jueves, 2 de febrero de 2012

Bradomín desvelado y noticias de nuestras lecturas.


A estas alturas de las Sonatas, la personalidad del Marqués de Bradomín ya ha sido desvelada incluso para aquellos que aun conservaran por el protagonista cierta estima por la melancolía otoñal del primer relato. Gracias al orden de lectura que hacemos, el mismo en el que fueron publicadas, podemos aventurar que Valle quiso acentuar los aspectos negativos del personaje precisamente para violentar al lector: no es, sin duda, una lectura amable. Más hace un siglo. La mayor parte de los lectores no están acostumbrados a que el narrador y protagonista sea un malvado: hay, además, una voluntaria desarmonía con el lenguaje, tan lírico y musical. Esa voluntad de estilo sirve para resaltar la contradicción y provocar en el lector esa buscada sensación de incomodidad puesto que se halla apreciando algo que le horroriza. Si en la primera novela publicada aun no se manifiesta del todo y en la segunda solo lo adivinamos al final, cuando la Nina Chole queda a merced del Marqués, en esta tercera novela el lector ya no puede negarse la realidad: el Marqués es tremendamente cruel. Su acoso a María del Rosario provoca -indirectamente, eso es cierto-, la muerte de la hermana menor. No le salva ni siquiera que los otros personajes también tengan muchos puntos oscuros -Concha ocultaba hipócritamente su relación con Bradomín, la Niña Chole era una mezcla entre lo primitivo y lo refinado y se mostró despiadada en el barco, María del Rosario era un volcán que acallaba sus instintos-, puesto que estas mujeres, al fin y al cabo, eran víctimas de su situación: Concha había sido educada en un ambiente de hipocresía, la Niña Chole pertenecía a su padre y marido, María del Rosario era una pieza en el tablero de intereses de su madre. Bradomín no es víctima más que de sí mismo y sus impulsos. Y, por si fuera poco, huye al final de esta Sonata de primavera de forma más cobarde a como lo hiciera en la de otoño. Qué pocos autores pueden sostener esto sin la trabajada técnica del estilo de Valle.

Comenzamos, la próxima semana, con Sonata de invierno.

Noticias de las Sonatas

Gelu comienza su selección de frases de Sonata de primavera por aquellas que caracterizan a los personajes que en ella van apareciendo. Una buena forma de aproximarse al texto, sin duda.

Paco Cuesta realiza un análisis profundo de las forma en la que Valle desvela los rincones más íntimos de los personajes en su magnífica entrada.

Luz del Olmo (Ele Bergón) publica un exacto comentario de Sonata de primavera: juego de seducción entre dos muertes...

Mª Ángeles Merino comenta e ilustra adecuadamente el final de Sonata de primavera y termina con la exacta pregunta que todos nos hacemos.

Pancho comenta -y desvela- el momento justo en el que el relato de Sonata de primavera se gira, desde  la aparencia de armonía a los oscuros reinos de lo diabólico.

12 comentarios:

José María Souza Costa dijo...

Parabens, fazes uma postagem, com um texto interessante.
Abraços, deste lado do Atlantico

fus dijo...

que buena sonata nos has preparado hoy. Enhorabuena

un fuerte saludo


fus

lichazul dijo...

voy a decir o mejor dicho escribir una herejía, a este Marqués le sirven todas las micros (autobús) jajajaja referido a que no tiene medida por la falda que sea jajaja
quien nace chicharra...

sorry Pedro, recién llegando de la junta bloggera:)

BESOS

BlueShell dijo...

Gostei de ler teu texto...
Um beijo pleno de carinho, BS

Delgado dijo...

Buena observación esta, mirado así sí que se observa la evoución del personaje, en el caso de la de invierno, sí que me pareció cierto rasgo de ablandamiento del personaje sobre todo al respecto de una muchachita en el final de la obra, pero bueno eso ya llegará. Tal vez me equivoque.

Un abrazo profesor.

pancho dijo...

Esta Sonata es un ejemplo de contraste y mezcla en párrafos sucesivos del lenguaje refinado, exquisito y aristocrático usado para describir los rumores del jardín o la presencia edificante de María Rosario y una especie de contralenguaje utilizado para describir las actividades ocultas o que tienen que ver con la brujería. Otra cosa no sopn estos registros que tira a dar: “Aquella noche el cornudo monarca del abismo encendió mi sangre con su aliento de llamas y despertó mi carne flaca, fustigándola con su rabo negro”, “¡Manos diáfanas como la hostia!”, o “Sentíase pasar por el jardín un largo estremecimiento y luego todo quedaba en esa amorosa paz de las noches serenas”. Reflejo de la amplitud de sus registros literarios, “desarmonía con el lenguaje” o desbordamiento literario.
El Valle-Inclán más irreverente, no importa que se trate del Carnaval o de la Semana Santa. Y Bradomín en su salsa como si fuera una extensión del autor.

Agradecido por esta nueva lección de cómo se analiza una obra literaria.

Merche Pallarés dijo...

No he acabado la Sonata primaveral, espero lograr acabarla y leer la de invierno pero es que Brado ya me cansa. No me gusta su manera de ser, su sadismo y,al mismo tiempo, masoquismo. Su prosa es maravillosa pero, para mi, con dos Sonatas ya es más que suficiente, las demás las encuentro superfluas--más que nada para mantener el morbo. Sigo pensando que esas Sonatas eran la lectura pornográfica muy refinada, of course, de la época... Besotes, M.

Abejita de la Vega dijo...

Nos disgusta el personaje pero nos enamoramos de su lenguaje. Un bellísimo tejido de palabras en boca de un personaje repulsivo. Caemos en la cuenta de esa "desarmonía".

Un demonio que habla como los ángeles.

Habrá que verlo en la de invierno.

¿Amor? ¿Qué es el amor? ¿Es amor lo del marqués? ¿Hay muchas clases de amor?

Gracias por tus palabras, me queda todavía...

Besos

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

El Marqués de Bradomín, ‘sintió’ en el Palacio Gaetani lo que era Amor. Le faltó tiempo, para olvidar lo que había aprendido de los ‘divinos’ a los que él tanto admiraba, sin merecerlo.

Este personaje, de no haber sido literario, nos habría causado repulsión en muchas de las ocasiones en las que le ha situado Valle Inclán, como una imaginaria y provocadora prolongación; aunque debo confesar que en otras situaciones, un tanto reprobables, me ha hecho gracia su ingenio.

Cada Sonata es diferente, como lo son las mujeres y el trato que da a cada una de las que nos ha presentado.

Saludos

Myriam dijo...

Digamos entonces que si las leemos en orden cronológico vital del personaje, Bradomín atemperó algo su personalidad...

Estrella dijo...

El lenguaje es tan atractivo, tan magnético y seduce tanto, que, como muy bien dices, casi me olvido de la crueldad de Bradomín. No sé es menos sádica.

Y qué grandes tus análisis.

Gracias.

Paco Cuesta dijo...

Con este orden, la personalidad del marques quede aun mejor definida.