Los capítulos dedicados a la cultura en los programas de los partidos políticos suelen contener vaguedades de manual de primero de electoralismo. Además de utilizar expresiones que dicen mucho sin decir nada y comprometen a menos, cojean últimamente de grandilocuencia. En todos ellos encontraremos grandes proyectos que sirvan, o eso pretenden, de emblemas de un país, una región o una ciudad, según sea el ámbito electoral. Por todas las partes del territorio han brotado, como si se tratara de una epidemia, grandes espacios culturales, auditorios, museos, que suelen iniciarse con la construcción de un gran edificio encargado a uno de los arquitectos más famosos y caros como si no hubiera otros capaces de realizar el mismo proyecto o mejor, aunque sin tanta publicidad. Porque esta es una de las razones de los proyectos faraónicos: la rentabilidad publicitaria traducida en fotografías del político benefactor a la hora de poner la primera piedra y la lápida final y, si se puede, inaugurarlos dos o tres veces. Hay puentes que se encargan conscientemente de un vidrio que puede romperse con los cambios de temperatura y suponen un gran coste de mantenimiento, pero salen muy bien en las fotos. Hay grandes auditorios y teatros que están cerrados más tiempo que abiertos. Hay museos cuyo contenido cabría en salas de exposiciones. Hay edificios cuyo mantenimiento y gasto de personal cuesta más que la programación que exhiben. Hay contenederos culturales que no se pueden usar a pleno rendimiento porque, a pesar del presupuesto de la obra, nadie pensó en una puerta de embarque amplia o en que se viera o escuchara correctamente o en que estuvieran dotados de accesibilidad y necesitan ser reestructurados al día siguiente de su apertura. A la vez, se dota a su gestión de una ficticia autonomía, puesto que el gerente debe estar siempre dispuesto a torcer su gestión al servicio del gobernante, cuando no a subordinarla decididamente desde el primer momento.
Por otra parte, suele suceder, con harta frecuencia, que estos espacios tan costosos adolecen de falta de planificación para su uso al nivel de su capacidad y coste, escaso apoyo en los momentos en los que no se ve cerca unas elecciones y parecen grandes buques varados en los muelles en los que fueron caprichosamente construidos, a la espera de no se sabe bien qué. Al igual que muchas ciudades romanas construían grandes teatros con un aforo que superaba con mucho a sus habitantes por mera cuestión de imagen.
A la vez, se delega gran parte de la gestión cultural a Fundaciones que no suelen atraer capital privado sino gestionar el dinero público o el que los bancos y cajas deben destinar a obras sociales. Estas Fundaciones no tienen los mismos controles que la Administración Pública.
Con excepciones puntuales, cuando uno lee los programas culturales de los partidos políticos y constata los resultados, se da cuenta de que estamos más cerca de considerar la cultura como una forma de espectáculo pirotécnico que de establecer una red de conocimientos y apoyo a la creación cultural.
Y no todo lo que se organiza y paga bajo el capítulo de cultura lo es.
La cultura, por mucho que algún político se ponga de vez en cuando una medalla, es la hermana pobre de estos programas.
Espero estar errado y ver que, de cara a las próximas elecciones, el gato de la foto no es falso ni la puerta un trampantojo.
Por supuesto que se hacen cosas bien, pero no suelen ser las más costosas y que llenan las páginas de los periódicos.
13 comentarios:
De todos es sabido que la cultura y la ciencia son las dos grandes olvidadas de éste país y es una pena. Los políticos los grandes mentirosos de turno, son todos iguales. Lo más tierno el gatito de la puerta. Isabel
De facto, a cultura é sempre a parente pobre em todos os programs partidários!!
É lamentável!
Abrazos.
Pedro
Estás abolutamente errado en tu tésis. La cultura tiene una importancia capital para los partidos políticos españoles. La importancia del capital que destinarán a pagar a los cuatro paniaguados que loarán al ganador, y que -en algunos casos- son los mismos gane quien gane y que únicamente cambiarán las siglas de su berborrea demagógica...
¡País!
Después del repaso que le has dado a la política, sus dirigentes y programas electorales en relación con la cultura, (¡Ojo! Es sólo la primera aproximación al tema) los aludidos se cuidarán muy mucho de que el gato, la puerta y todo lo demás no se vean influenciados por la pareidolia esa, que nos hace ver cosas que no existen en la realidad. Les has “arreao” donde más les duele: en su vanidad, en su afán por prevalecer, pervivir y ser recordados cuando estén bien muertos y enterrados.
La cultura se protege y se fomenta con una labor sorda y constante de educación permanente. Cambiar hábitos culturales en la población lleva mucho tiempo y los políticos en esto no ven rentabilidad a corto plazo. Viste más la foto con el Foster, Moneo o Siza de turno aunque para ello tengan que dejar temblando las ya de por sí magras arcas municipales o del ámbito que sea, que todo sale del mismo sitio. No tiene sentido hacer un museo de arte contemporáneo en cada capital de provincia de nuestra comunidad si con los que ya hay tenemos el cupo más que cubierto. A veces vas a ver una exposición y estás tú con el guardia de seguridad.
En Burgos con el 2016, si se goza, veréis un periodo previo de varios años de frenética actividad constructora de espectaculares contenedores culturales. Después, gran cantidad de actos y actuaciones de todo tipo y condición, tan concentrados que te llegan a saturar. Lo malo llegará en el 17. Pero como dice el otro: que me quiten…
ganas tengo de ver que prometen...
A ver, Pedro, si me sé explicar.
A mi los políticos no me gustan un pelo, ni ellos ni lo que dicen, ni ná de ná. Antes, creía más en la política y en los políticos.
Los de ahora, los unos y los otros, no me dicen nada.
Con respecto a la cultura, sin meterme en tantas profundidades como tú porque además las desconozco, creo que como usuaria siento y percibo más cultura y más ofertas culturales que lo que había (al menos en Burgos) hace por ejemplo,sin ir más lejos, veinte años.
Prefiero y quiero ser positiva.
Siendo también realista, tengo que decir que sigue habiendo mucho trampantojo suelto.
Aqui, do outro lado do oceano, não ficamos distantes dessa mesma problemática.
Arte e cultura tratadas e vistas somente como diversão, enquanto na verdade são identidades de um povo. Boa semana Pedro!
¿en Burgos alguna vez ha pasado todo eso que dices? porque esta ciudad carece de todo en cuanto a espacios culturales se refiere, un teatro de los pin y pon, salas de cine que se cierran, algún concierto perdido del conservatorio, el teatro que se lleva es el de calle, exposiciones fotográficas en bares, y alguna que otra con cierto renombre organizadas por las cajas o el cabildo. SE ACABÓ.
El Museo de la Evolución Humana: Asfixiante
Quizás sea la mala mezcla del edificio y la ubicación.
Es como un trasatlántico encorsetado en la Plaza Mayor.
(Será para justificar las grietas)
Los faraones tenían un mayor sentido de la estética, la belleza,
los espacios abiertos y las proporciones.
¿Se pueden escribir palabras escatológicas, como "cagada"?
ISABEL: no sólo olvidadas. A veces juegan con las cifras de inversión y logros de tal manera que da sonrojo. En efecto, nos quedamos con el gato.
SAO: lamentable y universal, amiga.
FRANCISCO: ¿no lo hacen desinteresadamente? ¡Qué desilusión!
En efecto, amigo, país.
PANCHO: Qué excelente comentario, amigo. En efecto, la cultura es otra cosa.
Y, por cierto, a veces no está ni el guardia de seguridad.
TRUPITOMANIAS: ya queda menos, pero casi podría hacerte un resumen previo...
PILAR: en efecto, Pilar, la situación ha ido mejorando en muchas cosas, pero no como debería haber sucedido en un país que se precia de ser la séptima potencia económica del mundo y con uno de los mejores patrimonios históricos y artísticos.
NANA: Veo que el problema es general. Buen fin de semana.
MAFALDIA: conforme en todo.
BIPOLAR: Bien, tendremos Museo de la Evolución Humana. Ahora, a vigilar la gestión desde el primer día de su inauguración. Ha sido demasiado costoso y su mantenimiento será caro, así que hay que exigir rendimientos. Y que no se centren sólo en los grandes edificios.
Y en lo escatológico, vale, pero hazlo con humor y finura.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
añadiría a lo olvidado de este pais (ciencia y cultura) la educación...tienes más razón que un bendito...en mi pueblo naal (Martos) han construido un auditorio- teatro "mamotrético" en un entorno natural (un parque fantástico)( http://img182.imageshack.us/img182/9331/teatroqe3.jpg) dijo mi hijo al verlo: Papi..mira como en las pelis de extraterrestres....un saludo....al verlo no sabes lo que es...es un tetro....
MANUEL: ciencia, cultura y educación, pobres hermanas de este sistema, en efecto. Vete a saber si tu hijo no tiene razón y estos políticos constructores son extraterrestres.
Y no sólo en los programas, que por desracia se han convertido en poco más que en declaraciones de intenciones bien intencionadas.
Como bien señalas la gestión de la cultura es penosa. Te pongo un ejemplo. El pasado año gané un concurso de relatos en el que el premio eran unos libros. Ya los tenía y decidí regalarlos nuevos- con su envoltorio de plástico y todo- a la biblioteca de mi barrio. No me dejaron. Increible pero cierto. No era política de cultura el admitirlos porque el gestionar donaciones implica una serie de recursos (clasificación, selección, etc) del que la biblioteca carecía.
Bueno, perdona por el rollo, pero tu post me ha parecido especialmente inspirador.
Un saludo,
Pedro.
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