Cuando camino por la calle voy siempre deprisa, no por prisa, simplemente porque me duele la espalda cuando voy despacio y la verdad es que muchas veces pienso que la gente va como "atontoliná" pero si quiero que me dejen pasar simplemente digo: "¿me permite?". Yo sí los veo y ellos a mí me oyen, y nos dejamos pasar sin problemas. Un besote.
Somos egoístas, a veces, inhumanos, sin sentimientos, nos molesta lo que creemos no vale para nada, y no nos damos cuenta de que, incluso, puede llegar a valer muchísimo más que lo que nosotros nos imaginamos.
Las prisas, el tiempo acelerado en el que nos ha tocado vivir, nos impide apreciar muchas cosas que tienen gran valor, debemos frenar un poco nuestras vidas, y percatarnos de muchas de las cosas que tanto valor tienen y existen en nuestro alrededor.
La apisonadora: Figura humana y trabajador despojado de cualquier rasgo humano y con una absoluta autocomplacencia en que él es un ser superior a los demás
porqué será que cuando nos creemos amos del mundo solemos actuar tan tontamente?? y cuando llegamos a entender que es una estupidez ya es demasiado tarde...
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me encanto el dibujo en la cartulina eres ingenioso y muy retierno al pooner los post
cuándo los diálogos de los amantes han sido cuerdos?? al menos los míos rayan para la internación de emergencia jajajaja
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volver donde nos sentimos deseados es como volver a la escena del crimen jajajaja matamos con una mirada o robamos los suspiros o exasperamos al que nos observa
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la importancia de los bárbaros no ha pasado de moda miremos los bárbaros modernos saqueando museos posguerras o acaparando terrenos para su explotación con el pretexto de imponer un nuevo orden y mejor sistema de gobierno
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yo he leído y he visto muertes anunciadas en este virtual medio pero también aves fenix:-)
La intolerancia es autodestructiva. Toda vez que queremos "pisar" al otro, desconociendo su dignidad, nos acercamos peligrosamente a la autoeliminación.
Siempre pienso cuando conduzco a una velocidad permitida en una autovía, por ejemplo, y me pasan a velocidad increíble, con prepotencia, que por ese tipo de conductas MILES de personas terminan su vida entre hierros retorcidos y humenates en accidentes automovilísticos...
Lo dicho: la intolerancia es autodestructiva.
Un abrazo. Bienvenido, Pedro. Aguardo que el viaje haya sido provechoso.
Muchas veces es porque nos crea inseguridad o temor, sentimientos ellos muy humanos. Otra cosa es que tu caminar sea prepotente ante la gente que te vas encontrando por la calle, eso sí es negativo y no dice nada a nuestro favor. Besos Isabel.
ISABEL: la entrada iba sobre los prepotentes, pero también sobre aquellos que, por su inseguridad y temor, causan los mismos daños: deberíamos mirar más al otro. Besos.
INKILINA: iré a verte y tomar ese café.
KETY: hermosa reflexión otoñal la tuya. Un abrazo.
Yo no hablo de inseguridad y temor hacia gente como la abuelita de la foto. Hablo de gente que te aborda a plena luz del día y te saca una navaja a tu pareja y a tí, solo por unos cuantos euros. Isabel
Me explico, ISABEL: en ese momento, quien ha salido del margen social nos ha hecho entrar en sus normas y allí somos nosotros los débiles y las víctimas: él ocupa el centro. Espero haberte comprendido bien. Saludos.
ISABEL: en efecto, pero la condición de víctimas nos convierte, precisamente en marginados: son otros ahora los que ejercen el poder sobre nosotros. Por muy estables que parezcamos, siempre estamos a cinco centímetros del margen. Ha sido un buen diálogo, Isabel. Gracias.
ESTHER: la prepotencia es así. Besos.
HAIDEÉ: hay muchos aspectos que nos pueden hacer estar en el margen. El pensamiento es uno de ellos. También el sentirse marginado aunque no lo estemos realmente: la vida no es sólo como es, sino como la percibimos. Abrazos.
Si nos fijamos mejor en las personas que se cruzan en nuestro camino nos daremos cuenta que ese margen es más pequeño de lo que pensamos y que allanando el camino a l@s demás nos lo allanamos a nosotr@s mism@s. Saludos.
Tienes razón Pedro, espero que esta reflexión que me has aportado a mi, te ayude a reflexionar sobre tus pensamientos y tu percepción del mundo y de los otros. Un abrazo haideé
Hoy estás en la cumbre y mañana todo se escurre entre los dedos, un poco de piedad con estas personas, porque pueden estar ofreciéndonos ya nuestro reflejo
qué fácil es perder el bus qué difícl volver a montar
Lo siento Pedro, pero no puedo por menos de hacerte estas preguntas: ¿Tienes algún tipo de prejuicio sobre aquellos que hablan desde su conocimiento y su experiencia personal y lo transmiten a los demás? ¿Tienes algún prejuicio contra los que hablan en primera persona? ¿Has intentado ponerte en su lugar? ¿Les has preguntado por qué lo hacen o has deducido por tu cuenta algún tipo de opinión al respecto? ¿Te has parado a pensar que aquel al que juzgas o del que sospechas o que te cae mal, o que no aguantas o al que le pones etiquetas, puede estar igual de acertado que tu en sus planteamientos u opiniones? ¿O sólo cuenta lo que tu dices y opinas y piensas? Dime, ¿del tiempo que llevo compartiendo contigo mi visión y opinión, he utilizado alguna vez una etiqueta para denominarte, he usado algún epíteto para calificarte o descalificarte? Si lo he hecho, por favor señalamelo, porque te pediré disculpas publicamente en mi blog. He estado en desacuerdo contigo, he intentado darte otro punto de vista, y quizá he sido apasionada, algo que si no recuerdo mal, aclaré a posteriori para no dar lugar a malas interpretaciones, ya que sé de lo limitado que puede ser este medio para mi, sobre todo dependiendo en que momentos. Desde mi conocimiento y experiencia te puedo decir que salvo en casos excepcionales, todos estamos contaminados -y me incluyo yo, ya que aun caigo en estos condicionamientos- y que si me excluyera no sería nada a juzgar ya que el que juzga primero tendría que preguntarse porqué necesita juzgar y no se plantea que lo mejor es comprender y como dije antes preguntar, y por esto digo: estamos contaminados de nuestras emociones y bastante más de lo que somos conscientes. Somos átomos en constante vibración, y de ahí que no haya nada que acontezca a lo que no estemos sujetos, para bien y para mal. Si tu actitud al ponerte entre todos los demás es un intento de ser humilde, es de agradecer, pero pienso que ser humilde implica muchisimas más cosas que convertirse en un mero plural dialéctico. Y puede que otra vez sientas la necesidad de ponerme etiquetas, pero esta vez intenta ser un poco más empático o compasivo conmigo, ya que deseas ser objetivo y justo. Te agradecería que reflexionaras sobre la percepción que tienes sobre mi, si consideras que ello merece la pena. Te seguiré leyendo pero no voy a compartir contigo mi opinión, no porque no me apetezca, sino porque no me voy a sentir libre para ser yo misma y a la vez respetarte. Estaría forzandome a decir cosas que no me salen del alma y para mi no sería honesto y me desagrada ser deshonesta. Un abrazo con un poco de tristeza, pero acompañado de una sonrisa. haideé
Evidentemente, HAIDEÉ, no debes sentirte forzada a decir nada que no pienses o sientas. La libertad en la opinión nace de uno mismo y no debe verse coaccionada por el otro a no ser que se piense que hace daño o es innecesaria (o que ponga en riesgo cosas de gran valor para cada uno: no todos pueden ser héroes). Por lo tanto, agradeceré siempre cualquier opinión que contradiga, matice, refuerce o rehaga la mía, siempre que se exprese en el tono correcto que procuro en La Acequia (de lo contrario, la borraría, como figura en los principios de moderación de los comentarios que tengo publicados en el blog). Este es un principio ético mío. Siento que te hayas sentido como dices que ha sucedido. No era mi intención, por supuesto: me he limitado a opinar en un diálogo que yo pensaba era enriquecedor para ambos y sin afirmar que tus opiniones no sean más erróneas de lo que puedan ser las mías porque, repito, yo no soy más que nadie ni menos. Un abrazo.
43 comentarios:
A veces el margen nos viene sin querer, una crisis y aparece ante nosotros.
Si estamos mirándonos los pies al andar, no lo vemos, seguro.
Ay...este orgullo nuestro tan dañino y tan corrosivo...
Un saludo.
y cuando no me ven a mi, Pedro?, es que tambien estoy en el margen?...
Besicos
Encarna
Cuando camino por la calle voy siempre deprisa, no por prisa, simplemente porque me duele la espalda cuando voy despacio y la verdad es que muchas veces pienso que la gente va como "atontoliná" pero si quiero que me dejen pasar simplemente digo: "¿me permite?". Yo sí los veo y ellos a mí me oyen, y nos dejamos pasar sin problemas.
Un besote.
Somos tan egocéntricos que sólo nosotros, nuestras prisas y nuestra vida cuenta...Cada vez somos menos capaces de ponernos en e lugar del otro.
Somos egoístas, a veces, inhumanos, sin sentimientos, nos molesta lo que creemos no vale para nada, y no nos damos cuenta de que, incluso, puede llegar a valer muchísimo más que lo que nosotros nos imaginamos.
Las prisas, el tiempo acelerado en el que nos ha tocado vivir, nos impide apreciar muchas cosas que tienen gran valor, debemos frenar un poco nuestras vidas, y percatarnos de muchas de las cosas que tanto valor tienen y existen en nuestro alrededor.
Un beso.
Es que nos creemos el centro de todo...ese es el problema..saludos
La apisonadora: Figura humana y trabajador despojado de cualquier rasgo humano y con una absoluta autocomplacencia en que él es un ser superior a los demás
JAVIER: aun los más alejados están sólo a 5 minutos de él.
CECILIA: a veces los años te encorvan hasta verlos y tener certeza de que nos han arrojado del centro.
CORNELIVS: y tan frecuente... saludos.
ENCARNA: hay muchos márgenes. Yo entoy ya en muchos de ellos. Y no me ven. Besos.
ISABEL: tú, por lo tanto, no los desplazas: no hay margen. Un beso.
CUSPEDEPITA: sólo miramos nuestro centro.
MARÍA: pararnos a respirar y mirar a nuestro lado, en efecto. Un beso.
MANUEL: ...y no lo somos, en absoluto. Saludos.
BLOGOCHENTA: así somos cuando vamos cegados por nuestro orgullo.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo.
Acabo de regresar, veré con calma vuestros blogs y los comentarios en el mío.
pedro
porqué será que cuando nos creemos amos del mundo solemos actuar tan tontamente??
y cuando llegamos a entender que es una estupidez ya es demasiado tarde...
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me encanto el dibujo en la cartulina
eres ingenioso y muy retierno al pooner los post
cuándo los diálogos de los amantes han sido cuerdos?? al menos los míos rayan para la internación de emergencia jajajaja
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volver donde nos sentimos deseados es como volver a la escena del crimen jajajaja
matamos con una mirada
o robamos los suspiros
o exasperamos al que nos observa
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la importancia de los bárbaros no ha pasado de moda
miremos los bárbaros modernos
saqueando museos posguerras
o acaparando terrenos para su explotación con el pretexto de imponer un nuevo orden y mejor sistema de gobierno
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yo he leído y he visto muertes anunciadas en este virtual medio
pero también aves fenix:-)
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muakismuakis profe
felíz retorno
Mirar hacia otro lado suele ser otra solución...
Saludos!
Vay, has conseguido azorarme, sobre todo por la relación entre la foto y las palabras. Ya se sabe, vivimos con demasiada prisa.
Un saludo,
Pedro.
LICHAZUL: gracias por tu lectura atenta de las entradas de esta semana. Besos. Voy a leerte.
GABIPROG: a veces mirar hacia otro lado es peor: los vemos y los rechazamos. Saludos.
PEDRO: demasiado deprisa y demasiado ciegos. Un saludo.
Si todos intentáramos alguna vez caminar por el margen... siempre queriendo ir por el centro.
La intolerancia es autodestructiva.
Toda vez que queremos "pisar" al otro, desconociendo su dignidad, nos acercamos peligrosamente a la autoeliminación.
Siempre pienso cuando conduzco a una velocidad permitida en una autovía, por ejemplo, y me pasan a velocidad increíble, con prepotencia, que por ese tipo de conductas MILES de personas terminan su vida entre hierros retorcidos y humenates en accidentes automovilísticos...
Lo dicho: la intolerancia es autodestructiva.
Un abrazo.
Bienvenido, Pedro.
Aguardo que el viaje haya sido provechoso.
Antón.
Para el que se cree en el centro, todos estamos al margen y molestamos si nos paramos en su camino.
Un beso, Pedro.
JAVIER: además, nos pensamos siempre en ese centro, tan frágil, en realidad.
ANTÓN: la intolerancia, la vanidad, el desprecio... males tan frecuentes.
Lo ha sido. Gracias.
EUPHORBIA: cuántas actitudes erróneas. Un beso.
Todorov dijo esto mismo en su discurso al aceptar el P de Asturias. Muy cierto.
Muchas veces es porque nos crea inseguridad o temor, sentimientos ellos muy humanos. Otra cosa es que tu caminar sea prepotente ante la gente que te vas encontrando por la calle, eso sí es negativo y no dice nada a nuestro favor. Besos Isabel.
O mas bien vivir al margen de los demás..donde iremos a para..
espero que tu semana te haya sido provechosa..yo he estado ocupada recopilando viejos recuerdo..pero a la vez gratos..te guarde un trozo de pastel!!!
Un café???
http://reflexiomes.blogspot.com/2008/10/hojas-amarillas.html
Yo, lo he entendido así.
un abrazo
LAZARILLO: me alegro de coincidir con Todorov.
ISABEL: la entrada iba sobre los prepotentes, pero también sobre aquellos que, por su inseguridad y temor, causan los mismos daños: deberíamos mirar más al otro. Besos.
INKILINA: iré a verte y tomar ese café.
KETY: hermosa reflexión otoñal la tuya. Un abrazo.
mal, muy mal por comportarnos asó. un abrazo.
Como nos molesta todo lo que se sitúa en los márgenes de nuestro camino.
Yo no hablo de inseguridad y temor hacia gente como la abuelita de la foto. Hablo de gente que te aborda a plena luz del día y te saca una navaja a tu pareja y a tí, solo por unos cuantos euros. Isabel
FERNANDO: así somos.
AMADOR: lo apartamos con rabia.
ISABEL: ¡qué exacto, entonces, lo que dices: entonces, como víctimas, somos nosotros el margen!
Vale, si tu lo ves así...
Isabel.
Me explico, ISABEL: en ese momento, quien ha salido del margen social nos ha hecho entrar en sus normas y allí somos nosotros los débiles y las víctimas: él ocupa el centro. Espero haberte comprendido bien. Saludos.
Por eso las victimas no son siempre los marginados. Saludos Isabel.
Pobres los del margen encima que están alli que encima los desprecien...
besos
En realidad no me siento muy diferente de esa anciana... "aparta": hasta por pensar diferente...
haideé
ISABEL: en efecto, pero la condición de víctimas nos convierte, precisamente en marginados: son otros ahora los que ejercen el poder sobre nosotros. Por muy estables que parezcamos, siempre estamos a cinco centímetros del margen. Ha sido un buen diálogo, Isabel. Gracias.
ESTHER: la prepotencia es así. Besos.
HAIDEÉ: hay muchos aspectos que nos pueden hacer estar en el margen. El pensamiento es uno de ellos. También el sentirse marginado aunque no lo estemos realmente: la vida no es sólo como es, sino como la percibimos. Abrazos.
Si nos fijamos mejor en las personas que se cruzan en nuestro camino nos daremos cuenta que ese margen es más pequeño de lo que pensamos y que allanando el camino a l@s demás nos lo allanamos a nosotr@s mism@s. Saludos.
Tienes razón Pedro, espero que esta reflexión que me has aportado a mi, te ayude a reflexionar sobre tus pensamientos y tu percepción del mundo y de los otros.
Un abrazo
haideé
el margen está en nosotros mismos, un mal paso y zas...
bicos,
Hoy estás en la cumbre y mañana todo se escurre entre los dedos, un poco de piedad con estas personas, porque pueden estar ofreciéndonos ya nuestro reflejo
qué fácil es perder el bus
qué difícl volver a montar
La vida nos da la oportunidad de ver los dos lados, será para que aprendamos???. Aprendemos bien poco, según nos interesa.
Besos
CARMEN---
TXONI3: para eso hay que mirar y ver, en efecto. Saludos.
HAIDEÉ: lo hago de continuo, de ahí que siempre pluralice y no intente ponerme jamás como modelo de nada: no soy más que nadie, ni menos. Un abrazo.
ALDABRA: a veces no necesitamos ni siquiera un mal paso: la vida, cuando menos queremos darnos cuenta, nos coloca allí. Besos.
BIPOLAR: la fortuna es variable, decían los clásicos. E ilógica.
CARMEN: pues deberíamos aprender estas cosas cada día. Besos.
Lo siento Pedro, pero no puedo por menos de hacerte estas preguntas: ¿Tienes algún tipo de prejuicio sobre aquellos que hablan desde su conocimiento y su experiencia personal y lo transmiten a los demás? ¿Tienes algún prejuicio contra los que hablan en primera persona? ¿Has intentado ponerte en su lugar? ¿Les has preguntado por qué lo hacen o has deducido por tu cuenta algún tipo de opinión al respecto? ¿Te has parado a pensar que aquel al que juzgas o del que sospechas o que te cae mal, o que no aguantas o al que le pones etiquetas, puede estar igual de acertado que tu en sus planteamientos u opiniones? ¿O sólo cuenta lo que tu dices y opinas y piensas? Dime, ¿del tiempo que llevo compartiendo contigo mi visión y opinión, he utilizado alguna vez una etiqueta para denominarte, he usado algún epíteto para calificarte o descalificarte? Si lo he hecho, por favor señalamelo, porque te pediré disculpas publicamente en mi blog. He estado en desacuerdo contigo, he intentado darte otro punto de vista, y quizá he sido apasionada, algo que si no recuerdo mal, aclaré a posteriori para no dar lugar a malas interpretaciones, ya que sé de lo limitado que puede ser este medio para mi, sobre todo dependiendo en que momentos.
Desde mi conocimiento y experiencia te puedo decir que salvo en casos excepcionales, todos estamos contaminados -y me incluyo yo, ya que aun caigo en estos condicionamientos- y que si me excluyera no sería nada a juzgar ya que el que juzga primero tendría que preguntarse porqué necesita juzgar y no se plantea que lo mejor es comprender y como dije antes preguntar, y por esto digo: estamos contaminados de nuestras emociones y bastante más de lo que somos conscientes. Somos átomos en constante vibración, y de ahí que no haya nada que acontezca a lo que no estemos sujetos, para bien y para mal.
Si tu actitud al ponerte entre todos los demás es un intento de ser humilde, es de agradecer, pero pienso que ser humilde implica muchisimas más cosas que convertirse en un mero plural dialéctico. Y puede que otra vez sientas la necesidad de ponerme etiquetas, pero esta vez intenta ser un poco más empático o compasivo conmigo, ya que deseas ser objetivo y justo.
Te agradecería que reflexionaras sobre la percepción que tienes sobre mi, si consideras que ello merece la pena. Te seguiré leyendo pero no voy a compartir contigo mi opinión, no porque no me apetezca, sino porque no me voy a sentir libre para ser yo misma y a la vez respetarte. Estaría forzandome a decir cosas que no me salen del alma y para mi no sería honesto y me desagrada ser deshonesta.
Un abrazo con un poco de tristeza, pero acompañado de una sonrisa.
haideé
Evidentemente, HAIDEÉ, no debes sentirte forzada a decir nada que no pienses o sientas. La libertad en la opinión nace de uno mismo y no debe verse coaccionada por el otro a no ser que se piense que hace daño o es innecesaria (o que ponga en riesgo cosas de gran valor para cada uno: no todos pueden ser héroes). Por lo tanto, agradeceré siempre cualquier opinión que contradiga, matice, refuerce o rehaga la mía, siempre que se exprese en el tono correcto que procuro en La Acequia (de lo contrario, la borraría, como figura en los principios de moderación de los comentarios que tengo publicados en el blog). Este es un principio ético mío. Siento que te hayas sentido como dices que ha sucedido. No era mi intención, por supuesto: me he limitado a opinar en un diálogo que yo pensaba era enriquecedor para ambos y sin afirmar que tus opiniones no sean más erróneas de lo que puedan ser las mías porque, repito, yo no soy más que nadie ni menos. Un abrazo.
O no los queremos ver, por eso escondemos la basura debajo de la alfombra, por eso decimos: aparta. Pero siguen ahí.
Un abrazo.
ANTÒNIA: siguen ahí, en efecto. Y alguna vez podemos ser nosotros los que oigamos esa palabra.
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