martes, 3 de julio de 2007

Vocación de viento.

[Diente de león, cerca de Sasamón, Burgos]

Esta tierra es dura y caliza. Sobre ella han muerto generaciones de seres humanos sin dejarnos, casi, testimonio. He visto las noticias en televisión y las guerras siguen, los asesinatos continúan. El poder del más fuerte ha ampliado su gama de colores, con deriva a los tonos oscuros.
He salido a pasear el campo, que espera la cosecha. Una víbora salió al camino, y la dejé volver a la cuneta. Cuando alcé la vista, el horizonte abierto me ofrecía cielo, y destino.
A veces dan ganas de que alguien nos coja por el tallo y sople delicadamente sobre nosotros, para dejarnos ir con el viento, como este diente de león, que se deshace y dispersa.

6 comentarios:

Caelio dijo...

...que se deshace y dispersa buscando nuevas tierras donde empezar de nuevo.

Otro mundo es posible, aunque sea trasnochada la afirmación.

trupitomanias dijo...

me gusta soplar estos vientos sobre esta planta..
así se esparce por todos los sitios y crece el placer de soplarle..

Rui dijo...

En ocasiones no nos cogen por el tallo, nos aprietan por el tallo.

En ocasiones no nos soplan delicadamente, nos arrojan vendavales.

En ocasiones no nos dejan ir con el viento, nos empujan hacia él.

En ocasiones se nos deshace y se nos dispersa.

Gracias por tus reflexiones Pedro... y por cierto, como dices en "Retrato de ventana con reja y planta", la vida no es perfecta.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Caelio: este otro mundo está aquí, sólo debemos quitar el manto de alquitrán espeso que le han echado encima para que no lo veamos y soplar estos vilanos para que germinen cada año. Como dice Trupmanias, no hay que dejar de soplar.
Rui: tienes razón, son demasiadas las veces que nos ahogan, demasiadas. Pero debemos aspirar a levantarnos cada día.

jg riobò dijo...

Noto un recorrido en tu blog, cómo se abre paso la mirada como generadora de la opinión, del sentimiento.
Todo más humano, menos técnico.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Efectivamente, Javier. Como has observado, el blog me ha devuelto el músculo de la mirada, que creí entumecido para siempre.