Recordando a Miguel Escalona es el título de la exposición actual de la Sala Cultural Caja España, en la que se encuentra una selección de obras de este artista nacido en 1943 en Santa Eulalia del Campo (Teruel) y muerto en 2002 en Valladolid. Profundizó sabiamente en la experimentación formal vanguardista, sobre todo a través de la mezcla de elementos, con los que creaba un objeto final que jugaba con la historia del arte y ofrecía al espectador soluciones que le hacían tomar partido estético por lo que veía. De su continua experimentación todavía se recuerda la iniciativa de la "Rebelión de los Objetos" en la que, tal y como proponía todo el arte nuevo del siglo XX, se da nuevo valor artístico a objetos procedentes de otras esferas, a veces de lo cotidiano, otras del desecho.
Lo expuesto ahora es un ejemplo perfecto de sus trabajos de los últimos años: colores fuertes -agresivos, a veces-, mezcla de objetos, fusión de escultura y pintura con resultados propios en ocasiones del relieve escultórico, en otras del collage. Y mucho humor tras el que se esconde una reflexión sobre el arte, la materia y el ser humano. El Galileo Galilei del cartel es un buen ejemplo de lo que digo. Sin embargo, para mí, la pieza más sobresaliente de la exposición es Espacio para un icosaedro. Váyase a esta sala sin prejuicios, con ganas de sonreír y de observar. Gracias a la intertextualidad ocurrente de la Gioconda final, que no es precisamente la mejor obra de las aquí colgadas, pero es toda una declaración de intenciones, sale uno divertido, y luego se pone a pensar.
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