Ay, los hombres tan iguales a algunos de hoy en dia... con sus promesas y zalamerías para conseguir lo que quieren! Menos mal que Dorotea era una mujer resuelta y, aunque se dejó engañar una vez, los otros dos truhanes no lo consiguieron. ¡Bien por ella! Presiento que Cardenio acabará enamorándose de ella... Seguiremos cabalgando con el XXIX. Besotes, M.
P.D. Me han encantado los comentarios de los tres primeros.
Comento la foto, ay ese sobre de plástico cómo me suena.
Besos, Pedro
FERNANDO: en efecto. Una de las cosas que aporta el género narrativo a la modernidad es la lectura en la intimidad. En la soledad, el lector se puede divertir, enamorar, emocionar, etc., de una forma en la que no se daba antes. Por ahí irá mi nota del sábado.
La construcción de Dorotea, que ya existía en el imaginario colectivo a través de leyendas, literatura popular y culta, teatro y pintura, con la misma actitud (la mujer y el agua), es explotada ahora en un nuevo ámbito solitario, como muy bien señalas. El impacto, en el siglo XVII, debió ser tremendo.
SEÑOR DE LA VEGA: Ahí coincidimos, querido amigo. Dorotea es también el personaje femenino del Quijote que yo prefiero: una mujer muy moderna. Excelente su apasionado comentario.
EL ENTE: y qué sabio este soldadón, cómo nos atrapa.
SERENDIPIYT: gracias.
JAN: qué mal andamos de tiempo todos.
GOATHEMALA: andaluza y universal... Espero el resultado de tu lectura.
MERCHE: en efecto, es un aspecto en el que no he podido detenerme en la entrada, pero, como señalas, da toda una descripción de la vida cotidiana de una joven que pertenece a una clase social en alza en la época: los labradores enriquecidos y con cierta cultura. Y los hombres..., qué te voy a decir que tú no sepas. Besos.
Gracias a todos por vuestras palabras. Besos y abrazos.
PILAR: ay, decían que era por cuestiones ecológicas... ¿No te animas a un autorretrato con Quijote y sobre de correo interno? Besos.
Sí de este capítulo recuerdo la gran fuerza que tiene el personaje de Dorotea y su locura por Fernando que me recuerda a Madame Bobary y esa tonteria que tenemos la mujeres de enamorarnos de los hombres poco recomendables.
Un abrazo
Ah, por cierto, sigo pensando que Fernando es un homo de armario... Besotes, M.
Fantástico capitulo. Y el caso es que a mi me parece que Cardenio se dio cuenta de que "el mozo" era mujer antes que el cura y el barbero, pues dice: "esta, ya que no es luscinda, no es persona humana sino divina".
Pasmado se debió de quedar Cardenio cuando comprendió que ella era quien era: la pieza que encajaba en el puzle, y que le dió noticias de los ultimos acontecimientos que él ignoraba.
Fantástico.
UN ABRAZO.
Sensacional me has dejado con la boca abierta
besos desde éste lado
Dorotea me recuerda a la Doña Elvira del Don Giovanni de Mozart, también mujer muy resuelta que fue engañada de forma similar. Ella busca la reparación y cuando ve que ésta no es posible y entiende cómo es en realidad el caballero, busca la venganza y la forma de evitar que otras caigan en la misma mentira que ella.
Un beso
E assim prossigo aprendendo...
Muchas gracias, Pedro.
Uno de los capítulo que mejor describe la persona de Dorotea, como vos bien has dicho. Dorotea se vuelve más firme! Un abrazo gigante Pedro!
Ariel.
Si fuera más actual apostillaría que es un realto de enredo... ¿o lo es? cada durante estas semanas se me olvidó que estaba leyendo El Quijote..de un plumazo casi ha pasado a segundo o tercer plano... que manera de marear la perdiz... y seguro que lo hará más..saludos
Cuando parecía que el suceso de Cardenio no daba más de sí, nos sorprende Cervantes con una justificación de las historias secundarias, dando explicaciones que nadie le pide, pero que sospechando que sus lectores ya se están preguntando qué sucede con los protagonistas, cuando parece que la historia de la sierra está llegando a su desenlace; tirando del mismo hilo cardado, trenzado y enmadejado que anteriormente había “añudado” El Astroso, escuchan una voz tan desesperada que confiesa tener más agradable compañía en los riscos de la sierra que en ningún humano, a los cuales considera incapaces de dar consejo en las dudas, alivio en las penas o remedio en los males. La voz correspondía a una mujer disfrazada de zagal. Rápidamente supieron que aquellos pies tan bellos no estaban de estripar terrones. Sorprendida Dorotea, (así se hacía llamar la disfrazada) de que la sierra no fuera capaz de ocultarla, unido a las buenas palabras del cura, experto en hacer hablar a la gente; no le queda otra salida que contar sus desdichas no sin antes advertirles de que no hallarán” remedio para remediarlas ni consuelo para entretenerlas.
La descripción que de sí misma hace Dorotea es un modelo de honestidad y obediencia a sus padres que, además de llevar la contabilidad de una casa de labrador rico; borda, teje, cose, toca el harpa y aún le queda tiempo para leer libros devotos e incluso ir a misa. Descripción que contrasta y se sale del estereotipo de la mujer medieval que no hace otra cosa sino esperar en casa a que aparezca su príncipe azul.
Me parece genial la manera que tiene el autor de mostrarnos la evolución física y psicológica de Cardenio al monólogo de Dorotea, cuya reacción se produce al oír los nombres de los personajes:
“No hubo bien nombrado a don Fernando la que el cuento contaba, cuando a Cardenio se le mudó la color del rostro, y comenzó a trasudar, con tan grande alteración […] Mas Cardenio no hizo otra cosa que trasudar y estarse quedo, mirando de hito en hito a la labradora.”
“Cuando Cardenio le oyó decir que se llamaba Dorotea, tornó de nuevo a sus sobresaltos y acabó de confirmar por verdadera su primera opinión;”
“Oyó Cardenio el nombre de Luscinda, y no hizo otra cosa que encoger los hombros, morderse los labios, enarcar las cejas y dejar de allí a poco caer por sus ojos dos fuentes de lágrimas.”
Digna de resaltar y compleja me parece la manera que tiene Cervantes de parodiar las novelas pastoriles con el solapamiento y confluencia de las dos historias de Dorotea y Cardenio con sólo dos oyentes más: el cura y el barbero, pues están ausentes los dos protagonistas de la historia. Si a esto le sumamos que la fuente de información de Dorotea son dimes, diretes, rumores e incluso pregones tenemos unos ingredientes nada fáciles de juntar. El resultado: una muestra más de la genialidad del autor en cuanto a interés narrativo.
Curiosidad: Parece ser, según Alfonso Mateo-Sagasta que el nombre de “Dulcinea es un anagrama de Lucinda con una “s” añadida para darle un deje más pastoril”. Así se llamaba una amante de Lope a la que tildaba, irónicamente de famosa, honesta y sabia. pancho
¡Vaya! Acabó de releer el comentario y veo que en el último párrafo pone una”s” donde debería decir: “e”.
Como escribo primero en Word y después copio y pego esto se quedó por aquí, de modo que aprovecho para subirlo al comienzo del comentario: Casi todo lo que tenía anotado sobre el capítulo ya lo has comentado en la entrada, de modo que si acaso algún pequeño matiz se puede añadir a tu espléndido modelo de comentario del que no hacemos más que aprender. pancho
¡PANCHO Qué geniales son tus comentarios! Me encantan. Besotes, M. (perdona de nuevo mi querido Pedro por avasallar tu espacio. Besotes, M.)
Hola Pedro como es habitual en mi siempre llego tarde. Como he conseguido una interesante imagen para el capitulo que nos ocupa, te dejo el enlace de mi revulsivo blog, donde podreis visitar mi trabajo.
www.antonioaguilera.blogspot.com
Volveré mañana a ver vuestros trabajos. Saludos.
http://antonioaguilera.blogspot.com"
perdón el enlace correcto es este.
Hola Pedro, con este rollo del vértigo me estoy atrasando. A ver si puedo ponerme al día pronto y puedo comentar estos capítulos.
Un abrazo
Creo que Cervantes persigue con el personaje de Dorotea retratar la mujer ideal, que es capaz de ser dueña de sí misma y reclama un papel social. Un hombre que vivía rodeado de mujeres, y criticado por su blandura con ellas, debía entender muy bien la capacidad femenina para asumir muchos de los roles reservados al hombre. Muy oportuno el capítulo en estos días en que se lucha tanto por erradicar la violencia de género, pienso que puede tener una lectura reivindicativa en este sentido.
¿un sobre de correo interno? :D
antonioaguilera.blogspot.com
Creo que a la tercera va la vencida.
saludos.
ELE: nosotros también solemos enamorarnos de mujeres poco recomendables... debe ser un mal común. Un abrazo.
MERCHE: al final, nos convencerás a todos. Besos.
CORNELIVS: ...o Cervantes quiso jugar a la ambivalencia de la emoción ante algo hermoso...
MI DESPERTAR: pues gracias. Besos.
EUPHORBIA: son de la misma estirpe, en efecto.
SAO: gracias, querida amiga.
ARIEL: una gran creación de personaje, sin duda.
MANUEL: lo es, sin duda. En efecto: a veces, en la novela, se produce ese efecto que señalas y olvidamos que estamos leyendo el Quijote.
PANCHO: me gusta que te hayas fijado en la marcada evolución de la gestualidad y emoción de Cardenio: es todo un ejemplo de comunicación del sentimiento de un personaje por parte de un narrador.
Sí, es cierto lo que dices en tu último párrafo. Hay otras veladas alusiones -y no tan veladas- a Lope. Parece ser que a éste le molestaron y por eso algunos lo imaginaron autor de la Segunda parte falsa.
MERCHE: disculpada. Pancho es muy buen comentarista.
ANTONIO AGUILEAR: voy a verlo, no te preocupes.
ANTÒNIA: Disculpada, por supuesto. Cuídate, que es lo más importane. Una brazo muy fuerte.
PABLO: es curioso, en todas las novelas, Cervantes presta gran atención a las mujeres. Sin duda, es parte de su concepción del género, pero también de su sensibilidad.
BIPOLAR: tiene clave de envío...
Comentario al capítulo XXVIII del Quijote, primera parte
En el capítulo anterior, leyendo a Cardenio expresarse en primera persona, manifestaba yo vivamente aquello de: ¡A mí el narrador omnisciente!, ante la pesadez del discurso del Roto. Ahora tenemos otra vez esa voz sabelotodo, en tercera persona, remedando el estilo grandilocuente de las novelas de caballería. Para empezar nada mejor que un buen superlativo para abrir boca. Felicíiiisimos fueron los tiempos y audacíiiiiisimo el caballero.
Nos espera una sorpresa: una mujer de verdad, nada que ver con la irreal Dulcinea. La bella Dorotea es valiente, decidida, inteligente, trabajadora y resistente a la adversidad, a pesar de los tres atropellos sufridos. Una labradora rica que organiza las tareas de sus jornaleros, cose, hila, lee libros sí, pero devotos, toca el arpa y va a misa con vigilancia. Esta mujer tan recatada y atareada podría ser un reflejo de Catalina de Salazar, la hidalga de Esquivias, esposa de Cervantes que tuvo que arreglárselas sola en su aldea, durante las largas ausencias de un esposo muy viajero, no se sabe si a negocios o si va buen tuntún.
Dorotea hace su aparición vestida de labrador. Mientras se lava los pies en un arroyo se lamenta haciéndose a sí misma una preguntita retórica de lo más natural: “¿Si será posible que he ya hallado lugar que pueda servir de escondida sepultura a la carga pesada deste cuerpo, que tan contra mi voluntad sostengo? “
Otro capítulo sin Quijote y sin Sancho, tenemos a Cardenio con el cura y el barbero, caray con el cura, mirando embobados algo prohibido: unos pies femeninos “que no parecían sino dos pedazos de blanco cristal que entre las otras piedras del arroyo se habían nacido”. Esta bellísima imagen, la de los pies fundiéndose con los guijarros, una de mis favoritas, se completa después con otra todavía más prohibida: la pierna que “de blanco alabastro parecía”. Las manos no podían ser menos,”parecerán pedazos de apretada nieve” Después del tópico de la blancura, el tópico del los luengos y rubios cabellos “, que “pudieran los del sol tenerles envidia”. Recordamos a la Venus de Botticelli o a Garcilaso de la Vega..O a …la publicidad actual de un champú.
Tras quitarse la montera, el pelo la cubre todo el cuerpo y descubre su condición femenina .Pensamos en la doncella guerrera del romance que no fue descubierta por el pelo, ya cortado, sino por hablar en femenino y decir “maldita sea yo.”. Nos cuenta su tremenda historia de mujer deshonrada por triplicado, víctima del capricho de un noble que no repara en gastos, de una criada traidora… la rígida estructura social... No hay salida para esta mujer, sólo la sepultura como dice ella. Tranquilos, al de Alcalá de Henares se le ocurrirá algo.
Cardenio escucha asombrado, haciendo conjeturas y trasudando. Contrasta la fortaleza psíquica de Dorotea con la debilidad de Cardenio que ha caído en la locura más degradante.
Si pensaba el lector que esta danza de parejas cambiadas se terminaba en este capítulo. Cardenio, y Luscinda, Dorotea y Fernando tienen todavía mucha cuerda ¿Cómo arreglará esto el genio del escritor?
ÁBEJITA: extraordinario tu análisis, tanto en juego del narrador en tercera persona (que aquí, como señalas, preferimos que calle porque hemos caído en su trampa), como en la construcción de una mujer más que real, moderna frente al pusilánime de Cardenio.
Tendremos diversión para rato.
he de reconocer que un capítulo casi me está sabiendo a poco porque siempre quiero saber un poco más... y no quedarme con la intriga.
este capítulo me ha gustado mucho, la imagen de Dorotea en el agua me pareció fantástica.
biquiños,
ALDABRA: en efecto, a partir de ahora Cervantes juega con esa sensación del lector, que quiere saber el final, pero teme que se acabe el disfrute.
Hay novelas recientes que abordan la historia de Luscinda, como Los Pilares de la Tierra... y una saga parecida...
Lo que comenta Fernando Portillo, es tan descriptivo como el propio Cervantes, que la mismísima Rita Hayword podría tener ese efecto erótico al subir su cabeza con la melena desplomándose por su espalda... Aunque fuera pelirroja
La reja de los enamorados ha llamado mi atención...
BIPOLAR: es una historia muy actual y siempre han gustado estos argumentos. No te fíes nunca de una pelirroja... sobre todo si es morena.
A la reja, ya sabes, se pela bien la pava.
Ayyyy y que puedo agregar yo a este maravilloso, fuerte, erótico, increible capítulo, que tú en la explicación o que los comentaristas anteriores no hayan dicho ya??????!!!!
Indudablemente, Cervantes era no sólo un magnífico escritor sino también un gran conocedor de la naturaleza humana!
Las caracterizaciones (en este capítulo) del pusilánime de Cardenio, la brava Dorotea que fué vilmente engañada por el aprovechador de mujeres de Fernando y éste a través del relato de ella, son hoy de igual manera totalmente vigentes.
O será que todos nosotros somos personajes de la Obra de Cervantes, algunos aún no terminados de diseñar por su pluma?
Y si me despierto mañana y me encuentro estampada en uno de sus párrafos?
Voy a señalar ahora tres detalles que me llamaron la atención:
1- el ideal de la belleza en el blanco: "los pies...dos pedazos de blanco cristal" "las manos....pedazos de apretada nieve" (con todas las connotaciones que tiene el blanco para el Colonialismo. (Obvio que C. era hijo de su epoca)
2- Me gustó particularmente como D.: "aprendió a tocar el arpa (sin h?) , porque la experiencia le mostraba que la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espiritu". Que claro que lo tenía!
3- Y aquí como C. con esta frase, pone de manifiesto que no importa cuan leida y desenvuelta haya sido D. ( intelectualmente) cae emocionalmente en la trampa " me dije a mesma: si que no sere yo la primera que por via de matrimonio haya subido de humilde a grande estado". Cosa que afirma lo que he dicho un poco mas arriba en el segundo párrafo.
Besos
PD Igualmente lo dicho en mi segundo párrafo con respecto a D:
" llegándose uno donde se atropellaron los respetos..." C: "encoger los hombros, morderse los labios..." Lo dijo Pancho, y lo omiti antes, pero no puedo dejar de señalarlo.
MYR: en efecto, como bien señalas, Cervantes demuestra ser un obsrvador penetrante de la naturaleza humana. Quizá lo explique su experiencia vital. Y hace de todos nosotros parte de su ingenioso engranaje narrativo.
Bien señalados los puntos.
Besos.
Hola Pedro.
Me encanta como Cervantes nos presenta este repertorio de personajes frente al amor. Sin duda nos presenta una mujer decidida, que ha manejado la hacienda de sus padres y que no ha descuidado su formación; una mujer diez que por caer en brazos de un rufian ve en peligro su reputación.
Sorprendente como cambia la historia, que en este punto el lector parece que conoce en su totalidad, pero que gracias a otro narrador nos vuelve a quedar descolocados. ¿Quién dijo que las historias anejas a El Quijote eran aburridas?
Un saludo.
JUAN LUIS: totalmente de acuerdo. De aburrido, nada. Un saludo.
Desde luego que consigue desconcertar al lector con este capítulo. Con este enredo que presenta dan ganas de seguir leyendo par ver como se desarrolla la historia.
Relata una historia que perfectamente podría ser de hoy ne día.
Una de las frases que tamibén es perfectametne actual:
Todos estos recatos míos, que él debía de tener por desdenes, debieron de ser causa de avivar más su lascivo apetito
Basta que algo nos sea negado para que intentemos alcanzarlo aún con más insistencia.
Dorotea me parece una mujer "chapeau", con esa decisión y tan resuelta.
Tu vasalla soy, pero no tu esclava
Voy a por el siguiente, que me tiene enganchada.
Besos
ASUN: Dorotea es uno de los personajes más atractivos de la Primera parte, no me extraña que te enganche. Besos.
Siento mucha curiosidad por la diferencia, no solo entre el Quijote y las obras a las que parodia, sino entre la actitud de los autores de esas novelas y la de Cervantes ante a la escritura y ante el lector (o escuchante). Cervantes está conectado permanentemente con el lector, habla con él como autor (entre varios), ya lo sabemos, y otro ejemplo de ello es el párrafo introductorio de este capítulo. Y luego cuenta historias en las que el lector reconoce rápidamente elementos y personajes de la propia realidad. Dorotea es una mujer más real que las bellas damas de las novelas pastoriles, pero es que la historia que cuenta, por enredada que parezca, habla de la realidad de las relaciones humanas (el amor, una de ellas) donde ocurren el engaño, la traición, la rebeldía, la sumisión, etc. Todo es radicalmente distinto a las situaciones y los personajes ideales de las novelas de caballería y las novelas pastoriles. Es como que tanto los autores anteriores como Cervantes sentían la pulsión o la necesidad de escribir, pero mientras que los primeros “volcaban” su talento en construir una historia con arreglo a un canon que dictaba cómo eran esas historias, Cervantes prioriza la satisfacción del lector, de la persona, única, con la que entabla una relación particular a través del libro y, para ello, le habla de lo que le interesa a las personas, le cuenta una historia de ficción pero íntimamente conectada con la realidad.
Ese cambio en la actitud del autor en la historia de la literatura me parece interesantísimo.
Saludos.
Susana.
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