La soledad es un estado de ánimo. Hay soledades buscadas con ansia: ese momento en el que uno disfruta de estar solo con un buen libro o una buena música; la soledad que nos aísla del ruido social enloquecedor; la soledad del que pasea un lugar nuevo, descubriéndolo para sí mismo. Todos deberíamos tener un lugar y un momento para estar solos porque quien no sabe estar con él mismo no puede estar de verdad con nadie. Aquellos que huyen de sí mismos acaban parasitando a los demás. En buena medida uno acaba acostumbrándose a la soledad y desarrolla pequeñas rutinas que para los otros que nos visitan pueden tomarse como manías.
La soledad es un estado de ánimo más que real. Todos hemos tenido la sensación de sentirnos solos en mitad de un lugar concurrido hasta el punto de marcharnos por el desasosiego interior que sentimos. Paseando con unos amigos, si somos el único que no tiene pareja, sentiremos la soledad en los gestos que vemos en ellos: en sus más ligeras caricias o las miradas cómplices. Esta sensación se agarra a las tripas más que otras.
Sé llevar mis soledades, entre otras cosas, porque siempre he sido muy reflexivo. No soy de esas personas que necesitan encender la radio o la televisión para sentirse acompañados. O tener un animal de compañía. Pero las comprendo.
Sin embargo, hay algunos momentos especiales, en los que uno se ha despedido de la persona querida, la ha acompañado hasta su destino o hasta la estación y vuelve andando a casa, lentamente, en una tarde de domingo que ya anochece. Sube en el ascensor y entra en la casa que aun conserva los olores y los ruidos que la han llenado hasta hace apenas unos minutos.
En esos momentos, la soledad llega a la nuca y nos desarma.
A Merche Pallarés, por acordarse de mí.
27 comentarios:
La soledad es un buen lugar para encontrarse, pero un mal lugar para quedarse..je, je..Yo soy un animal social y salvo raras excepciones, disfruto estando rodeada de mi gente..
Y aun cuando no estan...
de alguna forma....
siguen con nosotros....
Charles Baudelaire (Sobre la soledad pura)
la soledad en pequeñas dosis es buena, si se convierte en lo habitual no me gusta. un abrazo.
Me siento identificadisima... Es buenisimo aceptar lo que tenemos y aceptar los momentos en los tan solo nos tenemos a nosotros mismos ahunque desearamos que fuera diferente.
Odio los domingos por la tarde... y las despedidas.
Buena descripción de la soledad. Esa cosa tan agradable y terrible a la vez
Pedro, todos los lunes estás jodidísimo. ¿No te puedes traer a tu familia aquí?..
magnífica bobada supongo)
Hay soledades tan duras en pareja que ni siquiera las afectaría ninguna de tus disoluciones de fuego en hielo.
Aqui temos duas palavras que s�o solid�o e solitude.
A solid�o � o estar s�desamparado,n�o � agrad�vel.
Mas a solitute, � bem esse estado em que voce se d� o direito de estar quieto em sua propria companhia, num dialogo �ntimo e agrad�vel.Aprecio muito estar assim, s� comigo mesma.
Que esta semana lhe traga sorrisos.
Te comprendo, Pedro. Yo sólo me encuentro bien solo cuando sé que puede contar con alguien cerca si lo deseo. Es cuando mejor estoy conmigo mismo. Pero la soledad que nace de la ausencia es terrible, dolorosa. Saludos
Pedro, que me ha gustado esta entrada, ¡qué raro, no?!
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Ya sabes que a mí los domingos sí me gustan.
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Las despedidas nos dejan desarmados y desalmados, pero esa sensación de vacío después de haber amado...a pesar de dura es reconfortante.
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La peor soledad es la de la incomunicación, es aquella que te impide sacar de tu boca las palabras para pedir ayuda o compañía o incluso un hombro donde llorar.Es el nudo en la garganta que está fuerte y agarrado de tal manera que te paraliza los sentidos y te sientes solo porque no puedes salir de ahí y encima disimulas y los demás que te acompañan sólo en el exterior no se dan cuenta de tu soledad interior y profunda...
Cuando se sale de eso y se supera, sigue el miedo de que vuelva a ocurrir, pero se va teniendo la experiencia y la madurez...
¡Vaya rollo que te he cascado!
Un abrazote, Pedro, que hoy te he notado como un osito de peluche (perdona por la comparación)
Sola en un mundo lleno de gente...siempre lo diré.
no hay nada más encantador y expresivo que una foto en una estación. Genial la reflexión pero...no estás solo... aquí estamos todos.
Querido Pedro, gracias por dedicarme tu post. Me acordaré de ti cada domingo. Estoy de acuerdo contigo en todo lo que has dicho sobre la soledad. Vivo sola, sin animal de compañía (aunque adoro a los perros) pero la soledad no me pesa en absoluto, al contrario, me encanta. Besotes, M.
Hola. Bien, pero ocurre que en muchas ocasiones uno busca la soledad para huir de la multitud. ¿Misantropía? Es posible. Me ocurre con frecuencia, incluso más de la que quisiera. Un saludo
Hay muchos días que necesito estar sola, siempre viene bien para pensar, reflexionar, o simplemente descansar.
Un saludo:
Elena
La soledad es esa isla providencial en mitad del océano de las responsabilidades. Necesitamos naufragar al menos unas horas a la semana y demostrarnos que aun somos capaces de sobrevivir con un libro, unas latas y una caja de cerillas.
Por cierto, como se parecen unos a otros los andenes de las ciudades medias, y los bancos y los que aguardan.
Espero que ya te encuentres bien de tu catarro, hará que también te suba la moral. Me ha gustado mucho lo que has escrito (como siempre), eres un tío grande. Un abrazo Isabel
TAREIXA: es un magnífico lema. Lo malo es que, a veces, te atrapa. Saludos.
DARGOR: esa compañía, a veces, pesa porque aumenta la sensación de soledad.
FERNANDO: supongo que dependerá de cómo se la siente, pero, en efecto, la soledad constante no es buena, no. Un abrazo.
SERENDIPITY: aceptarnos en esos momentos es difícil pero sano. saludos.
FRANCISCO: Ya somos dos, amigo.
SERA: sumamente placentera y poderosamente terrible, en efecto.
BIPOLAR: ya sabes que hay cosas que a uno se le imponen. Esa soledad en pareja a la te refieres la he sentido y es una tortura.
NANA: en efecto, el portugués, en las cuestiones de las emociones es un idioma más rico. Quizá porque su idiosincracia le permite expresarla mejor. Al decirlas, parece que duelen menos. Que la semana te sea feliz.
ISAAC: la ausencia nos deja acompañados de un hueco visible. Es mala esa compañía... Saludos.
PILAR: ¡qué razón tienes: lo peor de la soledad es no poder comunicarla! Me lo copio. Y gracias por lo de peluche.
SANDRA: ...espero que no sea así como te sientes exactamente.
BLOGOCHENTA: y así os siento, amigos.
MERCHE: Ha sido un placer. La soledad por la que uno opta es apetecible y arropa. Besos.
MANZACOSAS: no creo que sea por misantropía sino para protegerse del ruido. A veces hay demasiado. Un saludo.
ELENA: Hay que atesorar esos momentos, son preciosos y necesarios.
XUANRATA: hay que cuidar esa isla y visitarla con frecuencia, en efecto. Y tienes razón, cómo se parecen... y sus gentes.
ISABEL: he mejorado, gracias. Un abrazo.
Gracias a todos por estar ahí. Los domingos por la noche han mejorado con vosotros.
Gracias por tus ánimos!!
espero que te encuentres mejor!!
Y te animes a pasarte un rato por el lado oscuro!!
Besazules...animados
Foto preciosa de un no lugar, la estación moderna pre AVE.
La soledad te hace indestructible.
AZUL: estoy mejor. Y el lado oscuro me acompaña. Besos.
JAVIER: un no lugar que nos lleva a sitios en los que ya no estamos. La soledad te hace indestructible, si eres fuerte y la sobrevives.
Un abrazo a los dos.
Creo que eso se llama melancolía pura y dura, ¿es duro ser sensible eh?, aunque queramos ser ermitaños somos seres de compañía.
De todas formas, las estaciones a mi siempre me han dado yuyu, son angustiosas, melancólicas...
MAFALDIA: de todas las formas, sería más durno no serlo. Las estaciones, además, son frías.
La soledad buscada para la reflexión personal: LOADA SEA¡¡¡
La soledad impuesta: MALDITA SEA.¡¡¡
salud
La soledad buscada es el mejor de los tesoros, el refugio donde poder disfrutar de uno mismo. En cambio, si aparece de improviso por el camino, nunca será grata compañía.
Me he sentido muy identificado con algunas de las situaciones que describes: en lo de sentirse mal en medio de una reunión donde ves que pintas poco, cuando marcas la imparidad de la oveja sin pareja, cuando acabas de despedir a alguien... Sobre esto último, coincido en lo de que quedan los olores y ruidos, pero también los recuerdos, los cuales siempre se podrán interpretar de un modo positivo. También del lado negativo, claro, pero entonces ya no es tan recomendable encomendarse a ellos.
Bien traída, por cierto, la imagen de la estación de tren. Son lugares que se prestan a la melancolía. Más aún si su aspecto actual ya no coincide con el de la fotografía.
Saludos.
MANUEL: Esa es una buena distinción. Saludos.
ANTONIO: Lo malo (o lo bueno) de estas sensaciones compartidas es que son universales. Un abrazo.
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