Esta tarde nos hemos reunido los miembros del Jurado de los Premios de poesía y relatos breves de la Universidad de Burgos. Ha sido un tiempo muy agradable compartido primero con Luis Delgado (Vicerrector de Estudiantes y Extensión Universitaria) y Carlos Lozano (factótum de la cultura de la UBU), amigos ambos de hace tiempo, y luego con Pedro Olaya y Asís González Ayerbe, con los que terminé tomando algo en la cafetería. Nos facilitó todos los trámites, con su habitual eficacia, Juan de la Cruz, secretario del Vicerrectorado. El fallo se hará público en breve.
La conversación con Pedro y Asís es agradable y de profundidad artística. Ambos están embarcados en ese interesante empeño de Los duelistas.
Los jóvenes siguen persiguiendo la escritura, como siempre. Pero, ¿qué se hace en la literatura joven española actual? ¿Son significativos los textos presentados al certamen de las nuevas marcas estéticas o sólo repiten lo ya asentado? Es una pregunta eterna. Ortega, en La deshumanización del arte también se la hacía, distinguiendo entre arte nuevo y arte viejo -como lo hizo con la política-. Si le quitáramos a este magnífico volumen el concepto metodológico de la sociología según la entendía Ortega, nos quedan guiños muy válidos incluso en estos tiempos en los que ya se ha superado la dicotomía orteguiana entre arte de masas (decimonónico o humano) y arte de minorías (deshumanizado o arte artístico, para entendernos). ¿Qué pensaría Ortega de haber vivido en una época en la que el diseño, la divulgación del producto artístico de minorías hasta en la ropa, el calzado y las vajillas, su democratización y las nuevas fronteras del arte -del pop a Internet- han dinamitado los principios en los que en buena manera se inspirara? Son cosas de la postmodernidad que no intuyó Ortega, tan imbuido de su tiempo.
Pero Ortega sí ejemplificaba con eficacia de cirujano de precisión. Decía que el verdadero artista, si mirara por una ventana no vería el paisaje, sino el vidrio. Para ello hace falta pulirlo, como se debe pulir insistentemente la obra literaria. Incluso para luego enlodarlo si llegara el caso. Y otra cosa: hay que practicar la musculatura. A escribir se aprende sumando la lectura constante y atenta y la escritura diaria y trabajada. No hay otra forma.
Suerte a estos jóvenes que comienzan.
5 comentarios:
Me tengo que poner al día ya! jo... es que llevo unos días... Solo quería decirte que con la explicación del banner y la página de Alvaro ya lo entendí... Te pondre! además siempre me dicen que tengo que tener más imagenes... así que me va a venir perfecto... Para poner el banner, ¿como lo hago exactamente?
Besicos!
Me alegro saber de Asís, le recuerdo de los tiempos de la Escuela en la cafetería del Campus de Vigón, alguna vez charlábamos con Fermín Herrero (que se nos fue). Un tío genial. Recuerdos.
Con todos sus defectos, los premios para jóvenes son una buena alternativa para los escritores noveles. En cuanto a Ortega, no sé si soportaría una resurrección.
Un abrazo
Bueno Pedro, en cierto modo, me duele que te hagas esa pregunta de que hacen los jóvenes en la escritura actual y si solo repiten ya lo asentado. En mi humilde opinión, creo que todo, absolutamente todo, esta dicho ya: desde Hemingway, Chéjov, Italo Calvino, Kafka hasta el grandioso Mozart. En realidad, los jóvenes (o no tan jóvenes)no repetimos lo dicho, proponemos una nueva visión o nuevo modo de ver las cosas: la soledad, la incomunicación, la muerte, el deseo... ya no queda nada que inventar, al menos, nada referente a las cuestiones del alma; proponemos una forma de contarlo, una nueva visión que conmueva a al lector y le haga reflexionar, pero no repetimos. Yo desde luego no me siento loro.
De todos modos, por mucho Ortega por mucho quién quieras, seguro, segurísmimo, que lo que escribió lo leyó en algún graffiti,lo vió en algún cuadro, lo escuchó en alguna esquina y le puso palabras o notas musicales a lo que un día en otro lugar y en otra época a alguien también le puso los pelos de punta.
Encantada de charlar contigo aunque sea por este medio tan frío y solitario. Y encantada igualmente de poder llevar la contraria a un ex-profe... jejeje
Un abrazo.
Piluca
Hola a todos.
NEREA: basta que copies el código que figura debajo de la imagen en el margen izquierdo y lo pegues en tu blog.
PILAR: Así me lo pareció. Doy fe.
PABLO: hay que alentar, siempre. El pobre Ortega no levantaría cabeza.
PILUCA: bienvenida. Y no, no polemizas. La pregunta no era una crítica, sino una pregunta retórica para comenzar la argumentación. A veces, la economía del espacio trae estas cosas y se dejan los términos sin explicar bien, lo siento. Como habrás visto -y como sabes bien- no defiendo a Ortega. En primer lugar, le quito la base fundamental de argumentación de su pensamiento: la sociológica (las élites) y llevo el resto a mi terreno.
Efectivamente, el intertexto está en todo y lo interesante es lo que hacemos con él: en eso sí tenía razón Ortega, que definía el arte no por los argumentos sino por su condición de arte (el vidrio, no el paisaje). Cada época se expresa a sí misma.
Lo que me preguntaba, a partir de mi condición de Jurado y de conocedor de la literatura actual -o aficionado- es qué hacen los jóvenes actuales en arte. No valoro, pregunto. Te animo a responder, que ya no puedo suspenderte ;-)
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