Ayer mostré a mis alumnos, y a quien quiso acompañarnos, el documental Las Hurdes, tierra sin pan (1933), de Luis Buñuel. Hace unas semanas había hecho lo mismo con Un perro andaluz (1929).
La idea inicial era ilustrar la evolución que los miembros de la "Generación del 27" tuvieron de la vanguardia al compromiso. Con esa finalidad, comenté los recursos narrativos del documental -sobre todo el montaje de la secuencia del arroyo, desde que una mujer lava unas hojas de lechuga hasta que unas niñas comen pan mojándolo en el agua de la que, según se nos muestra, han bebido antes un cerdo y una persona y en la que una mujer ha fregado unos cacharros; también la forma en la que nos conduce a la explicación de las enfermedades endémicas en la zona como el bocio y el paludismo-, y la utilización de técnicas que hoy mismo nos parecen muy modernas, como los movimientos de cámara y el mismo montaje final. Hablé sobre cómo gira el documental de un testimonio costumbrista y antropológico a la denuncia del atraso de Las Hurdes. Comenté también su contenidos sociales y políticos, aumentados con la sonorización al francés y el uso propagandístico durante la Guerra Civil, con el añadido del texto final.
El impacto del documental, del que habla tanta gente sin haberlo visto, es siempre el mismo. Mis alumnos lo vieron al principio con cierto rumor chistoso que produce lo antiguo, hasta que las imágenes, por sí solas, se les impusieron y reclamaron silencio. Aquellas gentes, aun dramatizadas por Buñuel, existieron. Esos rostros somos nosotros hace poco, e incluso están dentro de nuestros rostros. España ha cambiado, y mucho, pero están tan próximos que conmueven y alarman.
Finalmente, Las Hurdes, tierra sin pan es, sobre todo, cine. Una obra maestra del cine.
4 comentarios:
Estudié en un colegio religioso, sorprendentemente orientado a ideas progresistas en mis ultimos años de clase.
En él historicamente los curas organizaban unos campos de trabajo veraniegos para ir a cooperar a Las Hurdes, por lo que siempre me creé una imagen paupérrima de esa zona extremeña.
Hace unos pocos años tuve la satisfaccion de visitar esa comarca y me agradó profundamente descubrir que la imagen que me habia creado de la misma a base de Buñuel, Legengre y el Padre Bruno, a partes iguales, se ha difuminado con el tiempo....
Salud
Siempre tengo la duda de si, bajo nuestra modernidad, no estamos a un cuarto de hora del retorno a la miseria.
Salud, Blogófago
Tienes razón, Pedro.
Y cómo me gusta ese documental de Buñuel, suerte tienen tus alumnos...
Isabel: Al menos, tienen la oportunidad de ver, que ya es mucho. Más de lo que yo tuve cuando estaba en su lugar.
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